Tras las palabra de mi esposo, le tomo por las manos y con tono agradecido le digo, perfecto querido, partiremos al alba. Antes seria conveniente comer un poco, no sabemos cuánto tardaremos en volver a comer caliente, además de preparar las arcas con nuestras pocas posesiones. Le beso las manos y con una sonrisa me dirijo de nuevo a la lumbre, dónde mi amigo el bardo ya ha terminado de encender el fuego, ¡Albricias! , exclamo de alegría al verlo, tienes un verdadero talento para esto, ahora mismo me dispondré a prepararon un rico potaje de garbanzos. Dicho esto, voy a la alacena en busca de la cacerola y me pongo a cocinar, media cebolla, guisantes, dos patas de gallina...mmmm... ¿qué más llevaba?.
¡Aquí tenéis!, digo al cabo de un buen rato cuando he acabado de cocinar, un rico potaje para mi señor marido y mi buen amigo Norfeld. Les sirvo sus platos de cerámica, rebosantes de caliente comida y, una vez les veo comer, me sirvo otro para mí (aunque con menos cantidad).
Los tres empiezan a comer, incluyendo a Beatrix. El cocido es realmente bueno, y eso que le faltan algunos ingredientes de los que se carecían. Al terminar se dan cuenta de que sigue lloviendo a cántaros, aunque esas molestas piedras ya no caen de los cielos. Igualmente, llueve demasiado y el terreno está demasiado empantanado como para pensar que es prudente llegar a la iglesia. Estáis aparentemente aislados, pues aunque miráis por las ventanas, no hay nadie más que algún cuerpo enganchado a alguna valla que no ha logrado llevarse la riada.
Un momento de paz en mitad del desastre...
Comenta mientras come con bastante voracidad
Una vez la pitanza ha llegado a su fin, pues todo lo bueno se acaba, Norfeld se pone en pié, ansioso por salir hacia la vieja Iglesia. Asoma la cabeza por cualquier abertura y observa que el pueblo es un lugar fantasma...
Será mejor... Será mejor que nos apuntalemos en algún cuarto a pasar la noche y que mañana al alba, sin falta, salgamos hacia la Iglesia... Este pueblo parece muerto del todo... No hay mas luces...
Su tono se va a apagando, devorado por el miedo que levanta en el joven juglar la perspectiva de pasar la noche allí... Muchos de sus cantares sobre brujas y demonios que levantan los cadáveres en las noches después de desastres como aquel para llevar a cabo rituales paganos se pasan por su cabeza... y la perspectiva de ser el protagonista involuntario de uno de ellos no le hace ninguna gracia
Un hombre entra en la taberna, no va hecho una sopa como debiera amigos! vengo a llevarles de camino a la iglesia! Síganme, conozco un atajo que nos librará de esta lluvia!
//entra en escena
Pelgriem mira al extraño con una ceja alzada en señal de incredulidad.
¿Un hombre seco en mitad de este infierno de agua y barro?
¿Quien sois extraño? No es que se sea de estas tierras, pero juraría que nunca os he visto antes... Y me parece... imposible, que estéis completamente seco...
mira al hombre que le ha hablado Soy Bundus, el barquero, y hombre no chorreo, pero tampoco voy precisamente seco... conozco un atajo para llegar a la iglesia, podéis seguirme si queréis, no os mojaréis mucho.
-Bundus, de aqui en adelante quedo en deuda contigo.
Digo mientras le hago una leve reverencia.
Nos llega como la divina providencia, buen señor
Expresa ritmicamente el juglar cuyas ropas, antes coloridas, son ahora una apología al marrón, pues este color y solo este, en todas sus tonalidades posibles, decora sus vestiduras
...pues pensábamos dirigirnos hacia la Iglesia... y que conozca un atajo por el que el agua no nos cale hasta lus huesos nos supone una pequeña bendición y una gran facilidad a la hora de trandportar las pocas pertenencias que hemos logrado rescatar
¡Pues entonces síganme señores!
//sale de escena
Cogéis los bártulos que habéis rescatado entre esos hay víveres aún servibles y comestibles. Y os ponéis en camino los tres, siguiendo a Bundus atravesando la lluvia. No pasa mucho tiempo que ya veis la iglesia a lo lejos. Bundus se para y os indica que sigáis recto hacia ella. Allí encontraréis a otros supervivientes, el se queda para ir a buscar a más gente atrapada.
Pasad directamente a la iglesia, Beatrix os acompaña, la jugadora que la lleva tiene problemas con la conexión y por eso no responde.
-Vamonos beatrix, pelgriem
//sale de escena