Partida Rol por web

- Ezio, yo.... - Quería responder a su hermano pero la situación cambió casi al instante, cogió su mano cuando sonó la primera explosión de forma instintiva antes de mirar hacia afuera al ver que las explosiones habían empezado, había tratado de tapiar ventanas y puertas traseras pero aquello rompía con sus planes, ¿Y si la acción requería que saliesen de la taberna? Debía tener cuidado, podía tratarse de una trampa de las bujas. 

Buscó algún resquicio por el que pudiese mirar hacia afuera entre las ventanas y las puertas, no iba a hacer nada impulsivo pues había prometido guardaría la taberna y eso iba a hacer.

El comentario de Aed evocó una sonrisa frágil en el rostro de Réamann, quien observó cómo el hada detuvo el intento de palmada y seguía con su mirada el movimiento de palma de éste. El peliblanco no pudo evitar suspirar, bajando su vista por pocos segundos hasta que la alzó con la pregunta de Alain, escuchando que ahora debían aterrizar al tema central de la reunión y no desvaríos de planes para un futuro que no sabría si podría alcanzar. Por eso mismo, el brillo en los ojos del joven se desvaneció  y no fue por mucho tiempo, pues una vez que Stella se puso a su lado aquello volvió y se acomodó mejor en su asiento.

Saber que Parfait había hecho mucho daño ensombreció su faz, llevándose una mano a sus labios y mentón para apoyarse en ello y parecer que pensaba en algo profundo. Además, daba la sensación de querer decir muchas cosas porque parecía que de un momento a otro hablaría, pero sin Delora y Parfait, quienes conocían mejor su maldición, parecía que habría muchas cosas que lo iban a limitar. Eso lo frustró, sentimiento que se reflejó en su cara y tensión; sin embargo, a los pocos segundos comenzó a realizar ejercicios de respiración para que eso no tuviese consecuencias en su físico.

Cuando Aed hizo esa pregunta, Réamann parpadeó un poco y, antes de que los demás se presentaran y sin querer responder en nombre de ellos si aquella mujer les conocía o no, decidió aportar unas cosas.

-No se cuántas formas pueda adaptar una bruja, pero... Stella, ¿podrías describir cómo se veía en la fiesta? Sería muy arriesgado para ella asumir esa apariencia y... si Alain o Rin podrían hacer el favor de describir cómo la vieron, tu Alain en casa de Fiorella y Rin, en el retrato-parecía que cuidaba sus palabras, no quería dar información de más que desatara su maldición-. Sin embargo, no importa qué forma asuma... si ella hace contacto conmigo, sabré que está ahí.

Al decir eso se llevó una mano a su pecho, levemente incómodo por rememorar cómo se sintió en sus encuentros previos. ¿Podría soportar el dolor de nuevo cuando ella lo viese?

Stella no lo había notado, pero se le había quedado mirando a Aed bastante fijamente. No era por mala educación... o algo demasiado difícil de explicar. Simplemente se sentía fascinada. ¿De qué? De que Elliot no se pareciese en nada a su papá. No. Entrecerrando los ojos vio que en verdad no era ese el caso. A quien engañaba; terminó por suspirar. No les conseguía parecido. Y lo que para la chica podía ser algo curioso a lo cual dedicaba una reflexión profundo, el que la viera solo se encontraría a la pelinegra mirando fijamente a Aed mientras cambiaba de tanto en tanto de expresión.

Escuchó en segundo plano lo que los chicos decían, aunque solo salió de sus profundas observaciones cuando Aed habló sobre Phoisa. Por un momento Stella se ruborizó, dado que se había dado cuenta que llevaba mirando a Aed un buen rato. Pero la seriedad del asunto rápidamente hizo que la vergüenza se le pasase. 

Cuando Réamann le habló, lo miró. La mirada de la chica se enserió, y trató de rememorar la imagen de Phoisa en aquella fiesta; al menos la que ella había visto. Recordarla le dio una mala sensación, sobre todo por... las circunstancias.

Antes de contestar a la pregunta de Réamann, puso gentilmente una mano sobre su hombro al ver que este se llevaba una mano al pecho. Entonces, después de sonreírle, contestó.

—El día de la fiesta la apariencia que llevaba, o al menos la que yo vi, fue la de una mujer de piel muy pálida y cabello castaño. Diría que el largo de su cabello era como el mío. Era muy linda. Demasiado. Tan linda como una princesa.

Trastabilló ante el golpe de Aed quedándose ojiplático ante la fuerza descomunal del...hada. Relacionar el concepto frágil y etéreo de las hadas con aquel hombre, por fuerza tenía que ser incorrecto. Contuvo las ganas de frotarse el hombro para escuchar al hombre presentarse.

- Alain Blue, un placer - se abstuvo de ofrecerle la mano, temiendo acabar con los dedos rotos incluso antes de que empezara el combate.

En aquel lugar, el plan empezaba a cobrar forma al hablar de apariencia cambiante y de posibles infiltrados entre las filas enemigas, y aunque la idea de no agradaba en absoluto debía reconocer que no sería más peligroso que lo que sucedería a continuación. Torció un poco el gesto antes de mirar a Hogward por un segundo, sin saber si se ofrecería o no en aquella misión, antes de desviar la mirada hacia Réamann.

- En casa de los Van Hauber era rubia con el pelo largo. Si tengo que apostar y viendo como actuó, diría que no vendrá de buenas a primeras, se esperará.

Hogward no comentó nada cuando llegaron a la oficina. Mas bien, se quedó observando alrededor. Era la primera vez que venia al lugar y le dio curiosidad. Aun así, el peliblanco se sorprendió al ver al masivamente corpulento dueño del lugar. Aed le parecía mas un guerrero que un simple tabernero con ese aspecto. Hogward se preguntó si la taberna necesitaba seguridad si quiera con el a cargo. 

Cuando terminó de observar, Hogward escuchó atentamente las descripciones que brindaban los que habían visto a la bruja. No planeaba acercarse ni a 3 metros de ella, así que tenía que saber al menos como podría verse para alejarse, tanto él como el medio-suicida/valiente/me voy a morir de todas formas así que lo haré luchando. Tendría que tener mucho cuidado de que no se lance de cabeza a lo loco, si quería avanzar para sacarse el bendito brazalete

- rizos dorados, mirada inocente, figura pequeña,...- decía - aunque es muy probable que pueda cambiar de aspecto,... cuando el gigante decía que Elliot hablaba de ella, miró al chico pensativa ¿Le habría molestado sin darse cuenta?

- espero no haberte molestado... Socialmente soy algo torpe a veces... -

- jijijiji - una risa suave por parte de Eses molestó un poco a Rin - te compadezco Elliot.

Rin al escucharlo pensó con más fuerza que algo malo le había hecho... Y zarandeó un poco a su hermano susurrándole - si sabes que le he hecho dímelo, se supone que debes ayudarme... - pero solo tuvo una nueva risita por respuesta...

Aunque las palabras de Réamann no eran una pregunta en sí mismas, sí que las respondió el enorme hada - Una bruja puede adoptar tantas formas como quiera. Eso que usa es un glamour, uno como el que cada uno de ustedes tiene sobre sí mismos. La diferencia es que mientras más poderosa la bruja, más fácil le es ver a través de ellos - concluyó serio.

Hizo una rápida reverencia a Alain mientras este se presentaba y luego cayó en cuenta de la manera para nada sutil en que Stella lo miraba. Le sonrió y subió las cejas un par de veces - Es el bigote, ¿verdad? Eso o el atractivo físico - rió. Elliot suspiró. Parecía que le enojaba un poco que su padre lo estuviera pasando tan bien.

Observó cómo Hogward parecía guardar silencio - Oye tú... Debes ser Malthael, ¿no es así? Delora me dijo que el infiltrado serías tú, así que bien hecho por la planificación previa. Aunque te admiro. Delora podría haberte obligado si lo hubiera creído, aunque te ofreciste. Eres valiente. También me agradas - pero él estaba lo suficientemente lejos como para salvarse de una de esas palmadas del gigantón.

A la final, poniendo atención a lo que todos decían, se quedó pensativo - La verdadera apariencia de Phoisa es la rubia que describe Lady Rin, así como Lord Blue. Sin duda es ella, aunque ella es famosa por cambiar su apariencia con frecuencia y por eso es tan escurridiza. Y por lo que escuché en casa de los Van Hauber, la otra bruja solo estaba siendo controlada por Phoisa, así que es cierto. Lo más seguro es que buscará que otros hagan el trabajo sucio. Ahí entro yo - y alzó una ceja confiado mientras chocaba sus dos puños con fuerza.

Elliot se vio visiblemente incómodo ante las palabras de Rin - No, no. No es eso. De verdad. Mi padre gusta exagerar - y el chico le envió una mirada fulminante a su padre para luego sonrosarse al escuchar la risa de Eses -. Lady Rin, ¿su bolso acaba de reírse? - le dijo entre sorprendido y asustado.

El lugar se estremeció por un momento, pero a esto le siguió un enorme silencio. Poco después, explosiones, una tras otra, se escuchaban afuera. Si se fijaban por la ventana, podían ver que luces de diferentes colores parecían estar estallando una tras otra seguidas de estruendos fuertes o sonidos de rayos. ¿Acaso era magia? Era lo más seguro.

Ezio te tomó de la mano y te derribó. Justo momentos después, una de las paredes de The Marchen voló en mil pedazos y se levantó una enorme nube de humo. El impacto fue tan fuerte que escombros y ceniza volaron hacia ustedes, pero tu hermano te cubrió para que no cayeran sobre ti. Tosió y tosió, pero parecían estar bien, aunque la cabeza de Ezio sangraba un poco presa de uno de los muchos golpes de las rocas, aunque parecía estar bien a pesar de todo.

- ¿Estás bien, Fiorella? - dijo un poco jadeante.

Cuando el humo se disipó, pudiste ver una extraña figura con un abrigo negro, un bastón, un atuendo como de la alta sociedad y una extraña máscara. Aquello que más resaltaba de su figura eran esos ojos ambarinos y una expresión particular, como la de un lobo que observa con codicia a su presa antes de devorarla.

No hubo tiempo de reaccionar, mientras trataba de discernir si las explosiones eran magia una de ellas impactó contra la pared de la posada volándola en pedazos. Apenas había podido preservar la posada desde que se habían marchado, pero contaba con su espada y pelearía hasta el final. Ezio por su parte la había cubierto de la explosión y cuando el humo se disipó y lo vio sobre ella un escalofrío le recorrió la columna, el miedo a que le hubiese pasado algo a él también pero pronto tosió y reaccionó, tranquilizándola brevemente. Se incorporó lo suficiente para ver que tenía una brecha en la frente que manaba algo de sangre y se cortó en un momento algo de tela del vestido para que vendarle pero algo apareció antes de que pudiese hacerlo. 

Alguien se presentó, con aquellos ojos de depredador. Al ser la única línea de defensa que había en la posada dado que no iba a arriesgar a su hermano se puso en pie y le dejo la tela a Ezio para que se vendase antes de desenfundar su espada mirando con ojos fieros llenos de determinación a aquel hombre. - No se que estás buscando aquí, pero será mejor que des media vuelta. - 

Lo que explicó la enorme hada dejó pensativa a Stella. Ella no había podido ver a través del glamour de Phoisa, ¿pero tal vez esta había visto tras el de ella? Eso la hizo sentirse un poco insegura. Siendo tan mañosa como parecía ser, de seguro sí. Después de todo, no por nada la consideraban peligrosa.

En todo ese tiempo no había dejado de mirar a Aed, tanto por lo interesante de lo que decía como por... su físico. Sin haber caído en cuenta de esto, solo lo hizo cuando Aed la miró y le dijo aquello. La chica se ruborizó un poco por su indiscreción, y apartó la mirada al instante.

—Per-perdón —se llevó las manos a las mejillas y apartó el rostro—. Es que... usted y Elliot se parecen mucho.

¡Mentira!

Por los nervios, dejó escapar algo contrario a lo que en verdad pensaba. Sintiendo que una sonrisa nerviosa aparecía y se congelaba, Stella se puso detrás de Réamann lo más discretamente que pudo.

En silencio suspiró y agradeció que la atención pasase a Hogward, y mientras sus nervios pasaban, observó sorprendida al peliblanco por saber que se había alistado para una tarea así voluntariamente. Había crecido bastante. Asintió un poco. Era un gesto bastante valiente. Ahora lo respetaba un poco más.

Luego escuchó lo de la verdadera apariencia de Phoisa, preguntándose si podría verla así. Aunque fuese una vez, le gustaría ver la verdadera apariencia de aquella bruja que le había hecho tanto daño al chico. Eso pensó, mirándolo por un momento.

Por primera vez en un rato rio un poco con lo que parecía pasar entre Rin y Elliot, pareciéndole muy tierno. Una bonita amistad parecía estar formándose entre los pequeños. Sin embargo, no tardó mucho en volver a aterrizar, sintiéndose un poco ansiosa. Apretó con suavidad los hombros de Réamann y suspiró. El momento se acercaba.

Escuchar la respuesta de Aed acerca de las  apariencias que puede usar una bruja y revivir en su memoria los rostros que había usado Phoisa no fueron bien recibidos por el cuerpo de Réamann, reflejándose cómo se tensaba primero con la descripción de Stella y de ahí la de Alain y Rin ensombreció más su rostro, cerrando sus ojos porque debía concentrarse en relajarse si no quería entrar en crisis ahí mismo y antes de iniciar la misión por la que todos estaban ahí.

No prestó mucha atención al resto de la conversación, concentrándose en ese pequeño dolor que parecía formarse debido a la posición que estaba sumiendo: levemente encorvado con una mano en su pecho, una respiración profunda  para controlar esa inquietud que se formaba porque su mente recreaba la imagen de la bruja rubia en tiempo antaño y sus reencuentros recientes. En un momento dado, el peliblanco entrecerró sus ojos y se enfocó en su muñeca derecha que estaba apretada por esa pulsera de cuero ocultando la verdadera. 

Fue entonces que sintió unas manos en sus hombros, igual para ese momento por fin había logrado calmarse y pudo retomar el hilo de la conversación para cuando Aed dijo que ayudaría con algo y Elliot le hablaba a Rin. Se incorporó en su silla para recargarse en el respaldo y miró al otro peliblanco con un gesto cansado.

-Lo siento, señor Malthael. No pude escuchar parte del plan. Cómo médico personal, ¿podrías decirme de qué hablaron?-preguntó con lo que parecía una sonrisa divertida, pero podría haber sido imaginación del susodicho. Igual, aprovechó para ver a Aed y preguntar-. Y creo que también ella desconoce a Rin, pues Alain y Stella la han visto con sus propios ojos. ¿Puedes confirmarlo, Rin? Para poder armar un mejor plan con todos los conocimientos expuestos.

La conversación continuaba cuando Elliot preguntó por las risas de su bolso, Rin se llevó el índice al labio ladeando su cabeza - ¿No te lo he presentado? No sé, como suelo obviarlo no suelo hacerlo y el es muy perezoso como para hacerlo - puso el bolso frente a ella levantándolo y prosiguió - es Eses mi herma gemelo - el bolso usó la solapa para dar un vago saludo - jiji ¿encantado? Jijijijijijiji jijiji... Encantado, ¿Lo pillas? Jijiji - Rin lo calló de un golpe aunque aún sonaba su risa ligeramente, el chiste le hizo bufar, lo tenía muy oído seguramente.

Cuando Reamann preguntó, Rin se encogió de hombros - ¿Importa? Creo que la vi en la fiesta pero no idea de si ella me vio, e igualmente una niña destaca en una taberna quiera o no. Además, solo ella pudo haber dado la información de mi glamour para que me atacaran. Parfait me lo retocó para que vuelvan a no reconocerme, pero dudo que funcione con nuestro objetivo.

-Oh... ¿en serio?- preguntó Hogward con una forzada sonrisa al escuchar a Aed hablar sobre su "ofrecimiento" -Pues no es nada digno de admiración, solo hice lo que cualquiera hubiera hecho en mi lugar- habló como masticando cada palabra que pronunciaba. El chico podía jurar que podía ver la cara burlona de Delora frente a el. Quería usar la excusa de cuidar del moribundo para poder alejarse lo mas posible del peligro, pero al parecer la bruja le había leído el pensamiento.

-¿Y el plan?- dijo dirigiéndose Reamman -Y el plan, mi querido paciente, es que tú te vas a quedar quietecito en la cocina, amarrado si es necesario- aunque su rostro parecía amable y sonriente, el aura que exudaba esa sonrisa no era para nada apasible -No sería para nada bonito que en un acto heroico de nuestro compañero, aunque buen intencionado, mande por los suelos los intentos de ayudarlo, poniendo a mucha personas en riesgo- sobre todo a él.

La verdad era que el ambiente distendido empezaba a ponerlo de los nervios cuando iban a jugarse vidas. Seguían perdiendo el tiempo con palabrería frívola cuando deberían estar definiendo un plan que para él todavía no encajaba. Habían hablado de trampas y de separarse en grupos pero aquello eran trazos vagos e inconexos en un gran mural. Fuera lo que fuera aquello, era evidente que les venía grande y más si seguían tratando de distraer sus nervios.

- Señor Aed, dice que usted va a ocuparse de la otra bruja. ¿Puedo preguntar cómo? - era una forma figurada de hablar pues evidentemente quería una respuesta al respecto -. Me gustaría tener una imagen más clara de cómo va a iniciarse todo...¿qué hacen cuando se acercan a la taberna? ¿Cuántos son?

La disculpa de Stella solo hizo que Aed riera con más sonoridad – No te disculpes. Que hagas eso solo me demuestra que no he perdido mi toque con las damas – y subió y bajó las cejas un par de veces divertido -. Y tiene razón. Elliot es idéntico a mí cuando tenía su edad – Elliot negó con la cabeza aún algo inconforme con la forma cómo su padre se comportaba.

Elliot prestó atención a la presentación de Eses y lo miró sorprendido cuando este mismo habló diciendo una broma. Más por la sorpresa que por la calidad de esta, Elliot solo le pudo responder con una torpe reverencia para luego mirar a Rin y volver a Eses – Encantado – y se volvió a la conversación aún confundido.

Aed miró a Rin – Lady Rin tiene razón. Tanto ellos como Waltz deben esconderse en la bodega del piso de arriba. Así podrán actuar con ventaja y aprovechando que nadie contará con su presencia – y señaló una pequeña ventanita que daba hacia el techo exterior -. Saliendo por esa ventana, llegan a parte del techo y podrían escalar hasta la azotea sin problemas y sin ser vistos. Claro que deben tener cuidado de no resbalar. La caída sería fea – y aunque rio como buscando que aquello fuera gracioso, parecía bastante en serio.

Las incómodas palabras de Hogward parecían ser bastante notorias, pero Aed no le dijo nada. Solo afirmó – En verdad me abruma tu valentía. Serías un gran soldado – cruzó los brazos asintiendo con la cabeza, aunque era imposible no imaginar a una Delora complacida riéndose en la lejanía con cuernitos en la cabeza. Las palabras de Hogward a Réamann hicieron que Aed enseriara su rostro – Es cierto, Serr Lockheart. Solo debe actuar si es estrictamente necesario. Después de todo, es usted el premio mayor – y luego escuchó a Alain. Su rostro tomó un cariz reflexivo – Phoisa llega todos los días junto a un guerrero y una bruja. Se reúnen en las mesas del fondo y empieza a buscar adeptos a su causa. Invita a cerveza a quienes estén con ella y se marcha, pero se teletransporta en algún punto al salir. No he logrado ver dónde está ese portal, pero no debería haber uno. Se supone que este lugar está sellado. Por eso tendremos al Lord Malthael como infiltrado, fingiendo ser solamente un cliente circunstancial. Si seguimos ese patrón y este logra hacer estallar una de las bombas, le quitaríamos a sus guardias. Tanto Elliot como Lady Stella pueden protegernos de ataques con las barreras y los niños podrían atacar desde la parte de arriba. Lady Rin podrá comenzar a trabajar en las trampas. Me encargaré de encantar la taberna para ocultarlas. Afortunadamente mis puños no son solo músculo. De hecho, esa es mi magia – y cuando los chocó, pequeños destellos de color azul salieron de sus nudillos -. Digamos que mi magia es de contacto, así que puedo neutralizar brujas a golpes, literalmente hablando – y sonrió confiado -. Ahora, ¿qué posiciones discutieron en la taberna? Hay unas diez mesas en el lugar y todas son para cuatro personas. Si nos distribuimos en que cada uno bloquee unas cuantas, podríamos dejarla al descubierto para que los guerreros más fuertes ataquen – y miró a Réamann por un momento para luego pasar a uno de los guardias.

El atuendo del hombre era sin duda lo suficientemente peculiar como para llamar la atención, además que parecía el traje de un noble. Ezio se paró con rapidez retirando la sangre como mejor pudo para luego alistarse para pelear. Tu hermano no estaba dispuesto a dejarte luchar sola - Esta pelea será de ambos, Fiorella - aunque podías leer entre líneas algo como "no quiero perderte a ti también".

El hombre los miró con esos ojos lupinos e hizo una reverencia elegante - Es un placer, soy Varg. Y me resulta de lo más curioso que pregunte porque aquello que quiero es a usted, Milady - su sonrisa se afiló bastante y tomó más firmemente su bastón, el cual puso delante suyo y apoyó en el suelo.

Ezio se hizo delante de ti - Sobre mi cadáver. ¿Quién es tu amo, lacayo? - rio el inesperado visitante.

- Nadie que interese en el otro mundo - y lo único que parecía que haría era golpear el bastón contra el suelo.

Stella se ruborizó un poco por cómo le hablaba Aed. El hombre no le desagradaba. De hecho, era bastante agradable. Pero ella podía entender la reacción del pequeño Elliot con respecto al comportamiento de su padre. Y es que de hecho había algo más...

¡Mentira! ¡Una cosa tan tierna como Elliot no puede convertirse en eso!

Mientras una gota de sudor recorría su mejilla y pensaba en eso, se veía obligada a volver al tema central. Y claro estaba, en él estaba la disposición de Hogward ante tal hazaña tan peligrosa. Al mismo tiempo que Aed le expresaba palabras de admiración, ella lo miraba y asentía también con admiración, más por la forma tan humilde en que Hogward hablaba del tema. No obstante, con más vehemencia asintió cuando este le dijo esas cosas a Réamann, así como Aed. Para reafirmar que así se sentía, apretó de nuevo con suavidad los hombros de Réamann.

Después de escuchar parte del plan y ver con asombro que Aed... de verdad era un hada bastante peculiar, y perspicaz. De verdad tenía bastante claro lo que debía hacerse. Ella se había perdido parte de lo que habían hablado en la taberna, por lo que también miró a sus compañeros con curiosidad. Su rol era claro: quedarse con Elliot. Poco sabía ella de luchar o desarrollar estrategias. 

Así pues, con creciente nerviosismo, escuchó a los demás.

Al escuchar que el plan, o parte del plan, era que debía quedarse escondido, por un breve momento la faz de Réamann reflejó una pequeña frustración que soportó la mirada de Hogward con esa advertencia que pareció no caerle muy bien, pero no fue más allá de un pequeño resoplido que culminó en un nuevo acomodo en su asiento y proceder a guardar silencio para continuar escuchando la estratagema, dejando a un lado la actitud bonachona de Aed a Stella y Elliot con Rin y su hermano.

Todo estaba tomando forma y prestó la mayor atención posible para, aunque no haría nada realmente, saber qué pasaría y no arruinar algo si la situación caía en desventaja en el lado de su balanza, más con la idea de que él era alguien importante para esta operación, asintiendo al hada cuando se lo señaló. Pero cuando él mencionó a los que acompañaban a Phiosa...

-A-Aed... ¿Sabes cómo son los acompañantes? ¿Hay alguna descripción detallada?-el peliblanco se tensó un poco, pero comenzó a recurrir a relajarse con la respiración porque si se ponía mal echaría a la borda todo lo que se planeaba. 

El joven suspiró en medio de sus cavilaciones y se llevó una mano al frente para descansar en una mejor posición, tratando de pensar en algún acomodo en las mesas pero desistió de ello esperando que lo hubiesen planeado en la junta que no asistió. 

Dicho lo dicho, Rin pensó que la red de pesos quedaría bien situada cerca de la entrada en el tejado, suponiendo que no le atacarían al entrar en el lugar si no al salir de este, por si quedara algo por decir no se adentró en la bodega aun, pero pensó que sería buena idea vigilar desde el tejado en todas direcciones por tal de ver si descubrían desde donde aparecía el grupo de Phoisa y ubicar por tanto su portal.

Recopilando, si lo había entendido bien, Hogward haría de cebo infiltrado, Réamann de cebo suplente escondido, Stella proveería con escudos, Rin con trampas, Aed con magia de impacto y los demás..., los demás intentarían ganar tiempo con el combate físico si todo lo demás se torcía.

- No discutimos demasiado el tema posiciones, de hecho no tenemos un plan demasiado en firme, excepto el tema de las trampas, los escudos y, en fin, las espadas. Parte de nuestro plan implicaba que alguien atacara desde arriba o abajo, en este caso si son Rin y Elliot desde arriba pues nos funciona bien. Si fuéramos más, sería interesante tener a alguien esperando fuera una vez entren, para cortar la retirada si es que nosotros fracasamos, pero tenemos que conformarnos con lo que tenemos - torció el gesto, pues se hacía evidente que aquello era lo que no se le daba bien -. Creo que antes que nada deberíamos decidir cuál será el detonante para pasar a la acción. Es decir, ¿cuál es el papel de Hogward exactamente, más allá de estar sentado entre los clientes? ¿Averiguar quién es Phoisa y darnos una señal?