Partida Rol por web

El esqueleto restante, por algún motivo decidió implosionarse a sí mismo, no se sabe muy bién qué es lo que pasó ni cómo pasó, pero lo que sí pudieron ver es que en un momento el esqueleto estaba mirando fijamente a Hrolleif y al segundo siguiente explotó en pequeños pedacitos que desaparecieron con el aire.

Por su parte el perro cercano, probablemente asustado y aterrado por el poder mental que Hrolleif poseía al hacer estallar en pequeños pedacitos al esqueleto, comenzó a ladrarle como loco. Cada ladrido impactó en las viejas carnes del anciano, haciendole un daño considerable pero aún así este se mantenía en pie.

La gran mayoría de las campanas rojizas se imbuyeron en llamas, una disparó a la piscina una bola de fuego, pero la más cercana a parte de eso, decidió embestir contra el anciano, tal y como parecía ser común en este ataque. El anciano lo bloqueó con la llave y propició un golpe a aquella criatura.

El anciano perplejo por cómo aquella criatura decidió implosionar por aguantar el duelo de miradas no pudo evitar recibir el daño de los ladridos, pero cuando aquella campanilla rojiza se acercó, sí estuvo lo suficientemente atento para darle un revés con el arma, aunque quemándose en el proceso.

-¡Carlota! -Exclamó- ¡Ahora es el momento de sanar a Owen! ¡Agitalo, pero hacia él!

Con esto dicho, Hrolleif se acercó y arremetió en dos ocasiones contra el Rabid Dog más cercano, o para los que no entienden inglés, el Perro Rabino; lo que significa que era judío, y por tanto era debil a la magia o a las cruces con brazos excesivamente largos y retorcidos.

Casi se me salen los ojos de las órbitas cuando presencié aquella titánica, gigantesca, megalodónica batalla mental entre Hrolleif y la sombra con vendas, que hizo implosionar a la criatura debido al mal olor... No espera, eso no podía ser, porque la piscina lo había bañado. ¡Debido a la fortaleza mental de Astlyr! Aquello restauró todo mi respeto por el anciano. "¡SEÑOR SÍ SEÑOR!" exclamó y agitando la llave espada mucho si fuera una minera picando diamantes en un mundo hecho de bloques, exclamó un ¡CURA! apuntando a Owen.

Entonces recordé que me había llamado Carlota, y volví a perderle el respeto. "¡QUE ME LLAMO CAERULEA!"

El perro más cercano ladró a Caerulea, pero el impacto de ese ladrido manifestado a causa de un posible ataque de un Stand Enemigo, no hizo apenas daño a Caerulea, a fin de cuentas, "Sticks and stones may break my bones but names will never hurt me". Y eso ella bien lo sabía, porque por algún motivo, le llamaban de muchas cosas y eso no le dolió... la irritó, sí, pero nada de dolor.

La gran mayoría de las campanas rojizas se imbuyeron en llamas, una disparó a la piscina una bola de fuego, pero la más cercana a parte de eso, decidió embestir contra el anciano, tal y como parecía ser común en las últimas decisiones de esta criatura. El anciano lo bloqueó con la llave y propició un golpe a aquella criatura, destrozándola.

     De aquel ultimo impacto de fuego, no tenia la menor idea de lo que estaba ocurriendo ... aunque creo que oí al viejo prescindir un poco de mi estado actual... y no fue hasta que pude sentir aquella sensación recorriendo por mi cuerpo que recién pude abrir del todo los ojos.

    ¿Po...? ¿por que la boca... me sabe al color verde... ?- mientras rumeaba un poco intentando entender que estaba pasando a mi alrededor - ¡¡Joder!!...¡¡¿ que paso con las momias ?!! - parándome al instante para acercarme a mis dos compañeros.

   Necesitamos mantenernos en pie por favor... que mientras podamos curarnos entre nosotros es cosa de tiempo que ellos caigan - dicho esto levanto mi espada y apunto al viejo que se le veia un tanto mas cansado que Caeru - si vuelvo a caer ...hagan lo mismo que hicieron recién para traerme devuelta. 

Hrolleif atacó al perro que aún seguía en aquel lugar, y con un poderoso golpe lo hizo desaparecer en el aire, no contento con haber finiquitado con todos los enemigos de esa pequeña zona en ese lado de la piscina, en esa habitación de esa mansión en particular, de ese loco mundo... Hrolleif lanzó su espada a aquella campana rojiza más cercana.

-¡Trata de helar a esos chuchos! -Exclamó- ¡Yo me encargo de las campanas!.

Con esto dicho, Hrolleif avanzó hasta los otros animales para recuperar su espada.

¡Funcionó! Owen se levantó otra vez, y ahora podría ayudarnos. ¡Parecía increíble e imposible, pero de alguna manera estabamos consiguiéndolo! En realidad, todo gracias a Hrolleif, la verdad... ¡Su sabiduría en en Arte de la Guerra debía de ser centenaria! ¡Seguro que lo escribió él el libro y todo! Me dijo que lanzara un hechizo concreto contra un enemigo concreto "¿Hielo a alguno de los perritos? ¡Recibido, Sensei!" asentí y agité la varita pico llave espada otra vez... "¡Hie... hie...!" pero entonces, me vino un estornudo. "¡Hi-Achís!" y la magia salir salió... ¡creando ráfagas de viento alrededor de Aslyr! "Eeh... creo que me he vuelto a equivocar..."

Los perros que se encontraban algo más alejados se acercaron para morder a Hrolleif, el primero obtuvo éxito en su empresa, quizás porque el anciano estaba distraído a causa de la sorpresa que unos vientos le rodearan de repente. En cambio el segundo, gracias a la potencia de las corrientes de aire que tenía a su alrededor, pudo bloquearlo.

A diferencia del golpe fortuito de aquella campana rojiza que estaba en aquella zona que recibió.

       Me costo un poco mas de lo que esperaba pero gran parte de las heridas del viejo estaban curadas... solo que éste ni un gracias dijo  - hummmmmmmmmmmm... - me quedo un tanto en silencio mientras le veo tirarse de cara contra mas de esos bichos y seguir con la batalla ... a la próxima... ni me molesto en curarle...

    - Chizzzz.... - exclamaba lo mas rápido que podía a la vez que intentaba apagar la nueva llama sombre lo poco que me estaba quedando de chaqueta - ¡¡joder!! y se veía hasta bonita... cofff.. cofff...- tropezando y quedando un poco perdido pues parece que mi cuerpo estaba nuevamente flaqueando - intentemos acabar con esto rápido... que ya hasta hambre me está empezando a dar... - usando un poco el arma como bastón para volver a quedar de pie, aprovecho la posición de la misma e intento usar aquella aura verde sobre mi.

Hrolleif por su parte lanzó su llave contra la campanilla rojiza que le había embestido y quemado con aquel manto de fuego, pese a que esta criatura logró recibir el primer golpe, esta aún seguía en pie, o mejor dicho, flotando libre por ahí. Cabreado, Hrolleif volvió a lanzar su espada, esta vez terminando de una vez por todas el trabajo.. lo cual consistía en acabar con esa criatura.

-¡Maldita sea! -Le gritó a sus compañeros- ¿Queréis terminar de una vez?. ¡Estos chuchos se van a poner pesados!.

"¡Hielo!" Una vez más, intenté lanzar hielo contra uno de los Red Nocturnes, ¡agitando la llave espada y todo! Y nada, que no salía. Frustrada, tiré el arma al suelo y empecé a agitar los brazos. "¿¡Por-qué-no-me-sale-por-qué-no-me-sale-por-qué-no-me-sale!?"

Aquellas criaturas comenzaron a atacar sin piedad a Hrolleif, uno de los perros comenzó a ladrarle, haciendo que la onomatopeyas de sus ladridos impactaran sobre el endeble anciano, mientras que el otro saltó sobre este y comenzó a morderle. Para más inri, la campanilla rojiza más cercana decidió disparar un proyectil flamígero contra el viejo, el cual apenas pudo bloquear con su espada, quemándose en el proceso.