Partida Rol por web

-No sabemos nada, no sabemos quién es ni de dónde ha salido. Sólo sabemos que nos ha atacado. Por eso estamos buscando a Otis.

-¿Especial? ¿Te refieres a mutantes? Nuestro jefe lleva tiempo siguiéndole la pista a este tipo de gente. Tiene contactos, sabe dónde buscar. 

No sólo iba a ser larga, las horas se convierten en días mientras estudias y descartas cada archivo inútil. Al final te decantas por el más probable: un tal Steven Meyers. Toda una lumbrera. Perdió a su mujer en un centro comercial, víctima inocente de un enfrentamiento entre mutantes. A partir de ahí, el tipo había desaparecido de la sociedad y se pensaba que se había ido del país o que había muerto.

Este parecía ser el candidato más claro a supuesto enmascarado...

-Bueno... ¿Que me dice? ¿Hablamos aquí o en un lugar más intimo? - Le pregunté tras observar que miraba a su alrededor para evaluar la situación y dar así su respuesta.

¿Y bien?

No quiero meterte presión, pero no estás resultando de mucha ayuda. No sabes nada del de los cuchillos y hace un momento querías matarme. - le dije recordandole donde estaba - ¿Que necesita alguien como yo para trabajar con vosotros? ¿A quién tengo que entregarle mi curriculum?

Las palabras de Ángel hicieron que mi cara se pusiera completamente roja y que me faltara el aire. "No quiero que vuelvas a irte, Loren", el corazón me había dado un vuelco en aquel momento y me fue imposible ocultar mi emoción.
Nunca, en mi vida, me habían pedido que me quedara, todos querían que me alejara de ellos, por lo que no pude evitar sonreír. La felicidad me había invadido con una simple frase y no pude quitarle la mirada de encima. Estaba a punto de estallar. Carraspeé después de estar varios minutos mirando fijamente a Ángel y di un par de pasos hacia atrás. Llegué hasta donde se encontraba Emely y me coloqué detrás de ella para abrazarla y no perder de vista a su hermano. 
-¿Has visto Em? Marcus nos deja ser amigas...- dije sonriendo de lado mientras rozaba cariñosamente mi cara contra la suya y miraba qué expresión pondría Ángel cuando pronunciase su nombre real. Las pequeñas escamas del lado derecho de mi cara rozaban sus mejillas cálidas, fue un contacto agradable aunque en aquel momento haría deseado que ese contacto no fuera con ella sino con él.

Rodeado, suspiro mirando a mi alrededor. No voy a poder con ellos dos. No mientras siga teniendo la puntería de una ameba ciega. Y no creo que acepten una disculpa.

El mal está hecho. He fracasado, me quema dejar a estos dos sueltos, pero ya volveré. Las guerras no se ganan de una batalla.

Sin embargo, aún puedo hacer algo. Puedo sacar algo de jugo de esta gente. Sonrío un segundo y hago crujir mi cuello.

Salgo disparado a toda potencia hacia el asaltante normal que esté más alejado de la tipa de los látigos y de Drill, intentando atraparlo y llevármelo conmigo. Luego, me largo.

¿Quieres trabajar para nosotros y has intentado matarnos hace un momento? -te pregunta incrédulo-. Si quieres entrar en nuestra organización primero has de demostrar ser un tipo de confianza y que nos seas útil. Si ahora me sueltas no sería un gran comienzo -el tipo empieza a sentirse más cómodo ahora que parece tener una posibilidad de sobrevivir.

Las mejillas de Ángel se colorearon suavemente cuando te oyó llamarle por su verdadero nombre. Emely no cabía en sí de gozo y sonreía como un niña a la que acabaran de servirle pastel de chocolate.

-Marcus, Loren me ha dicho que me llevaría a volar con ella ¿no es genial? -su hermana se le colgó del brazo cariñosamente.

-Bueno... supongo que no tiene por qué haber peligro -dijo Ángel lentamente no muy convencido.

-¡Oh, vamos! ¡Tú nunca has querido llevarme! Siempre enfrascado en tu lucha contra la injusticia. Pero Loren sí quiere, así que no pongas esa cara porque voy a ir con ella -se cruzó de brazos enfurruñada pero le guiñó un ojo.

-Supongo que no puedo detenerte -después se giró hacia ti- ¿Cuidarás de que no le pase nada, verdad? Y después... -esto lo dijo en voz mucho más baja- ¿Regresarás a casa?

Haces un rasante intentado atrapar a uno de los sicarios pero estos se arrojan cuerpo a tierra cuando pasas sobre ellos en una imitación de la escena de "Con la Muerte en los Talones".

-¡Poneos a cubierto, imbéciles! ¡Nos ocuparemos de él! -le gritó Drill a sus seguidores.

Después, se acercó hasta el segundo coche de los agentes que presentaba muchos impactos de bala. Levantándolo como si fuera de cartón, te lo lanzó intentando aplastarte.

Mientras, la mujer seguía en el techo del furgón. Sus látigos de energía volvieron a restallar hacia ti, intentándo alcanzarte cuando pasabas junto a ella.

Permíteme que te corrija, no he intentado mataros hace un momento, he desintegrado completamente a tu compañero porque ha intentado matarme y aún puedo hacer lo mismo contigo.

Sabes perfectamente que puedo ser útil en la organización igual que yo sé que tú no pintas una mierda dentro de ella. Ahora haz el favor de ser de utilidad, contestar a mi pregunta y como dije dejaré que te vayas de una pieza.

Normal. Trabajo de investigación cuando no tienes suerte.

Cotejar y descartar durante días y la misma rutina: escamotear café, gastar asiento, no moverte demasiado, entrar en un estado de antialerta felina en el que tu mente se adaptaba para aburrirte lo mínimo posible. Y finalmente, con los días, se acercaba el premio.

"Stephen Meyers"

Genio. No había sido injustamente acusado entre sus pares, pero había perdido a su mujer como víctima colateral de especímenes mutanteamericanos (o como sea la frase políticamente correcta del mes), lo que se acercaba bastante. Y se había retirado completamente de la vida local. Podía estar muerto, podía estar fuera del país... o podía estar bajo la vista de todos salvando al mundo, o vengándose del mundo, o cualquiera de esas cosas. Los genios pueden hacer cosas muy raras cuando se desequilibran. Si no tienen suerte... si... si les pasa algo...

Se estaba frotando el cuello sin darse cuenta.

"No. No, todo estará bien. Dinero. ¡Dinero para Universidad! Céntrate en eso"

Tendría que buscar su último domicilio, sus últimos movimientos y todas las fotos disponibles de él. Y a qué se había dedicado todo ese tiempo en general.

Ese loco gigantón quería aplastarte como un insecto. Intentas esquivar el vehículo pero uno de los látigos de la mujer se te enrosca en el tobillo. Quedas suspendido en el aire como si fueras un grotesco globo sin poder moverte ni evitar que el Ford se estrelle contra ti. El impacto te derriba sobre el asfalto mientras el coche cae dando vueltas de campana fuera de la carretera. Afortunadamente Legión había absorbido completamente el impacto pero te había dejado aturdido durante unos segundos.

-¡Ahora Drill! -gritó la mujer con un fuerte acento- ¡Ya le tengo, aplástale y larguémonos de aquí de una vez!

-Está bien, está bien. No te pongas así. Puedo intentar arreglar que hables con el gran jefe. Estoy seguro de que quedará impresionado. Necesitamos gente como tú.

Durante tres días con sus noches te dedicas a quemarte las pestañas consultando datos, archivos, rumores y actividades. Hablas con todos tus contactos posibles, retuerces a todos tus informadores de más o menos dudosa legalidad hasta la extenuación. En resumen, tu dedicación al caso es del 200%.

Pero finalmente pareces sacar algo en claro. Efectivamente Meyers desapareció de la vida pública. Pero sin embargo puedes ver que ciertos pedidos de equipamiento especializado como ordenadores y materiales de construcción fueron comprados por medio de una empresa fantasma y enviados un lugar que resultó ser un almacén completamente vacío. Cotejando el equipo, el gasto energético empleado y trazando una trayectoria de actividad del sujeto, puedes situar su emplazamiento en un lugar concreto de Nueva York. Un radio que ocupa unas tres manzanas de casas en donde estás seguro de que puede encontrarse su guarida. No hay fotos actuales de Meyers aunque consigues algunas de archivo de la universidad.

Durante ese tiempo, Nueva York y el mundo parecen haberse vuelto locos. Atracos, asesinatos, disturbios ¡y hasta señales del espacio! La verdad es que prometía ser un año movidito, y eso que estaba empezando.

-De acuerdo, donde te parezca mas conveniente -respondió en tono árido, que parecía ser normalidad en ella. Se apoyó en su bastón para no forzar mucho la pierna coja, esperando que le dijera algun sitio conveniente para lo que sea que quisiera hablar.

¿Y a qué estás esperando?¿No tienes un móvil?- cada segundo que pasaba tenía más claro que aquel hombre no le iba ha ser de mucha utilidad, mucho bla, bla, bla.

Caigo al suelo. No estoy todo lo aturdido que debería estar, la armadura ha funcionado. Sin embargo me produce un choque psicológico el recibir un golpe así y no sentir daño, similar a cuando te preparas para coger algo que aparentemente pesa, y luego resulta ser ligero.

Los látigos de la zorra me han parado. Joder. La observo durante unos instantes. No puede ser muy fuerte, no lo parece. Pero sin embargo, me ha parado en seco. Su fuerza tiene que venir de los látigos. Lo recordaré.

Pienso en atraparla. Quizás si pudiese llevármela conmigo...pero si me agarra, Drill se acercará y estaré muerto. Así que aprieto los dientes e intento arrancar el látigo de mi pierna, para luego elevarme a máxima potencia hacia el cielo y salir de aquí.

-Oiga amigo, ¿cree que es así de fácil? Esto no funciona así. Necesito tiempo y hablar con los tipos adecuados. Deme un par de días y un lugar de contacto y tendrá su respuesta. 

Cuando empiezas a elevarte, la mujer intenta retenerte tirando de su látigo, pero pronto ve que es incapaz y que si sigue así se verá arrastrada por el aire. Con lo que la cuerda energética que rodeaba tu tobillo desaparece dejándote libre. Velozmente te elevas alejándote del lugar del enfrentamiento y recalibrando tus opciones.