Partida Rol por web

A veces este juego tiene algunas reglas opcionales que se consideran ilegales en este sistema. No me gustaría llamar la atención de esos caballeros. dice el barbudo mientras disimuladamente reparte cartas. Por un lado se siente aliviado por el hecho de confirmar que ha encontrado a su contacto, aquel duro con el que debía reunirse. Por otra parte teme estar atrayendo las sospechas de los soldados de asalto. No se había atrevido a decir siquiera el nombre de su contacto en voz alta, pero otro ya lo había hecho, con lo que quizás no estuviera buscado.... todavía.

Señor Lardeek. ¿Estos señores y esta señorita son sus amigos? no esperaba a nadie mas en esta partida. Me fio de su palabra pues tengo entendido que usted es un... errr. caballero y estoy seguro de que habrá juego limpio Un tipo duro,... jejeeje un duro duro
No me importa que haya mas jugadores siempre y cuando cuenten con su aval. Pero si vamos a usar las reglas opcionales deberíamos salir hacia el naipódromo alejados de ojos y sobre todo oidos indiscretos.

Por cierto, mi nombre es Fluke. Jay Fluke. dice repartiendo cartas con gran velocidad y mirando de soslayo de vez en cuando a los imperiales que pueden estar demasiado interesados en lo que sucede en esta mesa,

La twi'lek mira a uno y a otro, en silencio, y a los imperiales también de soslayo, de vez en cuando.

¿Dónde me he metido...? Parecen conocerse entre sí. Es decir... o mucho me equivoco, o se estaban esperando, estaban citados. Pero son gente de la mía, eso está claro. Sólo con la prudencia con la que intentan no llamar la atención de esas latas blancas, es evidente que son rebeldes. ¿Para qué se han citado...? ¿Acaso preparan un golpe...? Bien, si es así, quizá tenga algo que decir.

Aunque sigue sin decir nada, las azules pupilas destilan comprensión, y expectativa...

Entro en el lugar lleno de incertidumbre, aunque camino bonachón y con aires de suficiencia, miro alrrededor a cada uno de los presentes, buscando a Lardeek, del holomensaje me olvido por el momento.

Tras buscar en las caras de los presentes, roconozco a un Duro, acompañado por una Twi'lek y tres humanos, debe ser ese pienso, y me acerco tranquilo, sín cuidado para que noten mi precencia. Y una vez ante el que creo es un imperial retirado saludo:

Saludos, eres tú Lardeek además de dirigir las palabras a Lardeek, miro uno a uno a los acompañantes del mismo, inclinando los ojos como tácito saludo.

Y no puedo evitar que un reniego se me escape entre dientes cuando, así de pronto, mi nombre resuena por en medio del local.

Al carajo.

Es la frase que cruza mi mente como si de un relámpago se tratara.

Y puesto que, desde mi punto de vista, ya estamos perdiendo el tiempo, me aproximo a la mesa en cuestión, aprovechando la cobertura que me da un grupo de gente que acaba de entrar en el garito y ya, ante los sentados a la mesa, digo.

Si, soy yo. Encantado de aparecer por aquí. Aunque hubiera preferido otras circunstancias. Y ahora, si no os importa, nos largamos de aquí ya mismo.

Pues supongo que un par de vosotros al menos...

Y mi mirada se clava tanto en el antiguo oficial imperial como en Larddek, y no de muy buen humor precisamente.

Sabréis que yo si estoy fichado por los imperiales y que salgo en sus registros como ex presidiario.

Dicho esto, hago dos cosas. Girar la cabeza para calcular la distancia que nos separa de la puerta y apoyar mi diestra, con cierto gesto indolente, en la empuñadura de mi blaster.

El bullicio del lugar amortiguaba los sonidos, por lo que los Imperiales parecen no haberos oído, aunque si visto... al igual que el personaje que mantenía sus pies en la mesa, que los baja inmediatamente al ver entrar a Tereh...

- "Bien, ya ha aparecido al que esperábamos" - pienso ante la presentación 'formal' de Jay Fluke. Tras eso, observo como Jarno se acerca receloso por los imperiales - Con casco o sin él no dan más de sí - sonrío, o lo intento hacer como hacen los humanos, aunque nuestros rostros no sean tan expresivos como los de ellos.

Una quinta persona entra al establecimiento y se dirige hacia nosotros - perdone, ¿le conozco? - saludo al tipo. Sabe como me llamo, pero jamás le había visto antes.

fluke eleva la mirada de sus cartas a las qued no estaba prestando demasiada atencion y se fija en el recien llegado. No saluda, pero ante la respuesta de lardeek sus sentidos estan alerta. Teme una emboscada. No era una buena idea quedar con los aliados en una taberna. Permanece en silencio y espectante ante la posible evolucion de los acontecimientos.

Y puesto que finalmente de ha acabado por reunir todo un grupo alrededor de la mesa, yo vuelvo a mirar en dirección a la pareja de imperiales.

Se diría que no están de servicio, afortunadamente, pero desde mi punto de vista, estamos tentando demasiado a la suerte. Y no me gusta nada eso teniendo en cuenta, que no estamos de reunion social precisamente.

Oidme, es hora de largarnos de aquí ya mismo. Antes de que me identifiquen y la situación se vea comprometida.

Ahí fuera tengo el vehículo apropiado para largarnos a donde sea necesario.

Una media sonrisa se me escapa antes de continuar.

Aunque preferiría, que fuera un lugar que no estuviera frecuentado por imperiales. Pues creo, que tarde o temprano, vamos a acabar hasta arriba de ellos.

Por lo tanto, ¿que tal si os levantais y nos largamos de una maldita vez?.

- Esta bien, si ya estamos todos podriamos seguir la "partida" en un sitio mas comodo y mas alejado de miradas indiscretas.

Y mirando hacia la mujer.

- Porque ya se de que te conozco Zeenah. Te he visto hace poco en un sala de reuniones, estabas dando un informe de cierto "asuntillo" que implicaba a ciertos colegas de aquellos hombres de blanco.

mmmmmm?levantarse ahora e irnos todos corriendo será aun mas llamativo. No hace ni medio minuto que nos hemos sentado. Pero no es tan llamativo como todos los comentarios que estoy llegando a escuchar. En efecto, las paredes oian. ¿Quien sabe si alguno de los alienigenas que aqui se daban cita tenia unos oidos tan finos y suprahumanos que podia captar la conversacion que en esta mesa teniamos para ofrecerla a los imperiales; y peor aún: hay un quinto humano a quien Lardeek parece no conocer y esta directamente frente a nosotros escuchando todo lo que decimos.

Jay habia comprado hace poco un blaster, y creia saber usarlo. Y no creia necesaro usarlo... al menos no tan pronto. Pero cada segundo que pasaba iba cambiando de opinión.

O eso o el nuevo santo y seña creado por Leia Organa y el resto de los jefazos para identificar a los aliados eran esas tres palabras: eres tu laardek y esa informacion no habia llegado aun a sus oidos. Jay ya no estaba atento a la partida. Ahora solo buscaba con la mirada la salida de emergencia y la reacción del recién llegado. Ni siquiera se atrevia a mirar a los imperiales. Todos en esta mesa ya les estaban echando indiscretas miradas de reojo y nuestros enemigos comenzarán a percibir el nerviosismo de algunos en esta informal reunión.

Desde mi punto de vista, la situación no es que se vaya tornando peligrosa no, es que empieza a parecer delirante. Para mi, la prioridad es alejarnos de miradas indiscretas lo antes posible. Pues, de momento, conservar el anonimato, es algo que considero prioritario.

Y puesto que yo soy el mas facilmente reconocible de entre todo el grupo, me inclino sobre la mesa, como si estuviera evaluando las jugadas de la partida en curso y digo.

Me largo de este antro a la de ya. Estaré fuera del mismo. Podéis ir organizando vuestras respectivas salidas como queráis. Pero procurad no llamar la atención. No seria precisamente lo mas recomendable teniendo en cuenta la clase de gente que hay en este agujero.

Podéis localizarme fuera. En la zona de vehículos. Además, no perderé de vista la salida de este agujero. Y no arméis ningún escandalo.

Dicho esto, hago un leve gesto de despedida y me giro en dirección a la salida. Nuevamente echo un vistazo a los imperiales de la barra. Siguen sin reaccionar de momento. Solo espero que nuestra suerte se mantenga el tiempo necesario para poder desaparecer sin que ninguno llamemos la atención.

A la par que Jarno se levanta, dos nuevos imperiales, casco puesto y todo, aparecen por la entrada. A su vez, el tipo que bebía con los pies sobre la mesa, se acerca hasta la barra, muy junto a las dos primeras 'cucarachas blancas', que os miran después de intercambiar unas breves palabras con éste.

Parece que la situación se tensa, nada nuevo para ustedes, acostumbrados a vivir al borde del abismo cada día.

Y precisamente cuando ya enfilaba la salida del bar, he aqui que, por la puerta, aparece una segunda pareja de tropas de asalto imperiales. Y a juzgar por la pintas que traen, estos si que parecen estar de servicio.

Un reniego se me escapa entre dientes al tiempo que agacho la cabeza y me desvio a un lado. Nuevamente  trato de ocultarme en una de las zonas en penumbra del bar mientras echo un rapido vistazo tratando de localizar otras posibles salidas.

Pues para mim, la prioridad es pasar desapercibido. Estamos al inicio de una mision y no es conveniente llamar la atencion del imperio cuando ni siquiera sabemos con precision que clase de trabajo nos toca.

Se acabo la partida. dice Jay buscando con la mirada la salida de emergencia.

antes de entrar en el loca ,hemos visto... ¿Puertas traseras?¿ventanas desde el servicio que den al exterior o algo así?

Me inclino un poco sobre la mesa y hablo en voza baja - Tranquilidad, que hemos estado en muchos bares como este y todo el mundo parece sospechoso, no destaquemos sobre los demas. Acabemos las copas despacio y echemos un par de manos al juego este. Despues iremos saliendo con calma y sin llamar la atencion..

El tipo que hablaba con los imperiales continúa gesticulando y mostrando algo que porta en sus manos a éstos, mientras, los otros dos divisan a sus compañeros y se dirigen hacia la barra, quitándose el casco y mirando al resto de personal del bar...

La música continúa, el humo no cesa, pero parece como si toda la atención del bar estuviera entre la barra y vuestra mesa...

Con un gesto de asentimiento, Zeenah sigue con el juego, relajada en apariencia. Les susurra con una sonrisa inexpresiva.

-Estoy con Luther. Quizá lo más discreto sea no alterarse de entrada, aunque no les quitemos el ojo de encima, y estemos preparados para una sorpresa. Desagradable.

Se inclina entonces hacia el Capitán, y sus ojos le muestran complicidad.

-Por cierto, ahora que lo dices, sí que te recuerdo. Y con eso acabas de reclutarme, si lo que parece que estáis haciendo aquí es lo que es. Hay algo que me... tiene turbada últimamente. Algo que... bueno, no sabría decirte. Pero necesito acción. Un cambio, si me comprendes.

Y vuelve a su postura inicial, aunque su mano derecha desliza disimuladamente su capa hacia un lado, dejando al descubierto sus azules tentáculos, y su cuerpo esbelto. Lo que no se ve es que al hacerlo también su pistola bláster ha quedado mucho más accesible, aunque aún oculta.