Partida Rol por web

Bonifacio, al ver todo lo que pasaba a su alrededor se estaba poniendo nervioso, entre aquel argentino que no paraba de suplicar por su vida y aquel irremediable sonido de un gong que no sabía de dónde venía le latía el corazón cada vez más rápido.

Entonces medito bien todo lo que tenía que decir, sabía que si los convencía lo suficiente podría ser capaz de vivir al menos un par de días, tras pensar durante bastante tiempo sus palabras, abrió la boca y empezó a hablar:

-Escuchad-trataba de ocultar su acento para que se le entendiera mejor y así hacer que las palabras le lleguen a todos-creo, que tós' sabéis que esto no va a llegar a ninguna parte, tós o casi tós vamos a morir, de una manera u otra, así que dejad de hacer caso al pajillero ese y votad al que creeis al que se lo merezca. 

-Mozo, si elije al otro y me salva a mi, le daré mi voto de confianza de que siempre estará a salvo de mi voto y siempre que acabe en empate usted también se salvará más algunas cosas que vayan surgiendo según falte gente.

Debía escoger sabiamente las palabras, ya que es posible evitar la muerte... aunque sea por un solo voto.

Impresionado de que ninguna fémina hubiera admirado su sensual musculatura, Hermann se vistió de nuevo, con expresión ofendida mientras observaba a Bonifacio.

-Ese boludo de anteojos miente. Nadie tiene forma de saber si os ayudará en las votaciones, dado que son secretas -sentenció el argentino, cruzando los brazos sobre el pecho-. Además, no posee ninguna habilidad especial que nos ayude a descubrir cómo salir de aquí. Sé que suena duro decirlo, pero la única manera que tenemos de sobrevivir es escogiendo sacrificar a aquellos que menos aporten. Esto es una prisión, ¿cierto? Pues tiene que haber una salida. Yo tengo la capacidad de que puedo ser rastreado por el chip que me puso mi madre, pero si me arrastran fuera, igual que a ese niño, nunca os encontrarán.

-Primero,-dijo un tanto ofendido-según se oyó de una voz misteriosa dijo que se podía ver el voto de alguien, de manera que yo no tengo ningún problema en que se vea, mientras que TÚ no has dicho de prometer nada ni nada, lo único que sabemos que puedes aportar tú es un supuesto "chip", que de todas maneras aunque murieras seguiría activo, y si en todo caso te incineraran el chip seguiría activo o aún así, quien dice que no han inhibido el chip, por ende, yo creo que toos' sabemos quien podría ser útil aquí.

-Bonifacio, si me queman, el chip también se quemaría, y si me lanzan al mar, ya no os encontrarán porque el chip no estará aquí -dijo el argentino, encogiéndose de hombros-. No sé si te has fijado, pero nuestros captores han puesto mucho empeño en que el niño no se quedará a la vista de todos. Tenemos que preguntarnos el porqué. De todos modos, todos y cada uno de los que estamos aquí podemos decidir hacer nuestro voto público. Por tanto, no eres especial. No aportas nada.

Hermann adopta entonces posición de combate dentro del círculo, con todos los ¿músculos? de su cuerpo en tensión.

-Si tan listo eres, ven aquí a decírmelo o lánzame las gafas esas de culo de botella que me llevas -le espeta al anciano, con esa prepotencia propia de alguien que se cree superior al resto-. Vamos, ven, valiente.

El bostezo del intento de idol masculino no impresiono lo más minimo a maligno, aunque lo que si le irrito fue la discusión entre el cara acelga con lupas y el adolescente pajero.

Vosotros dos, panda de ineptos, ¿Os creís que queremos que viva alguno de los dos?- y con más calma añadió-

Si tiene alguna reclamación, entren a la dirección web www.chiton.mividanoimporta.com

Vaya mierda de publico

Parece que se van tensando un poco los hilos entre algunos de los presentes, mientras, Raymond observa la situación con calma, intrigado por lo que pueda acontecer. Sin duda quería salir librado de aquello, fuera lo que fuera, y tampoco deseaba que se perdieran más vidas. Continuó en silencio, meditando sus opciones. 

-A ver, Hermann, la cosa es: ¿como sabemos que tienes un chip y no es mentira?

Hermann pone los ojos en blanco al escuchar a Bonifacio.

-¿De verdad queréis que me quite otra vez la ropa para demostrarlo? -preguntó, a sus compañeros en general y al público femenino en particular.

Susanita queda atónita ante tanto descontrol. La gente parece estar loca y no se ve nada en ese oscuro lugar. Eso y que su vista no es muy buena que digamos.

-¡Santos charales!

Dice al ver lo que ha pasado.

-No sé cómo votar, no se cómo hacer nada. Ayuda, que me ahogo...

Toma el pescado en su mano y lo zangolotea en señal de auxilio.

Refiriéndose Hermann:

- ¿Y cómo sabemos que ese chip no es falso?, ¿y cómo sabemos que es totalmente funcional?, y lo más importante de todo, ¿cómo sabemos si van a ser capaces de rescatarnos?.

Alguien tiene un poco de ron??? Q no decaiga 

Vaya el truco funciono mejor de lo que pensaba -Bien entonces me dices que si voto por el argentino tengo tu voto a favor, eso me gusta, si puedo salvar mi trasero gracias a ti, no me importa sacrificar al otro – entonces mire al chico argentino - ¿Mejoras la oferta del cegatón? Por qué lo del chip no me lo creo mucho necesito algo más de pruebas o algo mas motivador, mira que puedes morir por tener muchos votos- mantuve mi mirada de apatía.

Al terminar los 3 pitidos consecutivos suena un sonido más profundo y metálico como si algo estuviera a punto de ocurrir. De inmediato, emerge un feroz rayo de la esfera central e impacta en Bonifacio fulminando su cuerpo en el suelo. No solo eso, de la nada, su mano derecha se alza mostrando un brillo inesperado y este es arrastrado en la más profunda oscuridad.

-La cagaste, Burt Lancaster... -murmura Anita al ver el destino del mozo.- Para alguien que me encontraba atractiva...

La mujer suelta un suspiro de resignación.

-Pero vamos a ver... no os lo habréis cargado de verdad, ¿no? Pero... ¿esto qué es? ¿Qué invento es este? Es como un concurso de la TV, ¿no? Seguro que el muchachico está ahora aguantando a Arturo Valls contándole chistes malos. ¡O al público de la ruleta de la suerte! Tira de la ruletaaaaaa, de la ruleta tira yaaaaaa

Hermann dio un fuerte aplauso al ver caer abatido a Bonifacio y sonrió con malicia, como sólo un argentino criado en la pampa podría hacer.

-No solo mejoro su oferta, Dylan, la quintuplico -indicó el pajero con esa superioridad moral que sólo podría mostrar alguien como él-. ¿Para qué necesitas un voto si puedes tener cinco? Puedo convencer a cuatro personas más de las que están junto a mí para que no te voten y para que no voten a tus aliados, que intuyo que también los tendrás. La clave de esto es hacer tiempo yendo a por los que están casi catatónicos y, si nadie nos rescata para entonces, enfrentarnos los que quedemos. Pero Bonifacio no entendía de estrategias, ni tenía habilidad alguna.

-Hay personas en esta sala que están totalmente inactivas, ausentes y que no les importará ni que las votemos, como el tío que huele a perro muerto, Alex Gibaja o Chiquito de la Calzada. Si queremos salir con vida de aquí, hemos de priorizar a los que aún seguimos en este Círculo. Voy a ser claro: voy a ir a por Alex Gibaja. Ya estoy harto de escuchar el superconsejito del día y el "Hola, bebés".

-Pssst... ¡Eh, vosotros dos! Esto es simple. Si queremos aguantar aquí con vida todo el tiempo posible, tenemos que formar una piña y concentrar nuestros votos contra otros. Sugiero que obtemos por ahora por una presa fácil como el Alex Gibaja, que sigue dormido, pero poco a poco tendremos que ir eligiendo a los que resulten más peligrosos. Lo ideal es que no perdáis a nadie que tengáis cerca, y eso me incluye a mí, al metalero y a la choni. Mientras podamos concentrar los votos contra alguien, tendremos una oportunidad. Seremos más de cinco.

-Pssst... ¡Eh, vosotros dos! Esto es simple. Si queremos aguantar aquí con vida todo el tiempo posible, tenemos que formar una piña y concentrar nuestros votos contra otros. Sugiero que obtemos por ahora por una presa fácil como el Alex Gibaja, que sigue dormido, pero poco a poco tendremos que ir eligiendo a los que resulten más peligrosos. Lo ideal es que no perdáis a nadie que tengáis cerca, y eso me incluye a mí, al calvo con perilla y al tío que hay al lado. Mientras podamos concentrar los votos contra alguien, tendremos una oportunidad. Seremos más de cinco.