Partida Rol por web

Los equipos estaban formados y habíais sido divididas equitativamente el azar es así de gracioso. Eso implica que vuestras compañeras de equipo no lo eran por esa noche, aquello era matar o morir... Bueno, ganar o perder que venía a ser lo mismo. Con qué cara ibais a mirar a la capitana del equipo de animadoras si era la primera en ser capturada aquella noche, pues con la de vergüenza máxima sin duda.

La luz desaparece entre los árboles, dando lugar a la oscuridad y a la diversión. Wendy se ha encargado de poner música para que os animéis, a la fantástica Britney #FreeBritney para que seáis conscientes que tenéis que trabajar como buenas perras. Da un par de palmadas para que le hagáis caso y os calléis, tras haber repartido camisetas, unas linternas y las banderas a proteger.

-Bueno, chicas- dice la jefa máxima con una sonrisa blanca y perfecta. -Tenéis quince minutos para esconder las banderas, ya os hemos asignado una prisión a ambos equipos. Ya sabéis las normas... Quien consiga la bandera del equipo rival gana, sino quien tenga más prisioneros del otro equipo hacia medianoche será considerado el ganador.

Y con un pitido de silbato da comienzo a LOS JUEGOS DEL HAMBRE la toma de bandera.

De fondo oís la música, que por suerte ayuda a que no os oiga el equipo contrario moveros entre los árboles. Os encontráis en vuestra prisión, la cual era un antiguo trastero con algunos útiles de jardinería dentro. Si hasta había un saco de abono que revolvía el estómago solo olerlo.

La bandera está por plantar y ser vigilada en algún lugar aún y os queda poco tiempo. Las niñas y demás de vuestro equipo os miran esperando órdenes, hasta los minion de Cheryl que están perdidas sin su guía.

-Esto...- dice la morena, tras acabar de limpiar sus lágrimas con mucha maña para no correrse el rímel. -¿Ahora qué hacemos, chicas? Osea... No está Cheryl...

De fondo oís la música, que por suerte ayuda a que no os oiga el equipo contrario moveros entre los árboles. Os encontráis en vuestra prisión, la cual era un antiguo granero que a saber qué hacía ahí en ese campamento. Seguro que más de uno se había escapado y se había dado el lote en aquel sitio tétrico y lleno de telarañas.

La bandera está por plantar y ser vigilada en algún lugar aún y os queda poco tiempo. Las niñas y demás de vuestro equipo os miran esperando órdenes, a lo que Cheryl hincha el pecho y da un paso adelante.

-Creo que deberíamos esconder bien la bandera y dedicarnos sobre todo a conseguir llenar la prisión del otro equipo. Empecemos por las niñas más pequeñas, serán más fáciles de atrapar- comienza a hablar con cara seria. -Y tú puedes esconder la bandera- señala a Danni.

Si, nos habían separado. Una estratagema de Kim que seguramente vigilaría atenta cómo trabajábamos fuera de nuestra zona de confort. Luego venía el extra, y es que se partiría el ojal desde su visión omnipresente viendo tras separar equipos sólidos y hacerlos moñearse entre si. No la culpaba. Al fin y el cabo, todas aspirábamos a ser lo que ella es ahora: The Bitchy Queen. 

No sabía como tomarían Danni y Eleanor que Cheryl decidiera tomar las riendas del equipo. Quizá mal. Pero no había tiempo de ponernos a debatir ahora, porque eso nos haría perder. Lo mejor era adaptarse, aunque por dentro te estuvieras acordando de los muertos de alguien.

- Cooperemos y ganemos. Creo que sobran las rivalidades ahora. Ahora lo que importa es ganar al equipo rosa. - comento, en general, pero con el aliciente de que Danni y Eleanor comprendieran la situación... Danni, sobretodo Danni y su enajenación y, por una vez, no la cagáramos. - De acuerdo, me parece buen plan. ¿Danni, cielo? - la miro, buscando aprobación en su mirada - Eres la mejor, confío en ti. - añado.

Mientras tanto, para mis adentros, formulo en mi cabeza las palabras adecuadas:

"Gran y poderoso Lucifer, Señor de la Oscuridad, tú que estás lleno de sabiduría y que dominas todo.

Te pido que en este día puedas interceder por mí, para dar la victoria al equipo azul, te ruego que la victoria sea nuestra.

Tú que sabes muy bien lo que es sufrir por culpa de los demás, puedes entender como me siento y cómo es que necesito el poder de los vencedores. 

Te ruego que me puedas dar este deseo, yo te seguiré hasta el fin de los tiempos si tu me lo pides, pues siempre permaneceré contigo"

Finalmente ya estaban cerrados los equipos y al menos, estaría con dos de sus amigas. Eso sí que era un aliciente, aunque tenían a la pelirroja de su lado, era una buena oportunidad para conocerla mejor y de tener que joder sus planes a futuro, se sabría cómo. 

Por ello con la mejor de las actitudes—algo muy típico de Eleanor—aceptó de buen agrado la sugerencia y se dispuso a mirar el lugar donde debían meter a la gente. Era horrible, bastante sucio, pero serviría como prisión momentánea. 

—Me parece perfecto, vamos por las niñas pequeñas. Incluso para ti será súper fácil, Cheryl, si ellas te admiran y con tal de tener tu atención, harán lo que quieras. 

Había que inflar un poquito el ego y mientras miró a Danni que debía esconder la bandera, asintió a las palabras de su amiga, Gillian. Que claramente estaba de acuerdo y ahora la idea era trabajar en equipo. 

—Eso Danni, tu puedes. 

La música de Work Bitch animó a Beth a organizar a aquellas pedorras, ya que no veía a Jennifer tomar el papel que solía demostrar. 

Este cobertizo está casi más limpio que el cuarto. 

—Venga, ¿de verdad queréis ser las perdedoras que dejasteis ganar a Cheryl? ¿Así os vais a ganar su respeto?

La morena está llorando. Beth la hubiera abofeteado, pero no quiere ser como Cheryl, que seguro que pagaba con ellas sus rabietas. Así que sólo chasqueó los dedos delante de la morena. 

—Nos distribuiremos equitativamente a lo largo de la línea. Las pequeñas... a correr y a buscar su bandera, Las mayores, a interceptar a sus corredoras. Pequeñas... lo importante es distraer y buscar, que no os pillen si podéis. Mayores, esperad repartidas, al principio se suelen lanzar como locas sin darse cuenta de que si te capturan estás jodida. Así que preparadas por si podemos ganar ahí. 

No era probable, pero tampoco iba a hacer nada Cheryl sin sus minions. 

Me había quedado pensando en las musarañas en lugar de estar organizando a este grupo de lloronas como era debido. Menos mal que Beth se adelantó y tomó el mando. La miro de reojo, algún día sería una buena líder. Pero aún faltaba algo importante: esconder la bandera.

-Tú -apunto a la chavala más joven que haya-. Coge la bandera y escóndela en el último sitio en el que miraría ninguna de las tías de aquí: el baño comunal. Vamos, rápido

La chica a la que había señalado Jennifer fue a esconder la bandera y le siguió Yanet, por si acaso no lo hacía como debía. Y así desapareció Yanet con la excusa de ir a esconder aquel trapo rosa, que era tan buena como cualquier otra. 

Aunque esconder la bandera era bastante importante, sobre todo teniendo en cuenta que todos los baños eran comunales y la joven animadora no sabía muy bien dónde exactamente quería que metiera aquello. Yanet tenía experiencia en baños comunales, era la única que se atrevía a hacer pipí en los baños del instituto... Al parecer de pequeña la llevaban a campamentos como ese por diversión... IU.

Las minions de Cheryl escucharon a Beth, inclinando la cabeza como sin acabar de comprender eso de ser unas perdedoras, ellas estaban lejos de perder nada y esa noche no iba a ser una excepción.

-Entonces... ¿Vamos a buscar a chicas para meterlas en prisión?- resume la morena y la otra pelirrosa asiente. -Vamos Toni, a por el equipo azul- dice con mucho ánimo, con un saltito típico de animadora y con palmadita y todo. Y ambas se pierden entre los árboles, así como el resto. 

Dejan a Beth y Jennifer solas en aquel cobertizo de útiles de jardinería.

Cheryl sonríe viendo que la dejan tomar el mando de todo, con esas coge la bandera.

-Pues yo iré a esconderla...- dice al ver que Danni no reacciona, seguía perdida en su ausencia de wifi. En un mundo ideal tres nerds pajeros estarían escondiendo la bandera por ella y ganando aquel juego en su nombre.

-Id a por esas perdedoras de rosa y llenad la prisión, las traéis a rastras si hace falta, de los pelos o a palos, me da igual- eleva la voz y mantiene la cabeza bien alta, que parece que sí que le daba igual aquella plebe ahora que era de un equipo. La competitividad le sudaba por los poros en ese momento, no había amigas, ni compañeras de instituto, ni nada... Solo equipo azul o rosa.

Tras lo dicho Cheryl decide marcharse a esconder la bandera y deja al resto en el cobertizo y con el bosque nocturno frente a ellas. El resto de niñas comenzaron a correr por el bosque a seguir las órdenes de Cheryl.

Beth había amenazado organizado a las pequeñas, Jen había dicho de esconder la bandera en el único lugar donde realmente no irían jamás aquellas perras.

—Eso es, primero todas de nuestro lado capturando. Luego cuando queden pocas será nuestra oportunidad. 

Ahora sólo tocaba que el plan saliera. Que las otras forzaran su mano. Una vez hizo eso, se quedó un momento en el cobertizo antes de salir y esconderse cerca de los baños comunales. Allí podría vigilar lo que pasaba. Y proteger la bandera. Luego, cuando tuvieran a muchas en la cárcel, sería su oportunidad. 

Si  nos podíamos a debatir quién mandaba aquí, estaba claro que nunca optaríamos a la victoria. Por eso no pongo objeción a la capitanía de Cheryl, que aparte parece sensata y una gran competidora. Toda una profesional en el arte de ganar, donde quedan en segundos planos enemistades, amistades y rollos amorosos. 

Ante la pasividad de Danni, es ella quien acaba cogiendo la bandera y abandonando el lugar, en busca de un buen escondite. Yo tengo que mirar a Danni.

- Aprovecha si te encuentras alguna de esas grupies tuyas para capturarla fácil, tienes esa ventaja. Promételes un selfie contigo o un morreo, según sea el interés - le acabo comentando en tono divertido. Aunque cualquier llave es válida si abre la puerta de la VICTORIA. Dicen que en la guerra y el amor todo vale... y esto es una guerra.

Le doy una palmadita en el hombro y luego miro a Eleanor.

- Suerte y ganar - le dedico las últimas palabras antes de salir de nuestra prisión y ponerme en modo perra rastreadora. Moviéndome por el lugar para capturar presas fáciles, sin exponerme demasiado como para que me capturen a mi... Aunque si esto último pasaba, entonces la captura tendría que prepararse para sentir.

—A mi juego me han llamado. 

Aquel susurro soltó a través de una expresión divertida y un poquito maliciosa. Eleanor estaba dispuesto a todo con tal de ganar, así que a ello iba. Incluso le pareció bien que la diva—alias la líder del equipo—se fuera a esconder el objeto, aunque siendo un poco tonta, hasta lo encontraban rápido. 

No obstante mientras escuchó las palabras de Gillian, le guiñó un ojo con picardía y rápido se perdió entre las sombras, camuflada cual ninja detrás de algún árbol e iba en zig zag avanzando para encontrar a su presa. Tenía que ser alguna de las que más tirria le podría provocar. 

Había empezado el juego y era hora de demostrar lo que valíamos. Con la bandera bien escondida y sus chicas correteando por ahí, era el momento de empezar a llenar la cárcel de víctimas. Y así pasa. A los pocos minutos encuentro a una pobre pardilla más perdida que una pobre en un centro comercial.

—Tengo una idea mejor, bocachocho. ¿Y se me comes la chucha, te vas a tomar por culo y te arrodillas ante tu diosa, cacho de puta? Aquí mandan las tres que tienes delante y ahorita mismo vas a decir «sí, ama» o te pego tal patada en el coño que vas a escupir cordones como cuando escupes pelos de coño.

Es lo que iba a decir Danni, pero estaba claro que al irse el wifi tenía un problema de ping, de lag o como se llamara eso cuando hay retard.

Para cuando acabó de desear decirlo e iba a abrir la boca, la chochomona se perdía en el bosque.

—Pero qué…

Despertó. Joder, estaban siguiendo las órdenes de aquella zorra frígida y a nadie parecía importarle. Haciendo grupito con el enemigo. Un enemigo que no dudaría en apuñalarlas en la sala de máquinas cuando vas corriendo a reparar un sabotaje.

Estaban allí. Y entre ellas, una traidora. Among us.

Algo llamó desde el fondo. El router le hizo clic trayéndole algo.

 

— ¿Pero esto qué es, Nelson querido?

— Esta quincena está de moda, Danni. Tienes que jugar al Among Us. 1200 millones de sesiones. 200 millones de horas vistas. Los influencers están jugando. Hacen equipos. Se suman audiencias millonarias.

— ¿Amouranth tiene equipo? ¿Indiefoxx? Pregunta cuánto vale una entrada en sus equipo de zorras y anorgamers y consigue un pase como sea.

— Sí, Danni, lo que digas, Danni. Danni, el custome…

— Son monigotes. Muy graciosetes, pero no me puedo disfrazar de esta mierda. Esto es inviable, Nelsonsito. ¿Esto es lo que quieres para mí? ¿Así me cuidas? ¿Tengo que recordarte dónde está la pasta? ¿Sabes lo que me cuesta ganar lo que te pago?

— Pe… pero Danni…

— Nelson, empiezo a creer que no estamos en el mismo nivel de compromiso en esta relación.

— No, Danni, eso no. Sabes que no, por favor te lo pido Danni.

— Ok. Tú a los cables. Ya me encargo. Tengo que estar en todo, joder. Menos mal que tengo armario de sobra.

 

                  

Había que ganar aquella guerra. Y todo empieza estando donde tienes que estar.

Y Danni sabía dónde.

Vio la espalda de chochofrío perderse entre los árboles.

Vio a la dulce Eli y a la ácida Gilli.

No hay victoria sin víctimas. No hay gloria sin sacrificios. Y los millones no llegan sin pelear.

—Estoy bien, chicas, no os preocupéis—les dijo, sin perder de vista a Cherill.

Y salió trotando detrás de ella.