Partida Rol por web

Vuestro primer objetivo era aquel que ponía el nombre de "Santuario Desconocido" y a partir de ahí ya veríais lo que pudierais encontrar. Os han dado bastantes provisiones (para unas semanas) y os prestado caballos para hacer vuestro viaje más rápido. El camino es poco transitado y pocos encuentros tenéis durante vuestro viaje. Tras unas cinco horas de viaje aproximado llegáis a lo que es vuestro destino.

Sobre la cima de una colina veis la silueta de columnas y paredes rotas contra el cielo. Debe ser el santuario Desconocido. Mientras estáis contemplándolo, un cambio en el viento trae hasta vosotros el olor de fuego para cocinar -y no es para menos, dado que es el medio día en estos momentos-. Alguien sobre la colina está asando un conejo

Parece que el Santuario no es Desconocido para todo el mundo. Refunfuña Rakka, bajando de su caballo y cogiendo las riendas del mismo. Por si acaso, acerquémonos con prudencia. Propongo dejar los caballos aquí, cerca de la colina.

Buscando con al mirada un tocón, una rama robusta o el tronco de un árbol, se dirige hacia su objetivo comprobando su resistencia. Satisfecho, ata las riendas del caballo, esperando a los demás para hacer lo mismo con el resto.

Aprovechando la cercanía de sus compañeros, eleva una breve plegaria a Tempus posando una mano sobre el hombro de Blaze. Que Tempus extienda su manto protector sobre tus hombros, mago. Finalmente, desata su hacha de combate de las cinchas de la silla de montar, y agarra el arma con armas manos. Vamos?

Gracias Rakka- digo seriamente al clerigo - no es mala idea ademas esperemos que no tengamos que soltear alguna que otra trampa para los no iniciados por el camino asi que si alguien sabe seguir huellas seria el momento- despues de eso preparo mi bolsa de componentes y me acomodo mi varita en la cintura.

Descabalgando del caballo junto a Rakka, Prang ató al lado del otro bruto el suyo y cogió su equipo. Una vez con el escudo y el hacha en las manos, se sintió preparado para inspeccionar la zona.

"Sí, tienes razón Rakka. Y cuando tienes razón, tienes razón. El lugar aparenta estar ocupado. ¿Qué os parece si subimos nosotros cuatro...." dijo, señalando a Rakka, Reyner, Blaze y él mismo "...por un lado, haciendo algo de ruído, mientras Leokas sube sigilosamente por el otro, para ver cuántos son realmente y si tienen alguna sorpresa preparada?"

Obviamente, el Paladín Enano tenía de sigiloso lo mismo que un clérigo de Bane de bondadoso....así que para él, eso de "hacer ruído" iba incluido en el paquete.
 

"Le damos un minuto a Leokas para que tome la delantera y luego vamos subiendo nosotros, hablando y golpeando "accidentalmente" el hacha con el escudo...". Sonrió al decir ésto.

Leokas sonreía alegre a lomos de su caballo, dejándose llevar por el acompasado trotar del equino. A penas había intervenido en la discusión de los términos para la nueva misión encomendada. "Cosas de enanos." Se dijo a si mismo mientras los vozarrones de Prang y Tordek se imponían a las intervenciones del resto. Pero ello no le quitaba ni la más mínima sensación de victoria sobre una secta maligna y nada le impediría disfrutar de ello. Hasta el sol parecía brillar más ahora que se estaba labrando una senda heroica o algo así.

Tras un rato cabalgando por fin llegaron al primer punto señalado en el mapa y, pese a lo que su nombre indica, alguien parecía conocer su paradero. Antes de que Leokas pudiese aportar su opinión al respecto o algún otro comentario irónico sobre la situación, Pran se adelantó a presentarle como voluntario para echar un vistazo. Suspiró y se encogió de hombros. -Supongo que no me queda otra opción.- Dijo con un fingido tono lastimero que luego contrarrestó con una sonrisa burlona. Con un movimiento fluido bajó de su caballo y lo ató junto al del enano. -Si no regreso en diez minutos, vengad mi muerte.- Dijo con sobreactuada seriedad para luego iniciar su camino. -Mejor dadme quince, por si las moscas.- Se corrigió tras dar dos pasos para, ahora sí, dirigirse hacia el santuario aprovechando la cobertura que el terreno podía proporcionarle. 

Comienzas a moverte en silencio, mientras avanzas hasta coronar la colina. Te encuentras que se alza ante tu vista unas ruinas circulares de lo que antaño fue una orgullosa estructura de piedra blanca. Un grueso muro rodea una zona empedrada con losas blancas, y en la que hay dispersas columnas, tanto en pie como caídas. Un estrado bajo ocupa el centro el lugar. Sentados cerca del pequeño fuego encendido en un nicho de la pared hay un gnomo bien vestido y un humano también de buena apariencia. Un conejo asándose en un espetón mientras ambos contemplan las llammas; hay un caballo y un pony cerca.

Leokas regresó poco tiempo después para informar al grupo de lo que había averiguado. Hizo la mayor parte del camino de vuelta con el mismo cuidado que al acercarse a las ruinas y tan solo caminó normalmente en el último trecho, ya a la vista de sus compañeros. -Hay una pareja, un gnomo y un humano.- Comentó con cierto desenfado. -Los dos van bien vestidos y viajan a caballo... bueno, y en un poni.- Le pareció necesaria la aclaración pues, al fin y al cabo, eran bestias bastante diferentes. 

El semielfo devolvió una mirada a la cima de la colina, como si eso le sirviese para ordenar sus pensamientos. -¿Qué hacemos?- Preguntó al fin. -No parecen el típico viajero aunque tampoco me parecieron peligrosos. Bien podrían ser unos mensajeros o alguna clase de comitiva de un noble... Pero está claro que precauciones toman pocas.- Eran opiniones basadas en un breve vistazo pero que tampoco se alejaban demasiado de una realidad plausible. Miró entonces al enano. -Si queréis acercaros puedo mantenerme escondido por si acaso. Si las cosas van bien vuelvo como si simplente me hubiese separado para explorar.- No le había resultado complicado la primera vez así que, una segunda sería realmente sencillo si contaba con la distracción de sus compañeros acercándose a plena vista. 

Prang asintió satisfecho cuando Leokas les hizo un resumen de lo que había visto. Sabía que aquel muchacho tenía madera, y se alegraba de no haberse equivocado con él.

"Mmmm...parecen dos simples viajeros, pero mejor asegurarse, ¿no creéis? Además, si realmente son inocentes viajeros, si les avisamos de lo que se pueden encontrar por aquí, mejor que mejor, pero primero nos tenemos que asegurar que no son miembros de ése culto maligno."

Le sonrió a sus compañeros mientras señalaba hacia la cima..."te damos dos minutos, Leokas, para coger posiciones....luego empezaremos a avanzar directos arriba. Y si oponen resistencia, al menos descansaremos un rato el culo de esos fastidiosos caballos...que no digo que no me guste montar, ojo...pero siempre he pensado que los pies de un enano tienen que estar en contacto constante con el suelo, aunque reconozco que ésas bestias son útiles de vez en cuando....."

Tras tener un esbozo de plan, el grupo avanza, con Leokas a buen recaudo por lo que pueda pasar. 

Avanzáis hasta coronar la colina yante vuestra vista se alza unas ruinas circulares de lo que antaño fue una orgullosa estructura de piedra blanca. Un grueso muro rodea una zona empedrada con losas blancas, y en la que hay dispersas columnas, tanto en pie como caídas. Un estrado bajo ocupa el centro el lugar. Sentados cerca del pequeño fuego encendido en un nicho de la pared hay un gnomo bien vestido y un humano también de buena apariencia. Un conejo asándose en un espetón mientras ambos contemplan las llammas; hay un caballo y un pony cerca.

Ambos hombres os miran primero con cierto escepticismo, pero el gnomo es el primero en reaccionar.

Bienvenidos, viajeros, porque supongo que sois viajeros. Sino venís con malas intenciones podéis venir y acercaros al fuego a descansar. 

Para entablar conversación, Rakka se mantiene en un segundo plano, dejando que Prang tome la iniciativa. El enano, cuando no está cabreado, tiene una oratoria notable y una capacidad social mayor de la habitual entre los miembros de su raza.

Sin embargo, Rakka permanece atento a la conversación, por si puede darle alguna pista respecto a si los dos viajeros aparentemente inofensivos esconden otras intenciones. De la misma forma, echa un vistazo a los caballos, en especial a su estado físico; si sudan a la luz de la hoguera, si se ven demacrados, con heridas de flagelo o en las patas... algo que indique que más que dos calmados viajeros, se trata de dos negreros con prisa.

Prang se puso en cabeza de la "comitiva" confiando en que, sin proponérselo demasiado, haría el suficiente ruído como para llamar la atención de los que estaban arriba de ésa colina. También confiaba en que su pesada armadura y su escudo le darían la protección necesaria en caso de ataque.

Al llegar a la cima, el enano no pudo menos que contemplar con cierto interés las ruinas, prometiendo para su fuero internos examinarlas mejor cuando tuviera ocasión, pero lo primero era lo primero. Allí habían dos figuras, humano y gnomo, tal cual Leokas les había dicho. El Gnomo fue el primero en reaccionar y les saludó, esperando que fuera viajeros.

Prang se acercó sin pensárselo y extendió la mano derecha, mostrando que no llevaba ninguna daga en su antebrazo* "¡Saludos!" dijo con su voz de barítono. "¿Qué otra cosa íbamos a ser por éstos parajes? Claro que somos viajeros, pero al ver el humo y con tantas horas en nuestro cansado trasero, hemos decidido parar a descansar y comer algo. ¿De dónde venís y a dónde vais? ¿Alguna noticia de interés para compartir? Ése conejo huele bien...¿os importa que saquemos algo para compartir y disfrutemos todos de un buen yantar? ¿sí?" ***

Dejó que el Gnomo contestara a sus preguntas, prestando atención, mientras ya sopesaba como contestaría él a las suyas. No dejó, sin embargo, de prestar atención a las respuestas de ambos, sus gestos, miradas, etc....cualquier pista que le dijera que allí había algo raro, una mentira o algo más.**

Desde una posición oculta pero con clara línea de visión con los dos viajeros, Leokas se mantenía oculto con su arco a mano. Aparentemente no había peligro, pero no sería muy inteligente por su parte mostrarse tan confiado sin tener claras las intenciones de aquel par. De modo que, pacientemente y desde una distancia segura, el semielfo esperaba a su momento para intervenir ya fuese para acercarse tranquilamente o para ensartar a uno de esos dos con una flecha. 

 Antes que nada, las presentaciones. -dice el humano-  Este es mi inestimable colega 

Norry Tuercesendas. Un placer- extiende la mano y devuelve el saludo a Prang- Y este es mi estimado amigo

 Cubert Tiraprecio. Antes de lanzar tantas preguntas. deberíais presentaros, ¿no creéis?

La forma de hablar de aquella pareja era un tanto peculiar puesto que cada uno acababa la frase del otro. 

Claro, perdon por mi educacion soy Blaze cienfuegos, mago y estudioso de los reinos- hago una pequeña reverencia a ambos tipos a la vez. -Imagino que este lugar sera seguro, ¿no?- despues de eso mis ojos fuero a mirar detras de ellos, por si tenian algun equipaje o algun bulto.

Dando un paso adelante, Rakka saca pecho y suelta en un volumen ligeramente más alto de lo normal: Yo soy Rakka, cruzado y clérigo de Tempus. Desinchándose del modo pavo real, añade con curiosidad desmedida sin poder evitarlo... Qué sois, circenses?
 

El gnomo mira sorprendido ante la pregunta de Rakka, y comienza a reirse. Tras esto, su compañero humano hace lo propio.

 No, no. No pertenecemos...

...a ningún circo.

Pero, por favor, sentaos...

... comed algo de conejo, si queréis. 

Somos comerciantes...

En realidad a pequeña escala...

Pero hacemos un buen negocio con mercancías pequeñas y portátiles...

Joyería decorativa, licores, sedas...

...Ese tipo de cosas

No detectas nada que te haga sospechar de su historia. No crees que oculten nada raro. 

No detectas nada que te haga sospechar de su historia. No crees que oculten nada raro.