Partida Rol por web

Querida Miriam, los muy atractivos si monopolizamos la conversación.  Jjaja, no, no es cierto.  Mucho gusto, soy Macario, Macario Lenç i Mur.  

Voy con gusto por la doña, pero... ¿no sabía?  -puso cara entre seria y simpática- No se puede hacer un memorandum de una fiesta si no se baila en ella.  Nuevas reglas en la Corte de Primavera.  Levantó las manos, mostrando ambas palmas. Lo siento. -Macario estaba de hecho haciendo un pequeño pledge con ello. -  Pero vamos, si se puede, vaya, comience con esta salsa primero.  ¿Miriam, le enseñas unos pasitos?  Y así quedará bien el registro y todo.  Mire que muchos matarían por el privilegio de bailar con esta señorita.  

Salazar-zar-de-la-salsa.  ¡Eh! je je, ¡suena bien!  (al estar jugando con su nombre Macario de hecho estaba invocando el contrato de Primavera Verdeante, para poder convencerlo mejor, y parecía que lo estaba logrando) -Miren, ya comienza la música.  Voy a por la jefa.  Empiécenle al bailongo.

Salazar sal de la zarza, 

sal a la casa,

sal en la casa.

comenzó a sonar un cántico fae en la mente de Macario sin saber porqué, como crafteando una forma de llamar a otros perdidos para que regresaran, que encontraran camino seguro de regreso a casa.

Debo contárselo a los de la corte de Verano. 

El rictus de Salazar se aseveró cuando Macario intentó convencerlo de bailar

- No soy contrario a bailar si lo exige el protocolo, señor Llenç, pero se de sobra que no es mandatorio hacerlo aquí y ahora, y además yo prefiero otros ritmos a lo que usted sugiere. Y me gustaria que dejase de hacer comentarios jocosos con mi nombre, por favor.

Miriam, ¿lo convences tu de bailar?  El ritmo que el prefiera.  Si debería ser eso una regla, de verdad. -pensó mientras iba por Jenny.

A un nombre hay que sacarle provecho señor Salazar.  

Toc toc, -sonó la puerta donde estaba la reina de la Primavera-  ¿Jenny?  Te busca un Sr. Salazar, de la corte de Otoño, y Magistrado de la Máscara de cera.   Quiere hacer un ¿registro? del evento.  Quiere hablar contigo para ello.   

-No sera necesario avisar a nadie, Macario, ya estoy mas que avisada.

Tras vosotros aparecio la misma reina en todo su esplendor, esta estaba vestida con un ostentoso traje rojo y falda negra con rosas rojas en esta, que a cada paso que daba la tela refulgia con el carmesi de mil ojos observando en la oscuridad, aparte, sus llamas se extendian por su cabeza y hombros en semejanza a una incascendente corona y capa que cubriera su figura, y sus tatuajes se entrelazaban sobre su piel, en complejos y elegantes diseños en falta de bisuteria y joyas.

Es dificil comprender como no la habeis visto antes desde lejos, siendo antes mas facil perder de vista el sol.

-Es una honra teneros aqui, Salazar, no es una fiesta, si voz no estais para contarla y dar envidia a los demas.- Saludo la reina, con una media-sonrisa, mientras se colocaba junto a Macario, rascandole con suavidad  una de sus alas.-Y perdonad al joven Macario por su actitud, esta aun recien "salido del seto" y debe acostumbrarse la apropiada etiqueta. Vos mismo sabeis que la transicion, nunca es facil ¿Verdad que lo sentis, Macario?- Sin que Salazar pueda verlo, la reina pinza con sus dedos una de las plumas del joven en señal de regaño.

Con una inclinación de cabeza, Miriam saludo a la reina de la Primavera, a la cual aun no se había cruzado en la fiesta.

-Saludos majestad. No me habría importado bailar con el señor Salazar, aunque no una salsa por supuesto.. Algo mucho mas elegante, mas acorde... ¿Un vals quizás?

La agraciada elevo la vista al techo, hablaba con sinceridad y se perdía en sus pensamiento a medida que desarrollaba la frase. De pronto pestañeo como si volviese en si y agito levemente la cabeza con un coqueto movimiento.

-Tengo la cabeza en las nubes, yo también debo pedir disculpas, el joven Macario esta a mi cargo... Por desgracia aun no he tenido tiempo suficiente de educarlo a su nueva vida. Y espero no meterme donde no me llaman pero... ¿Magistrado de la Máscara de Cera? parece algo muy serio agradecería que alguien me sacase de mi ignorancia para no seguir pareciendo tan... pues eso... ignorante.

La pinchada de la pluma no duele, pero se siente.  

No me gusta el castigo con dolor físico, ni mental, me recuerda demasiado a Arcadia.  Aunque entiendo la necesidad de enseñarme los modales locales, creo que habría mejores formas. -Piensa Macario con una mezcla de enojo, duda, comprensión e incomprensión.-   Siempre hay mejores formas.  

Luego con resignación y un suspiro.  Bueno, esta es la forma de conocer las formas actuales de Jenny.  

Disculpas al Magistrado de la Cera si no lo traté de acuerdo al estatus merecido, señor.  -lo hace cortés, serio, respetuoso.

Aun así, -cambia su cara de nuevo con entusiasmo- en verdad creo que si uno no baila en una fiesta no puede hacer un registro verdaderamente fidedigno de ella, no la reflejaría verdaderamente en su esencia  y mucho menos en el caso de una fiesta como las de Primavera. -voltea a ver a Jenny, buscando empatía.  La tinta o electrones vertidos no captarían el glamour del momento, -explica moviendo animadamente las manos-, no despertaría verdadera admiración, gusto, o envidia, o la alegría compartida que tiene y que queremos salpicar para alejar siempre a la BuenaGente de nuestros lugares.  ¿No creen?  -los voltea a todos-

Después de unos segundos añade:

Si Miriam, un vals también estaría muy bien.  

 ¿Cuales dijo que eran sus ritmos preferidos, Magistrado?   

Salazar hizo una reverencia hacia la reina, pero no demasiado exagerada. Lo suficiente para mostrar respeto, sin mostrar humillación

- Su Majestad Jennie Fénix, un placer verla, como siempre, y agradezco que me dejeis permanecer en vuestra fastuosa fiesta para así poder dar buena cuenta de ella.

Cuando se refirió a Macario, torció una ligera sonrisa

- No tiene importancia, pero recordadle a vuestro... protegido que no es de buena educación usar Contratos sobre otros Changelings, y menos aún en reuniones públicas.

Luego miró a Miriam

- Si, habéis acertado señorita White. Se bailar el vals, el pasodoble, y si se tercia, un tango.

-No sera necesario, magistrado.- Respondio Jennie ante la regañina, soltando a Macario del ala y sonriendo ampliamente.- El joven Macario aprende rapido de sus errores, y tiene una profesora competente que la guia. Estoy segura de que la proxima vez eligiran un lugar mas privado e intimo para hacerlo.- Habia una sonrisa en la cara de Jennie, pero costaba discernir si bromeaba o no.

-Aun asi, Macario tiene razon en cuanto que no es una fiesta, sin un baile. He hablado con el dueño, tenemos permiso para usar la terraza para musica, danza y bebidas gratis, hasta que los oidos nos piten, las piernas nos tiemblen y nuestras vegijas exploten.- Comento la reina de primavera, ante el baile de hadas.- Si os dais prisa, quizas podais hablar con los musicos para darles sugerencias antes de dar comienzo, y diria de encontrar pareja ademas, pero esta visto que sois un exito entre las cortesanas verdantes, Salazar. Supongo que es verdad lo que dicen de los hombres con trajes.- Bromeo la reina, sin molestarse en explicar que es lo que dicen y quien, mirando de reojo a Miriam, con una mirada expectante y afilada, esperando su respuesta.

Bien, iré a pedir que toquen un poco de vals, pasodoble y obviamente ¡tango!  ¿Han oído hablar de Trío Criosho?  Son geniales, la verdad.

Creo que estaré atento al glamour que salga de los músicos, porque seguro se prenderán más cuando comience el baile de los de Primavera.  ¿Quizá bailando cerca de ellos?

De paso voy por un poco de agua quinada, ¿quieres algo Miriam?   ¿Magistrado?  ¿Que se le antoja de beber?

Jenny, se que te gustan las micheladas con salsa tabasco -le guiñó a la reina elemental de fuego, sabiendo bien que era así- ¿Pido que te traigan una o así estás bien? 

- Sois muy amable, Majestad. Un brandy con hielo estaría bien, señor Llenç, gracias

Era obvio que la Reina estaba intentado "forzarlo" a bailar, pero no le importaba. Un caballero tenía que cumplir siempre con el protocolo, y en un baile, eso implicaba bailar.

-¿Pero que es eso de encontrar pareja? El señor Salazar aun no me lo ha pedido formalmente, pero a estas alturas, me lo tomaría como una ofensa personal si no me sacase al primer baile.

La muchacha fingió estar ofendida, aunque era mas que evidente para cualquiera de los presentes que tan solo estaba bromeando.

-Yo quiero, un gintonic, pero sin exprimir el limón solo con la rodaja, por favor. -Tras el comentario, regreso a la conversación principal, como si jamás la hubiese abandonado. Miraba con atención a Salazar, un gesto que realizaba siempre que algo o alguien despertaba su curiosidad, a pesar de que para algunos podía ser incomodo que una mujer de sus características se centrara tanto en ti, pero Miriam no parecía hacerlo a propósito.- Aun no me habéis iluminado sobre  los Magistrados de la Mascara de Cera ¿O preferís hacerlo mientras bailamos?

Salazar cogió la mano derecha de Miriam e hizo una inclinación cortés

- Disculpadme, señorita White. Ha sido grosero por mi parte. ¿Me concedereis el honor del primer baile, entonces?

En ese instante, Miriam no pudo evitar que se le escapara una leve risa, e incluso aparto un poco el rostro vergonzosa. Un comportamiento mas típico de una niña que de una mujer.

-Si, os lo concedo. Aunque el honor es para mi.

Voy a encargar las bebidas, y de paso pido que se toquen unos tangos y milongas de Zitarrosa y Trio Criosho.  Luego, al comenzar a sonar el bandoneon, saco mi cuaderno y carbón, y me pongo a dibujar la maravillosa escena.  ¡Un marchito!, ¡y de Otoño!, ¡bailando!  Esto si es digno de verse, y de registrarse por cualquier titularidad de la cera que haya en Barcelona... je je.  Ma-ra-vi-lloso.  Esa Jenny es lo máximo.  La verdad baila re-bien don Salazar.  Y Miriam, bueno, un ángel.

Al terminar mi dibujo y saborear rico tanto el agua quina como los pasos de baile, me acerco a Jenny y le digo.  ¿Jefa, me haría el honor de un baile con usted?  ¿Queda dentro del protocolo?  La sonrisa de Macario es amplia como la del gato Cheshire...

http://youtu.be/rNIz7CxovVs

Se podia notar el movimiento en la terraza, de un lado a otro, miles de mortales se movian y organizaban la terraza para el inminente baile, cargando mesas y sillas para fuera, y rosa y guirnaldas para dentro, adornando y transformando el suelo en una sala de baile provisional.

Los musicos en un rincon afinaban sus instrumientos, vestido de traje y sombrero, destacando entre ellos, uno con trompeta, algo bigotudo y con una incisiva dentadura, mientras en la barra los camareros hacian malabares con las botellas de licores y las sombrillas, para refrescar a los bailarines.

Cuando dio inicio en el baile, haciendo que las docenas de parejas comenzaran sus pasos taconados sobre el suelo, los perdidos camuflados ahi, pudieron "saborear" un caracteristico glamour en el aire, "alegria" y "esperanza", la mayoria siendo jugadores del casino, ahora celebraban su noche de juego, los que habian ganado, su victoria ante la suerte y su deseo de gastar su buena fortuna en un futuro mas lujoso, los que perdieron, por una noche de riesgo y de adrenalina y la promesa de que la suerte cambiaria en futuras noches, no importaba el resultado, lo que contaba, es que todos esos mortales habian luchado y jugado, y ahora celebraban el final de aquel dia para recibir el siguiente dia con mas fuerzas, una vez volvieran a la rutina de sus vidas diarias.

Y por supuesto, tambien habia un ligero toque de pasion y lujuria, pero eso es algo que hasta un mortal se daria cuenta, por la cantidad de mortales que agarraban a sus parejas, con excesivo vigor y celo.

-¿Que protocolo?- Sonrei la reina gustosa, tomando tu mano y llevandote a la sala del baile, dejando las bebidas a un lado.

Lo primero que notas al bailar al son de la musica con tu reina, es que la reina siempre dirige, siendo usualmente un rol de varones, la reina marcaba el paso y tu le seguias, bailando bajo su brazo mientras te sostiene en los giros mas delicados. Y no debe ser su primer baile, porque baila con la naturalidad y ligereza de una llama sobre una vela.

-Lo cierto Macario, es que tenia ganas de bailar contigo.- Confeso la reina, en un leve susurro.- Queria preguntarte algo en privado.

Macario sonríe.  Dime Jennie.  

Estas preguntas siempre son como boletos de lotería, puedes ganar y a veces lo que ganas es un tigre...