Partida Rol por web

Ok, todo conforme pues. No se preocupe que nadie se va a enterar de esto.

- Bien, me hace el favor entonces de llamar a Samuel y hacerle entrar.

- Gracias.

- Bien, hasta ahora entonces.

Dicho lo cual, abandono la habitación y me dirigo a la sala principal.

Por favor, Samuel..?. Digo mientras espero que alguien se levante.

Samuel repara en Horacio:

- Buenas Sr Horacio, soy Samuel.

Justo entonces escucha al Sr Cifuentes salir y llamarle, a lo que se levanta y dice:

- Si, ese soy yo. - Y se encamina a la puerta, al pasar junto a él, dice.- Encantado.

Y entra por la puerta, diciendo:

- Buenas Don Germán, usted dirá.

Estaba impaciente por saber bien las bases del trabajo... además de la paga. Mientras movía la pierna derecha de arriba a abajo me dirigí al sacerdote, escrutando a la vez el cuarto para saber si había alguna ventana o balcón.

-¿Se puede fumar aquí dentro, padre?-

Ángela estrecha la mano a cada uno de los hombres allí presentes.

-Encantada.

Su tacto es bastante suave, y su sonrisa ciertamente cautivadora.

Ella se dirige a su silla y se acomoda. De nuevo saca su agenda y comienza a apuntar y repasar apuntes anteriores.

Ante la pregunta de Horacio Molina, Ángela levanta la cabeza. La verdad es que llevaba ya algo más de dos horas desde el último cigarrillo y le encantaría probar uno ahora mismo. Por desgracia, intuía que tendrían que salir a la calle para poder hacerlo. Bueno, ya habrá tiempo para charlas y cigarros, más adelante.

Lo siento hijo, pero me temo que si quieres fumar tendras que bajar a la calle.

Si alguno mas quiere fumar deberá bajar, aunque os pediría que por favor esperaseis un poco al menos hasta que don Germán haya hablado con cada uno. Si no os importa claro.

- Tome asiento por favor (señala un cómodo sillón a la vez que gira la cabeza hacia un pequeño mueble bar situado en un lateral de un gran escritorio que ocupa gran parte del despacho), ¿desea tomar algo? ...

No disimulé el asombro de mi mirada dirigida al sacerdote, aunque supongo era entendible. Tal vez simplemente le molestaba.

-No se preocupe, esperaré aquí mismo. Es que el vicio lo llama a uno, ¿vio?- dije amistoso al cura.

Samuel sonrió a Don German:

- No, muchas gracias Don German, el trabajo es lo primero, ¿No cree? Cuando esto acabe me tomaré esa copa con usted. Cuenteme.

-El vicio es uno de los males que aquejan a todo el mundo, sean de la condición que sean. Pero bueno no estoy aqui para daros sermones asi que no temais.

Aunque le gustaba dar sermones sobre lo que esta bien y sobre lo que está mal, en verdad a Jose no le gustaba dar sermones a gente que aun no conocia o no sabía su orientación religiosa. Asi que se contuvo.

- La carne es debil Padre, jeje. Ya veo que tengo un compañero que también comparte mi vicio.

- Me temo que aquí todos compartimos los mismos vicios. - dice Ángela a modo de romper el hielo.

Levanta la vista de su agenda por un momento, y queda unos segundos pensativa.

-No todos hija no todos...

- También tengo agua (ves un vaso de agua en la mesa auxiliar en frente donde te ha pedido que tomes asiento), yo acabo de beber una poca, pero con su permiso me cogeré otro vaso, que hoy hace mucho calor. (toma asiento en otro de los sofás y señala un periódico en la mesita auxiliar) en ese periódico puedes ver una de las causas por las que te he llamado ... ( te señala la portada y ves …)

- Bueno, como sabrás estás aquí por un asesinato ... pero no solo eso, también necesitamos saber quien está filtrando cierta información e imágenes a la prensa ... por lo que a parte de investigar el caso, quiero que de algún modo con ayuda de tus futuros compañeros ... mantengáis a raya a la prensa.

- ¿Tienes experiencia en tratar con la prensa y medios de comunicación?

Metí las manos en los bolsillos y no emití palabra.

Dios. Un invento de consolación para los que temen la muerte.

Estiré las piernas y puse un pie arriba del otro, bien cómodo.

Samuel sonríe ampliamente:

- Si, digamos que algo de experiencia tengo, sobre todo manteniendo mi trabajo de modo discreto y de confianza. No se preocupe Don Germán, averiguaré lo que ha ocurrido y le informaré directamente.

- Bien, así me gusta que seas directo.

- Este caso que se le está ofreciendo es a usted en particular Samuel, y si necesita implicar a alguien más porque lo crea necesario para el caso, deberá consultarlo previamente conmigo. Se trata de un asunto de extrema confidencialidad, e incluso para la diócesis no seréis mas que un grupo de consultores que trabaja en una asesoría que nos está realizando una auditoría y como tal se facturaran sus servicios en caso de ser necesario facturarlos … En otras circunstancias mas favorables para la diócesis yo mismo hubiese participado en la investigación, con mis secretarios y gente de confianza, pero por ordenes expresas solo se permitirá la participación del padre José, que ya conoce de la sala de reuniones.

Lo entiende , verdad¡

Samuel sonrió de nuevo y miró a Don German:

- Padre... Seamos claros, a mi digame qué quiere saber, cuando lo quiere y donde lo quiere. No tengo que informar a nadie más... El contrato es con usted. Si los que están fuera están en el equipo perfecto, colaboraré con ellos, pero a mi no me interesan movidas Eclesiarcales, solo cumplir mi contrato para con usted y seguir mi camino. Creo que es lo que usted también desea... ¿No es asi? Soy como una tumba, lo que averiguo solo irá a usted y a los otros integrantes del grupo. En caso de algo escabroso, solo a usted... ¿Todo correcto?