Partida Rol por web

Corazones y puñales

2. AMORES QUE MATAN - Altenberg

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06/01/2023, 23:28
Reinmar de Wint

«Pues lechuza. Qué le vamos a hacer, Notte». A veces uno no tiene otra que dejarse arrastrar por las masas, y si las masas querían ver una lechuza, una lechuza tendrían. Sonrió con la buena aceptación de su idea, aunque del dicho al hecho hay un trecho, y habría que ver si Arnold se sentía tan dispuesto.

La explicación que Adelaide les ofreció sobre los Metzger no era muy alentadora, y la realidad no fue mejor. Elsa Metzger debía haberse olvidado de la sangre que corría por sus venas, pero Reinmar no se lo recordó. Y a decir verdad, sintió un escalofrío al escucharla. Qué puñetero podía ser el mundo, y qué puñetero comienzo era aquel. Arnold, que con toda la poesía que se había tragado debía creer firmemente en el amor a primera vista, le hacía ojitos a Adelaide. Pero es que luego va y la mujer cuya mano tiene que pedir tiene toda la pinta de ser una borde y una siesa. Menos mal que por lo menos era guapa, o aquel barco se las habría apañado para hundirse antes de llegar al agua.

Carraspeó ligeramente. Sviatoslav había reaccionado bien, y había que seguir su ejemplo, pese al insulto.

—No podemos hacer otra cosa que rogar vuestras disculpas y agradecer vuestra clemencia —intervino, no demasiado convencido de que Arnold tomaría la iniciativa—. Os puedo asegurar de que nuestro aspecto actual desmerece a aquel que todavía podíamos presentar cuando partimos. Pero el camino fue inclemente, de muy diversas maneras. Una historia digna de un momento más amable, y que quizá el joven señor podrá compartir con vos.

Miró de refilón a Arnold, pero lo que llegó a ver en ese momento fue cómo el viejo le lanzaba cuchillos con la mirada. Alzó un poco las cejas, confundido. ¿Tan mal le habían calado las pocas palabras que había pronunciado? ¿O es que había algo más? Sutilmente, mantuvo los ojos sobre él. De algo tenía que conocerlo.

- Tiradas (1)
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07/01/2023, 18:44
Gerdie Ringwald

Según los hermanos le pintaban el cuadro que era la familia noble de esas tierras, a Gerdie todo le iba pareciendo más complicado, pero cuando encima tuvo a la tal Elsa delante, sus peores temores se hicieron realidad; esa unión iba a ser del todo imposible.

Una mujer con ese carácter tan agrio y tan altiva jamás aceptaría a un papanatas como Arnold. Eso era un hecho irrefutable. Tendrían que buscar alguna otra solución. Quizás una poción de amor, una apuesta o... Decían lo pelirrojos que también la señora de la casa estaba lozana y viuda. Ella sabía de otro señor lozano y viudo; el propio Barón von Hart.

En fin, el caso es que era del todo imposible que Arnold se ganara a esa mujer a golpe de poesía.

La hechicera se atusó un poco el encrespado cabello y le mostró la venda que llevaba a la altura de la clavícula:- Sí, como dice mi compañero, venimos directamente del camino y fuimos atacados por unos rufianes. Tenían prisionero a su carpintero y se lo hemos traído sano y salvo , aunque también nos hemos llevado algunos golpes. Podríamos haber tomado un descanso y asearnos antes de venir a presentarnos pero nos pareció que, al menos, deberíamos informar de nuestra presencia y que nuestro señor, Arnold von Hart, pueda disfrutar de la visión de su hermosa anfitriona aunque sea un instante.

Si lo desea, podríamos retirarnos y volver más tarde, cuando nos hayamos adecentado. No quisiéramos interrumpirle esta reunión tan importante con estos caballeros tan apuestos.-

La muchacha empleó de todas sus frases corteses para intentar no quedar del todo mal.

- Tiradas (1)
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09/01/2023, 17:54
Arnold von Hart

El sargento Rufus se huele el sobaco y encoge los hombros. No entiende por qué Elsa Metzger se queja de los olores. Os disculpáis ante la doncella y ofrecéis una explicación: fuisteis atacados en el camino. A Elsa no parece importarle un pepino, pero que Gerdie se refiera a ella como "hermosa anfitriona" le agrada.

Arnold está inmóvil con una estaca, evidentemente intimidado por Elsa. Reinmar le da el pie a contar la anécdota, y el muchacho balbucea como un pez.

—Lo q-que m-mis amig... súbditos están d-diciendo es que... es que... os he compuesto un poema p-para explicarlo, ¡oíd!

De las garras del carcelero,
de nombre Kurt el rufián,
liberé a vuestro carpintero
y le dejé libre como un gavilán.

Oh, libertad, gran tesoro
con el cual cortejarte, Elsa
y que seas mi nueva musa
en el mañana que avizoro

Elsa no se inmuta. Gotas de sudor frío resbalan por la frente de Arnold.

—¿Habrá l-lugar para mi y mis amig... s-súbditos? Os puedo enseñar un t-truco de cetrería...

Notas de juego

(1/3, sigue...)

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09/01/2023, 18:22
Elsa Metzger

—¿Habéis venido con vuestra comitiva de plebeyos perfumados a cortejarme, mi señor? ¿Es eso?

Una sonrisa lobuna se dibuja en el delicado rostro de Elsa.

—Loado sea Fenre, qué suerte la mía. ¿Veis a aquellos hombres? —señala a los que están sentados en la mesa—. Es el Barón Magnus von Kaskel. Aquellos son sus soldados. El Barón Magnus ha venido hasta aquí con el mismo objetivo que vos, Arnold. ¡Ahora tengo dos pretendientes! Oh, esto será divertido.

Notas de juego

(2/3, sigue...)

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09/01/2023, 18:34
Barón Magnus von Kaskel

El anciano Barón Magnus se levanta de su silla con pesadez. Tiene casi noventa primaveras, manchas en la piel y dentadura escasa. No obstante, la mezquindad todavía danza en sus ojos.

—He venido a pedir la mano de la dama Elsa, así es. Si la doncella acepta, y estoy seguro que lo hará, se convertirá en mi sexta esposa. Será la mujer más bella que hayan rozado mis dedos.

Unos dedos achacados y retorcidos, de uñas largas y amarillentas.

—Las anteriores cinco, que Fenre las tenga en la gloria, no le llegaban ni a sus bellos talones. Talones que aun no he tenido el gusto de ver, jé, jé, jé —dice este viejo verdoso mientras se relame los labios—. Las riquezas en mi feudo son abundantes, ¿sabíais, niño Arnold? Vuestro padre es el Barón Erwin von Hart, ¿verdad? He oído que sus arcas están vacías. Seguro Elsa disfrutará más en mi castillo. Y en mi alcoba.

Magnus camina hasta Arnold y le aparta de un manotazo poco respetuoso.

—Y ni siquiera habéis elegido bien vuestra compañía, niño Arnold. ¡Mirad con quién os juntáis! ¡Con Jakob de Wint! —y clava los ojos en Reinmar de Wint, al tiempo que las manos le tiemblan de ira—. Vizconde Jakob de Wint, alimaña rastrera, sois vos, tantos años ha de nuestro último encuentro, pero no lo he olvidado, Jakob, no lo he olvidado. Mi mente sigue fresca como una lechuga. Tenéis una deuda de sangre conmigo, Jakob, y si el destino nos ha juntado bajo el mismo techo, es para que la paguéis.

El Barón Magnus von Kaskel chasquea los dedos y sus nueve soldados se levantan de la mesa. No están armados: han dejado las armas para sentarse a comer. Se acercan amenazadoramente hacia vosotros, de a pequeños pasos, mientras el Barón Magnus sonríe. Elsa contempla el espectáculo con fascinación.

—Entregadme al Vizconde Jakob, niño Arnold. Es algo personal entre él y yo.

Notas de juego

(3/3)

Problema: hay un viejo decrépito cortejando a Elsa. Problema 2: quiere ¿arrestar, matar? a Reinmar, a quien llama Jakob. Sois menos, pero ellos están desarmados. Recordad que tenéis al sargento Rufus y dos soldados de vuestro lado. Vuestra decisión si queréis luchar o apaciguar los ánimos. Podéis hacer las tiradas que consideréis pertinentes.

PD: El poema de Arnold lo hice con un generador automático de poemas online. Espero que sea un resultado pasable, más teniendo en cuenta que es de Arnold y no de Quevedo...

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09/01/2023, 19:13
Director

Kaskel. Sí, claro que reconoces ese nombre, ¿cómo no ibas a hacerlo? Los Kaskel son una familia noble que tuvo un rol central en la caída de la dinastía Wint, hace dos generaciones atrás, en su momento de esplendor. En aquellos días, el patriarca de los Wint ostentaba el título de Vizconde. Todo cambió cuando se ganaron la enemistad del Barón Magnus von Kaskel, hombre mezquino si los hay, quien hizo todo lo posible por dejaros sin nada y haceros abandonar vuestras tierras de manera vergonzante.

El Barón Magnus ahora es un anciano y te ha confundido con el Vizconde Jakob de Wint, tu bisabuelo. Motivos no le faltan: como has visto en un viejo retrato que guarda tu padre, compartes varios rasgos con Jakob. Claro que si Jakob estuviera vivo, sería un vejestorio. Si Magnus no se ha dado cuenta de eso es porque su mente no está fresca como una lechuga.

Notas de juego

Información por haber superado la tirada. Está incompleto adrede porque quizás quieras decirme tú cuál es "deuda de sangre" que Magnus tiene con Jakob, ni el origen de la rencilla. Me parece más interesante que lo desarrolles tú, pero si no, no hay problema, y ya me invento algo xD.

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09/01/2023, 19:29
Sviatoslav Igorevich

Sviatoslav deja su formalidad a un lado, la escena ha entrado de repente del terreno de los cortesanos al terreno de los guerreros, o quizá de ambos. Sea como fuere, el mercenario vio en peligro la integridad del joven.

El viejo no suponía problema, físicamente hablando. Quizá daría problemas luego, y si era cierto que estaba forrado, no era un rival que interesase tener en el juego contra Erwin.

No le gustaba nada aquello. Por otro lado, parecía que el cetrero era conocido por el viejo, o al menos alguien parecido a el. Sviatoslav lo conocía por Reinmar, no por Jakob.

Solo podía ser dos cosas, una rencilla vieja de verdad, o una estratagema para descartar a Arnold antes de que llegase a suponer un problema. Sea como fuera, no podían tardar mucho en reaccionar, o perderían, fuera cual fuera el juego.

No sabiendo muy bien como proceder, pero viendo el peligro de 9 soldados buscando sus armas y un noble dispuesto a todo para imponerse a los demás, Sviatoslav solo vio una salida. Una que no fuera sacar el hacha a pasear, claro, y aquel no era el momento ni el lugar, si podía evitarlo por otros lados.

-Hacía mucho tiempo que no veía un desafío singular como el presente. He de alabarle por su gallardía y honor Baron Magnus ¿Ha de enfrentarse usted mismo o elegirá campeón? - dice Sviatoslav con una profunda reverencia, dentro de lo que él entendía que era una profunda reverencia. Sin darle tiempo a contestar involucró a quien seguramente decidiría la balanza- Si se me permite, Doña Elsa, vuestra belleza sin igual va a presenciar algo que hace mucho que no se ve, quizá podría aprovecharse la situación para dirimir cual de los dos contendientes goza de vuestra primera audiencia para cortejaros.

Dicho lo cual, Sviatoslav sonrió, pero sin quitar ojo a los soldados.

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10/01/2023, 08:40
Gerdie Ringwald

Gerdie iba a intervenir para defender a Reimar, creía que el anciano barón chocheaba que daba gusto y seguro que confundía al cetrero con algún otro de su juventud, pero la propuesta de Sviatoslav, aunque arriesgada, le pareció bastante acertada y cerró la boca de nuevo.

De todas formas las cosas se ponían cada vez peor para Arnold. Von Kaskel, aunque sumamente desagradable, estaba podrido de dinero y seguramente no sobreviviría la noche de bodas. Un pequeño sacrificio para quedarse con toda la herencia. Claro que... Todo dependía si él tenía hijos a los que le pasase la herencia directamente, entonces el enlace con el decrépito anciano no valdría la pena.

- Disculpe que le pregunte Lord Kaskel, estos gallardos hombres que le acompañan ¿son todos hijos vuestros? ¿Dónde se ha dejado usted a su heredero?-

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10/01/2023, 11:00
Reinmar de Wint

Sus compañeros actuaron con lo que podría definirse como tacto y mesura, aprovechando la situación a su favor. Y, si Reinmar hubiera seguido la tendencia que había marcado hasta el momento, él también habría actuado con ese mismo tacto y mesura, sacando buen provecho de las palabras de Sviatoslav. Por eso era toda una lástima que en esa ocasión la cuestión fuera tan personal. Bastó con escuchar el tono de sus palabras cuando abrió el pico para saber que no iba a encontrarse mucha diplomacia en ellas.

—Querido Barón, ¿tú te has mirado en el espejo últimamente? —Reinmar sonrió, pero ay, qué poco humor que tenía esa sonrisa—. Vejestorio malnacido e hideputa para rematarlo, bien se dice que mala hierba nunca muere, y aquí estás tú para probar el dicho. ¿Tú te crees que a día de hoy Jakob de Wint tendría esta cara?

Giró su cabeza, solo durante un instante, para mirar a su anfitriona. A ella le dedicó una sonrisa mucho más simpática.

—¿Sabéis qué, mi señora? Es toda una suerte que no invirtiéramos tiempo ni esfuerzo en el aseo. Toda una suerte, digo, porque de nada habría valido. Para empezar, porque ningún perfume sería capaz de enmascarar el hedor del cerdo traicionero que tengo delante. Pero, sobre todo, porque como el malnacido no se ponga de rodillas aquí va a correr su sangre.

Miró a los soldados, haciendo un gesto con los brazos que dejó ver que él que estaba armado pretendiendo así achantarlos, y después al barón.

—Bien que te escondes detrás de ellos, cobarde. ¡Soy Reinmar de Wint, bisnieto de Jakob de Wint! ¿Deuda de sangre? ¡Ven aquí y reclámala con tus propias manos, mierdaseca!

¿Se había aventurado de más? ¿Le dejarían sus compañeros con el culo descubierto al posiblemente arruinar la buena salida que había tenido Sviatoslav? El tiempo lo diría, pero aquella rencilla había sacado lo peor del cetrero. La historia podía ser un misterio para los demás, pero era aparente que no veía al barón como mucho más que un villano.

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10/01/2023, 12:49
Elsa Metzger

Con mucho acierto, Sviatoslav convierte una posible batalla campal en un duelo singular. Elsa Metzger apenas puede contener su emoción. Da saltitos de alegría, aplaude e ilumina la estancia con su sonrisa inmaculada.

—¡Un duelo! ¡Sí! ¡Gran idea, campesino! —le dice a Sviatoslav—. Enfrentaros ahora mismo, aquí, ¡ya! Pero no uséis pistolas. Ni os matéis. Mi madre está descansando en su recámara, en el piso superior, y si escucha tiros o ve que esto termina con un cadáver en nuestra casa, me regañará. Un duelo a primera sangre, y el ganador tendrá una audiencia conmigo para cortejarme. Para intentar cortejarme.

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10/01/2023, 12:57
Barón Magnus von Kaskel

Gerdie le pregunta si los soldados son sus hijos.

—¿Hijos? Tuve dieciséis. Todos muertos, todos, siempre nacieron débiles. Culpa de mis esposas, porque ellas también eran débiles, no como la dama Elsa, que se ve rozagante y fuerte. Ah, la única mujer que hubiera estado a la altura de mi hombría y me habría dado hijos sanos era Melisa. Yo estaba prometido a Melisa, pero Jakob de Wint me la arrebató. No lo he olvidado, Jakob. Han pasado... —se le nubla la vista y un hilo de baba le cae por la boca—. Diez años, porque yo tenía veinte años cuando me arrebataste a Melisa. Ninguno de ellos es hijo mío —sigue explicándole a Gerdie—. Por lo menos, no son hijos legítimos, jé, jé, jé. Es una runfla de sobrinos lejanos, bastardos, espadas juramentadas y primos perdidos, todos a la espera de que les nombre mi heredero, ¿no es así?

>>Así que un duelo a primera sangre... ¡acepto! Da igual que luche yo o que luche un campeón en mi nombre —le dice a Sviatoslav—. Jakob nunca fue un buen guerrero. Se rendirá tras los primeros sablazos.

Entonces Reinmar estalla y suelta una catarata de ofensas e insultos. A Magnus von Kaskel se le hinchan las venas de la frente y se le desencajan los ojos.

—¿Reinmar... de... Wint? ¿Bisnieto...? No, no... ¡Excremento, eso es todo lo que sale de tu boca, Jakob! ¡Mentiras! ¡No me engañas! ¡Eres tú! ¡Te robaste a mi Melisa y ahora pagarás! ¡Tú y todo tu linaje! ¡La Casa Wint caerá en la miseria! ¡Tengo amigos en la corte, amigos poderosos, y haré que os expulsen del Imperio! ¡No pararé hasta que os arrastréis por burdeles mendigando platos de sopa! Primero lo primero: quiero verte sangrar, Jakob.

Pero el Barón Magnus no tiene pensado luchar. Quizás es un cobarde, o quizás no está tan senil como parece.

—¿Quién de vosotros me hará los honores? —pregunta a sus soldados—. Quien me traiga la sangre del bastardo se ganará su peso en oro.

Los hombres de Magnus levantan la mano y se ofrecen desesperados: "¡Elegidme, soy el más fuerte!", "¡Yo, Herr Magnus, yo lo haré!", "¡A mí, tío Magnus, dame los honores!". Los ojos del anciano pasean entre los pretendientes, buscando al más adecuado para luchar. Y entonces, el hombre más alto y corpulento de la estancia toma la palabra.

Notas de juego

(2/3, sigue...)

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10/01/2023, 13:46
Sargento Rufus

—Yo seré vuestro campeón, Alteza Magnus.

El sargento Rufus se adelanta con lentitud, blandiendo su enorme hacha entre las manos. Hinca la rodilla frente al anciano.

—Mi nombre es Rufus de Oldenburg, Alteza. He servido a los Hart durante años y jamás recibí más que destratos. Se me ha obligado a tratar con granujas como Jakob de Wint, que tiene tanto honor como un buitre en el desierto, con el mercenario Igorevich, que se pasó toda la Guerra de los Destronados destripando niños y violando mujeres a mansalva, y con la puta favorita del Barón Erwin, la tal Gerdie. Por todos es sabido que humillaciones así anulan la servidumbre, así que juro mi hacha y mi lealtad a vos, Alteza. Permitidme hacer sangrar a Jakob... y con gusto aceptaré mi peso en oro.

El Barón Magnus contempla los brazos fornidos del sargento y asiente con agrado. Rufus se levanta, hacha en mano, luciendo su sonrisa de caballo.

Notas de juego

(3/3)

¡Traición, calumnias, injurias! Muy ingeniosamente habéis convertido una posible batalla campal en un duelo singular. Detuned, estás a tiempo de elegir un campeón para luchar en tu lugar... aunque si no me equivoco, Reinmar no lo aceptaría. No es un duelo a muerte, tan solo a primera herida. Puedes hacer dos tiradas de ataque. Rufus también atacará dos veces. El que tenga el primer éxito será el ganador, pero si hay empate o si ninguno de vosotros acierta, seguimos.

Mientras tanto, por si os sirve la información: la matriarca de la casa está descansando en el piso superior, y tener un duelo en su palacete no le gustará para nada.

Ficha del sargento Rufus: Nivel 4 / Ataque 4 / Daño 1d8 / Defensa 17 / Puntos de vida 16

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10/01/2023, 16:18
Gerdie Ringwald

A Gerdie se le descolgó la mandíbula al escuchar toda la sarta de mentiras que soltó Rufus. Maldito traidor. Cuanto se enterase el barón Erwin seguro que lo desollaba vivo.

- Reinmar no caigas en su burda provocación, deja que Sviatoslav te represente, al fin y al cabo también nos ha insultado al resto y así le da de palos por todos.- La pelirroja no estaba muy convencida de que el cetrero pudiera ganar un combate contra Rufus y pensaba que el mercenario tendría más posibilidades.

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10/01/2023, 16:31
Sviatoslav Igorevich

Sviatoslav sonrió, a el no le gustaban las cortesías, más su misión allí implicaba no poner en riesgo al joven Arnold, y sacar provecho para cortejar a Elsa.

Tampoco quería una batalla campal, no en inferioridad. Cierto es que podrían matar a ...¿3-4? Soldados antes de que cogieran sus armas, pero aún seguirían descompensados.

Aquello no podía haber ido mejor, lo que no contaba era con el arrebato de Rufus. Aunque tampoco le sorprendió en exceso. El camino había dado de si para ello.

No obstante, su código marcial, el que había seguido toda su vida en mayor o menos medida, le impedía empezar la gresca él.

-Bien, parece que el noble con Kasel ha aceptado el reto y sus consecuencias. Si lo pierde Árnold se gana el derecho a comenzar el cortejo.

Hizo una pequeña pausa.

-Reinmar, la decisión es tuya y solo tuya, pero mi hacha está a tu servicio. Pero ya que Magnus no ha elegido luchar él...no me importaría luchar como campeón. Está en tus manos.

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11/01/2023, 14:27
Reinmar de Wint

Lo que le habría gustado al cetrero era partirle la boca al mismo Magnus von Kastel, pero dado que no había perdido tanto la razón y que, como añadido, había nueve hombres que se interponían entre los dos (Y uno más cuando Rufus cambió de bando), tuvo que contentarse con la opción del duelo. Dedicó una mirada antipática al cambiacapas.

—De dichos va el día: Fenre los cría y ellos se juntan. Los malnacidos, se entiende —Aguantó las casi irrefrenables ganas de escupir—. Ya te arrepentirás, ya.

Reinmar no era estúpido, o por lo menos no era tan estúpido. Sabía que, en el cuerpo a cuerpo, Rufus tenía más experiencia y también más habilidad que él. Sabía también que de Sviatoslav podía decirse lo mismo, y que si lo elegía como campeón sus posibilidades tendrían, en pocas palabras, mejor pinta. Pero aquella era una cuestión de orgullo. Uno podía llamar a aquel conflicto que él no había vivido agua pasada, pero su familia había sufrido por culpa de Magnus, y que fuera su propia mano la que le daba una lección... aquello no tenía valor.

—Gerdie, concedo que tienes razón —dijo en voz baja—. Y agradezco de todo corazón tu oferta, mi buen Sviatoslav. Pero este combate debo lucharlo yo mismo, con la espada en mi mano. Ni imagináis la maldad de aquel hombre, y el daño que su orgullo ha hecho a mi familia.

Dicho eso Reinmar llevó la diestra a la empuñadura del estoque, y lo blandió frente a sí mismo. Quizá los que estuvieran más lejos no lo notarían, pero le temblaba el pulso. El corazón había empezado a bombear a un ritmo que se asemejaba a la taquicardia, y los oídos se le taponaron un poco. ¡Y no se estaba jugando ni la vida! Había estado más tranquilo en el camino, y eso que ahí una bala perdida podría haberle reventado la garganta.

—Prepárate —dijo a Rufus, con un tono que transmitía más seguridad de la que sentía—. Doña Elsa, si gustáis, vos misma podéis dar la señal.

Esperó, y fuera Elsa o no quien la daba, cuando llegó se lanzó. Reinmar sabía que sus ventajas —quizá su únicas ventajas— se encontraban en la rapidez, la sorpresa... y las absurdas reglas de un duelo a primera sangre. Aprovechando el alcance del estoque lanzó un aguijonazo casi de inmediato, pero el truco se encontraba en su zurda. Rufus tendría que acercarse, y cuando lo hiciera, agarraría una de las flechas del carcaj y la usaría como una terriblemente frágil daga improvisada, buscando rajar en vertical a la altura de los labios del hombre... aunque, a decir verdad, le valdría con hacer sangre donde fuera.

- Tiradas (4)

Notas de juego

De 1's va la cosa.

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13/01/2023, 13:18
Sargento Rufus

Elsa baja la mano y da la señal para que el duelo comience.

Reinmar lanza una estocada profunda hacia adelante, que el sargento desvía con el mango de su hacha. Tiene cuerpo de ogro pero se mueve con una destreza insólita. Rufus salva la distancia de dos rápidos pasos y levanta el hacha por encima de su cabeza: está a un tris de hacer añicos el cráneo del cetrero. Pero Reinmar ha previsto el movimiento y su treta sale a la perfección [1]. Con la zurda coge una flecha del carcaj y la lleva al rostro del sargento. El filo se desliza por sus labios, tajeándole en vertical. El mostacho de Rufus toma un color carmesí y unas gotitas de sangre caen al suelo.

El duelo ha terminado y Reinmar es el ganador. Pero el sargento no se ha dado cuenta o no quiere frenar.

Medio segundo después el hacha desciende sobre Reinmar y se hunde en su clavícula izquierda [2]. Rufus despega el hacha dándole una patada a Reinmar en el pecho que le rompe dos costillas [3]. El cetrero, aguantando un dolor inimaginable, levanta el estoque para esbozar una defensa, pero ha perdido demasiada fuerza. Rufus desvía la espada de un potente hachazo. El arma se escapa de los dedos de Reinmar y vuela por los aires dando unas volteretas.

La punta del estoque se hunde en el ojo izquierdo de Arnold [4].

- Tiradas (4)

Notas de juego

[1] Reinmar gasta un Doblón para salvar la pifia y obtiene un 1: éxito automático con consecuencia inesperada.

[2] Reinmar saca otra pifia y Rufus un éxito en su ataque. 8 puntos de daño.

[3] Segundo ataque exitoso de Rufus: 4 de daño.

[4] Consecuencia inesperada del Doblón: Arnold tuerto.

(1/4, sigue...)

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13/01/2023, 13:56
Arnold von Hart

El grito de Arnold von Hart resuena en toda la mansión. Un río de sangre mana de donde antes había un ojo.

—¡NO PUEDO VER! ¡NO VEO NADA! ¡NO VEO!

Mientras tanto, Elsa aplaude el espectáculo y declara como ganador a Reinmar.

Notas de juego

(2/4, sigue...)

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13/01/2023, 14:00
Barón Magnus von Kaskel

Un breve gesto del Barón Magnus y sus hombres arrestan al sargento Rufus. Le quitan el hacha y le obligan a levantar las manos.

—Serás idiota. Cerdo idiota. He perdido por tu culpa. No te has ganado tu peso en oro. Contento deberías estar si te perdono la vida —dice Magnus, frustrado por no ser el primero en cortejar a Elsa, pero feliz de ver a Reinmar malherido—. ¡Y tú, Jakob de Wint, aún no has pagado tu deuda final! Hoy ha sido tu sangre. Otro día será tu vida. Deberíais haberle enseñado al niño Arnold a apartarse del camino de una espada voladora, jé, jé, jé —dice a Sviatoslav y Gerdie.

Notas de juego

(3/4, sigue...)

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13/01/2023, 14:08
Wilda Metzger

El escándalo ha alertado a Wilda Metzger, madre de Elsa y matriarca de la familia. Aparece por las escaleras, bajando a toda prisa, seguida por dos sirvientas. Es una mujer de unos 40 años. Se la ve firme y decidida.

—¿Qué es esto? —dice al ver los heridos y la sangre que ensucia las costosas alfombras del suelo—. ¿Habéis derramado sangre? ¿En mi hogar? ¡El descaro! ¿Quiénes sois vosotros? —os pregunta—. Más os vale darme una explicación en este mismo momento.

Podéis ver cómo los engranajes de las mentes de Elsa y Magnus se mueven, diseñando mentiras para justificarse.

Notas de juego

Reinmar está en 4 de vida: muy malherido. Rufus apenas perdió 1 punto de vida. El daño a Arnold es más narrativo que otra cosa. Ha quedado tuerto, aunque también necesita atención. Es un buen momento para ofrecerle una explicación a Wilda Metzger, antes de que Elsa y Magnus elucubren alguna mentira para haceros quedar mal.

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13/01/2023, 14:39
Sviatoslav Igorevich

Sviatoslav ve el duelo con un sonrisa en la cara cuando Reinmar, con su agudo ingenio consigue hacer la primera sangre, pero rápido se le borra cuando Rufus decide no aceptar el resultado y deja casi moribundo al Wint y tuerto a Arnold.

Su cabeza vuela al barón Erwin "esto va a ser difícil de explicar" piensa al mismo tiempo que procura ordenar sus pensamientos para ayudar a Reinmar y Arnold. Apenas da un paso hacia la escena cuando Wilda aparece en escena, complicándolo aún más.

En su cabeza resuena una frase que su antiguo mentor le repetía "la fortuna sonríe a los audaces". Había que jugársela todo a una, no le quedaba otra. Estaba jodido de todas todas, así que pensaba apostar a doble o nada.

Sabía que si mentía rápido lo acabarían pillando, pero modificar la verdad para quedar como elemento neutro, mientras que ayudaba a Elsa y perjudicaba a Magnus y Rufus, podría valer. Empezó a hablar, sin saber qué decir.

En primera instancia se dirigió a Gerdie.

-Gerdie por favor, busca ayuda para el Barón y el Vizconde.- Se aseguró de usar los títulos nobiliarios, pero no nombrar las casas.

Acto seguido trasladó su mirada a Wilda, no sin antes dedicarle una mirada de complicidad a Elsa, guiñándole un ojo que su madre no pudiese ver.

-Mi nombre es Sviatoslav, guardaespaldas del Barón y el Vizconde. Permitidme explicarme.

Hemos llegado hace escasos momentos para pediros formalmente la posibilidad de cortejar a vuestra hija por parte del Barón. Nada más llegar el señor Magnus nos desafió, y nos echó encima a sus soldados y a este mercenario de mal agüero, llamado Rufus, al que muy hábilmente nos había colocado como espía, por lo que parece ser.

Vuestra hija Elsa avisó de que esto no era algo permisible en vuestra casa, y que tampoco querría sacaros de vuestro descanso, que hablaríamos más tarde con vos.

No obstante poco pareció importarle a Magnus que decidió atacar igualmente al Vizconde que, llegados a cierto punto, no tuvo más opción que defenderse -dijo mientras señalaba a Reinmar-. Le dio la opción de parar a Rufus, pues elegantemente le hizo una pequeña herida, puede verla en el labio del susodicho, como marcan las corteses normas de los enfrentamientos, confiando en que la primera sangre resolviera la disputa sin más ocasión, pero Rufus pareció no respetarlas y le clavó su hacha. Es evidente que alguien de tal calaña no sabe a qué lugar pertenece ni a quien debe respeto. No contento con esto, sus siguientes acciones provocaron que el Barón perdiese su ojo con la punta del estoque.

En este momento el señor Magnus pareció cambiar de idea, y mando detener a su propio lacayo. Pero era demasiado tarde.

Lamento no haber podido parar esto a tiempo, como era voluntad del Barón Arnold y de vuestra hija Elsa. -Miró entonces a Elsa, echándole un flotador- Vuestra hija Elsa podrá corroborar todo lo que digo. Elsa, lamento no haber podido hacer cumplir vuestra voluntad y parar antes esta locura. Lo siento de nuevo doña Wilda.

Acto seguido Sviatoslav se fue junto a Reinmar y trató de para las hemorragias, no era la primera vez que lo hacía.

-Gerdie, por Dios, busca a un médico para el Barón. Que no se quite el estoque hasta que lo vean, podría empeorarlo .

Notas de juego

Quiero hacer notar que ningún momento miento sobre los hechos. Simplemente uso una narrativa ciertamente tramposa hehehehe.