Partida Rol por web

Asiento satisfecho al ver la reacción en la mesa de mis compinches. Mas que nada, por que el tipo que no deja de hablar con los imperiales, me esta poniendo decididamente nervioso.

Desde mi posición, alcanzo a ver como llega a señalar la mesa que ocupan por los mios. Y pensando en que ya hemos perdido bastante tiempo aquí y que es hora de salir lo mas rápidamente posible, me aproximo a la mesa y en un tono que solo pueden oír mis compañeros, digo.

Es muy posible que se acabe liando. No se si os habréis dado cuenta. Pero hay un fulano que esta de charla con el otro par de imperiales. Y por sus gestos, diría que sois vosotros su tema de conversacion.

Se puede notar la tensión contenida en mi tono de voz. Y aunque me resulta difícil, logro evitar echar un nuevo vistazo en dirección a la otra pareja imperial y su fastidioso interlocutor.

Afuera de este agujero, tengo un aero deslizador. Un Arrow 23 armado con una torreta laser. No tiene perdida. Se le ve algo oxidado pero en óptimas condiciones para usarlo según convenga.

Y es obvio como cambia mi tono de voz al decir ese "convenga".

Id saliendo como podáis podemos reunirnos en torno al vehículo para desaparecer. Ya mas adelante nos preocuparemos de como salir de este puñetero planeta.

Observo al tipo con los toopers, me suena.. de repente recuerdo quien es.. lamentablemente...

Será mejor que me valla.. Digo por lo bajo, mientras intento deslizarme fuera de la visión del cazarecompensas y los troopers

Nos vemos en el Arrow..

Trato de ocultarme en las sombras, perderme en la gente, y me dirijo a la cocina del bar.. seguro hay salida por aquí

Sin perder la sonrisa pero con una mirada fría como el hielo para compensarla, Zeenah se aparta por fin de la mesa, justo cuando Luther ha tirado la baraja sobre el tapete.

-Sí, vamos, tampoco yo estoy a gusto aquí.

Un gesto con la cabeza indica a Jarno que está de acuerdo con lo de encontrarse en el vehículo, y mientras empieza a andar se pone justo en el ángulo de visión entre los soldados que siguen en la barra y el escurridizo pirata que intenta zafarse de ser reconocido. Quizá no sirva de nada, o quizá consiga distraer la atención en ella y desviarla del tipo, dándole una oportunidad de marcharse.

Jay se retira el último.
Lentamente recoloca las cartas y se las tiende hacia el encargado de la cantina asi como unas monedas por las bebidas. no había abierto la boca ante la inquisidora visita imperial, y quizás había sido una buena idea. no era un buen negociante. sin embargo sus compañeros si que lo habian hecho bastante bien a la hora de echar balones fuera.

Fue el último en subir a ese Arrow destartalado, donde sus curiosos compañeros e mesa ya se habían reunido. Y el deslizador partió inmediatamente en busca de nuevas aventuras.

Cuando, finalmente, decidís salir del local, una pequeña sorpresa os espera.

El tipo que os está buscando líos había estado hablando con los otros dos imperiales que entraron después mientras los otros os comentaban la situcaión. Éstos últimos, rápidamente han ordenado el cierre de las puertas del local, por lo que cuando os dirigís a la salida, la puerta de compresión se encuentra cerrada y una voz metálica se dirige a vosotros mientras el dueño del local os mira y se encoge de hombros.

- "¡DETENGANSE Y ALCEN SUS MANOS DONDE LAS PODAMOS VER", os dicen...

Al fin se ponen los mios en marcha. Pero no me dura demasiado la alegría pues en ese preciso momento, resuena una voz autoritaria dando el alto.

De propina, las puertas del local se cierran. Y puesto que soy el ultimo de los mios, pues intento que los imperiales no me reconozcan, miro a todos lados tratando de localizar, un par de cosas.

El otro par de imperiales y, naturalmente, el maldito bastardo de lengua excesivamente larga.

- ¡Por los cuatro soles de Fruncet! me parece que no ha salido bien la jugada. y miro hacia los lados para ver que pasa.

Trato de salir furtivamente, pero al dirigirme a la puerta de cocina, escucho cómo cierran las puertas, ya un escalfrío recorre mi espalda, me doy vuelta atento, mientras escucho el alto de un imperial

Mierda....

Volvían a torcerse las cosas, y esta vez no habría posibilidad de usar la seducción para enderezarlas. Estaban en un aprieto, a menos que algo sucediera providencialmente. Y que lo hiciera pronto.

Sin decir palabra la twi'lek entrecierra los ojos, buscando. Hurgando casi, con la mente, cada posibilidad, cada rincón, cada rostro. Un resquicio, una fisura. Es todo lo que necesitan...

"MANOS ARRIBA Y NO INTENTEN NADA RARO. ASÍ NADIE RESULTARÁ HERIDO" - os repiten ante vuestro estado de estupor.

De momento han sacado sus armas y se mantienen a una distancia media de ustedes, 2 junto a la barra y 2 han tomado posición ante la puerta de salida cerrada.

Zeenah se rebulle, inquieta. Se ha dado cuenta de algo, pero no sabe cómo comunicarlo al resto sin levantar sospechas.

Levanta las manos, y se dirige con calma hacia la barra, despacio, no directa hacia los dos imperiales, sino más hacia un lado, como si no quisierta que creyeran que iba a enfrentarse a ellos. Lo hace  con gesto apaciguador.

-Por favor, somos gente pacífica, ya nos íbamos...

Señala la puerta de salida con la cabeza, aunque al adelantarse se ha puesto entre sus compañeros y los soldados, y al girarse hacia los primeros en el gesto de señalar, aprovecha y desvía claramente los ojos hacia otra puerta, una que está al lado de la barra, más o menos hacia dónde ella se dirige. Lo hace de modo que al estar medio girada los imperiales no puedan ver su indicación real.

La indiscrección nos va a causar el primer problema de la tarde. ¿a qué ha venido eso de gritar nombres delante de cualquier soplón del Imperio? que si un "Vaya, mi colega Jarno" por un lado o un "Hola Lardeek, me han dicho que me reuna aqui contigo!"...

Jay era el último en levantarse de la mesa (y si no me equivoco, solo él estaba sentado aún, con las cartas en la mano.) (*) Se limita a mirar absorto a los imperiales y actuando como si la cosa no fuera con él, barajando las cartas con ambas manos, pero no sobre la mesa, sino sobre su estómago, lo que le permitiría desenfundar con raidez en caso de que las cosas sepusieran jodidas.

De espaldas a una de las paredes del local, en la zona en penumbra, chasqueo la lengua en un gesto de disgusto. Vamos a tener que jugarnos el culo en un tiroteo para poder salir de aquí, y ni siquiera hemos empezado el asunto en serio.

Con la esperanza de que los Imperiales no me tomen por una amenaza, no acerco mi diestra a la empuñadura de mi blaster. Pero todo mi cuerpo esta tenso dispuesto a saltar a la mas mínima provocacion.

Miro al que ha quedado sentado en la mesa. Y por si mirara en mi dirección, asiento casi imperceptiblemente. Pues los imperiales que nos cortan el paso en la salida, me parecen el obstáculo prioritario.

Demonios- digo y me doy vuelta hacia los imperiales, con gesto molesto, veo a los que serían mis co-desgraciados, y veo que Jarno está listo para atacar, de ser necesario, yo por mi parte cambio la expreción, a una sonrisa pícara y amable, y me acerco sín cuidado a los imperiales de frente a paso rapido y diciendo

vamos muchachos, ¿por qué tanta agreción? no hacíamos más que jugar cartas freno a unos metros de ellos, y poso mis manos en la sintura (cerca del blaster, listo para disparar) miro de reojo a los demás compañeros, a ver cómo reaccionan,

sería bueno atacar a la vez

Zeenah se rebulle, inquieta. Se ha dado cuenta de algo, pero no sabe cómo comunicarlo al resto sin levantar sospechas.

Levanta las manos, y se dirige con calma hacia la barra, despacio, no directa hacia los dos imperiales, sino más hacia un lado, como si no quisierta que creyeran que iba a enfrentarse a ellos. Lo hace  con gesto apaciguador.

-Por favor, somos gente pacífica, ya nos íbamos...

Señala la puerta de salida con la cabeza, aunque al adelantarse se ha puesto entre sus compañeros y los soldados, y al girarse hacia los primeros en el gesto de señalar, aprovecha y desvía claramente los ojos hacia otra puerta, una que está al lado de la barra, más o menos hacia dónde ella se dirige. Lo hace de modo que al estar medio girada los imperiales no puedan ver su indicación real.

Captáis como Zeenah os señala a uno de los extremos de la barra, donde conseguís ver una puerta.

La situación de los imperiales os hace tener que cruzar por un fuego cruzado. Quien sabe, con suerte podréis salir ilesos.

El último movimiento de Tereh ha puesto nervioso a los imperiales, por lo que la refriega va a comenzar...

Analizo la situación, veo cómo los imperiales están cada vez más nerviosos, y miro al caza-recompenzas, por lo que sé, solo él me reconocería.

Veo la puerta que me señala la Twi´lek, y decido actuar.

Me quedo en el lugar donde estoy, agachándome para estar más protegido, y sacando el blaster comienzo a disparar, apuntando al caza-recompenzas, deseando que no les haya dicho a los troops quién soy