Partida Rol por web

Atandil duda, le parece demasiado pronto para ir a avisar a Aërengoll -dejando además sólo a Erandil-. Aún así confía en el paladín, y ¡maldita la gracia que le hace quedarse a ver como llegan esos seres!. Mas cuando se decide por fin a meterse en el templo se percata de una cosa.

-¿Cómo pretende vuestra merced que corra?, yo no hago aparecer la Luz de la nada como maese  Aërengoll. Me rompería la crisma...

Pues en ese caso Atandil, ya sabes lo que te espera a mi vera, tienes dos opciones desenvaina tu estoque y preparate para la lucha o ves a tientas a buscar a Aerengoll.

Si te quedas toma mi escudo, si lo precisas que yo tengo otro...

Atandil medita un instante más. Es un aventurero, sí, pero de esos que están en la guerra entre bastidores, no en primera línea de batalla. Vendría a ser como uno de esos reporteros de guerra que no salen del hotel de turno ni para fumarse un cigarrillo -todos los conflictos bélicos tienen un hotel para periodistas*-. Aún así, en pocos días se ha sentido muy cercano a vosotros, y muy agusto -pese a la inmisericorde lluvia-. De repente, un golpetazo especialmente violento, y que hace caer uno de los tablones saca al bardo de su estupor. Rociones de agua pulverizada por viento entran entonces por ese boquete, salpicando vuestra cara y pecho.

Mas de pronto, se le ensancha la cara en una sonrisa espléndida. Heroica. Luego se dobla atrás la capa con ademán solemne, y te acepta el escudo. Tú también sonríes cuando ves como lo embraza torpemente, con un gesto de Joder, cómo pesa, ¿de verdad que esto es útil?.

-La verdad es que hace una noche estupenda para morir-te dice por fin, esbozando todavía media sonrisa. Que no deja de tener su mérito dado que todavía le tiemblan un poco las piernas. Aunque tan sólo es una de esas frases para el recuerdo. No tiene pensado morir -si las cosas se pusieran mal, huiría hacia Aërengoll-, y desde luego sabe de sobra que hace un día de perros.

mirando a Atandil con la sonrisa de saber que le ha podido inspirar la valentia suficiente, toma "la pose del guerrero" para que esa inspiracion siga surtiendo efecto todo el tiempo que pueda, Valor amigo mio que saldremos de esta hacia la gloria y la epica, que mas de muchos bardos cantaran en nuestro honor narrando la historias que uno de los suyo y un paladin (quitandome merito a mi y dandoselo a él), llevaron a buen termino en lla noche de hoy y para la eternidad......

... y arremetiendo la espada entre los tablones maltrechos, solo alcanzo a escuchar los alaridos que creo como de dolor de los hombres sapos que se abalanzan contra el parapeto que hemos construido....

Sueltas dos cuchilladas al primero que ves en el umbral, que sisea dolorido mientras el resto gruñe y farfulla en su detestable jerga gutural.

-¡¡Al fin bellacos, os vereis las caras con el mismisimo Ulmo para ser juzgados por vuestros pecados y fechorias!!...

-¡¡Morid bestias impias, morid e id a las profundidaes de donde mal salisteis!!...

Con cada paseo que das a tu espada bajo la lluvia, entregas un presente. Sientes hendir la carne, no todo lo que a ti te gustaría pues el brazo no te llega más y la posición es forzosa, pero lo suficiente para arrancarles un gemido de dolor. De repente ves dos palos que entran intentando golpearte*.

Aërengoll se toma su tiempo. Siente la piedra en las yemas de sus dedos. El oído pegado a la piedra. Después de cubrir la zona descubre unas ranuras, que sigue con sus dedos hasta una pequeña muesca. ¡Alabado Eru! ¡un mecanismo! ¡CRACKKK! Nada más accionarlo la roca gira en torno a un eje, dejando paso. Un paso angosto, pero un paso al fin y al cabo. Ahora se percibe mucho mejor la corriente de aire. Mas al otro lado sólo hay oscuridad.

De repente, el clérigo se percata -concentrado como estaba- de que también había escuchado ruidos provenientes del opistodromo, como de lejana lucha y forcejeo. ¡Erandil y Atandil debían estar luchando ya contra esos herejes!. No había tiempo que perder, tenía que subir a avisarlos.

-!!ARRRRGGGGG¡¡, no podran solo con con eso derrotarnos malditosss, !!Atandil¡¡ que vean su sangre en sus manos....

Aprovechan que esquivas el palo para tirarte el lanzazo, mas su ejecución es torpe y también te da tiempo a apartarte. ¡RAAAAAASSS! suena la rudimentaria moharra cuando rasga tu capuz por la zona de la mejilla. Atandil no puede evitar un grito. Tú mismo puedes comprobar lo cerca que ha estado mirando de reojo cómo cuelga el trozo de tela rasgado. Así mismo, tampoco puedes sofocar un grito, mas en este caso no es de susto, ¡si no de rabia!

Mientras, ya han abierto otro pequeño hueco, por el que se cuelan un par de furtivas y resbaladizas manos intentando apartar un tablero que bloquea ese lado. Pero ahí está presto el bardo para golpear con su ágil estoque, consiguiendo que retiren sus sucias zarpas.

-¡Voto Dix y vive Dux si esas manos no tenían incipientes membranas, maese Erandil!-farfulla Atandil ojiplático.

-Atandil no sabras algun cantico que apacigë sus corazones, o que por el contrario le hiele la sangre cual carambano cascada en pleno invierno?, cualquier ayuda sera bien recivida, acaso no sois los bardo verdaderos diestros -esto es por hacerle la pelota moralmente y atacar a lo que todos somos subceptibles como es el Ego- en el arte de alterar los corazones de vuestros oyentes?, sino por lo menos cantad alguna estrofa que nos llene de jubilo y nos de fuerzas... -esto es independiente de si hace algo magicamente como si no, la musica siempre anima el espiritu en momentos asi-.

-Me va a perdonar vuestra merced, pero este bardo no está ahora para mucha tonadilla; tengo la voz cascada a causa de este maldito tiempo y mi ánimo anda ensombrecido, así que sólo me saldrían tonadas tristes. Pero si con una canción triste le vale, presto cantaré-te dice, efectivamente algo pillado de la garganta, mientras mira por el agujero recién abierto golpeando con su estoque cada vez que algo intenta asomar. También te comenta que tiene sortilegios incluso para el ánimo, pero que no cree que deba gastar puntos de poder en frivolidades. No aún.

zas, zas, zas, a cada ser que ve intenta llegar con todo su animo e impetu, desgarrando los pellejos y la carne de sus enemigos....no te preocupes Atandil, solo era por levantar el animo, mejor reservate para aque que parece dirigirles...

Golpeas a esas gorgojeantes criaturas, que bajo la intensa lluvia se te antojan horrendas y despreciables. Pero cada vez son más. Y tus golpes de dos en dos van a tener que pasar a de cuatro en cuatro si quieres mantenerlos a raya.

... ensartando a duras penas mi espada, lacero y rebano lo que al alcance se pone, pues aun sea al bulto el daño que ocasione bien havenido sea pues.... pero cada vez temo que en cualquier momento los maderos y piedras se desmorones y dejen entrar a esa turba que sin control esta abarrotadose por hacerno trizas las tripas......

-. ¡¡Voto por Dix y viva Dux!!, pero aun mas por ¡¡Ulmo señor de los mares y las profundidades!!(digo esto para animar en la medida de lo posible a Atandil).

A uno de los que te tiraba cuchilladas con una daga de extraños símbolos y curva le das juguetonamente un lindo tajo en el antebrazo, con lo que suelta el arma y se repliega con un aullido gutural, que da escalofríos. Animado, ensartas al siguiente, mas el arma, unos instantes atorada en su blanduzca carne no te permite matar al tercero, que golpeas de refilón -aún así oyes el sonido sordo de carne y tela hendida-. ¡Que se joda!

Los estás enrabietando por momentos, acostumbrados a capturar o asustar forasteros, tus espadazos les sorprenden y les duelen. O al menos aúllan y gruñen como si les doliera bastante. Entonces, también abren otro boquete en el lado de Atandil, que por instinto se cubre con el escudo...

El olor a pescado se había vuelto a cernir sobre vosotros de manera exasperante*, cuando de repente Atandil se gira. Ha oído algo; parece que viene Aërengoll; y efectivamente, pronto, un pequeño punto de luz va tomando forma, recortando la silueta clérigo, que avanza presto. 

-Lo encontré. Venid, daos prisa. Antes de que entren-os dice Aërengoll al llegar hasta vuestra posición. Y pronto se percata de la situación, horrorizándose ante la bestial monstruosidad de sus rostros, y la infrahumanidad de sus movimientos.

Echáis un último vistazo a la puerta, dudando si dejar eso atrás es conveniente. Mas no queda otra. Según empezáis a recoger vuestras cosas para penetrar en el templo, el clérigo -que se había mantenido concentrado- murmura unas palabras ininteligibles y cargadas de ira**. Y un punto de luz verdosa se forma en la palma de su mano, atrapado entre los dedos, crispados en forma de garra. Después extiende los dedos y proyecta mano y brazo hacia delante, lanzando una esfera de Maná por el hueco, y que impacta entre las caras y manos apiladas en busca de alcanzaros. Una ráfaga verdosa ilumina por un instante el umbral del templo mas un nuevo trueno se traga los gemidos de esas... ¡lo que sean!

al ver la luz verdosa (la del fondo del pasillo es luz normal de un sortilegio anterior xD; verdosa es la del sortilegio posterior) al fondo del pasillo, mi corazon se alegra a cada momento, mas cuando me disponia a recoger todo veo en el suelo (vale, la ves; pero que conste que si yo no he dicho nada es que no caer para tu lado, si no así lo hubiera descrito xD) la sinuosa daga de estrañas runa tirada en el suelo. Segun me dispongo a recogerla tambien algo embriaga el ambiente que ya de por si fetido por el olor,; de repente se torna verdoso y en mi interior algo se apaga, siento un repentino cansancio, que me hace moverme mas torpemente (no sientes repentino cansancio y nada por el estilo ¿WTF?)... en tanto puedo sobre ponerme tomo las pocas cosas que tengo y la susodicha daga, para un examen ulterior..