Partida Rol por web

Salazar comenzó a guiar a Miriam en los pasos del tango que los músicos habían comenzado a tocar. A pesar de su apariencia severa y fría, sus pies y sus manos se movían con una destreza impresionante, propia de un gran bailarín. Sus pasos sabían darle al tango la intensidad que su rostro no reflejaba, pues un tango que se baila sin intensidad no es un tango.

-Queria preguntarte sobre un viejo amigo, que he oido que conoces. Queria preguntarte sobre Botas.- No era un tigre, pero se aproximaba, el tono de la reina se volvio mas callado e inquieto de lo usual, al pronunciar su nombre.- He oido que te ha hecho varios encargos, queria saber como se encuentra estos ultimos dias.

Mi reina... -la miró arqueando ligeramente las cejas en sorpresa, chasqueando la lengua y negando con la cabeza, amable y respetuoso, pero claro- usted sabe mejor que nadie que no es bueno preguntar por un antiguo amor a sus amigos, a menos que quiera picarse con la espina de la rosa.  ¿Y con que propósito?  Duele, y la gota de sangre sólo se verá igual de roja que la flor. 

Le puedo contar, sin decir más que lo que un amigo podría decir, que está bien, a secas, pero bien. Le acabo de hacer un wheatpaste para celebrar que es ahora duelista del Verano.  Está en una pared de la callejuela que da a la Sagrada Familia.   

Se que se repone de la pérdida, o al menos parece.  Se dedica en cuerpo y alma a la defensa de los perdidos, por lo cual le estamos agradecidos todos. -hace una reverencia que sirvió de paso de baile al mismo tiempo.   Aunque sigue con su obsesión de duelos, por más que le doy consejo de que no lo haga.   Arcadia lo dejó trastocado en esto, ¿pero... a quien no? - ahora se refleja tristeza, una poca, en la mirada del perdido floreciente.

La última vez que lo vi fue en el carnaval, donde muy gentil, portó la máscara que le preparé.  "Una para usar sobre la otra", me dijo, jajja. -Macario se rió, entre triste y divertido.

Miriam trataba de seguir los pasos de su acompañante de baile, y claramente no estaba a la altura del mismo, pero se dejaba llevar para que no se notase demasiado.

-Lo lamento, me gustan mucho las artes, pero no es que se me den excepcionalmente bien. ¿Así que sois de la Corte de Otoño? Llevo poco en la ciudad, apenas si conozco a mis compañeros de corte. Aun no tengo el placer de conocer a la mayoría de las otras cortes.

-El bueno de Botas, siempre igual, aun recuerdo cuando recorria las salas de mi corte, inquieto y siempre vital, buscando algun reto con el que superarse una vez mas. Nunca tuvo Primavera un campeon igual.- Pronuncio la reina, con gran melancolia y pena. Macario podia notar que en el corazon de la reina, estaba marcado por mas de una espina.

Pero lejos de apagarse, la reina tomo impulso para descagar su tristeza en aquel baile, acercando de manera peligrosa a Macario a su cuerpo, en elegantes y provocativos pasos ejecutados con excepcional habilidad. Y en cada uno de ellos, el joven artista se veia inundando por el olor de la reina, un incieso impregnado del olor a canela, que estimulaba en mas de un sentido.

-Tienes razon, deberia pasar pagina, no es propio de una reina lamentar la perdida de uno de sus siervos, y estoy segura de que el sera muy feliz en su nueva corte.- Razono la reina, sonriendo ligeramente.- Pero aun asi, me apena que no haya podido despedirme de el en condiciones mas favorables, y mas aun, sabiendo que hoy es su primer cumpleaños que no pasamos juntos. Incluso tenia un regalo preparado para darle por si pasaba por aqui, en señal de que deseo que pase un año prospero en la corte de la Lanza de Hierro.

El tiempo discurre, y los musicos siguen tocando, con el ratido dejando la trompeta a un lado, para sentarse delante del piano.

-Señoras y Señores, y demas bichos raros.- Saludo el Perdido, con una gran sonrisa amarillenta.- Le dedico esta cancion, a todas las parejas tormentuosas presentes, para el resto no se preocupen, ser soltero o soltera tambien tiene sus ventajas.

Unas breves risas explotan entre los bailarines, y los dedos peludos del trompetista empiezan a bailar sobre el piano.

http://youtu.be/ZPX_uoriC4U

¡Buenísimo el tango!  Tan ad-hoc a la situación.   Las vueltas, con energía y pasión lo habían dejado un poco mareado, ebrio del glamour de todos alrededor y de lo que sentía que su reina expresaba.  ¿No todos hemos paseado por estos sentimientos alguna o muchas veces?  

Macario trató de adivinar en la mirada y entonación de Jenny si el "regalo" en efecto sólo lo era, o tenía truco.  

¿Quisiera mi reina que le dijera a Botas, cuando lo vea próximamente, que en los baños salamandrinos hay un regalillo esperándolo?  ¿Un token de su aprecio, buena voluntad y buenos deseos?

Salazar se esforzaba por compensar con su maestría la falta de experiencia de Miriam; no podía culpar a la muchacha, ya que a fin de cuentas un tango es un baile complicado.

- Así es, pero durante un acontecimiento así, mi Corte es lo de menos

-Seria un placer, joven Macario, y te doy las gracias, pero debo rechazarlo.- Nego la reina con educacion la oferta de Macario.- Conozco a Botas, y su orgullo impediria volver a mi terreno si el deber no lo llama. Mucho me temo que tendre que enviar un mensajero, alguien de suma confianza y capaz de envolverse en la corte de Verano para llevar mi regalo, y una lengua capaz de hacer bailar un pinguino en un prado florido bajo el sol.- A todo esto, puedes ver entre los bailarines, a Salazar que llevaba con casi igual maestria que la reina a Miriam, y eso que la joven Perdida demostraba tener dos pies izquierdos en sus torpes pasos.

Sabes adonde lleva todo esto, la preparacion que la reina ha tomado para pedirte y convencerte, a partir de una no tan inocente pregunta, asi que estas seguro de que va decir la reina a continuacion, encargandote hacer de mensajero, es por eso, que te pilla por sorpresa sus siguientes palabras.

-Berry Legs, si, ella enviara mi regalo a Botas.

Berry Legs, una Perdida que aun con sus fortalezas, nadie en su sano juicio la llevaria a tal tipo de mision en terreno de verano, incluso le costaba manejarse en su propia corte, siempre nerviosa y asustada de destacar demasiado ¿Porque la reina la mandaria a ella a tal mensaje?¿Acaso no habia mejores voluntarios?¿Acaso era alguna otra clase de truco?

Me gusta lo del pingüino bailando... ¿eh?  ¿Berry?  Pero si ella es, es, ... es ¡como un chivo en cristalería negociando!, si me ha de perdonar la expresión. Macario da una vuelta, llevando a su reina en un giro pegada a él.  Aun hablando, está atento a cada paso del baile.  Tendré que acompañarla, dice, atrapado, Macario.  Al menos estar ahí cuando ella esté.  Su cara mira al uno y otro lado, en ese paso digno y elegante del tango.  ¿Que leo en los ojos de Jenny? ¿Es algo que podría lastimar al Botas? 

Al acabar la pieza, le hace una reverencia, como corresponde, a la doña.  Ha sido un baile maravilloso, gracias mi reina. -lo dice sincero, y un poco sin aliento tanto por el movimiento como por la energía que despide Jenny.  Menos mal que no soy una palomilla...

La deja en su mesa, donde otros acuden a saludarla prestos, haciéndole justa salamería y buscando favores y consejos.  Toma entonces su lápiz y se pone a dibujar el baile de Salazar y Miriam.  Quiere tener un dibujo de cada changeling de la corte.  Así podrá visitar sus sueños más fácilmente.  Harán una hermosa colección en los pasillos salamandrinos.  

Terminando está su pieza, que no le ha quedado nada mal, cuando ve que los comensales ya han comido lo suyo de la fuente y aun sobra comida.  Luego ve a los jugadores en las mesas.  Se acuerda entonces del orfanatorio del Hospitalet, de la casa donde los curas guarecen a los indigentes, que cada vez hay más en la Barcelona de la crisis, y sólo suma 2+2.  Brillan sus ojos y se dibuja una sonrisa, camina hacia una de las mesas que dan a ambos lados del festín y las tragamonedas, ¡y de un salto se sube en ella!

¡Señores! ¡Haganme caso, volteen aquí!  

Tanta comida que sobra, y tanta hambre que falta quitar.  

Y ustedes, aquí nomás gastando moneda tras moneda como si no hubiera futuro o sentido.  Hagamos mejor uso de sus manos y sus mentes.   

¡¿Quién me acompaña a llevar estas viandas, aquí sólo a unas cuadras, donde gente con verdadero gusto se la comerá?!

Invocará su contrato poderoso de la Primavera Verdeante, usando el glamour que ha captado en la fiesta, o el que aun guarda en él.  Es lo que haría un verdadero Bodisatva parece decirle con su mirada a la reina, quien lo ve, ¿atónita? desde su lugar.   

Algo para reportar, don Salazar.  

Jajaja, Macario se quedó parado en la silla.  ¡Nadie le hacía caso!  Los jugadores se voltearon indiferentes, sólo unos segundo, con miradas vacuas.  Lo vieron y ¡sólo siguieron echándole monedas al tragamonedas, como a su vida!  Se quedó parado, brazos abiertos de su último gesto, entre incrédulo, divertido de verse a si mismo ridículamente parado y hablándole al aire, y si, un poco espantado de lo veía que hacía el sistema hacia la gente, una indiferencia zombi.  ¿Es esto Arcadia o qué? -le dijo con gestos de su boca a Miriam y Jenny y Salazar, aun no creyéndolo. 

Pensó en lo simbólico que era la moneda que caía, la vida de esta gente es un tragamonedas. Donde alguien sabía los odds y se hacía rico, y  la gente que jugaba lo sabía y se hacían los tontos y participaban porque algunos, quizá ellos, pensaban tontamente que lo vencerían alguna vez y pasarían del  otro lado.   Si, estamos una parte horrible de Arcadia, lo estamos.  

Entonces -pensó con determinación- tengo que encontrar su parte luminosa.  Y de un salto igual al que subió, bajó.  Tomó una de las charolas más llenas y dignamente, riéndose por dentro de su ser parado allá arriba hace rato, y se dirigió la puerta.   Pues iré yo sólo si nadie me acompaña.  - dijo con fingido (y no) juguetón resentimiento.  Luego sentenció de a deveras: Piensen que en un mundo de Rayuela, ustedes estarán mañana en el lugar de los indigentes y otros acá, jugando. 

Charola y dignidad en alto, Macario salió por la puerta del casino.  Les traigo la charola de regreso en unos minutos. le dijo al guardia del casino. 

El discurso de Macario acabo hundido de por si, y pudo notar como el Wyrd no acudia a sus silabas cargadas de altruismo. Era un mundo frio y duro, donde un golpe de palanca, te podia llevar de la ruina a la riqueza ¿Quien iba creer en despojarse de lo que es suyo, por aquellos que no habian sabido jugar mejor las "cartas" de su vida?

Y la indignacion iba para mas, cuando Macario iba a hacer por el mismo, lo que nadie se molestaba, se interpuso el guardia empujandole bruscasmente, casi haciendo que tirara la preciada comida, insultandolo de ladron y lunatico entre sus palabras.

Las cosas pintaban lo peor, cuando aparecio en escena una de las crupiers del casino, entrando con paso ligero y preocupacion.

-!Fabian, no¡ Es un amigo.- Calme al guardia, al que conocia, poniendole una mano tan plana como el papel en su pecho.- Trabaja en un centro de acogida, le prometi que le daria un poco de comida ¿Espero que no sea molestia?

El guardia mira con sospecha entre yo y el joven "agraciado", pero al final gruño con aceptacion, y se mantuvo a distancia, cruzandose de brazos y sin apartar de vista a Macario.

-Debes disculpar a mi amigo, se toma muy en serio tu trabajo.- Me disculpe con una gran sonrisa.- Y tu tambien, por lo que veo mi amigo. Te he observado durante toda la noche, tienes un monton de vigor y pasion. Pena de que juegues de manera pesima, lo que has hecho ahi delante de todos esos "normales", es como mostrar tu full de ases a toda la mesa antes de que siquiera toquen las apuestas.- Me burle de manera divertida, aun sin creer lo que habia hecho ahi.- El Wyrd es algo demasiado temperamental para usarlo como un juguete, usalo sin razon o freno, y perderas todo lo que aprecias en un plis-plas.- Chasque los dedos, una y dos veces.