Partida Rol por web

Cinderella Phenomenon

Capítulo 3: Búsqueda

Cargando editor
19/03/2021, 03:44
Stella Brewster

Los ojos azules de la pelinegra se desbordaban en lágrimas. Y apenas sintió la mano de Annice en su hombro, Stella volteó a verla. Por primera vez desde aquella reunión en la que Annice casi había muerto, pudo ver en el rostro de la joven aquello que de verdad sentía. Sin alejarse de la figura de Conall, volvió a mirar la estatua... aunque eso no hizo que pasase por desapercibido lo que pasaba con Waltz.

Gracias a los gritos de Hogward, asustada, Stella miró hacia la dirección en donde Waltz estaba. Ver el estado de su herida hizo que la chica se alterase un poco más... si es que eso era posible.

Waltz... No... —justo en ese momento la chica de verdad se sentía muy mal. Si bien era grave lo que sucedía, la culpabilidad la hacía ver todo mucho más gris e intenso de lo que en verdad era. Justo en ese momento pensaba lo peor con respecto a Waltz y su hermano. Aunque no fuese así; aunque Waltz pudiese salir esa; aunque Conall pudiese ser salvado de alguna forma después... la alegría de haberse deshecho de su maldición fue completamente empañada por una espesa tristeza.

Sin querer desprenderse de la estatua de su hermano, los ojos de Stella se abrieron un poco más cuando vio a Delora. Por un momento sintió que se le cortaba la respiración. Y de hecho, así fue. Sintió una punzada en el pecho, un sentimiento distinto a la culpabilidad y tristeza que la embargaban. Pero esta punzada se esfumó cuando, desconcertada, sintió cómo Delora la abrazaba, para luego escuchar esas dulces palabras. Pudo volver a respirar, a pesar de sentir que el nudo en su garganta la asfixiaba. Sin pensarlo dos veces, abrazó a Delora también.

Mientras trataba de calmarse, aún abrazada a la bruja, Stella escuchó la explicación de Elliot... entendiendo pocas cosas sobre lo que había dicho. No tenía la claridad mental para pensar mucho en esos momentos. Solo quería que Conall y Waltz estuviesen bien. No quería que les pasase nada malo solo por la maldición de la que se había liberado.

Al ver que Delora extendía su mano para transportar a su hermano a la habitación, Stella se despegó de la bruja y se alarmó por su hermano, pero al escuchar que solo lo había mandado a su habitación, sintió alivio. Sin embargo, no se atrevió a mirar a los ojos a Delora. Aún se sentía mal. Aún sollozaba un poco. Pero recordar lo que había pasado entre Delora y ella hizo que, a pesar de que la bruja se mostrase afectuosa hacia ella, Stella se sintiese muy avergonzada. Además, también se hacía la misma pregunta que Rin.

Señora Delora... nada le pasará a Waltz, ¿verdad? —dijo, mirando hacia el suelo, apoyando la pregunta de Rin. Aunque además de eso, agregó algo— Perdóneme. Terminé creando muchos problemas.

Cargando editor
19/03/2021, 05:56
Rin Lotong

Contempló los nervios de Stella, y en parte podría remediar parte si eliminaba su maldición, pero tras secundar su preocupación por Waltz quizás sin pensar demasiado la respuesta, escuchó como Stella se culpaba a sí misma de los daños sufridos, Rin tal vez no sabía muchas cosas, pero que sus padres le fallaran y utilizaran le hizo ver una cosa. La familia se apoyaba, quizás en aquel lugar no compartieran un vínculo sanguíneo, pero eran más familia de lo que jamás hubiera tenido.

- la familia debe darse problemas entre sí, para darse cuenta que realmente son parte de ella, no nos has dado problemas, hemos compartido un pedazo de nuestras vidas, y solo ahora puedes saber que somos parte de una...

Cargando editor
20/03/2021, 19:44
Alain Blue

Aquello no pintaba nada bien, no cuando veía a Ezio acercarse a Fiorella sin atender a razones, no con Parfait apenas sosteniéndose en pie, no con Réamann en un estado tan lamentable que parecía que se hubiera bebido él solo toda la hidromiel. Y ahí estaba Alain, gran estratega. Pero, maldita sea, no de las misiones suicidas. No cuando sus decisiones podían salvar vidas y acarrear muertes, no cuando debía actuar más rápido de lo que pensaba.

Cada vez más nervioso y sin temer una mejor idea, acabó por asentir a las palabras del hada antes de rebuscar discretamente en su bolsillo.

- Lo siento - le musitó a Parfait antes de dejarla ir con brusquedad y lanzar la bomba somnífera en dirección a la primera bruja pero también de Ezio y, por tanto, como daño colateral, de Fiorella, a sabiendas de que ésta estaba demasiado cerca de su hermano como para no verse afectada.

A la par, una segunda bomba de humo fue lanzada en dirección a donde había provenido el ataque, tratando de obstaculizar el campo de visión de la segunda con tal de que no pudiera tomar represalias.

Él había sido el iniciador de aquello pero fueron los demás los que perpetraron el caos que sucedió a continuación.

Cargando editor
22/03/2021, 01:43
Fiorella Van Hauber

Su hermano apenas había reaccionado a lo que había dicho y eso le preocupaba, más cuando avanzo levantando la espada hacia ella. Se defendió utilizando el regalo que Parfait le había entregado y aunque consiguió mantenerlo a raya le costaba atacar a alguien a quien había ido a salvar. Trago saliva pero no encontraba aberturas que le permitiesen dejarlo fuera de juego sin herirlo.

Y mientras estaba peleando en la oscuridad, alguien lanzó una bomba somnífera lo que hizo que pronto ese mundo aparte de ser oscuro perdiese cohesión. Fue entonces cuando un ataque de su hermano, mucho más directo, la hiciese trastabillar y caer quedando la espada a escasos metros de ella. Esquivo algunos ataques en su dirección rodando antes de gatear para recuperar su arma siguiendo el sonido de la caída. - Tengo que salvarles cueste lo que cueste, esto es culpa mía, sino me hubiese enfadado, si no hubiese huido... - Murmuró para si llena de culpa por estar a punto de fallar, pero aferrándose a su deseo de salvarles. 

Cargando editor
22/03/2021, 02:03
Réamann Lockheart

Parfait no había escuchado su pregunta, pero eso no importaba en realidad debido a todo lo que estaba pasando. Por ello, Réamann se concentraba en no desfallecer en una regulación forzada de su respiración mientras el dolor en su pecho continuaba torturándolo. No podría hacer mucho en esa situación y cuando la pelea entre los hermanos se dio, el joven mesero apretó sus dientes un poco frustrado por todo.

Sin embargo, su rostro cambió porque había caído en cuenta de algo y apretó la ropa sobre el hombro de Garlan mientras chasqueba levemente y a la par cerraba sus ojos para meditar. Fue en eso que llegó a él las suaves palabras de Alain aunque no escuchó bien, por lo que alcanzó a ver cómo arrojaba aquellas cosas mientras Jurien provocaba la oscuridad. Por un momento abrió sus ojos indicando que a él no le había agradado tal acción.

Fue entonces que susurró algo al pelinegro* y en medio de las penumbras, su voz resonó.

-Ezio, reacciona ya-comentó, sacando algo de uno de los bolsillos, una bomba somnífera que iba a lanzar si de pura casualidad su provocación funcionaba y la otra iba a por él-. La persona con la que peleas es tu hermana, tu propia sangre. ¡Recuerda la noche del baile! Se que no me conoces, pero debes salir de este trance. 

Era una tontería, él mismo sabía que no ayudaría en nada por ser un completo extraño. Posiblemente se arriesgaba a empeorar la situación, pero él hablaba con un tono alto. De hecho, lo llevaba a cabo mientras Garlan caminaba. ¿Intentaba disfrazar su sonido para que no detectaran a dónde iba? 

-Recapacita antes de que sea demasiado tarde. ¿No ubicas su estilo de pelea? Es la misma que la tuya. Escúchala y despierta. 

Notas de juego

*Garlan, ve con la bruja que supuestamente controla a Eizo, hablaré en voz alta para que no se escuchen tus zapatos y si logro provocar a la otra, dile a Karma que se acerque conmigo por si acaso y a Jurien que cubra a Fiorella.

Cargando editor
22/03/2021, 06:27
Delora

Elliot suspiró ante el comentario de Rin, pero no dijo nada. ¿Y es que qué podría decirle para intentar explicarle eso a una chica tan testaruda? Solo sonrió ligeramente divertido. Sin decirle nada más, miró a Delora llegar.

La pregunta genuina de la chica hizo que tanto Hogward como Annice se sobresaltaran. La castaña miró al peliblanco a la espera de una respuesta, mas este solo asintió con la cabeza. Annice respiró aliviada y siguió ayudándole.

Apenas escuchó las palabras de Stella, Delora bajó la mirada hacia ella y le sonrió con dulzura, la dulzura que solo una madre sabía dar – Waltz parece frágil, pero no lo es. Ha soportado cosas peores, de seguro saldrá de esta – sin dejar de acariciar su cabeza. Poco después agregó -. No es tu culpa. Fuiste valiente – y miró a Rin para luego hacerle un sencillo gesto con su mano e invitarla a unirse a ese abrazo. ¿Era necesario decir que apoyaba sus palabras? Con seguridad no, pero quedaba implícito.

Los minutos pasaron mientras la respiración de Waltz se calmaba y Hogward sudaba agotado. A pesar de la poción, era necesario estabilizar al pelinegro, lo cual logró. Suspiró cansado para luego mirar al resto – He logrado parar el sangrado. Necesitará reposo y comida alta en hierro – miró al chico cuya piel aún tenía ese tono cenizo derivado de la pérdida de sangre -, pero estará bien – y con cuidado y ayuda de Annice, subieron a Waltz a su habitación.

 

Delora fue a la cocina y aprovechó la ausencia de Annice para repartir tazas de chocolate – Nada como una taza de chocolate para aliviar las preocupaciones – sonreía tratando de sonar animosa. Poco después miró a las dos chicas – Felicitaciones a ambas -.

Cargando editor
22/03/2021, 06:36
Narradora

Parfait sonrió cuando Alain hizo aquel brusco gesto, pero no le dijo nada. De hecho, solo se dejó caer hacia atrás mientras jadeaba. Tal vez el pelinegro no la había empujado con demasiada fuerza, pero el hada no se veía en capacidad de sostenerse por su cuenta tampoco. Aunque eso fue lo último que pudieron ver antes de que el lugar se quedara en la oscuridad.

Los primeros segundos de penumbra fueron angustiantes: con sonidos de espadas chocando sin saber de dónde provenían, hasta que se escucharon las lastimeras palabras de Fiorella. Ezio cayó al suelo de rodillas, al parecer al borde de sucumbir, pero luchaba contra eso. ¿Por qué? Alzó la vista un momento mientras se llevaba la mano a la cabeza y pudo distinguir los ojos carmesí de su oponente. Entre confundido y aturdido, acostumbrándose a la oscuridad, atacó a Fiorella, mas en el último segundo antes de causarle una herida mortal, desvió su espada lo suficiente para solo clavársela en el hombro. El dolor de ser atravesado por una espada no era una tontería, pero sin haber recibido un golpe mortal, bastaría con tratar la herida a tiempo.

No podían saber a ciencia cierta qué había pasado con la bruja, pero las palabras de Réamann hicieron que Garlan se desplazara y que Karma se moviera hacia el peliblanco. Garlan y Jurien parecían vigilar ambos extremos en busca de las dos brujas, pero estas estaban perdidas. O tal vez camufladas en la oscuridad.

Una risa bastante característica para Réamann se hizo sentir en la estancia mientras una especie de sol artificial brillaba en la estancia. Justo hacia donde estaba la bomba de humo, unos cabellos dorados centelleaban mientras una mujer sonreía con seguridad. Parecía estar cargando un ataque porque ciertos rayos de electricidad estallaban entre sus dedos.

Parfait no parecía en condiciones de detener ese ataque. Si miraron hacia el lugar donde la bruja que estaba en el escritorio se encontraba, podían ver que el efecto de la bomba había hecho que quedara dormida junto al escritorio. Al parecer, había intentado levantarse, pero no lo había logrado.

Mientras tanto Ezio gruñía tratando de no dormirse, pero mirando a Fiorella con ojos temblorosos. ¿Qué le sucedía y por qué se cubría un ojo?

Cargando editor
22/03/2021, 22:12
Stella Brewster

Que Rin dijese aquello sorprendió a Stella. La chica volteó a mirarla un poco, sintiendo que sus ojos se humedecían de nuevo. Familia... Esa palabra resonó mucho en ella. Desde que era una niña no había contemplado aquella palabra del todo. Ser maldecida le había prohibido ser distante con sus familiares. Y aunque no hubiese tenido que serlo con sus hermanos, eso no lo supo hasta hace poco. Pero era cierto. Con la gente de The Marchen se había permitido ser más natural. Aunque le era difícil hacerlo, lo había hecho, logrando hacer amistades... e incluso algo más. Sin embargo, eso también la hacía sentir triste. Recordar a su padre y hermanos le hacían sentir un gran vacío. Ahora que podía, quería verlos y hablar con ellos. ¿Qué sería de Konah y su padre? Pero ahora con lo que había pasado a Conall...

¿Por qué es tan buena conmigo después de todo? Los ojos humedecidos de la pelinegra miraron los ojos maternales de Delora. En esos momentos pensaba que aunque se sentía mal de que Waltz hubiese ocultado cosas importantes, no podía seguir molesta. ¿Quizá ahora sería al contrario? Quizá era Waltz el molesto ahora. Lo que cortó su tren de pensamientos fue escuchar que Delora le decía que era valiente mientras le acariciaba la cabeza. Por un momento aquel rostro que había visto al tomar la ortiga pudo verlo reflejado en Delora. Rápidamente se llevó una mano a los ojos para limpiarlos, estaba llorando de nuevo y no podía evitarlo. Volvió a abrazar a la bruja, sintiéndose cálida y resguardada. Quizá así se sentía tener una mamá. Y claro, estaba de más decir que si Rin se acercaba, Stella también la abrazaría.

Conforme los minutos pasaron, Stella pudo calmarse un poco. Al menos lo suficiente como para dejar de llorar. En ese rato agradeció a la pequeña Rin por ser tan valiente y por sus palabras. Vaya que la pequeña había cambiado en su estancia en The Marchen. En algún punto cuando la conoció la pequeña era desconfiada con todos, y ahora era capaz de decir cosas así. Eso la aliviaba.

Por supuesto, también la aliviaba escuchar que Waltz estaría bien. Había estado pendiente de todo lo que hacía Hogward por él, y fue una de las primeras que suspiró al saber que estaba fuera de peligro. Con ojos tristes, y asintiendo al peliblanco, vio cómo Annice y él subían a Waltz por las escaleras.

Para cuando Delora fue por tazas de chocolate, Stella se quedó sentada en una de las mesas, bastante bajoneada, preocupada y triste. Waltz... Conall... Konah... Lo había dejado plantado la otra vez. ¿Ahora dónde estaría su hermano? ¿Y su padre? Y... Él... La voz de Delora la sacó de su ensimismamiento. Estuvo a punto por preguntar por cierto peliblanco, pero lo que Delora dijo la dejó pensando por un momento.

¿A ambas? —eso la sorprendió un poco. ¿Lo decía porque la misión había sido exitosa, o porque quizá...?— Señora Delora, ¿acaso Rin...? —y miró a la niña, expectante.

Cargando editor
23/03/2021, 01:34
Fiorella Van Hauber

Aquella era una situación desesperada pero había alguna forma de debilitar a la bruja y desviar su atención de Parfait. Fiorella sujeto la cabeza de su hermano y le dio un beso en la frente - Se que es duro pero necesito que aguantes un poco más. Recuerda, siempre has sido un luchador, y Dante y yo te necesitamos más que nunca. - Le dijo animándole antes de salir corriendo hacia la bruja dormida, cogiendo el brazalete que le había robado y que había usado para usurpar su identidad. Con el en la mano corrió hacia su hermano y se lo puso en la mano - Se que es una locura. Pero tienes que hacerle caso a tu corazón y creer. Soy yo, nunca me he ido de tu lado, y en el fondo siempre lo has sabido aunque había algo superior a nosotros que nos separaba. - Le dedico una sonrisa llena de adoración mientras le tendía su mano. 

- Solo quiero volver a vuestro lado, y estamos tan cerca de eso.. . Puedes hacerlo, solo necesitas ponerme este brazalete y podré volver a casa. - Una lágrima se deslizó por su mejilla y llevo la mano libre de su hermano a su corazón sin dejar de mirarle a los ojos. - Recuerda nuestra promesa. En el baile, me prometiste que no me olvidarías, así que recuérdame y ponme el brazalete. - El tiempo se les echaba encima, pero si conseguían romper la maldición quizá tuviesen una oportunidad de enfrentarse a la bruja, como ocurrió en su primera misión cuando romper parcialmente el embrujo les dio una oportunidad de luchar contra el brujo. 

 

 

 

 

Notas de juego

Es un plan muy peregrino a la desesperada y lo siento de antemano por si sale mal. 

Cargando editor
24/03/2021, 19:46
Alain Blue

Su plan había funcionado de forma más bien parcial, pues Fiorella se había visto afectada y, aunque temporalmente a salvo, la bomba de humo no parecía haber causado efecto sobre la segunda bruja, aunque había avanzado en el lugar, mostrándose abiertamente. Pero no parecía importarle que su compañera hubiera quedado dormida mientras conjuraba un hechizo a la vista de todos.

Sus ojos se dirigieron a Parfait a la desesperada pero ésta no parecía en condiciones de detener aquello mientras que se hacía evidente por momentos que, fuera lo que fuera, sería malo. Demasiado malo como para quedarse de brazos cruzados sin hacer nada.

Tragó saliva, sintiendo un ramalazo de desesperación mientras sus ojos recorrían con la mirada a sus acompañantes, buscando en cualquiera de ellos una idea brillante que fuera a detener aquello, pero no la encontró. Sólo vio a Fiorella llevar una acción que, si bien podía llevarla a romper su maldición, podía ser lo último que hiciera en la vida.

De nuevo tragó saliva, sintiendo la garganta seca antes de desenfundar de nuevo su espada en lo que pretendía ser una acción desesperada. Y es que la acción lo requería.

- ¡Klaude! - gritó, tratando de llamar la atención del pelirrojo antes de lanzarse en dirección a la bruja por la derecha, esperando a que el pelirrojo hiciera lo propio por la izquierda. Y es que o bien dejaba el hechizo para protegerse o bien acababa por dirigirlo a uno de los dos, pero no podría defenderse de ambos.

Cargando editor
25/03/2021, 03:51
Réamann Lockheart

La oscuridad era un arma de doble filo. La mirada de Réamann, perdida en la ausencia de iluminación reflejaba esa frustración de no saber qué estaba pasando mientras solo se dejaba ubicar por las voces y los pasos de fondo. Él, en el suelo apenas sentado apoyándose con un brazo mientras con el otro apretaba su pecho, intentaba pensar qué más hacer en ese estado tan complicado. Su porte frío e indiferente era sustituido por aquellas emociones puramente humanas, lo cual podrían ver si alguien pudiese detectar tales detalles.

Sin embargo, cuando escuchó aquella risa, el peliblanco sintió un terrible calosfrío que recorría toda su espalda, llevando su vista al origen justo antes de que apareciese ese brillo que permitía dar visibilidad, por lo que cualquiera podría ver el rostro sorprendido, enojado y receloso del mesero hacia la rubia que por fin había salido de las sombras.

-Lo sabía-susurró entre dientes, pensando por qué Parfait no le había corroborado antes sus sospechas, pero el sólo verla hacía que olvidara esa idea de rencor pequeña por la agonía en su pecho, provocando que gimiera y apretara dolorosamente sobre su ropa. Más gotas recorrieron su cara y, para bien o para mal, sus ojos no dejaron de ver a aquella bruja. 

Intentó levantarse, lo cual no era posible por el agotamiento en su cuerpo, uno antinaturalmente acelerado a comparación de cuando entró. Fue entonces que escuchó a Fiorella percatándose que ella tomaba acción y seguramente sería atacada. Alain hizo lo suyo gritando a alguien, deduciendo rápidamente a quién podría referirse. No podía quedarse así nada más, debían dar tiempo a la ojirojiza de hacer lo suyo y que atacaran a esa mujer de varias frentes... Fue entonces que lanzó la espada que usaba como pequeño apoyo para levantarse con todas las fuerzas que tenía en dirección de la enemiga dorada y le miró con toda la determinación que podía permitirse. No podría ayudar mucho, pero si era distraída, tal vez... 

Cargando editor
24/03/2021, 23:30
Rin Lotong

Eso de los abrazos ¿No era raro? Al menos para alguien poco acostumbrada a ello, pero quizás por el momento a la pequeña le antojó acercarse y ayudar al consuelo de Stella... Pero cuando estuvo ya involucrada en el círculo de brazos, sintió algo que no sabía describir. Sin duda eso de los abrazos era raro... agradable y relajante de algún modo, llegó a pensar que aquel sentimiento era en parte provocado por la magia de Delora, aunque no le costó demasiado deducir que la magia de ese gesto era mucho más natural de lo que suponía.

Con su chocolate poco después en mano, con el comentario de Delora pensó que si seguía acumulando tatuajes parecería toda una "malita" ¿Desaparecerían con la maldición? ¿O serian una marca de su crimen?

Cargando editor
27/03/2021, 03:40
Delora

Delora abrazó con fuerza a Stella mientras esta se calmaba y no le dijo nada. Ellas tenían mucho que hablar, pero no era el momento de ello. Por ahora, debían disfrutar del atisbo de felicidad que habían tenido.

Ante la pregunta de Stella por Rin, ella sonrió y negó con la cabeza para luego tomar un sorbo a su taza - Oh, no. La maldición de Rin aún no desaparece. Según lo que dijo Elliot, sabremos que esta ha sido superada cuando tu hermano vuelva a la normalidad. Y según lo dicho, el pueblo entero. Su maldición no encerraba una sola condición como la tuya, sino una misma condición varias veces. Cuando cumpla todas las veces necesarias, su maldición se romperá. Aunque si quieres más detalles, tendrás que preguntárselo a ella misma - y miró a la pelicastaña con tranquilidad.

Y luego su rostro se volvió un poco más triste para luego volver a la normalidad - ¿Has percibido algún cambio? De seguro tu magia empezará a manifestarse pronto - sonrió para luego mirar a la puerta -. Solo nos queda esperar a los demás -.

Y como si de un augurio se tratara, una mariposa hecha de luz apareció volando frente a todos, como si hubiera atravesado las paredes. Era hermosa y brillaba, pero algo de esta recordaba a Parfait. Tal vez su calidez o su brillo...

La mariposa se posó en la mano de Elliot, quien miraba tal vez como todos los demás: con los ojos abiertos como platos. Apenas lo hizo, estalló formando un círculo mágico en el aire. El chico se veía bastante agotado, pero miró a Delora y con determinación, amplificó ese círculo con su propia magia. Delora se levantó hacia él y tomó su mano. Apenas lo hizo, el círculo creció y tomó un tono fucsia, casi una combinación de la magia de ambos. Un portal se abrió a lo que parecía un estudio, pero en este lugar se veían quienes eran los compañeros faltantes del grupo.

Cargando editor
27/03/2021, 04:24
Narradora

Karma miró a Alain con sorpresa y asintió para correr hacia la rubia. Para tener un vestido tan elegante y unos tacones tan altos, se movía con mucha destreza y velocidad, mas su rostro era serio e incluso amenazante, fijo en la bruja y sosteniendo firmemente su espada. Réamann se levantó a pesar de un grito de advertencia de Garlan.

La mujer no parecía preocupada. Es más, cuando vio a Fiorella acercarse a Ezio, solo sonrió - Esto no es una novela romántica, niña - su voz era melodiosa, como de un encantador de serpientes. Sus pasos eran certeros mientras parecía que lanzaría la magia hacia alguno de los dos que parecían correr hacia ella, mas se detuvo al ver al peliblanco acercarse. Se rió. A pesar de verse rodeada, no parecía asustada.

- Creo que Réamann no les habló de mí. Oh, cierto. No puede - y rió otra vez mientras extendió su mano hacia el pelinegro. A pesar de la rapidez de la cual este ostentaba, no podría esquivar eso. Sin embargo, hubo algo que lo sacó de trayectoria, y justo a tiempo. Garlan empujó al pelinegro con toda su fuerza, logrando ambos evitar el golpe, mas rodando por el suelo hasta chocar con una biblioteca. Tal vez el golpe los aturdió solo temporalmente, mas en una situación como esa todo minuto era valioso. Karma alcanzó a la bruja y logró enterrar su espada en un costado, pero la mujer no pareció sufrir. Solo se echó para atrás un poco. Al ver al peliblanco que se movía con torpeza hacia ella, tomó la espada de Réamann con su mano desnuda para que esta no se moviera del lugar en donde estaba y pateó con toda su fuerza al joven que estaba demasiado agotado como para evitar el golpe. El golpe no fue tan fuerte como podría haberlo sido de un guerrero, pero al haberle golpeado justo en el corazón, era más que suficiente. Réamann escupió sangre por la boca irremediablemente y cayó al suelo al instante. Estaba al borde de la inconsciencia, así que aún podía ver cómo Phoisa y Karma seguían allí, para luego escuchar -. Mátame o sálvalo - y Karma rugió enojado. Se retiró y se agachó para cargarlo en su espalda.

Mientras tanto, Fiorella seguía hablando con Ezio de una manera cercana, pero este no reaccionaba. Seguía luchando contra algo mientras escuchaba a Fiorella y aunque su rostro pasó del dolor a la sorpresa, solo se quedó mirando un momento la pulsera antes de hundir su espada aún más en el hombro de la chica. El dolor era suficiente para que cualquiera se desmayara, pero Fiorella logró soportarlo por el momento. Entonces, Ezio gritó y en un arrebato siguió sus instrucciones. Solo puso el brazalete, el cual brilló por un momento de un cálido lila cubriendo el cuerpo de Fiorella. El rostro del hermano de la chica se suavizó y miró la espada con dolor en su expresión. El hombro de Fiorella sangraba con más violencia que antes, pero la luz que la rodeaba se concentraba en su cuello.

- Yo... Yo... - pero no había tiempo de eso. La rubia parecía haber desaparecido del lugar y aún había un pelirrojo cuyo estado era desconocido, aunque el poder de ese ataque...

 

 

- ¡Lord Dante! - sacudía Jurien al pelirrojo mientras revisaba su pulso... Aunque el rostro de la rubia hablaba claramente de lo que sucedía.

 

 

El pelirrojo abrió los ojos solo un momento y sonrió débilmente para mirar a sus hermanos, claro que posando su mirada en la joven - Fio... rella... - ¿era imaginación suya o era la primera vez que la llamaba por su nombre?

Cargando editor
27/03/2021, 04:59
Narradora

Aquella luz era cálida. La sensación se asemejaba a cuando usas un abrigo en clima frío, o tal vez al abrazo de un ser amado. Apenas la luz se condensó, miraste tu cuello. De este colgaba un pequeño collar cuya forma se asemejaba a la de un carruaje. ¿Era este el fin de tu tormento?

De repente, algunos recuerdos empezaron a volver a ti, como si se trataran de verdades esclarecedoras: de niños, los tres compartían felizmente. Incluso podías ver cómo era que los tres entrenaban juntos... No era solo Ezio, siempre fueron los dos...

Recordaste claramente el día que fuiste maldecida. Te habías escapado de casa y Dante fue tras de ti. Siempre había sido más rudo que Ezio para hablar, pero sabías que era porque se preocupaba por ti. Sin embargo, ese día te topaste con la mujer incorrecta: la misma rubia que habían recién enfrentado. Ella fue quien te maldijo, pero Dante resultó involucrado porque él la atacó. Su sentencia era ahora clara para ti: olvidarías lo que hizo tu hermano por ti y si él alguna vez intentaba mencionarlo o recordártelo, se ahogaría. Si se resistía, moriría ahogado. Si intentaba hablar al respecto, pasaría lo mismo. Incluso si intentaba acercarse a ti... Moriría por no poder respirar. Compartirían la maldición, mas la de él sería el silencio.

La bruja no solo hizo que los demás se olvidaran de ti, sino que hizo que tú misma te olvidaras de uno de tus hermanos. ¿Acaso por eso se veía tan molesto el día que fue a The Marchen en primer lugar?

Notas de juego

Has roto tu maldición. Felicidades :D.

Cargando editor
27/03/2021, 05:34
Narradora

A pesar de estar aturdido por el golpe, pudiste sentir un calor familiar en tu mano. ¿Era posible? Te fijaste en tu anillo y notaste que aquel pez de madera parecía haberse coloreado un poco más. Otra parte de su cuerpo había tomado un vivo color.

Notas de juego

2/3.

Cargando editor
27/03/2021, 05:35
Parfait

Gritos por allí, heridos por allá... Todo aquello se vio interrumpido por un enorme brillo de color fucsia que empezó a llenar la estancia donde estaban el grupo de Fiorella. Aquella magia recordaba a la magia de Parfait, pero mezclada con varias cosas más. Poco a poco, se iba formando un círculo mágico. Este se hacía cada vez más y más grande, pero su magia era ligeramente inestable. El círculo se materializaba muy cerca de donde estaba Parfait, quien sonreía jadeando mientras sostenía su mano hacia el frente. Ella en su estado no lo habría podido hacer sola, pero al otro lado estaba Elliot sosteniendo la mano de Delora y con el mismo gesto de la portadora del cristal Lucis.

Stella y Rin estaban en la taberna también. Al parecer, habían vuelto de su misión. Por otra parte, lo que estas dos podían ver en el estudio era limitado, pero todo el lugar estaba desordenado. Fiorella estaba de rodillas en el suelo junto a un joven de cabello largo. Tal vez algunos lo reconocerían como el joven con quien bailó en la fiesta. El hombro de la joven sangraba mientras ambos parecían mirar en dirección a Jurien, quien cargaba como mejor podía con un Dante agonizante. Garlan ayudaba a Alain a levantarse mientras corría luego a ayudar a Karma a cargar a Réamann, cuyos labios estaban cubiertos por una sombra carmesí. Un hilillo de sangre bajaba por la comisura de sus labios y este tosía. En el sudor de su rostro y lo nublado de su mirada era notorio el esfuerzo sobrehumano que este estaba haciendo por no caer en la inconsciencia.

Parfait estaba sentada en el suelo también sufriendo por mantener el portal abierto - ¡Apresúrense! - mientras Elliot y Delora hacían la misma expresión de esfuerzo que esta. Todos cruzaron como mejor pudieron y cuando todos estaban del otro lado, Parfait fue ayudada por Alain a cruzar. El hada, más debilitada aún, le sonrió y dijo - No podía hacerlo sola -.

El portal se cerró de repente y estaban de vuelta, pero... Un pelirrojo parecía estar luchando su última batalla mientras Jurien lo acomodaba cerca del sofá. Hogward se acerca con rapidez a tocarlo con su muñeca derecha, pero su semblante no es nada alentador. Mientras tanto, Delora sostiene a Elliot y lo deja en una de las mesas para que descanse. Aún jadea, pero parece estar bien.

Notas de juego

Lo dejo hasta aquí para que puedan reaccionar a todo y decir lo que harán :D.

Cargando editor
28/03/2021, 03:37
Stella Brewster

Saber que Rin no había roto su maldición desanimó un poco Stella. Miró a la pequeña con cierta tristeza. Ser tan pequeña y tener que pasar por aquello... Sí, le recordaba un poco a sí misma. 

Miró a Delora cuando está habló de nuevo, explicando las condiciones de la maldición de Rin. Y, algo que la sorprendió bastante, fue saber que su hermano estaba sujeto a esas condiciones. Eso la sorprendió de verdad, cosa que se notó en su semblante. Quizá por toda la conmoción del momento no había atado los cabos o puesto atención a dichas explicaciones. Sin embargo, sin lugar a dudas, era un hecho de que no lo sabía y que ahora se había sorprendido. Con la boca entreabierta terminó por mirar a Rin cuando la misma Delora lo hizo, pensando que hablaría con ella después. Si bien ahora sabía que la única forma de liberar a su hermano era que Rin rompiese su maldición, no era lo único que hacía que Stella quisiese ayudar a la pequeña. Quería hacerlo para ayudarla a ella y a su hermano; para devolverle el favor... y para liberar a todos aquellos que habían quedado atrapados en aquella maldición. Por supuesto, su hermano incluido. 

¿Te parece bien si me cuentas los detalles luego, Rin? —le preguntó a la pequeña con dulzura. Si no quería hacerlo, tampoco la obligaría, aunque sí quería ayudarla.

Los pies le dolían y ardían por partes iguales. Stella por fin calló en cuenta de que había corrido un gran tramo sin zapatos. Sus plantas estaban algo maltratadas, y algunos de sus dedos algo golpeados. No era nada grave, pero sí algo molesto que le hizo fruncir un poco el ceño. 

Hubo... algo. Aunque no estoy segura de qué exactamente —dijo Stella, mirando a Delora, algo pensativa—. Fue una sensación rara cuando me liberé de mi maldición. Además... vi a mamá. Estoy segura de que era ella aunque nunca la había visto —eso la entristeció un poco, pero la chica sonrió con melancolía—. Y pude ayudar a Elliot —y miró al chico— para que hiciese un hechizo. Eso me dejó exhausta —y suspiró, mirando ahora su taza de chocolate.

Cuando Delora dijo que solo quedaba que esperase que llegasen los demás, por fin recordó aquello que había querido preguntarle momentos antes. Sin embargo, antes de poder hacerlo, aquella hermosa mariposa llegó a la mano de Elliot y formó un círculo mágico. A Stella se le aceleró el corazón.

Cargando editor
28/03/2021, 07:15
Stella Brewster

Los del otro lado del portal, apenas lo abrieron, pudieron ver a Stella sentada en una de las mesas de la taberna, mirando con preocupación a Delora y Elliot. Sin embargo, no tardó en notar el portal... y lo que había al otro lado de este. Soltó la taza de chocolate que tenía en la mano, derramando el líquido en el suelo, y se llevó ambas manos a la boca. Ni ver a Parfait sonriendo la tranquilizó... porque la imagen que había detrás de ella no era nada alentadora. Y si bien se preocupó por todos y cada uno, su mirada se detuvo en aquellos que estaban en peor estado. Y cuando sus ojos se posaron sobre aquel joven de mechones blancos, Stella creyó que su corazón se detendría súbitamente.

Se levantó la golpe, empujando la silla hacia atrás en el proceso. Por un momento creyó que correría hacia el interior del portal, pero sus piernas no le permitieron moverse. Sin poder evitarlo, sus ojos se nublaron de lágrimas una vez más durante aquella larga noche.

La pelinegra sintió que los segundos se hacían eternos hasta que todos entraron por el portal y este se cerró por fin. La chica no pudo decir o hacer nada durante unos momentos, únicamente mirando a Delora, Parfait, los chicos... y a Réamann. Tal vez le costó procesar toda la información de forma tan... abrupta. Al salir no lo había dejado en ese estado. Sin embargo, ahora él... ¿Qué le pasó? Además, el hermano de Fiorella... Era demasiado para procesar en ese momento. Sin embargo, hizo algo sin pensárselo dos veces: correr hacia Réamann. A esas alturas, para nadie debería ser un secreto la relación que esos dos llevaban.

Llegando torpemente a donde estaban Garlan y Karma ayudando a Réamann, la chica arrugó un poco el rostro al sentir el dolor de sus pies hinchados. Sin embargo, eso no le importó. Apenas llegó a un lado del peliblanco, posó una mano en su mejilla... con algo de miedo, tocándolo como algo frágil.

¿¡Qué le pasó!? ¿¡Por qué está así!? ¿Qué les pasó... a todos? —inquirió la chica, entre lágrimas. Aunque sabía que no era el momento, y que su pregunta probablemente no sería contestada, eso fue lo único que podía decir, mientras su temblorosa mano seguía en la mejilla del peliblanco.

Cargando editor
29/03/2021, 11:37
Alain Blue

No había pensado demasiado cuando se había lanzado en dirección a la bruja sólo que quedarse esperando aquel ataque era un error. Por ello había soltado un grito de frustración cuando Garlan lo había arrollado aunque su ira se vio desplazada por la confusión que llegó tras el golpe en que sus ojos, parpadeantes, trataban de hacerse una idea de lo que sucedía mientras se sacudía el estupor.

Por un momento vio a Fiorella, cada vez más herida, a Réamann, que en aquel momento se hallaba vencido por un golpe que no debería haber causado tantos estragos y a Karma que se debatía entre hacer lo que deseaba y lo que debía. Por suerte, al final se decidió por lo segundo con la misma rabia que él sentía a la par que Parfait abría un portal que les permitiría escapar a todos.

Penosamente, uno a uno o en parejas fueron cruzando hacia The Marchen, dejándolos solo a Parfait y a él, quien no podía evitar mirar a la bruja inconsciente, deseando llevarla con ellos y hacerla pagar por todo. Pero la ira, aquel sentimiento violento e inusitado en su interior, dio por fin paso a la razón al contemplar al hada sin fuerzas siquiera para ponerse en pie así que apretando con fuerza los puños la cargó en volandas y cruzó.

Al otro lado, estaba el caos. Dante que parecía estar viviendo sus últimos segundos, Réamann herido sin que pudieran juzgar la gravedad del mismo, Fiorella herida con profundidad en el hombro, Parfait agotada al igual que Elliot. En comparación, el corte que él tenía en el brazo o incluso el golpe en la cabeza eran rasguños sin importancia.

Ni siquiera tuvo tiempo de pensar en aquella marca en su anillo que demostraba cuan cerca se hallaba de romper su maldición. ¿Para qué? Fiorella parecía haber roto la suya y, en cambio, su hermano se moría. Contempló horrorizado, comprendiendo por vez primera que sus vidas no volverían al punto en que las habían dejado tras romper con aquello.

Stella, con razón, pedía explicaciones pero dejó que fuera otro quien las diera. Confundido, sintiéndose parte y a la vez ajeno de todo el caos que le rodeaba, dejó con suavidad a Parfait sobre un sillón, asegurándose que estuviera cómoda antes de dirigir sus pasos hacia Delora.

- No puede acabar así - su mirada se dirigió hacia Dante, negándose a creer que estuvieran contemplando sus últimos minutos. No -. Tiene que haber algo que puedas hacer. Algo - casi le suplicaba. Su relación con Dante no había sido la mejor pero era injusto. No se merecía eso. Por primera vez, su esquema mental de que todo el mundo recibía aquello que merecía en proporción con su esfuerzo se resquebrajó con la fuerza de un vaso al caer -. ¿No puedes lanzar otra maldición a cambio de su vida? ¿Algo? ¿No hay personas malditas a cambio de salvar a otras?