Partida Rol por web

Robbin llega a la puerta de la casa de su hermano y golpea fuertemente la puerta.

WERNERUS, ESTAS EN CASA? ESTAS BIEN?

Parece que Wernerus no contesta, avanzas algunos pasos dentro de su casa, y le ves con algunos tablones encima tendido en el suelo, parece inconsciente.

se acerca rápidamente a intentar reanimarle...
WERN WERN DESPIERTA

Golpea ligeramente con la palma su mejilla para despertarlo. venga despierta maldito patán, no querras dejarme solo!

Un susurro apenas consigue escapar de los labios del carpintero.

-Agua...

Aunque intenta abrir sus ojos, los párpados se le cierran y los globos le giran sin sentido en sus órbitas...

Robbin se levanta y coge un baso de madera con agua y se la acerca a los labios de su hermano.
Tranquilo bebe despacio

Otto se acerca con timidez, esperando ser de ayuda en algo. Ha dejdo a su mujer e hijos charlando con las vecinas.
-O Maese Ebanista, estaí vivo-.

OH vaya Sr Otto ayudame a ponerlo en la cama.

Otto ayuda a levantar al señor Ebanista,y con poco esfuerzo lo ponen en la cama.

-Gracias... no sé cuanto tiempo llevaba ahí postrado.

Tras beber algo de agua, Wernerus se vuelve hacia su hermano. Adopta una expresión dolorida.

-Gracias al Señor que estás aquí... llevaba una semana sin saber nada de ti, Robin. Fui a tu casa pero no te encontré. ¿Por qué te escondías de mí? Temía que padre me maldiciera desde las alturas por haberte perdido.

Bien creo que sera mejor ir a mi casa poder arreglar las cosas y preparar algo de comida para los dos.

por cierto otto me podras mirar el tejado?

Cuando te asomas ves que el infierno parece haberse desatado en el feudo. No puedes salir de la casa.

Wernerus iba a contestar a Otto, que ya habría la puerta de la casa, cuando un golpetón sacude el techo de la vivienda. El carpintero se baja de la cama y se esconde debajo de ella.

-¡Que Dios nos perdone!¿Es que nunca va a terminar este infierno?¡Robin!¡Otto! A cubierto!

Bajo la cama ningún granizo de los que ha horadado el techo alcanza al bueno de Wernerus.

Consigues ocultarte bajo la cama mientras las piedras caen a tu alrededor y el viento sopla con furia. Apenas puedes oír a tu voz cuando gritas a tus compañeros.

-¡Oño, otra vé!-

Y tentando estuvo de quedarse en casa del Ebanista, pero recordó algo.

-¡Mi mujé y los zagales estan fuera!-

Y salió corriendo fuera, cubriendose apenas con su harapiento sombrero.

Al salir ves como tu mujer y tus hijos se están metiendo rápidamente en otro comercio al otro lado de la plaza. El granizo cae sobre ti implacablemente.

Robbin consigue ocultarse perfectamente de aquellos trozos de piedra que caen del cielo y traspasan el techo cayendo junto a trocitos de madera, puede ver como poco a poco el techo se va convirtiendo en un colador.