Partida Rol por web

- Me lo quedo camarada, se agradece, así al menos crearemos más confusión entre las filas germanas y si me ven de lejos no sospecharan,.- le contesta José mientras acepta el uniforme que le pasa su compañero.

Pepe se pone el uniforme de soldado de la Werhmacht y empuña su máuser, listo para la acción.

- Cuando queráis nos piramos.- les comenta.

Preocupado por la suerte que puede correr mi camarada de toda la vida Pepe, le digo en voz baja:

Viejo cabron, procura volver, como siempre pasaba ¿vale? Metele prisa a ese grupo sea como sea, porque no tendremos mucho sitio, en cuanto acabeis con lo vuestro, a toda ostia de vuelta, no te quiero dando vueltas de turismo por esta ciudad... Procura volver... ¿m?.

Mirando al grupo de Pepe, señalo para todos.

Somos lo mejor de lo mejor, perros del diablo, asi que hacerlo como sabeis, haced magia ¿Vale? Darles caña a mas no poder a esos Germansky.

Me pongo el uniforme aleman, miro las insignias, preparo la MP 40 que tome prestado de aque aleman al que deje listo de papeles, me coloco los cargadores en posicion reglamentaria, me calo la gorra, y señalo: Vayaaa... un obergrefeiter... no esta mal... esperemos que no nos calen muy rapido. Todo listo, a vuestra señal muchachos.

El grupo recoge todo lo necesario y levanta el campamento antes de encaminarse hacia Bergues. Larkin y Pepe llevan al comando hasta la avenida en la Rue du Port antes de separarse. Ha llegado por fin la hora de cumplir con vuestra misión. En la mente de todos está el recuerdo del soldado O´Connor, que dio su vida para poder llegar hasta aquí y en los miles de soldados británicos y franceses que podrán salvarse si tenéis éxito. Encomendandoos a la buena suerte, a Dios o a lo que quiera en lo que creais, dais comienzo a la operación.

Bien muchachos, creo que lo primero que debemos hacer es prepararlo todo para dinamitar el puente. Lo mejor es dejar colocadas las cargas y después encaminarnos hacia el depósito. Una vez hayamos volado el depósito, podemos proceder a volar el puente.

Dicho esto, comienzo a andar en dirección al puente, revisando mi equipo pirotécnico y manteniendo mi figura a salvo de miradas nazis indiscretas. ¿Hay un uniforme nazi para mí? Si es así, me lo pongo, que nunca se sabe lo que puede ocurrir.

- Muy bien, vosotros sois los expertos en explosivos. Por mi parte es una materia que no controlo demasiado, salvo la regla general "alejate de ellos todo lo que puedas" jeje.- dice José a su grupo. Por lo que parece van a tener que preparar unos cuantos petardos entre todos así que cuanto antes empiecen mejor.

Vaya, no me queda mal este uniforme de soldado alemán, además con el máuser paso desapercibido.

 Miro a mis compañeros y comento un tanto taciturno por el peligro inminente al que nos enfrentamos

- Bueno, sólo espero que no haya que correr demasiado, yo procuraré defenderos desde la retaguardia, espero que sea suficiente...

Los cuatro avanzáis con sigilo hacia la intersección mientras el cielo se aclara más y más. Dentro de poco será de día y perderéis el factor sorpresa. Larkin no ha conseguido uniformes alemanes para todos y sólo Pepe va vestido como un soldado del Reich. Llegáis a una intersección y os detenéis en ella. A vuestra izquierda la calzada lleva hasta un puente que cruza por encima de unos canales artificiales abiertos para el regadío. Al final del puente varios soldados montan guardia y otro Panzer se mueve en la oscuridad. Ese debe ser el puente que mencionó el teniente y que hay que sabotear. Frente a vosotros, un amplio solar ha sido habilitado como cuartel de las tropas y depósitos de suministros y combustible. El recinto está rodeado por una valla de unos tres metros coronada con alambre de espino. Más allá podéis ver tiendas de campaña, vehículos de transporte aparcados, barriles y más barriles de gasolina, una pareja de semiorugas, soldados de guardia y hasta un pequeño edificio de oficiales construido en madera prefabricada.

Con precaución y después de vestiros con los uniformes boches, Larkin, Carrick y el Teniente se acercan hasta la esquina de la calle donde se encuentra el Panzer detenido. En la parte posterior del tanque hay dos alemanes hablando y fumando cigarrillos. Otro está en la puerta de una de las casas destruidas dando la espalda a sus compañeros y echándose una meadita. Los otros dos miembros de la dotación del tanque no están a la vista, pero la escotilla del blindado está abierta.

Observo la situacion y entre susurros le digo al teniente y al grupo:

Señor, ocupese usted del que esta donde la puerta meando, puede usar su arma con silenciador, mientras nosotros nos acercaremos como quien no quiere la cosa, ya que vamos vestidos de alemanes, y les cortaremos el gaznate a esos dos que tenemos alli, ¿Le parece bien?

Discretamente desenfundo el cuchillo, y lo mantengo a la espalda, asi como abro la cartuchera de la pistola para tenerla a mano si se da el caso.

-De acuerdo, Larkin. Tenga cuidado.

Permaneces apostado en la avenida, en compañía de los pilotos británicos mientras observas como el grupo de Caparso marcha en dirección hacia el puente y el depósito de suministros. Por otro lado, Larkin, el teniente y Carrick se acercan al tanque para tomarlo por asalto. Estás nervioso ya que por fin habéis llegado a vuestro destino e inmerso en vuestra verdadera misión.

Espero con impaciencia apoyado en la pared, fusil en mano. Todavía me esperaría un buen rato en compañía de los dos pilotos. aunque hablaba bien el inglés, ahora mismo tampoco me apetecía mucho entablar relaciones. Al fin y al cabo, en cierto modo, uno de nuestros compatriotas murió por culpa del rescate a ambos. Nuestra verdadera misión era esta. La que se estaba desarrollando. Y mal habíamos empezado, aunque también es cierto que la estrategia parecía, a grandes rasgos, bastante efectiva y fácil de llevar a cabo. Pero...¿sería verdad eso?

Todo debía ir como la seda, y la verdad....¿estábamos preparados para situaciones no planificadas?

Cojo mi collar con la cruz de Cristo, mi Salvador. Era de mi madre, y de la suya, y había pasado de generación en generación en mi familia. Si Dios así lo quería, moriría aquí y ahora.Si Dios asi lo veía, nuestra misión acabaría aquí...en sus manos quedaba. Él era nuestro guía y pastor, y como tal, cuidaría de su rebaño...

Elevo una breve plegaria con los ojos cerrados, y los dedos de mi mano derecha, libre, apretado fuertemente contra el collar...

Con cautela, me aproximo junto con Carrick a los centinelas, mi compañero conoce sus instrucciones, disparara con su pistola con silenciador al mas cercano a el, mientras yo silencio a su compañero, y en cuanto termine el con el suyo, si aun no lo he matado yo, le disparara tambien al que voy a matar yo. Nuestro valiente teniente hara mas de lo mismo con el que esta... a lo suyo en la pared del fondo.

Nos acercamos como si todo fuera normal, como si fueramos su relevo, hasta compañeros podriamos decir... Con mucho disimulo nos acercamos hasta esos dos y Carrick y yo nos ponemos en accion.

Agarro al mas cecano a mi e intento seccionarle la traquea y las arterias principales del pescuezo, mientras, Carrick le pone la pistola con silenciador al compañero y le vuela la cabeza. El silenciador, como siempre, con su beso de la muerte, no es mas que un susurro entre las sombras que indica que otro hombre no llegara a ver otra vez a su familia... pero esto es la guerra... y ya sabemos que la guerra es sangre, barro y mierda...

Los dos alemanes no sintieron el peligro hasta que ya fue demasiado tarde. Carrick le voló a uno la cabeza con su pistola mientras Larkin degollaba al otro. Un poco más alla, el teniente daba buena cuenta del boche del portal. Después los tres se reunieron en la parte posterior del Panzer enemigo.

-Esto ha sido fácil, pero quedan otros dos dentro del tanque y no será tan sencillo sorprenderles, ¿alguna idea? -pregunta mirando a sus dos subordinados.