Partida Rol por web

Los cuatro miráis como Caparso se acerca a la barra. Aún es pronto para que empiece a llegar gente al local y la única mujer que hay ahora es la hija del cantinero. No oís lo que le dice el soldado, pero la chica enrojece de ira y le cruza la cara de una bofetada antes de regresar dignamente a la trastienda. El dueño mira con furia a Caparso y murmura unas palabras por lo bajo.

- !JAJAJAJAJAJAJJAAJJAJAJAJJA¡- rie el español ante la triste escenita que todos presencian. La muchacha le ha cruzado la cara al pobre soldadito.

- Os lo dije compañeros, ese tío solo pilla con el camarero. Y ahora al Cesar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. ¡CAMARERO, LA BOTELLA DE BOURBON!- pide sonoramente al camarero a sabiendas de que ha ganado la apuesta y que no pagará las copas que tomen.

jejeejje ahora nos vamos a enciegar como cosacos... es un buen brebaje el bourbon aunque el amigo Daniels no se le queda atrás.

- Joder!!! - murmura Carrick refunfuñando por haber perdido la apuesta.

James no puede evitar sonreír dado lo cómico de la situación, aunque la tontería le ha costado pagar la botella de bourbon. Pero bueno, al menos la disfrutarían todos juntos, y por lo visto, era lo único que iban a catar esa noche, porque las señoritas del lugar no parecían estar muy por la labor.

- Pepe, no sé como los demás no lo vimos venir. A tu salud Caparso -dice levantando el vaso cargado de bourbon - 

Después del primer trago, Carrick parece como tener un pequeño momento de lucidez. Mira a los chicos uno a uno y lanza la pregunta al aire.

- Siento joder la magia del momento señoritas, pero... ¿Cuando se supone que debemos encontrarnos con el nuevo oficial?

La puerta se abre para revelar a un joven soldado que se cuadra al ver tus galones. Rápidamente te dejan entrar donde sacudes tu gorra para quitarle las gotas de agua. La oficina del general está en el primer piso y hacia allí acudes subiendo por los escalones de madera del edificio. La tarde en Dover se empieza a oscurecer debido a las nubes a pesar de ser primeros de junio. El general James Howell te da permiso para entrar en su despacho. Es un hombre de pelo cano, veterano de la gran guerra donde recibió una herida en la pierna que lo dejó lisiado e incapacitado para el combate. El general usaba un bastón para compensar su cojera cuando tenía que ir a alguna parte. A pesar de su aparente fragilidad, era un hombre con una voz imponente que no necesitaba elevarla mucho para hacerse escuchar.

-Teniente Miller -se levanta después de responder a tu saludo marcial para estrecharte la mano-. Le agradezco a los Estados Unidos la deferencia que tienen con nosotros al enviar a sus mejores hombres para colaborar en la guerra. He leido su expediente, teniente. Es francamente impresionante.

Para entrar en materia. Las cosas se están complicando aquí en Europa. Hemos logrado sacar a muchos de nuestros chicos en parte gracias a la colaboración del comando que está usted a punto de dirigir en combate. Aún así, los nazis continúan avanzando sobre Francia y esos incompetentes gabachos parecen incapaces de detenerlos. Y por si fuera poco, está la cuestión de Noruega.

Hemos intentado ayudar a ese país, pero he recibido informes precisos que señalan que dentro de unas horas, o mañana a más tardar, Noruega capitulará. Esta mañana se me ha comunicado que el portaaviones HMS Glorius ha sido hundido en aguas noruegas en un combate contra el acorazado alemán Scharnhorst. A pesar de haber dañado seriamente el buque enemigo, no hemos podido evitar perder el nuestro. Los supervivientes han sido llevados a la villa pesquera de Tysnes. Quiero que su comando se infiltre en la villa y rescate a esos valientes marineros.

A las 17:00 horas tomarán un vuelo que les llevará de Dover a Edimburgo. Desde allí embarcarán en un submarino rumbo a los fiordos noruegos. A partir de ahí ya queda todo a su discreción capitán. Pero quiero a esos chicos de vuelta. Gran Bretaña necesita buenas noticias, que parecen escasear en estos tristes días. 

Vuelvo a la mesa después del bofetón de la "señorita":

Joder como pegan las zorras británicas! Espero que lo hayais pasado bien mariquitas, pero aún  no está todo perdido. Esta noche el local estará lleno y las mujeres se arrojarán a mis pasos, cuando tengan unos cuantos whiskys encima, yo me ocuparé de ello, jajaja. Por cierto, a pesar del pitido en el oído que me ha dejado esa zorra he conseguido oír que seguís buscando nombre para la compañía. Yo propongo la compañía de los hijosputa, o ¿qué tal la patrulla anal?, porque siempre vamos dando por culo a los nazis, jajajaja.

En fin, me sirvo otra copa con la botella de bourbon que espero haya llegado a la mesa y me enciendo otro cigarro.

¿Y dónde coño está el nuevo teniente? Espero que sea un tipo con un par de huevos porque si no esto le va a quedar muy grande.

Esto para vosotros dos, que decíais que el primer post que os puse no estaba claro. Que si no sabías si era de día o de noche o si había o no mujeres. Que si el post no estaba bien escrito, que si no era claro. Está copiado del primer post que os puse.

Cita:

Como diría la Esfinge:

"Y vosotros idiotas"

Accedo a la sala respondiendo a el saludo marcial del soldado y después me quito la gorra acudiendola levemente para apartar las gotas de agua qué se habían acumulado en ella, subo los escalones de madera tan rapido como el paso normal me permite algo pensativo, pero con la cabeza en su sitio no podía permitirme distraerme en momento así, accedo hacía el lufar donde está el general, un tio reconocío y con mucha fama, su voz era muy autoritaria y se hacía notar,aunque se veía qué había quedado tocado tras la primera gran guerra, era un honor conocerle en persona, le saludé marcialmente y el me respondio y después me estrecho la mano. Tras esto escuche atentamente sus palabras sobre la situación en Europa y lo de los Chicos del portaaviones en Noruega.

-Lo primero mi general, es un honor para mi poder servir en tan enorme y honorable causa, además de un honor conocerle he oído grandes proezas de usía

Tras decir estás palabras le miro fijamente a los ojos, me gustaba estudiar a las personas, solía calarlas bastante bien con solo observarlas a los ojos, aquellos ojos trasmitían veteranía y dolor por hermanos caídos

-Entonces, no perdamos más tiempo la vida de esos muchachos pende de un hilo, me pondré en marcha de inmediato,solo necesito saber donde estan mis muchachos mi general.

Mantengo mi mirada esperando su respuesta con pose firme y elegante

-Los muchachos están disfrutando de su último día de permiso. Si mal no recuerdo, suelen ir al único pub decente de la ciudad el Knight's Head. Allí los encontrará no tiene pérdida. Es un placer tenerle con nosotros, teniente.

Saludas nuevamente antes de abandonar el cuartel general y dirigirte hacia el pub. Dover es un lugar tranquilo con sus callejuelas de piedra y el clima nuboso sempiterno que caracteriza a Inglaterra. Localizas el local en un abrir y cerrar de ojos, es el único abierto a estas horas de la tarde. Abres la puerta del cálido y acogedor bar para encontrártelo vacío. Únicamente cinco hombres en una mesa vaciando una botella de bourbon. Llegas a tiempo para oír la última frase de uno de ellos:

¿Y dónde coño está el nuevo teniente? Espero que sea un tipo con un par de huevos porque si no esto le va a quedar muy grande.

Caparso se sienta en la mesa a probar el bourbon. Está de espaldas a la puerta así que es el único que no ve como esta se abre para revelar la figura de un oficial uniformado con los galones de teniente en las solapas. El recién llegado tiene un fuerte porte, así como los ojos azules y el cabello corto y negro. Examina durante unos instantes el local antes de dar un paso hacia adelante y cerrar la puerta tras de si al mismo tiempo que Caparso enciende un cigarrilo y suelta:
 

¿Y dónde coño está el nuevo teniente? Espero que sea un tipo con un par de huevos porque si no esto le va a quedar muy grande.

Al reconocer por los galones al nuevo teniente, dejo el cigarrillo en un cenicero y mi cerveza en la mesa y me levanto con seguridad mientras susurro a Caparso

El teniente... 

Y me pongo firme y saludo. Permanezco en silencio hasta que nos de la orden de descanso

Carrick suelta el vaso y lo deja encima de la mesa. Esperaba que el teniente no hubiera escuchado la conversación entera, o habría sido el peor comienzo de la historia.

James se levanta y se cuadra.

¡A sus órdenes, señor! - dice con firmeza.

Aunque es temprano, el hecho de levantarse tan de golpe después de la marcha que llevan, hace que Carrick sienta una pequeña jaqueca en su cabeza. ¿Qué mejor forma de empezar tu relación con un oficial que semi borracho y haciendo apuestas para ver quien la mete en caliente?

Escruté aquel grupo de hombres de uno en uno, parecía qué bromeaban sobre cómo sería su nuevo teniente, lo veía algo normal ya qué si habían perdido a su antiguo oficial estarían nerviosos por ver si les traían a alguien qué daba la talla  y a la vez no iva a permitir impertinencías el primer día qué conocía a mi tropa debía demostrarles qué no era ningun niñato y qué tenía los cojones bien puestos en mi sitio.

Saludo marcialmente a los chicos qué saludan respondiendole y me acerco dando unos pasos hasta colocarme cerca de ellos y los observo seriamente, con pose firme y mirada impasible y fría casí podía congelar sus corazones incluso aunqué estuviesen medio ebríos

-Descansen muchachos

Dijé secamente después me quité la gorra y volví a mirarles fijandome especialmente en Caparso junto al cual me situé a su lado y después gire rapidamente mi vista al resto

-Soy el teniente Miller el nuevo oficial al mando en vuestra unidad y por ello a inmediatos vuestro oficial más cercano, muchos no sabreís quién soy por no decir qué ninguno de vosotros lo sabe, pero a partir de hoy me ireis conociendo y cuando lo hagaís, descubrireis qué no es nada bueno hincharme los cojones ¿Me hé explicado con claridad?

Observo inquisitivamente a todos esperando la respuesta, no me gustaba ser demasiado duro el primer día con los soldados de mí unidad pero aquella situación requería imponer un respeto desde el principio

-Tu

Digo señalando a Caparso, mi voz sonaba firme muy autoritaría y seca

-En pie

A la orden de descansen, Carrick parece volver a tomar aire, aunque permanece de pie. Sin duda el tío no tenía mala pinta y al menos tenía dotes de mando. Solo le faltaban un par de cojones y una total falta de escrúpulos para ser el oficial ideal que necesitaba este pelotón.

- Claro que sí, señor - dice Carrick contestando a la pregunta del teniente Miller. A estos cabrones parece que no les ponen nombre de pila, o a saber, les ponen un número...

- Permiso para hablar, señor - advierte de nuevo Carrick en voz alta.

Alzo mi vista hacía Carrick pero aún esperaba qué Caparso decdiera ponerse en pie le mire uns decima de segundo de reojo para después fijarme completamente en Carrick

-Permiso concedido soldado, adelante

Coloca mis manos tras la espalda entrelanzando ambas manos y sujetando el sombrero con estas, esto hacía de mi posición mas firme aún

- Soldado James, Carrick James, señor - dice el soldado a modo de presentación - tan sólo quería sabes si el mando se ha decidido por fin a donde mandarnos, señor!

Sin duda estaba deseoso de volver a entrar en acción. Ya habían pasado demasiadas noches bebiendo y montando jaleo, y Europa necesitaba de estos cabrones para limpiarla de toda la mierda que la está convirtiendo en escombros.

-En la compañía ya empezábamos a pensar, que papá Eissenhower se había olvidado por completo de nosotros, señor.

Pepe observa como el nuevo teniente entra en el local, como los demás se levanta y saluda marcialmente hasta que escucha la orden de "descansen". Tras eso se sienta y vuelve a tomar el pitillo y el baso con el Whisky. Le da un largo trago y escucha como el nuevo oficial se pone en su sitio con duras palabras. A Pepe comenzaba a caerle bien.

Vaya vaya, parece que los tiene en su sitio, ha sabido imponerse a un grupo en el que el respeto se mide por la sangre alemana que cada uno ha vertido. Ya veremos si cuando llega el momento éste es de los que se achantan o por el contrario tiene lo que  hay que tener para tomar las decisiones adecuadas y apretar el gatillo.

El ex-teniente republicano esboza una media sonrisa y hace un guiño a sus compañeros más cercanos, Larkin y Carrick.

En posición de firmes mientras nuestro nuevo oficial habla, escucho toda la conversación, mi cara no muestra emoción alguna, cuadrado frente al teniente, pero cuando escucha el trato con Caparso, una pequeña sonrisa aflora en la comisura de los labios mientras pienso para mi:

Bien...bien... Así que el tiente sabe imponer... y parece ser que lo hace de primera.

Tras oír la orden de descanso, me pongo en posición y esperando a que los demás acaben de hablar y guiñando un ojo a Pepe, digo a nuestro teniente:

Señor. Se presenta el sargento de primera Hlaine Larkin, señor. Especialista principalmente en conducción, explosivos y operaciones sigilosas con pistola. Señor.

Acto seguido saludo marcialmente y continúo en posición de descanso.