Partida Rol por web

Cuando el sol casi a desaparecido llegan los exploradores. Los hombres directamente se reunen con Sighard, de Vail, de Chautrec, Holgut y Kriegghar. Los hombres de más rango y aquellos dos tipos entran en una de las mayores tiendas, la que han usado generalmente para todo, desde comer a divertirse.

Entre un grupo de soldados que descansan cercanos a una hoguera, Corven se fija atentamente en aquella situación eh, chicos... atentos... pronto sabremos el próximo movimiento, si estamos tan cerca de Missina como nos han dicho, estos dos tipos deben volver de allí... pronto entraremos de nuevo en combate... ahora, relajando su expresión y rebajándola hasta la resignación más profunda, medita si me hubieran dicho que antes de llegar a Urshalim tendría la probabilidad de dejar el pescuezo en tierra normanda, me hubiera quedado en casa... ya deberíamos estar llegando al reino de los cielos... quien sabe... quizá lleguemos antes de lo que esperamos. se estira sobre su manta.

La verdad, Corven, es que en esta tierra extraña nos la jugamos a cada momento, pero debemos pensar que si salimos victoriosos, la recompensa será cuantiosa tanto en el plano material cómo en el espiritual. JA JA JA

Escucho atentamente como mis compañeros hablan de la muerte y de las futuras recompensas - Espero que las recompensas sean más materiales que espirituales...sino no sé como me costearé el alcohol y las mujeres en el futuro...

JAJAJA

Algo de razón teneís, Carl. Pero no lo digaís muy en alto no fuera a ser que llegase a los oidos de alguno de los caballeros servidores de Dios, y tomen represalias por blasfemar.

¿Mujeres? ¿qué es eso? No veo una mujer desde aquella playa de la hispania, donde aquel grupo de rameras se acercaron a la costa. Estaban tan demandadas que no pude hacerme con ninguna y al final acabé perdiendo a los dados. el tipo suspira... aunque, si queréis una buena moza... tenemos a Beatrix, la cocinera, aunque viaja con su marido, se la ve falta de amor. Si alguien necesita algo de amor también, creo que con sólo susurrarselo la mujer se lanzará a los brazos de quien sea. Jajajajaa... igualmente na se verá

Pues yo si que espero sacar tajada de Missina, no pienso llegar a Urshalim con las manos vacías. se rasca la cabeza he oído que es una ciudad próspera y con mucho comercio, los ciudadanos deben estar rebosantes de oro.

y además de amor, amigo, nos cocinará raciones más copiosas, que no es nada baladí en este lugar alejado de nuestra civilización. JAJAJA

Cada vez se van oyendo menos charlas, risas y cuchicheos, y los soldados se van durmiendo a medida que el campamento se va quedando en el más absoluto silencio. Dentro de aquella tienda, la luz no se apaga. Mañana será el día.

Pronto por la mañana suena la corneta en el campamento. Es el mismo tono irritante que consigue levantar a cualquier persona de un salto. Los comandantes supervisan sus respectivas zonas del campamento llamando a filas. No pasa mucho hasta que todo el ejército de Sighard de Scofferi está formado y atento a sus palabras.

Ahora, la caballería monta sus caballos y se colocan detrás de todo infante. En frente de todos aquellos hombres, de todas aquellas miradas, Sighard montado también en su caballo se prepara para hablar.

Sighard mira a todos aquellos que tiene en frente con respeto e igualdad, coge aire y empieza a hablar. ¡Servidores del Rey Sigmord! Bajo esta colina, nos espera Missina! Es la ciudad por la que tanto hemos andado, ¡y tras sus murallas!¡apresada! se encuentra ¡lady Sarah de Lioncourt!hermana de nuestro rey! ¿qué podemos hacer nosotros? ¿que creen estos perros normandos? que los hijos de la Britania ¿iban a dejar que su nombre fuera deshonrado? ¿que esos hijos iban a pasar por alto que se mancillara a la doncella del reino? respira de nuevo hondo.

¡Tenemos grandes noticias que ayer nuestros exploradores nos trajeron! ¡Las tropas del Rey ya están frente a la ciudad y la tienen asediada! Así que pronto ¡se hará justicia! levanta los brazos a la vez que con su brazo derecho desenvaina su espada y apunta al cielo. Hoy también luchamos con Dios! hoy lucharemos con nuestro Rey, para vengar la afrenta!

QUE ASÍ SEA, MI SEÑOR.

LE ENSEÑAREMOS A LOS INFIELES EL PODER DEL DIOS VERDADERO.

Con que vamos a rescatar a la hermana del rey...como me gustaría ser yo quien la salvara y que en agradecimiento se desposara conmigo, eso si sería vivir como dios manda

Sonrio ante lo absurdo de mi pensamiento jaja, parezco un niño pequeño que cree en cuentos de hada...

Me uno a los vitores de mis compañeros y comienzo a mentalizarme para la batalla.

ADELANTEEEEE!

El ejército empieza a moverse en masa hacia Missina, una vez cruzado el río y atrás aquel bosquecito donde acamparon, ya se puede ver la ciudad. Está todavía lejos, y seguramente no se llegará hasta medido día, con lo que puede ser que no puedan comer hasta acabado el combate.

Hedric se coloca al lado de sus compañeros enseñándoles la pérdida de una diente... ¡se me cayó ayer mientras cenaba! maldito normando que me golpeó con la empuñadura.

Merwin no hace caso de las palabras de Hedric Bah! llevas desde ayer contándole la misma mierda a todos, ¡es un diente! a mi por poco no me cortan el brazo. mira a sus otros compañeros y sonríe.

Y si no fuera por mi te lo hubieran cortado si, llegue a tiempo para dejar a aquel mamón sin pulmón izquierdo, jajajajaja ahora su expresión se torna seria así que calla! o la próxima dejo que te rebanen el brazo.

Hilger de chautrec se retrocede hacia sus hombres durante la marcha para animarles. Mirad allí chicos! allí donde se ve el humo, eso es Missina, y esa es la tan importante ciudad normanda que vamos a coger! El rey no es nada contrario a los saqueos así que una vez estemos dentro y la situación controlada, la ciudad se rendirá a vuestros pies, tendréis todo el vino que querráis y ¡mujeres! cuantas queráis... no he visto nunca a una mujer normanda, pero me han dicho que son hermosas a diferencia de los hombres ue parecen todos ¡cerdos arapientos! respira por un momento... es más! Pagaré trescientos feudados a todo aquel de mis soldados que tras entrar a la ciudad se dirija a la iglesia y la proteja del saqueo! levnta enérgico el brazo dejando que el sol caiga sobre su puño y haga relucir su anillo.

Dadlo por sentado, Mi Señor. No se saqueará lugar sagrado mientras yo permanezca en pie.

Alzo mi arma mientras me afirmo cómo creyente y defensor de la fé.