Partida Rol por web

¡¡¡KIM!!!

Darcy oyó a su amiga y lo comprendió todo. La chica había desaparecido entre los chicos y su hombruna complexión había hecho que pasase desapercibida. Darcy saltó escurriendose entre Channel y Jess para y estiró la mano para agarrar a la violenta rubia. No sin esfuero, tiró de ella para sacarla de caos. Joder, Kim. ¿Dónde te habías metido? Te has perdido el intento de freírme.
Y hablando de frituras...¿Se han asado ese par de perdedoras o están intentando asarnos?

Entre todas cogemos el sofá y cargamos contra el friki. Y ¡¡Chas!! Vaporizado.

-¡Dame una B! ¡Dame una Y! ¡Dame una E! ¡Bye! ¡Siiiii!- Salto feliz, animando a mi nuevo equipo de compañeras. -¡Somos... somos... somos las mejores!- canto feliz -¡No ha quedado ni una partícula!...-

¡Ay, madre! ¡He usado una palabra friki! Seguro que ninguna animadora que se precie dice partícula... signifique, lo que signifique es una palabra friki seguro.

Por suerte para mi nadie me estaba haciendo caso y creo que no me han oido. Channel dice algo de una proyección holográfica que no sé muy bien qué significa pero me suena a las luces que hay en la discoteca cuando la música es guay.

Lo único que importa es que ya no está. 

Y entonces llega al fuego. Y a mí me importa poco el ropero de Channel ¡¡pero mi ropa está ahí arriba!! Mi ser se debate, desgarrada, entre subir a rescatar las cosas de mi maleta: mi maravillosa ropa, mi perfum francés, mis tampax rosas, mis manolos, mi bolso de Vuitton, mis cremas de baba de babosa (¡mil veces mejor que la de caracol!), mi plancha del pelo antielectrizante... O hacer lo que me manda Channel. Al final rezo una oración rapida* y en silencio por mis cosas y hago lo que Channel me pide

"Virgen de Guadalupe, ten mis cosas en tu gloria. Que en tu armario divino se queden, líbralas del averno y si las usas, antes de que yo llegue, vayas al infierno"

El fuego molaba y mucho. Ver las llamas elevarse mientras consumían las ropas de su nueva archienemiga Channel, era un vicio. Casi se les podía escapar el pipí de la emoción. Aunque quemar cosas que arden rápido en una casa de madera tiene un problema: que hay que salir por patas antes de acabar como perritos calientes. Aquello les recordó levemente a cuando quisieron ponerle el pelo color fuego a la Barbie que les trajo papa noel. Qué risas esa navidad, excepto mamá, que no parecía entender la broma.

Menos mal que luego vino un bombero a apagarle el fuego y la fiesta pudo continuar. El caso, que el fuego arreciaba y mejor pirarse.

Se adecentó la ropa para no parecer desaliñada y puso en su sitio un fleco rubio de Lilith que con la emoción del fuego y la barbarie se había salido de su sitio.

–Perfecta como siempre, querida. Pero mira que eres guapa, chica -comentó mientras lo hacía, simplemente constatando una realidad: Lilith era mazo guapa porque era un clon de Luzbel, claro-. Bueno, qué remedio, tendremos que bajar y ver a la chusma. Que sea rápido, hermana. Bajemos, y que nuestros perritos nos ayuden a mantener lejos a esas hijas de puta y sus acólitos de la mugre. No tenemos ni que prestarles atención, perdámonos por los pasillos del servicio y salgamos por donde podamos. Que se queden en su fiesta de mierda.

Chasqueó los dedos para que los perros del demonio las escoltaran. Eran tan lindos y tiernos...

Sonrío a Luzbel cuando me coloca el mechón de pelo rebelde y después me halaga, para después coger su mano y andar con ella para abajo. No se veía una mierda, pero tenía la tenue iluminación de mi móvil. Obvio que era guapa, quizá un poco más que ella. Porque todos sabemos que siempre hay una gemela que es más guapa que otra. Y esa era yo.

- Tienen problemas abajo... - murmuro solo para mi hermana - Con suerte están ya todas muertas, o no se enteran... - a estas alturas no les temía. Eran niñatas sin más, no es que fueran a venir a apuñalarnos a sangre fría. No tenían nivel para eso, ni cojones. Ni nada. 

Abajo el friki había desaparecido, momentáneamente. Eso era bueno porque al menos había dejado sonar esa horrible música con guitarras e instrumentos y eso. Todo el mundo sabía que la mejor música se mezclaba sin esfuerzo en un ordenador y luego era cantada por una diva o un rapero conocido, al que luego te podías acercar, grabar un vídeo porno y ganar pasta. Es decir, la música con instrumentos era para pringaos, Mozart no salía en la vogue, o en la people... 

Cargar contra la puerta se hacía un poco imposible, Channel lo comprobó cuando vio a tanto hombre allí junto, que ahogaban hasta a Kim con sus músculos definidos, que podía palpar bajo aquellos polos que llevaban. Alguno podría levantar a pulso fácilmente a dos HOTS sin despeinarse. Sí, eso era lo que estaba comprobando la novata. Eso y que echarse AXE era tendencia en la fraternidad masculina.

Arriba parecía desatarse el caos, no solo olía a quemado, sino que del humo bajaron las gemelas muy dignas ella. Encabezando la comitiva llevaban a sus dos bestias del infierno. Aquello era una guerra declarada a Channel y a la fraternidad.

– Hasta la chusma quiere salir huyendo de tu mugrefiesta, Channel, ja, ja. Qué asco das, perra –dijo mientras bajaban como dos reinas por las escaleras señoriales. Se pinzó la nariz con los dedos para protegerse del olor a callejón meado que había ahí abajo-.

Ciertamente, la ocasión la pintaban calva: solo tenía que ordenar a los perros que atacaran para causar una auténtica masacre allí, de gente huyendo y pisoteándose unos a otros para alcanzar una salida… que no se iba a abrir.

¿Y por qué no?

Channel no dedicó ni un pensamiento a las dos hijas de satán que bajaban por la escalera con los perros. Tampoco es que tuviera muchos habitualmente. 

—Mirad, bajan cuatro perras por las escaleras... —fue lo único que comentó. Las gemelas probablemente habían quemado su vestuario. Pagarían por ello, pero pagarían en un futuro próximo, ahora lo importante era huir del incendio, del friki chungo que estuviera orquestando los holograma y luego echar a las gemelas la culpa de todo. 

—Chicas... plan B, de Buenorras que somos. Carguemos el sofá... ¡Y contra la ventana! Esa que no está llena de gente tratando de huir. Al llegar lo arrojamos y luego podemos intentar salir por ahí haciendo piruetas. Lucy y Lily Monroe se han metido tanta droga que han incendiado la fraternidad. Está todo asegurado, pero ahora lo más importante es que sobrevivamos todas, somos el futuro de esta HOTS.

Esta fiesta tiene visos de ser legendaria... si consigo echarlas la culpa de todo. Tendré que volverme bollera o algo, los chicos son todos unos cobardes y las novatas han aguantado como campeonas, ellas sí que son el futuro de HOTs. 

Tengo que sonreír por como cunde el pánico abajo. Seguían jugando al juego de humillación infantil, ahora te llamo esto, ahora te llamo lo otro. Quizá algunas de estas petardas era la autora de aquel regalo que no había llegado a disfrutar... Pero ya era demasiado tarde como para retroceder. Ya tendría tiempo de compensar con otras cosas, como algún crucifijo de pared. De esos con la dureza y grosor adecuado. Con suerte era Luzbel quien lo empujaba. 

Independientemente de los inoportunos pensamientos tórridos, parecía que quien fuera que estuviera puteando abajo, se había encargado de bloquear las puertas. ¿Sería un guiño complice a nuestros actos? Miro a mi hermana por ello y pasando de la chusma tiro de ella para la cocina.

Está ardiendo el vestuario de Channel arriba, y de allí aparecen las gemelas, quienes sonríen por algún motivo y mirando con desprecio a Channel (igual han visto al culpable... o igual fueron ellas). Agh, si no fuera por que le han declarado la guerra a Channel no me importaría liarme con ellas, pero ahora están vetadísimas. Además, se burlaron de mi pobre Stinky...

Channel nos anuncia el plan B, el de romper la ventana con el sofá. Sin dudarlo echo mano del sofá para levantarlo entre todas, pero empiezo a notar los brazos doloridos y no lo levanto con tanta energía que antes. ¡Ay, cargar peso no es lo mío!

Hago lo que manda Channel que para eso es la vieja del grupo y dicen que las viejas son más sabias. Pero, de nuevo, lo hago sin entusiasmo. "De verdad, de verdad, de verdad de la buenita que no entiendo cómo puede ser que tengamos que hacer esto nosotras. O sea, que ya sé que estamos atrapadas en un incendio ¿no? Pero que si viene el servicio a buscarnos pues ya salimos nosotras por el hueco que ellos hagan. O sea, es que es un plan genial"

Bueno, no importa. Yo hago lo que dice Channel porque quiero ganar puntos con ella y, total, en el incendio no me voy a morir. ¿Cuando se ha visto una noticia que diga "Chica increíblemente hermosa muere en un incendio"? Y si no se ve es porque no pasa. Es decir, las chicas guapas como nosotras no mueren en incendios, solo las normales y las feas. Así que estoy tranquila.

... Lo que no me tiene tan tranquila son las gemelas. Sus perracos me dan miedo y ellas bajan demasiado serenas "Estas están planeando algo fijo*"

Ni Jessica ni Mary Ann tenían fuerza para cargar el sofá contra la ventana. Channel era la cabeza pensadora y obviamente no podía romperse una uña cargando cosas pesadas, es decir, eso era de pobres y de novatas, no de la presidenta de las HOTS. Por las escaleras bajaron las dos gemelas, que iban con sus guardaespaldas perrunos, pero algo les pasó a estos...

Comenzaron a temblar y a lloriquear de repente, para pasar sus ojos a tener un color verdoso extraño. Sus orejas se pusieron de punta como si de dos antenas se trataran y se volvieron contra las gemelas.

Comenzaron a gruñirles, enseñándoles todos los dientes y echando una baba espumosa por la boca. Tenía pinta que iban a ser atacadas por sus queridos Kayne y Kim*.

Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr....

Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr....

Luzbel enarcó una ceja con escepticismo.

– ¡Mira estos! ¿Que se han puesto ñoños o qué? –a los perros se les había revuelto algo dentro y no veían claro. No se podía descartar que hubieran lamido alcohol barato que hubiera tirado por la sala. O que se hubieran infectado con la sangre de mala calidad de nosequién que mordieron aquella mañana. Pero una infección no podía justificar una traición. Ni la droga caníbal, ni la burundanga esa ni una sobredosis de rohypnoles. Hay límites y traicionar a las gemelas era algo que estaba más allá del efecto de cualquier droga, infección o enfermedad terminal. Imperdonable.

Además, tenía las mismas consecuencias.

– Kim, Kanye, a callar -ordenó, sin especial énfasis, con neutralidad. No hacía faltani enfadarse ni montar en ira. Y mucho menos temer nada. Ya no. U obedecían o no, y ya –. Qué lástima. Con lo que erais. Venid y salvad la vida o quedaos con esas perras y morid con ellas. Culo o codo.

– Me da a mí que esta noche hay quien se va a quedar sin su riquimartin -le susurró a Lilith-. Ya se nos ocurrirá algo –guiño–. Vámonos.

Estaba claro que respirar el mismo aire que la chusma había contaminado de algo a nuestras perritas. Aferro a mi hermana de la mano mientras miro con horror aquella abominación. ¡Estaban mordiendo la mano que les daba de comer! 

- Oh, joder, Luzbel... ¿crees que se recuperarán? Yo quería mi puto riquimartin...- entrecierro los ojos. Horror y horror... Pero no había tiempo que perder. El desastre camino era un daño colateral o una consecuencia de mezclarse con quien no se debe. O algo relacionado con quien montó el libro abajo, el que cerró las puertas... Pero prefiero ser egocentrica y crear un razón en torno a mi drama personal. Acabo tirando un poco de la mano de mi hermana para seguir de a pocos a la cocina, vigilando la reacción de las perras traicioneras.