Partida Rol por web

Ángella dijo, mirando a Elvis.

-Dame tu mano. Cierra los ojos y concéntrate en este punto sobre la puerta- señalando un lugar en particular- imagina que ves más allá, que puedes traspasar la puerta y observar a la criatura que mora en el exterior. Pero no temas, sabe que esto es solamente una visión pero, mediante ella, lograrás encontrar la forma, la manera de destruirlo o, al menos, debilitarle.

Constantine corta la comunicación y espera, apoyado ahora contra la pared.

-Le enseñaré a activar sus visiones y partimos, ¿bien?

-Bien -contestó John, tan tranquilo como siempre.

-Bien Elvis, haz lo que te digo.

Haciendo caso de las indicaciones de Angella, hago lo que me dice, se muy bien de que se trata, lo hago continuamente, cuando pienso en Ella intentando alejar de su entorno los entes malignos que pudieran hacerla daño, pero es la prímera vez que lo hago sabiendo que veré el resultado.

Me concentro en el picaporte de la puerta, lo visualizo con los ojos cerrados, paso a ver el exterior y continuo hasta que percibo la presencia de la bestia, espero hasta que la visión se más nitida y entonces se lo digo a Angella:

-Angella, veo la bestia.

Methos llegó a su club en donde tendría que esperar al equipo. Allí todo seguía como siempre, tanto seres mitad demonio como mitad ángeles estaban charlando, tomando un trago; pasando el rato. Esa era una zona neutral, las reglas eran bien claras: no había que intervenir pero ahora Methos sabía que el panorama estaba cambiando.

Alguien estaba metiéndose en el mundo de los hombres y con mucha fuerza y malas intenciones.

Una de las camareras se acercó a Methos:

-¿Le sirvo algo jefe?

- No Sam, pero ve preparando el mejor Wisky para los que estan prontos a llegar - Las manos del Hibrido estaban sombre la mesa y su vista perdida en un punto que no llegaba a ser fijo, por que estaba ocurriendo todo esto? alguien habia desbalanceado el equilibrio que tan perfectamente se habia creado con los años.

Un suspiro bajo la tencion de su cuerpo.... Donde estas John

Elvis vé la criatura, enorme como su esqueleto demostraba. Se concentra más y más hasta que parece que ella lo mira a él. De pronto, de su frente, sale un punto rojo que se extiende hasta abarcar el espacio que va sobre los ojos. Elvis no sabe por qué pero cree que lo que está viendo es el punto débil de la criatura. La cabeza le entra a doler y luego pierde la visión.

Ángella espera que él le diga algo más.

-¿Dónde hay que atacarlo?- pregunta la joven.

Constantine agrega -Atacan a este bicho y vamos para el club de Methos, ¿vale?

-Sí -contesta ella.

-Vamos Elvis, díme su punto débil y verán, como entre todos bajaremos a ese ser nuevamente al abismo. Eso es lo que hacemos, eso es... lo que somos... un equipo.

-En la frente Angella, justo en medio. Digo medio tartamudeando. Mi serenidad desaparece y los malos momentos vividos me asaltan despiadadamente, por un mommento quiero tirarme a la bestia para que me despedace y acabar con mi sufrimiento, siento que debo hacerlo pero no quiero hacerlo, quiero vivir y demostrar a Dios que puedo ser mejor de lo que he sido y aunque no entiendo el porqué de todo lo sucedido en mi vida tengo fe en que DIos tiene un plan para mi aquí en mi vida terrenal.

-!Angella¡ necesito mi medicina, me siento morir.

Me ha asumido ya una posición dentro del grupo. Puede que el resto no lo sepa, pero él ya tiene mucho más claras las cosas con respecto a esto. En un momento dado, algo habían despertado en él, ese mismo algo que le había hecho ver que lo dejarían tirado en caso de pasar algo que se les escapara de las manos.

Quieto, permanezco apoyado contra una de las paredes, simplemente observando. Quería que me entrenara Constantine, no quería hacer dinámicas de grupo.

 ¿Qué hacemos?¿Atacamos a esa cosa todos juntos?

Intentaba estar atento pero relajado, como me habian enseñado desde pequeño... pero todas las cosas que estaban pasando me lo dificultaban bastante. Detras de la puerta que Lucas habia "sellado" se encontraba un monstruo que casi acaba con el Frances... ahora sabiamos su punto debil gracias a la habilidad de Elvis.. pero todavia no sabiamos como ni con que golpearlo.

Esta iba a ser la primera prueba real para el camino que comenzabamos a transitar.

- Voy a abrir esta puerta y Lucas, tú... tú vas a usar el Fuego Sagrado para darle justo en la frente. La criatura no se podrá mover porque tú Gérard vas a provocarle una atadura.

Constantine saca un arma y se prepara, por si todo se vá al demonio, pero confiando en su compañera le acota:

-No te preocupes, Ángella... es sólo por si acaso.

-Muy gracioso -le replica ella -¿sabes que antes de que llegaras yo estaba a punto de hechar un hechizo sobre la criatura para que no ataque a Gérard, ¿verdad?

-La bola roja, sí la ví empezar a emerger de tus manos -ninguno de los presentes había visto ese movimiento de la chica pero sí el detective -pero tú sabes, me fío más de mis armas y una plegaria.

Ángella sonríe y rápidamente le dice a Gérard

-Toma esta cinta negra, átala en tu índice y vé diciendo lo mismo que yo...

-Te ato bestia infernal, te quito tus poderes en el nombre de Jehová que todo lo vé, te restrinjo en el nombre de San Miguel...

 Ni bien escucho mis órdenes, me preparo a obedecer.Mandaré a ese monstruo de vuelta al infierno...

 Talvez no quería demostrarlo pero, muy en el fondo, todo esto comenzaba a gustarme.

Con sumo cuidado, me reincorporo de la pared, permaneciendo detrás de todos los demás, intencionadamente. Usándolos a modo de escudo en caso de que la acción falle, y antes de empezar a recitar nada le doy un buen trago a mi petaca, que comenzaba a estar por la mitad. Cierro los ojos, por la intensidad del alcohol que hay dentro, y acto seguido levanto comienzo a repetir las palabras de Ángella. Eso sí, sin ninguna fe. Ninguna voluntad. Cojo la cinta negra, la manteno en la mano, no en el dedo índice.

No es tanto que no quisiera ayudar, sino que no quería hacerlo bien ahora. Desde luego, sería un sentimiento que intentaría corregir, segundos después, pero quería ver qué iba a pasar. Al igual que a mí me habían dejado ahí tirado, quería que alguno más sintiera lo que es que nadie te ayude hasta que te das por muerto.

Gérard hace un intento de atadura pero no hay resultado. Antes de abrir la puerta Constantine detiene a la chica. Mirando intensamente a Gérard le espeta estas palabras:

-Chico si no vas a hacerlo con fé ni siquiera lo intentes... Verás quizás tú no creas en el Diablo pero él sí cree en tí y solo tu fé evitará que tome tu alma. Ahora hazlo de nuevo, confía en tí mismo esta vez y en... bueno tú sabes, el "tío de arriba".

Decepcionado por actuación y viendome absorvido por lo de siempre y habiendo hecho lo que me dijo Angella, me retiró para no molestar en el proceso de exterminación de la bestia.

Observo al grupo y me siento como desde hace mucho tiempo desplazado por todos, solo en Angella por ahora he encontrado un trato amable. Constantine me resulta demasiado grande para que yo pueda serle de interes aunque, me transmite un sentimiento de confianza que me es de gran valor, pero lo que ha dicho sobre el Diablo no, no lo comparto, yo se que existen demonios los he visto y crecí entre ellos, mi Abuelo era el Dragón del que hablan las escrituras, sin cuernos ni siete cabezas, eso es simbólico e intenta decir que su perversidad abarcaría todo el mundo, por Dios vuelvo el sentimiento de culpa y el miedo a que me convierta en uno de ellos.

Desesperado lo único que puedo hacer para calmarme es encender un `pitillo que no me gustan pero hasta que no llegue el contacto no tengo otra cosa.

Veo como el frances saca una petaca y me invade una necesidad imponente de fumar, se que puedo pasar sin ello pero es lo único que me relaja la mente en los periodos de estres postraumatico que parecen no acabarse nunca.

-Très bien - Digo con decisión. - Espero que la próxima vez, hagáis lo mismo por mí - Reprocho antes de cerrar los ojos, levantando marcialmente la mano, sujetando con fuerza el trozo de cinta que Ángella me había dado. Saboreo los restos de alcohol que quedan en mi boca, y los trago en un cúmulo de saliva. Procuro concentrarme, y recuerdo las lecciones que mi abuelo me daba sobre la Biblia y demás estupideces. Ya de pequeño, no creía en nada. Excepto en aquel ser que la mujer había nombrado... Visualizo su imagen, o lo intento, porque lo único que consigo ver, es un montón de destellos blancos revoloteando sobre un fondo blanco.

- Oh, maître qui se trouve dans les cieux qui nous protège, avec justesse et justice, tu décide pour nous et nous montre le chemin vers la bonne voie. Oh, maître qui nous guide vers la paix dans cette éxistence - Murmuro en silencio mientras repito con los ojos cerrados, casi en un trance. El alcohol era un potenciador de ello, si no conseguía desconcentrarme cualquier banalidad. - ¡Oh, maître! ¡Attache cette bête des enfers! ¡Retiens son âme, elle doit être exterminé! -  Esas últimas palabras resuenan con fuerza dentro de la catedral, así como con un ápice de sadismo. La expresión de mi rostro es de sorna. Y un alejado escalofrío recorre mi espalda. Abro los ojos despacio, mientras incrédulo, espero que haya funcionado.

Sam vá a cumplir las órdenes de Methos. Le dice algo al barman y él se pone a buscar las mejores botellas de whisky del bar, elije una y comienza a preparar unos tragos. Mientras tanto la camarera vuelve al lado de su jefe y, sonriendo, le pregunta.

-Hace más que trabajo aquí de lo que recuerdo, jefe... Y creo que esta es la primera vez que veo un poco de preocupación en su mirada.

Sam espera algún gesto, algún indicio. Ella está preocupada y siendo mitad demonio (aunque neutral hace mucho tiempo) Methos puede intuir que quizás ella también tiene sus propios motivos.

"El Diablo por que dice eso COnstantine, el sabe mucho sobre el tema, pero siempre creí que eran cuentos para asustar y meter miedo, pero la verdad, es que algo me dice que esa figura diabolica de la que tanto se habla existe de verdad, pero yo mire en la Biblia y no se dice nada hasta el nuevo testamento donde tienta a Jesus, pero creí que seria algo metaforico indicando la degradación a la que la humanidad de las personas puede llegar, pero y sií COnstantine tiene razón y en realidad existe eso me convierte en un gilipollas supremo por no a ver lo visto antes y seguro que COnstantine tiene razón y eso puede explicar muchas de las cosas por las que he pasado"

El comentario de Constantine ha calado tanto en mi que no puedo dejar de pensar en el, me olvido hasta de la necesidad imperiosa que tenia hace un momento de mi dosis de cannabis. Y creyendo en su palabra y experiencia algo empieza a cambiar en mi percepción de mi vida, algo puede cambiar en mi siendo esto así y explicaria muchas de las cosas que he vivido.

Methos desperto de aquel trance en el que se habia autoinducido por estar mirando fijamente un punto sobre la mesa - Me decias Sam? - Se disculpo - No pasa nada estoy bien, es que solo trato de comprender muchas cosas en un corto periodo de tiempo y eso parece retraerme un poco de la realidad - Los ojos de Methos miraron a Sam por un segundo.

-Tu estas bien? -