Partida Rol por web

Mientras bebo un sorbo de mi bebida, echo una nueva mirada a mi alrededor. Y es justamente en ese preciso momento, cuando un grupo de gente se abre en la barra, permitiendome vislumbrar, las blancas armaduras de un par de soldados de asalto.

Agacho la cabeza mientras alargo el trago de la bebida, y aprovecho para darme la vuelta y mezclarme con el gentío.

En dirección opuesta al lugar en donde se hallan los soldados imperiales, termino mi ronda por el garito y me dirijo de nuevo hacia la puerta. Pues no es el momento ni el lugar, para enfrentarme a un par de imperiales. La situación política de la Federacion del Mundo Doble, es de cierta libertad económica, a cambio de respetar, las directrices imperiales.

Sin acelerar el paso, pues ahora mi prioridad es no llamar la atención, vuelvo a dirigirme a la salida del bar. Aunque por mi mente, pasa la agradable imagen de ese par de imperiales muertos y tendidos sobre un charco de sangre.

Tranquilamente, acabo mi bebida y deposito la copa ya vacía, en una de las mesas proximas a la entrada. Y puesto que ya me he dejado ver por el local, me limito a salir y a situarme a un lado de la salida.

ES un lugar en penumbra. Y yo, hago lo posible para disimular mi figura mientras mantengo la atención en las puertas del local. Pues quien quiera que me haya citado, me habrá visto problablemente. Es cuestión de esperar a ver que pasa.

- Umm, realmente es un bello especimen, e incluso diria que su cara me suena. ¿Donde la habré visto antes?. Quizas me recuerda a Trig´ted, una belleza con la que mantuve un romance hace ya varios años, cuando todavia era un simple piloto.

Lanzo un suspiro..- Ahhh, que mujer!

A continuación me levanto y me acerco a la mesa de la Twi'lek.

- Buenos dias bella dama. Mi nombre es Luther y el de mi compañero Lardeek, y nos preguntabamos si aceptaria que la invitasemos a una copa. Ademas este sitio no es muy recomendable para que una mujer este sola y, aunque quizas le parezca algo presuntuoso, nos ofrecemos a darle nuestra protección.

Tras decir esto me rasco la barbilla de forma pensativa

- Por cierto, no crea que se lo digo a todas las damas que conozco ¿nos conocemos de algo?, es que su rostro me suena mucho.

Con verdadera curiosidad veo acercarse a ese tipo, un humano erguido y de porte indudablemente militar. ¿Un mando del Ejército Imperial de incógnito, o de permiso...? Un escalofrío me recorre. Pero lo que aún me sorprende más es con quién va acompañado. Ese al  que ha llamado Lardeek no puede esconder por completo bajo su capa... ¡un uniforme rebelde!

Me acerco al que se ha presentado, sonriendo, y con voz discreta señalo a su amigo.

-Antes de pensar en protegerme, quizá deberías decirle a él que su disfraz, si lo es, no es el adecuado...

Mis ojos se desvían hacia los soldados de asalto en la barra. Un gesto sutil con la cabeza.

-...Quizá deba protegeros yo a vosotros... pero bien, gracias por la intención... En cuanto a si nos conocemos, pues depende. ¿Qué frecuentáis, además de algún antro como éste?

No, que no es sano con guardias de asalto en el local.

Bien, y ahora el post.

Jay entra en la taberna algo enfadado. Los malditos controles y la rutinaria inspección de su identificación no deja de ser una molestia para ejercer las actividades rebeldes a gusto. Pero eso es algo a lo que poco a poco se va acostumbrando. se sienta pesadamente en la barra y observa el panorama. Un desagradable barman sirviendo copas a gran velocidad gracias a sus miembros adicionales posiblemente le haga recuperar esos dos minutos perdidos.

Los guardias de asalto no parecen ser aquel al que busca aunqeu reconoce que sería un excelente disfraz. la Twilek debe de estar esperando a un amante y no tiene pinta de dura. El tipo duro tiene pinta de ser aquel a quién busca pero no está solo y eso no es bueno. Pero tiene que localizar como sea a su contacto, a ese Lardeek. Muchas veces se preguntaba de por que no usaban hologramas identificativos. Pero tiene que ser él. Si estaba siendo interrogado por un agente imperial necesitaba su ayuda.

Tras pedir un brebaje señalando con el dedo la botella situada a la espalda del barman le solicita también unos naipes y una vez los recibe se dirige hacia la mesa ocupada por el tipo duro y el humano. Podría consultar al barman, pero podría no pasar ni medio minuto antes de que los soldados de asalto se cargaran primero al duro y luego al tipo que pregunta por quién no debe. Decide esperar unos pocos minutos y si no entra otro tipo duro en el local decide acercarse.

ruego disculpen que interrumpa su conversación ¿Juegan ustedes al Pokmuzz? vine por lo del campeonato, pero ignoro si mi contrincante ha llegado. dice con la baraja en la mano. Y quedé con él hace unos pocos minutos. Quizás he sido excesivamente puntual...pero no quería quedar descalificado por llegar tarde

La rebelión debería plantearse hacer las reuniones en sitios menos concurridos por imperiales. Al menos la taberna no está demasiado llena y puede ser fácil localizar a mi contacto. Bien, la situación no es cómoda. Estoy hablando con un desconocido que bien podría no ser a quién busco pero al que necesito que me identifique y al que necesito identificar. Pero decir el nombre de Lardeek en voz alta puede no ser conveniente. ¿Por qué diablos soy yo quién debo buscar a mi contacto y no al revés?

Ahora y releyendo el post, me estoy dando cuenta de una cosa.
Por un Duro no te refieres a un tipo con pinta de duro sino a una raza alienígena llamada "Duro", ¿verdad?

De inicio me imaginaba la escena como un humano, con tatuajes, una chupa de los ángeles del infierno y unos cuantos pendientes decorando su rostro que habla con otro humano calificable como "normal" o al menos "no tan duro"...

El humano de la entrada espera un tiempo prudencial antes de acercarse a ustedes.

Tras pedir un brebaje señalando con el dedo la botella situada a la espalda del barman le solicita también unos naipes y una vez los recibe se dirige hacia la mesa ocupada por el tipo duro y el humano. Podría consultar al barman, pero podría no pasar ni medio minuto antes de que los soldados de asalto se cargaran primero al duro y luego al tipo que pregunta por quién no debe. Decide esperar unos pocos minutos y si no entra otro tipo duro en el local decide acercarse.

ruego disculpen que interrumpa su conversación ¿Juegan ustedes al Pokmuzz? vine por lo del campeonato, pero ignoro si mi contrincante ha llegado. dice con la baraja en la mano. Y quedé con él hace unos pocos minutos. Quizás he sido excesivamente puntual...pero no quería quedar descalificado por llegar tarde

Los imperiales observan curiosos como se va concurriendo la última mesa ocupada... y piden otra copa al camarero.

Parece que se va ambientando el local poco a poco mientras la banda continúa con su música anodina.

Poco a poco, comienzas a ver cómo gente extraña, ¿extraña?, quizás en algún tipo de ceremonia Bosph serían raros, pero no en aquel antro.

La música suena y no oyes lo que hablan, pero ya hay 3 tipos sentados juntos en una mesa..., y tu transporte es para 5. Aún faltan 2.

Dada la escasez de luz, no consigues distinguir bien sus caras, aunque el Duro que entró el primero te resulta particularmente familiar. Quizás sea bueno mantenerte oculto hasta el final, por si se meten en problemas...

Apostado a un lado de la salida del local, y apoyado comodamente contra la pared, observo la entrada de tres individuos de curioso aspecto. Uno de ellos me resulta familiar. Así que, mientras estos tres se dirigen a u reservado, yo echo un vistazo en dirección a la barra.

Los imperiales siguen a lo suyo. Disfrutando de sus bebidas. Quizá no están de servicio. Pero yo, me permito una leve sonrisa irónica mientras palmeo levemente la empuñadura de mi blaster para comprobar, que nada obstaculiza desenfundarlo.

Pues nunca se sabe cuando puede resultar necesaria la llegada de un refuerzo inesperado.

¿Sera este nuestro contacto?, por si acaso le seguire la corriente

- Sientese, sientese. He de decir que en mis tiempos era un buen jugador de Pokmuzz, pero quizas en estos dias este poco engrasado ya que hace mucho que no practico.

y tras esto le indico una silla libre mientras miro hacia los soldados imperiales de reojo.

y mirando a la señorita - En respuesta a su pregunta le dire que mi amigo aqui presente tiene un sentido del humor un tanto peculiar, ¿no es asi Lardeek?

-Ya veo...

La twi'lek sonríe bajo su embozo, aunque esa sonrisa queda sólo para ella. Bien, parece que estamos del mismo lado...

El pensamiento y su siguiente respuesta se interrumpen por la llegada del otro tipo. Pero el cambio de actitud de la mujer es evidente. La primera reacción de desconfianza se suaviza, y se vuelve más cordial, más suelta. Mira entonces al recién llegado, parece que poco a poco la mesa va poblándose. Ojalá no atraigamos la atención de ese par de imperiales. Pero aunque miran hacia allí por un segundo, que un grupo de gente se junte para jugar a las cartas no tiene nada de sospechoso.

-No he venido por el campeonato, pero si no te importa jugar con principiantes para pasar un buen rato, yo también estoy dispuesta.

Veo como se anima el ambiente en la mesa que me ha llamado la atención. Y, aparte de una twi'lek bastante espectacular, hay un detalle que me llama la atención.

El rostro de uno de los participantes de la partida que se esta montando en la mesa.

Tras echar otro vistazo a la pareja de imperiales, que parece que sigue a lo suyo, me permito de nuevo un breve sonrisa mientras pienso.

Decididamente, la galaxia no parece tan grande como debiera.

Me adelanto un par de pasos abandonando la penumbra de la esquina y permanezco en una zona algo mas iluminada el tiempo suficiente para que mi mirada se cruce con la de mi antiguo conocido.

Pues me resulta muy curioso que un oficial imperial, haya acabado jugando una partidita en un tugurio como en el que estamos.

Y cuando nuestras miradas se cruzan, hago rápidamente dos movimientos. Uno, señalar levisimamente con la cabeza al par de imperiales apostados en la barra del bar.

Y el otro, alzar levemente las cejas mirando a la salida del local. Y hecho esto, me encojo levisimamente de hombros y mi rostro recupera su semblante típico. Retrocedo el par de pasos que había dado y vuelvo a sumergirme en las sombras.

Llegas lo más rápido que puedes. Hace dos minutos que habías quedado en éste local y, gracias al control del Imperio sobre sus 'ciudadanos', te has visto retrasado, cosa que te molesta sobremanera.

El ruído de la música, el humo y la trémula luz del antro hacen aún más inquietantes los rostros que te miran al entrar.

No sabes por qué, pero parece que quieren hablar contigo y no tenían otro sitio más agradable en el que quedar. La Rebelión parece no tener gusto por sitios de reunión. Lo único que te dijeron fuera que buscaras a un Duro llamado Lardeek, un capitán imperial retirado y a otros tres individuos sin descripción y vierais un holomensaje que te prohibieron reproducir hasta que no estuvierais a salvo en algún lugar.

El personal presente no dista mucho de la imagen que presentas, por lo que entras sin problemas y oteas entre los presentes.

Un par de soldados de asalto se encuentran tomando un refrigerio en la barra, a cuenta de la casa. Un extraño tipo se encuentra en otra mesa, con los pies sobre la mesa y su bláster y casco junto a ellos, degustando uno de los brevajes que allí sirven. Y tres seres con múltiples brazos se entretienen jugando a algún juego de mesa autóctono. Una Twi'lek ocupa una de las mesas junto a un Duro y tres humanos más...

Un Besalik regenta el lugar.

Reconozco esa maldita cara, la reconocería en cualquier lugar, aunque no pertenezca a mi raza - "¡Jarno! ¡Jarno Erelan! ¿Ya no te acuerdas de tu compañero de cafradas en la escuela de pilotos?" - recibo efusívamente al humano al que veo que no se acaba de acordar de mí.

Esperaba este momento desde que me dijeron que él nos recogería - "¿Tenemos tiempo para echarnos esa partida?" - pregunto a Jarno, al que supongo que tendrá más instrucciones que yo.

Empiezo a reconocer a demasiada gente en este local, espero que esos dos soldados no miren demasiado a menudo las fotos de los mas buscados. Aunque tal como es el proceso de selección de hoy en dia seguro que no saben ni leer.

- Acercate, estamos a punto de empezar.

Por si acaso disimuladamente desabrocho el botón de la funda de mi pistola blaster.