Partida Rol por web

-Deberíamos ir a buscar al resto de chicas- dice Matt, que echa de menos a su Jenn o puede que le picara bastante la entrepierna de verte con aquel bikini enano. -El entrenador se ha quedado durmiendo, vamos con su jeep y tú las llamas con disimulo y las traemos, ¿qué me dices, Beth?

Eleanor y Jennifer no saben bien qué hacer con aquel pastel que se han encontrado, hasta que Danni da con ellas. Parece que ha salido corriendo, como si hubiera visto un grupo de nerds en celo que la hubieran reconocido y estuvieran pidiéndole unos autógrafos.

Además la loca viene gritando, delatando su posición ante el enemigo en aquel juego.

—¡¡¡TÍASSSSS!!! ¡¡¡QUE SE CANCELA EL JUEGO!!! ¡¡¡NOS VAMOOOOOS!!! ¡¡¡LA PUTA´LA KIM ME HA PEGADO LA MUY ZORRA!!!

¿Olía a barbacoa?

Danni a su vez pudo ver el cadáver de Yanet a sus pies, aquella pechonalidad era una gran delatora, aunque estuviera decapitada. ¿Dónde estaba la cabeza? Porque Yanet tenía un pelo divino también, que para unas extensiones...

No parece que la figura se acerque sino que está llegando al otro lado, al campamento de los chicos. Obviamente tenía que ser el campamento de los chicos porque no había más campamentos al otro lado del lado. Era lo conveniente para la historia, así como el lago, palabra de DM. Alabemos.

Mientras tratas de discernir en la oscuridad qué campamento es aquel o si es Josh y su anaconda quien cruzan el agua, aparece de entre los árboles aquella loca de nuevo.

-¡Ven aquí, maldita zorra! Te voy a cortar esos pelos de colores que me llevas, que vergüenza- grita Betsy haciendo otro barrido con su hacha que esquivas por los pelos, de hecho algunos de tus pelos caen al suelo en ese giro. Estaba afilada la puta hacha, a saber desde cuando llevaba pasándole la piedra a aquello. Mucho seguramente, una frustración de no ser ella pasada por la piedra, obvio.

Los hombres sí que sabían recibir a una campeona como yo. El agua fría del lago había calmado mis heridas de la rubia robot y  ahora atravesaría a Matt si le abrazaba. Como estaba claro que aquel ciborg robot rubia era producto de mi imaginación, no había problema en volverme con Matt y pillar a las chicas para traerlas de vuelta. Tras la copa y secarme un poco, claro. Y si la rubia era real, mejor rescatarlas. 

—Venga, vamos. Espera que me acabo la copa. ¡Espero que haya unas cuantas cuando volvamos!

Con suerte me echaba un polvo de camino. Fuck Jenn. Era todo muy surreal, como una película. 

Me subí con el al Jeep. 

—Oye, Matt... ¿Tú como estas de bien con Jenn? ¿Qué tipo de relación tenéis?

La visión me había jugado una mala pasada. En un primer momento me pareció que la persona a nado se estaba acercando y me imaginé el cuerpo de alabastro de Josh, yo agarrándome a su cuello y él salvándome de la gorda psycho. La celebración de la vida que se sucedería después sería de lo más apoteósica y...

Joder. La voz de Betsy me saca de la ensoñación, contrariándose mi cara en un gesto de nuevo drama acompañado como un grito, a modo de réquiem por mi melena mancillada. 

Antes de que pueda volver a atacarme, echo a correr. Como cuando alguien se cagó en el jacuzzi en aquella fiesta en Spring Break.

- ¡Socorro! ¡Una puta loca quiere matarme! ¡Tiene un hacha! - intento decir todo lo alto que pueda, con al esperanza de ser escuchada por alguien en aquel puto lugar. 

Corro y corro, tratando de alejarme lo máximo que pueda... que si me daba brío sería bastante y podría tratar de cruzar a nado. Quizá la persona que vi también huía...

Subes al jeep, que tienen varios allí los chicos. Era el coche de la adolescencia por excelencia, así nos lo habían hecho ver las películas y series de adolescentes americanos. Todos tenían un jeep y todos iban al lago dando chillidos y con la música a tope.

Ese es el coche de Matt, que junto con Josh parece que se ofrecen a llevarte, sin más compañía. Así podríais traer a las chicas en los huecos libres. Josh pone algo de música en la radio, con el futuro presidente puto amo Kanye.

Josh va cantando la canción, que obviamente se la sabe. Matt simplemente conduce por los caminos oscuros entre los árboles.

Matt no parece ser tan fan del señor West, así que va conduciendo en silencio. Hasta que le preguntas por su relación con Jennifer. Nada podía ir mal con la capitanísima, porque así estaba destinado: la capitana de las animadoras y el quaterback serían los reyes del baile de primavera. TODO EL MUNDO LO SABÍA.

-¿Cómo de bien? Somos novios, Beth, ya lo sabes. Qué pregunta más tonta- se ríe. 

La loca de la conserje parece ser una bola de grasa sudorosa, que debería de faltarle el aliento por correr detrás de ti y más con un hacha entre sus manos. Pero parece que te va a la zaga, no muy lejos y no logras despistarla. La hija de puta ni suda. Lo que no sabes es que el trauma de no haber sido animadora en el instituto la había hecho entrenarse para este día.

Ella sola en su cabaña, haciendo dominadas y aumentando el odio con cada subida de aquella barra. Solo podía pensar en acabar con aquellas malditas animadoras, con sus falditas, y sus pompones, y sus malditos saltitos y chillidos.

-¡Ven aquí, come ensaladas!- te grita mientras te sigue. -¿Quién crees que va a salvarte? ¿Tu amiguita tetona? ¡Está muerta! ¡Y eso pasará con todas tus amiguitas!- grita tanto que le sale un gallo ahí desafinado, pero no era momento de reírse.

Y cuando os preguntáis de qué habla la tarada de Danni, que seguro que el wifi le había fundido algún plomo en la cabeza. Que era como cuando el móvil no tiene cobertura que es una piedra inútil para nada. Pues aparece Kim, con una sonrisa un poco macabra y os mira.

-Vaya, has encontrado a tus amigas para hacer más fácil el trabajo...

La tía estira un brazo hacia delante y de su puño salen como unos rayos de luz. El haz roza a Jennifer, quemándole la piel y comenzando a oler a barbacoa allí. Qué hambre y qué mal a la vez. Pero sobre todo qué dolor aquellas quemaduras de segundo grado por lo menos en la intacta piel de la capitana.

Vamos por la carretera con la música del loco de Ye. Está bien, los negros trípodes estaban más cerca de los animales y sus ritmos y conectaban con nuestro cerebro primal en buenas canciones. Yo aprovecho el momento para meter mierda, porque es lo que se me da bien. 

—Esto... Mejor lo hablamos luego —le dijo bajo, para que le llegué sólo a él y no al tarado gritón de su amigo, que no para de cantar. 

Sí, Jenn ya no se merecía ser la jefa de animadoras, e iba a sufrir en sus carnes mi venganza. Todos y todas la iban a sufrir. Les iba a doler todo como me dolía el dolor fantasma del brazo del mal sueño que había tenido. 

Esto era una locura, Yanet estaba muerta y ni siquiera buda podría ayudarla en una situación semejante. Por esa razón es que emprendió la marcha con la intención de buscar a la reina del circo, aunque en medio de encontraron con una Danni que al menos Eleanor no le entendió un cuerno de lo que decía.

De todos modos la cogió de la mano para que no se pierda en sus delirios tecnológicos y continúo corriendo de una forma poco atlética, quizás era la desesperación. 

Al ver que Kim estaba allí, notó algo raro la rubia y ya no le quedaron más chistes para contar. Si estaba de bromas la jefa, esto ya era pasarse. Más aún cuando en uno de sus locos ataques, la víctima es Jennifer. 

—¡Nooo! ¿Estás loca? —dijo desesperada—. ¿Que tintura usas para el cabello? ¡Te está desquiciando! 

No pudo evitar el soltar aquello, aunque rápido salió corriendo arrastrando a Danni en el proceso. Jennifer era dura, seguro se levantaba y la dejaba pelada. 

Mis amigas. Mentarlas supone un antes y un después en mi cabeza. El ataque sorpresa me había hecho olvidarme de ellas... ¡Pero no podía quedarme sin mi equipo! Ahora que por fin me sentía parte de algo. Podría hasta olvidar del todo el tema de las fotos. Podría.

- ¡Podremos morir pero tú vas a seguir siendo igual de fea y gorda! ¡Un bicho, un bicho! ¡Iuuuu! - no, aquella loca no iba a tocar a mis amigas. Esperaba que lo de la tetona fuera un farol.

Aprieto los dientes e intento orientarme para ir volviendo al campamento para encontrarlas y advertir. Juntas seríamos mas fuertes.

Danni llegó trotando entre los árboles mientras berreaba que el juego se había acabado. Desde su punto de vista, estaba en plenas facultades de decidir cuándo tenía que acabarse la fiesta. Había visto los huevos de oro.

Porque aquello, no no no, aquello no era un juego. Nunca era un juego.

Saltó un matojo y ¡bumba! Aterrizó junto al fiambre.

—Pe… pero qué… ¿Yanet? ¿Es Yanet?

Sí, correcto, es lo que imaginas, querido lector: en aquellos 4 microsegundos, la mente de Danni era una mezcla de desconcierto, horror, duda y sí, ok, sí, la fascinación al darse cuenta de que las tetas de Yanet eran tan perfectas que valían para rueda de reconocimiento. Y sí, ok, ¿puede una divinidad tener envidia de las tetas de una muerta? Sí, ok, correcto. Pero solo una milésima de segundo.

—Dios mío, ¿es Yanet?

Que sí, Danni, es Yanet.

Miraba al cuerpo, luego a las chicas, luego al cuerpo, las chicas. Se ve que era primavera porque con el polen de pronto los ojos se le empaparon de agua hasta derramarse. Cayó de rodillas, alargando una mano temblorosa que no se atrevía a llegar a tocar.

—¿Qué coño ha pasado, tías? —señaló a las tetas, como si las otras no hubieran visto ya a la animadora—. Ya…net.

Yanet la perfecta vecina, la leal amiga sin mácula ni pinchos, divertida pero sin histeria, jamona pero sin chabacanería, buena estudiante sin esforzarse ni jactarse, bailarina de country, la mejor almohada para una resaca, posiblemente la única cuyo novio no se había tirado Danni cuatro veces, y con todo su perfil de obvio superviviente de cualquier slasher… ahí, descabezada.

Se llevó las manos a la cara, moqueando cuando, de pronto, llegó la hija de puta de la Kim y se puso a disparar como antes, impactando en la jefa de animadoras. ¿De qué cojones iba aquel campamento de mierda?

…EH…

… un momento…

Se sorbió los mocos y los lagrimones con la manga.

…eso es…

Eleanor intentaba llevarse a Danni por patas. Pero Danni se zafó con un gesto firme.

—Claro. Por eso no hay wifi. POR ESO NO HAY PUTO WIFI. ¡LA PUTA ROBOT ESTA SE LO ESTÁ CHUPANDO TODO! ¡PERRA! ¡HABÉIS MATADO A MI AMIGA! ¡Y ENCIMA NO SE LO PUEDO CONTAR A NADIE! ¡¿SABES CUÁNTOS FOLLOWERS VALE ESO?! ¡AY QUE MATARLA!

Dio un salto de animadora para meterle una hostia a la momia.

O sea que la causante de la muerte de Yanet era la zorra de Kim. Pero aquella Kim era una especie de Power Ranger en rubio de bote que disparaba rayos ¿Qué coño estaba pasando aquí? Entonces fue cuando aquella loca le chamuscó la peluca. Le había hecho daño de verdad. Intenté hacerle saltar los dientes de un puñetazo pero en su lugar me caí de culo dolorida.

Menos mal que Danni en un frenesí imbuido por estar sufriendo el síndrome de abstinencia de la wifi, arremetió contra aquel mal bicho.

-Dale duro, Danni... -dije haciendo un esfuerzo por el dolor.

Corres y por fin consigues dejar atrás a la loca de la conserje. Es como si os odiara por alguna razón, que no podías comprender porque las animadoras eran geniales. Todo el mundo quería ser cómo ellas y los que no podían, que eran casi todos, tenían que conformarse con adorarlas como las diosas que eran. Quiero decir, por eso Betsy tenía ese trabajo de conserje en un campamento de animadoras, ¿no? 

Te encuentras entre los árboles sola. Te das cuenta en ese momento. Te falta el aliento y estás rodeada de completa oscuridad. No sabes cuánto has corrido ni hacia dónde. Desde luego Satán no te había sonreído esa noche o no habías sacrificado los suficientes gatitos en su nombre. Las cosas se habían vuelto muy oscuras de repente y no tienes ni idea de cómo coño vas a volver a la civilización.

Matt te mira un poco de reojo, sin entender de qué querías hablar luego. Los hombres a veces no se enteraban, pero los del equipo de fútbol en general parecían enterarse lo justo. Aquello debía ser culpa de los golpes que se daban cuando se placaban y eso, que podían llevar casco y lo que quisieran, pero de aquellas hostias se tenían que quedar más tontos seguro.

El caso que por fin ves que os acercáis al campamento. Las luces están encendidas cerca de las cabañas, pero allí no ves a ninguna niña ni a nadie de tus amigas. Oyes unos pasos que se acercan en la oscuridad de las casetas, junto con un bufido que parece que a un cerdo en celo le está faltando el aire.

Y la que aparece tras una de las cabañas no es otra que Betsy, con un hacha y la cara roja de estar a punto de darle un jamacuco por lo menos. Antes de que digas nada, Matt te empuja fuera del coche.

-Mira Beth, tía, no es nada personal. Nos han prometido que seréis reemplazadas por tías aún más buenas, tú harías lo mismo- te dice arrancando y acelerando para volver a su campamento, tras dejarte ahí tirada.