Partida Rol por web

Kyaaaaaaaaa! - gritó Yae tras ser secuestrada por los tentáculos. - ¡SACADME DE AQUÍ! ¡ME QUIERE HACER HENTAI DEL BARATO! - gracias a los cielos sus compañeros la liberaron de aquella locura. - ¡Fan! ¡Raanmar! ¡Gracias! - dijo con una sonrisa a sus compañeros, la primera que le dedicaba al chico desde que habían empezado el viaje, pero era una sincera, realmente le estaba agradecida por salvarla y hacerlo bien... ¡Pero que no se acostumbrara!

Se crujió el cuello y estiró los hombros y los brazos. - Yare yare dawa... Parece que ahora es mi momento de hacerte pagarlas crudas... ¡TOMA ESTO MALDITO BICHO PERVERTIDO! - profirió mientras lanzaba su llave-espada.

Sonreí ante las palabras de Yae, quizás por darme las gracias o porque me hacía gracias sus locuras..algo como síndrome de Estocolmo, yo que sé...- Ajustemos las cuentas... me lancé a compartir el objetivo de Yae, era hora de destrozarlo y evitar que volviera a atrparnos de alguna manera.

Tanto Yae como Raanmar atacaron a aquella criatura luminosa; los sendos ataques de la pequeña dieron de lleno en el monstruo, al cual debilitó lo suficiente como para que Raanmar con un poderoso salto, la partiera en dos; eso sí, recibiendo ligeramente los efectos secundarios de ello... un leve chispazo.

Sonreí satisfecha al ver como mis nuevos amigos se desenvolvían de manera cuasi magistral para el combate. Entre los dos eliminaron al ficho gordo y ya solo quedaban dos sueltos.

- Muy bien amigos, ya casi lo tenemos. ¡Muerte! ¡MUERTEEEE! –

Y algo en mi ardía en ansias de provocar daño, mucho. De nuevo canalicé toda esa necesidad en bolas de energía que disparé hacia el bicho que parecía más debilitado. De nuevo hablé, pero ya no era mi voz.

*¡Dejadme oír vuestros gritos! *

Sonreía maquiavélicamente mientras mi ataque era lanzado.

Por parte de aquellas dos criaturas restantes, siguieron con sus ataques centrados en la más pequeña de los tres héroes, o al menos, recien llegados. Usando los tentáculos como sus armas, comenzaron a flagelar a Yae, la cual, no tuvo la pericia ni habilidad como para esquivar ni uno solo de esos ataques y se los comió todos con patatas... al menos no eran eléctricos.

Sonrió a sus compañeros tras ver que habían acabado con el Sheltering Zone. - Que diferencia desde que has entrado Fan... Los bichos mueren, no hay nadie en pelotas llamando la atención ni matándose con sus propios curas... - rió por lo bajito. - Bueno, acabemos con esto de una buena vez.

Me lanzo al ataque por el Sea Neon 3 (si lo explota Yae es el 4)...- No te negaré que la cosa carbura un poco mejor, pero deja de meterte con ese muchacho, ¡que ya tiene bastante con lo que tiene!, por ejemplo desaparecer... la verdad es que casi era como hablarle a un cúmulo de arena en el desierto, para poco me iba a servir...

Yae logró destruir a la primera criatura sin siquiera esforzarse con su primer lanzamiento; mientras que con el segundo, esta impactó en la que estaba al lado, causandole gran daño; distracción suficiente como para que Raanmar finalmente pusiera fin a aquella amenaza que pululaba por ahí.

La victoria se hubo logrado, pero también tardaron demasiado, al volver al campamento -el cual estaba detrás de una roca- se dieron de cuenta de que todos se habían ido a dormir en sus respectivas tiendas de campaña. Se podría decir que la noche había llegado. - Aunque por desgracia, no parecía haber ninguna tienda disponible para nadie, al menos no montada, pues al lado de los camiones había materiales para montar una.

Con una mirada sádica, Sentí como esa otra “yo” preparaba más magia de la que hubiera lanzado nunca, dispuesta a volarlo todo por los aires.

*¡Volaras! ¡Volarás! ¡VOLARAAAAS! *

 Pero cuando estaba a punto de hacer estallar una tormenta de rayos no solo sobre los enemigos sino sobre todos los presentes, sus compañeros acabaron con el último de los enemigos.

- ¿Ves? Ya no haces falta –

Pero se resistía a irse.

*¿Qué no? Fíjate como botan cuando les meta un chispazo jijiji*

Levantó la espada y arremolinó la energía en la punta de aquella llave espada dispuesta a atacar cuando lancé un grito en mi mente que la hizo detenerse y taparse los oídos. Como si eso la sirviera de algo.

“detente, detente, detente, detente…”

No dejaba de chillar y de repetir el mismo mensaje. Finalmente reaccionó.

*Vale, vale, por esta vez lo dejo pasar, pesada *

Y sentí como recuperaba el control de mi cuerpo. Entonces dejé caer los brazos de alivio mientras sentía como la magia se disipaba.

- Fiuuu. Ha estado cerca – Entonces alcé la mirada hacia Yae y el otro chico. - ¡Lo hicimos jaja! Hemos vencido. Que divertido es esto. Pero que cansado también. – El uso de la magia me había dejado agotada. – Deberíamos volver con los demás, ¿No os parece? –

Cuando llegamos al campamento, todos parecían haberse acostado lo cual me dio mucha pena.

-Pues parece que ya no habrá más diversión –

Se me escapó un gran bostezo que resonó con un eco en aquella amplia cueva.

- Tal vez es mejor así. Vamos a descansar, ¿Pero dónde…? –

Entonces reparé en las tiendas sin montar. Supuse que tendríamos que montar la nuestra.

- jooooo -

Raanmar prefería no comentar nada de Fan, dado que ya se comentaba ella misma, joder que loca estaba, si es que puede hacer un debate de los de la televisión sin si quiera poner más de una silla, si es que le hace falta, porque es capaz de imaginarla y sentarse como si estuviese ahí.

El campamento parece que está tranquilo, todo en calma y han motando para pasar la noche aunque claro está nosotros hemos quedado fuera de esas cuentas.

Je-je... - dijo de forma un poco chulesca tras derrotar a las sombras. - ¡Eso os pasa por meteros con los Crystal Crown, cabronazos! - estaba bastante contenta, ahora si que formaban un buen equipo y ante gente que era útil no podía sacar su lado de creída. - Buen trabajo Fan-Fan, has demostrado que has sido una gran incorporación ¡y sigues con ropa! - por otra parte miró también a Raanmar. - Tu tampoco lo has hecho mal, pequeño pervertido... ¡Que sepas que no se me olvida que estuviste mirando las bragas de mi habitación! Aunque si sigues portándote así de bien y demostrando ser útil quizá te regale un calcetín. Fufufu... - no, no pudo evitarlo. Aún haciendo un buen trabajo sentía que debía picar a aquél chico todo lo que pudiese.

Bueno, aquí parece que no hay mucho más que hacer... - dijo ante la ausencia de monstruos. - ¿A dónde tiramos?

Una bola de energía emergió del fondo del precipicio en el que se encontraban, parecía no tener rumbo fijo y era difícil de saber de dónde esta había venido; pero pese a ello, era algo más evidente que había sido generada por alguien y con algún objetivo en mente para ello.

Sea como fuera, esa bolita de energía seguía su rumbo ondulante hacia la lampara del techo.

Miré hacia arriba y señalé su presencia...- ¿Qué es eso?...

- No quiero ser pesimista, pero siempre que algo asi aparece en una película, más vale seguirlo, y no siempre lleva a algo agradable, aunque lo desagradable es más la opción de no seguirla...

Solté lo que tenía entre mano y miré hacia arriba para ver que era eso de lo que hablaba el pervertido de nuestro compañero ¿Qué significará pervertido? Debería recordar preguntarlo. Sin embargo, cuando mi vista se centró en lo que había sobre nuestras cabezas, mi rostro se tornó en terror y no pude evitar dejar caer lo que aun no había soltado que rebotó con sonoros ruidos contra el suelo.

Me caí de culo y comencé a arrastrarme por el suelo totalmente aterrada.

- ¡E-e-e-e-e-es La luz! ¡LA LUZ DEL JUICIO DE KEFKA! – Me puse de rodillas implorando al cielo -¡PERDÓNANOS OH DIOS TODOPODEROSO!¡NO ME VOLVERÉ A ESCAPAR, VOLVERÉ A LA TORRE! ¡LO PROMETO! –

Mientras grandes lagrimones resbalaban por mi rostro, la expresión de mi cara se tornó en una sonrisa sarcástica.

*Es tan ridículo que casi da lástima. ¿Qué es eso, personajillo insulso?*

Mientras “Ella” le hacía preguntas absurdas (Pues estaba clarísimo lo que era) a nuestro acompañante, yo seguí temblando en el suelo. Aun no había muerto por lo que parecía que mis rezos funcionaban.

- Perdona a mi amiga Yae. Llévate al otro. Ni siquiera se su nombre –

Y ahí me quedé suplicando en voz alta.

Miró hacia donde señalaba Raanmar. - ¿Qué demonios...? - no tenía ni la más remota idea de que era ese chisme brillante que andaba pululando por encima de sus cabezas. Solo esperaba que no fuera un hada que se pusiera a decirles "¡Hey! ¡Oye!" todo el rato. Sería terriblemente irritante.

Pero pronto su curiosidad se transformó en miedo. ¡Parece que Fan lo había reconocido y no era algo bueno! Yae se puso de rodillas y empezó a aclamarlo. - Oh Todopoderoso Kefka, perdona mis ofensas por haber rezado siempre al Monstruo Espagueti Volador, no sabía cual era el Dios verdadero, por lo que pensé que él era el más probable, veo que me equivoqué. - continuo haciendo bastantes reverencias. - Por favor, perdona nuestras vidas, sobretodo la de Raanmar el pervertido, no volverá a entrar en casas de chicas increíblementes sexys para verles las braguitas. Perdónale la vida, lo necesitamos, es un buen escudo de carne. - y esas serían las palabras más amables que Yae usaría para describrir a Raanmar, el tanque del equipo.

La bola continuó volando hacia aquella lampara gigante en donde explotó haciendo "-1 de Daño" un rasguño en el interior de aquella construcción; y aunque la lampara no cayó sobre el puente rompiendo la única forma de escape, lo que sí ocurrió es que una oleada de pequeñas luciernagas brillantes salieron de ella y bajaron hacia las tiendas.

A unos cuantos metros de vosotros, se encontraba el hombre escuálido, que a todas luces parecía que iba a ir al "baño" y tuvo... un descubrimiento; uno mucho más desagradable del que a juzgar a primera vista uno se imaginaría al ver a un somnoliento y escualido joven adulto ir a mitad de una cueva oscura con un rollo de papel higiénico y una pala.

Mierda...