Partida Rol por web

Después de suspirar aliviado al ver a sus compañeros volver sin contratiempos, (debia ser el record de Tymos sin meterse en problemas)miró ceñudo a la joven al oir las palabras de Rod.

' Si esta chica es importante , nos podriamos haber metido en algo mas gordo de lo que pensamos'
-Si ,esperemos que con una noche de descanso ,despierte y pueda aclararnos algunas cosas.-Y dando la vuelta hacia la posada añadio- Yo por ahora necesito volver a entrar en calor .

-Es extraño…- Empezó diciendo el caballero con ambas cejas arqueadas y arrugadas sobre la nariz, como a quién alguien algo le escama pero no sabría concretar bien el qué. Se giró hacia Rod antes de que el resto del grupo y preguntó al fin. -¿A dónde ha ido aquél pobre desdichado que nos hizo de guía para acudir al médico, es raro que se fuera sin más, no?- La verdad es que la idea de encontrarlo por la mañana muerto en cualquier esquina como había sugerido Tagliagole no le hacía mucha gracia y menos si había tenido parte de culpa en ello.

El joven soldado decidió que nada ni nadie más se interpondrían en su merecido descanso, así que inició la marcha tras Desmond.
- Sabias palabras!

La posada les podría servir de algo más que de lugar de reposo. Quién sabe, quizás algún otro mercader necesitaria de escolta por estos lares...
- Bien mirado todo el mundo necesita escolta por aquí. Bastaba solo una mirada alrededor para ver el tipo de gente que se juntaba en este lugar. Se resguardó un poco más bajo la capa, mientras acariciaba el pomo de la daga para tranquilizarse. - El único de destaca en la multitud es ese caballero y su escudero... como dos ovejas en una jauria de lobos... aunque estas ovejas muerden, je je je. No podía dejar de reconocer las aptitudes para el combate de Ser Tymos. El resto también se habían probado duchos en las armas.

- Espero que por aquí encontremos algún patrón. Dijo al resto del grupo al despejar sus pensamientos. La otra opción era aventurarse solos en la ciudad maldita que se divisaba al fondo como una sombra inpenetrable.

Rod contesta a Sir Tymos algo tajante. - Sir Tymos, ese desgraciado estará gastandose la paga,
ya mañana veremos hoy ya no sirvo para nada. - cierto.. le dije que nos esperara.. estando fresco lo buscaria por lo rápido que habla, pero ahora ni hablar!, que le den.. -

Luego responde a Dareus - Claro, patron o patrona, quien sabe.

 El grupo, encabezado por Enricco y Desmond marcha hacia Tonel Rebosante mientras Foyle le hace una mirada de apremio a su primo para que vayan todos juntos, por lo menos a la posada. Esa fría noche al raso había pasado factura a la mayoría de los recién conocidos.

A sir Tymos no le hacía ni pizca de gracia dejar aquello en la ignorancia, algo le siseaba a los oídos que aquello era importante, y aunque todos sus compañeros tiraban de él, alguien de sus creencias e ideales no iba a eludir sus responsabilidades.
Sin embargo su primo y escudero, el maltrecho Foyle que le conocía bien y sabía que no cejaría de ir en su búsqueda a pesar de tener el cuerpo herido y el resuello exhausto, le dijo con sus gorgoteos solo comprensibles por su “señor” que el miserable mendigo conocía bien el lugar, seguramente había encontrado un hueco donde esconderse, que su paradero no era de su responsabilidad ni de su incumbencia, finalmente le censuró que husmear en los asuntos ajenos no era nada caballeresco, así que al fin le disuadió y le pudo arrastrar a la cálida y “reconfortante posada”.

 Finalmente la media docena de aventureros se dirigieron al Tonel Rebosante, con Foyle y ser Tymos cerrando la marcha.

 Antes incluso de llegar ya se escuchaban las carcajadas y gritos de rabia y sorpresa propios de un salón de aquella índole.

 Finalmente el grupo se adentró en el salón. Al hacerlo es como si se sumergieran en otro ambiente, distinto, cargado, como si se adentraran a una especie de sauna, donde el olor a sudor, humo, grasa y sangre embriaga todo el ambiente. A pesar de la hora, ya a primeras horas de la tarde, el lugar estaba atestado de personas. Apoyados en la barra, ocupando las mesas, junto a una enorme chimanea, a todas luces de nueva manufactura. No tan solo estaba abarrotado el lugar sinó que también había un buen jaleo montado. Los hombres gritaban, reían y se insultaban, tambien había un perroflauta animando el ambiente, y desde varios puntos se escuchaban los gritos de mujeres y hombres en el piso de arriba haciendo crugir las vigas...

 El lugar en sí era muy sencillo una larga barra con un montón de toneles y botellas detrás, una enorma chimenea al fondo y todo lo demás repleto de mesas, taburetes y bancos. La parte del salón era de doble altura desde la que se veía una especie de pasillo con una barandilla cercándolo en la parte interior y un montón de puertas que daban a pequeños dormitorios.

 Cerca de la entrada quedaba una mesa vacía en la que podrían caber todos si así quisieran.

Enricco tenía la barriga llena, y lo que realmente necesitaba era descansar un buen rato en alguna habitación donde las camas no estuvieran a la intemperie, a merced del helado viento.

- Sentaros en aquella mesa, si gustáis. Dijo a los demás compañeros mientras señalaba la mesa vacía. - Yo iré a por una habitación, haber si puedo hacer una sienta en condiciones. La herida del costado le dificultaba los movimientos, y aun así u¡intentaba mantener la compostura digna de alguien de su clase.

Con paso decidido se dirigió hacia la barra. - Disculpar. Dijo al que estaba detrás sirviendo. - ¿Sabe usted di hay alguna habitación confortable para poder descansar ahora mismo, y pasar la noche? Su tono era cortes y educado.

Rod sigue a Enricco un par de pasos, lo justo para decirle sin tener gritar demasiado: - hombre, puestos pide habitaciones para todos a poder ser, no vamos a durar mucho aquí -mientras da un vistazo a la chica y al resto- y que nos traigan algo de comida y bebida!

Al alejarse Rod sigue con la vista a Enricco esperando algun tipo de asentiemiento. Luego se acomoda él mismo y a la chica como puede; mientras algo le corroe por dentro..- como esté ese por aquí la liamos..

La posibilidad de sentarse un rato más con el resto atrajo visiblemente a Dareus, quién tomó asiento en la mesa.

- Los Dioses bendigan una buena cerveza!  Dijo meintras se sentaba. Aunque ya había tomado una antes, las privaciones del viaje no se podían aplacar tan facilmente. Después ya pediría habitación y compañía

- Así que el matasanos ese es competente. Es bueno saberlo! Seguro que tarde o temprano hacen falta sus servicios. Comentó al resto mientras observaba a la joven. - POr cierto os ha dicho algo la muchacha? de donde viene... quién es? Si es que ha recobrado el conocimiento en algún momento.

La curiosidad podía con Dareus por momentos... al menos quería saber por quién cojones había tenido de abandonar el Refugio de Sigmar y acabar en este tugurio.

 Al entrar todos, te has fijado que vuestra presencia no pasa desapercibida, especialmente Rod al cargar con la mujer en brazos. Mas las miradas no se mantienen más de lo esperado sobre vosotros.

Al entrar todos, te has fijado que vuestra presencia no pasa desapercibida, especialmente tú al cargar con la mujer en brazos. Mas las miradas no se mantienen más de lo esperado sobre vosotros.

Al entrar todos, te has fijado que vuestra presencia no pasa desapercibida, especialmente Rod al cargar con la mujer en brazos. Mas las miradas no se mantienen más de lo esperado sobre vosotros.

Cuando Enricco se acerca a la barra un tipo enorme, alrededor de los dos metros, de anchos hombros y puños como jamones. Parece fuerte, pero sin lugar a duda lo que más llama la atención del tipo ese es su enorme barrigón. Va con un ancho jubón en el que cabriais tres de vosotros, pero que a él le va ceñido, debajo del cual cuelga un trozo de barriga.

Al acercarse una sonrisa escalofriante se abre camino entre sus redondos mofletes.

- Veo que encontrasteís a vuestros amigos, eso es bueno... ¡más clientes!- Luego escucha vuestras peticiones y asiente.- Ya conoces los precios, amigo, una corona por hora o cinco por una noche es el precio de la habitación. Para comer aún queda algo de estofado de carne, tengo pan salido del horno para acompañar. El coste es una corona de oro la ración. Evidentemente se sirve con vino o birra a vuestra elección.

Desmod dejó que sus compañeros pidieran las habitaciones y mas bebida.Un trago mas antes de acostarse no le vendria mal,asi volveria a entrar en calor.
Su mirada cansada se deslizaba lentamente por el local mientras se acomodaba en su asiento.

Al entrar todos, te has fijado que vuestra presencia no pasa desapercibida, especialmente Rod al cargar con la mujer en brazos. Mas las miradas no se mantienen más de lo esperado sobre vosotros.

Rod mira a Dareus condescendiente y algo indeciso ante su avidez de respuestas,  aunque evidentemente el tendria las mismas preguntas de no saberlas aún... - Aún no ha dicho nada, esta inconsciente, jeeje. -risa sarcástica- no la ves? ..además aquí hay demasiados oidos joven Dareus; mañana en la habitación hablaremos y quizá incluso despierte y aclare todo aún más. Si os parece, comamos algo y descansemos.. en realidad, si no recuerdo mal, el matasanos dijo que esa mujer debia descansar, si queriamos que viviese, no es así Tymos?

Luego sigue observando de vez en cuando alrededor nervioso.

Enricco se sacó 10 coronas de su saco, y los dio al posadero.

- Tenga aquí buen hombre, enséñeme esa habitación tan confortable, pues tengo la intención de echarme un rato y descansar. Estas otras monedas, son para la habitación de la joven. Hizo unas risitas entre dientes de forma pícara. - La pobre está demasiado cansada para ir pos su propio pie ¿Tendrá la amabilidad de acompañarnos señor?

Ercicco llamó la atención de Rod, que cargaba con la chica. - Oye amigo ¿Quieres llevar a nuestra amiga a una habitación para que descanse?

Poco a poco el cansancio del camino y las heridas se fueron apoderando de él. Su cabeza aún daba vueltas, turbado por la visita al médico y por comentarios que Enricco hiciera sobre la suerte del mendigo.
Cuando entró al lugar parecía haber perdido esa energía inagotable que acompañaba su día a día, se sentía algo mareado, el ruido, todo aquél humo y olor a vino y concentración humana no hicieron más que sumirle a mayor profundidad en su letargo, las voces casi apenas le llegaban como un eco, entre todo aquél pandemónium de imágenes apenas vislumbró el libertinaje del lugar, y aunque si llegó a fruncir el entrecejo un par de veces con algunas escenas próximas… no llegó, por suerte a abarcar todo el cuadro al completo.

Sin embargo, su búsqueda constante de honor, aventuras y gloria no quedó del todo nublado y tras algún grito de mujer de los que se dejaban oír en el piso superior, el caballero estuvo apunto de desenvainar. Por suerte con mucho conocimiento y paciencia Foyle le advirtió de la clase de gritos que se trataban, el joven no pudo más que limitarse a dar un gesto de asco, por la poca discreción de esas gente. De la misma forma a cada golpe, o choque con cualquiera del lugar estaba apunto por saltar en un desafió y sus compañeros tenían que frenarle in situ pues conocían muy bien hacía donde el ingenuo chico podía ir a terminar.

-Cierto, cierto, mi buen Rod.- Contestó Sir Tymos dando crédito a las palabras de su oscuro compañero. –Si me disculpáis, creo que también yo me tomaré una habitación y un descanso, un par de magulladuras del combate de ayer, por fortuna no dejan de ser meros rasguños, me tienen algo indispuesto por lo que creo que debería seguir el ejemplo de maese Tagliagole.- Sir Tymos dijo e hizo; pagó la habitación como correspondía sin siquiera ser consciente del precio desorbitado de la misma; “el posadero sabrá el valor de su habitación seguro que pide un precio más que justo” de otra forma ese seria el máximo racionamiento que estando lúcido habrían sacado de él.