Partida Rol por web

Corsarios de Belfalas

La ira de Ossë - 2 - Nimaearguth

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14/02/2011, 12:27
Director

Volvéis al Pez Martillo. Os atiende el posadero, un hombre encorvado de cabeza estrecha y ojos desorbitados que no parpadeaban, y una moza chata con unas manos increíblemente gruesas y torpes -quizás su hija-.

-Todavía conservamos sus aposentos-os dice inexpresivo.

-Habrá que ser discretos-murmura Atandil a tu oído.

También hay otro individuo en la estancia. Es un hombre delgado, cargado de espaldas, de algo menos de seis pies. Debe tener unos treinta y cinco años, pero las extrañas arrugas que surcaban el cuello a ambos lados le hacían parecer más viejo, si no se observaba su rostro melancólico e inexpresivo. Tenía la cabeza estrecha, ojos saltones de color azul claro que no parecían parpadear, nariz chata, frente huidiza y barbilla hundida, y unas orejas particularmente atrofiadas. Sus labios eran grandes y gruesos, y sus grisáceas mejillas cubiertas de poros parecían casi imberbes, si no fuera por unos pocos pelos amarillos, lacios o rizados, irregularmente repartidos; y en algunos lugares la superficie parecía desigual de un modo extraño, como si padeciese una enfermedad cutánea. Sus manos, grandes y surcadas de venas tenían un color azul-grisáceo muy poco corriente. Los dedos eran sorprendentemente cortos y parecían tener tendencia curvarse hacia dentro de la enorme palma. También os fijáis en su andar bamboleante, más disimulado o menos acusado que en otros aldeanos El pringue que llevaba encima aquel individuo aumentó vuestra aversión hacia él. Sin duda debía frecuentar los muelles pues llevaba consigo el desagradable olor a pescado.

Notas de juego

*Comida hay la que hay. Así que si la queréis os la servirá. También cuesta lo que la otra vez. Las habitaciones se pagan por día.

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14/02/2011, 22:19
Aërengoll

- Esta bien - dijo Aërengoll con calma - denos esa pensión. - Y colocó unas monedas sobre la mesa para hacer pago de lo que les costaba.

Pidió la comida, trando de evitar el pescado en el caso de que lo sirvieran. El agua tampoco le daba demasiada tranquilidad, pero algo tendría que comer. Asi que evitando el pescado y todo lo que supiera que provenía del mar, el clérigo comió tranquilo. Sin quitarle los ojos de encima al extraño personaje que les miraba desde un rincón.

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15/02/2011, 13:44
Director

Tras ese frugal refrigerio -esta vez notáis que os miran de forma hostil- volvéis a buscar al viejo Zadok. Esta vez decidís probar también por las afueras del pueblo -el acantilado por el que vinisteis-, mientras todavía haya luz.

Notas de juego

Había pensado en que podríais separaros para buscar en varios sitios a la vez, pero como Atandil es PNJ y el paladín no está, pues es tontería xD. Tiradme una Percepción en Buscar.

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15/02/2011, 16:04
Aërengoll

Aërengoll buscó con sus compañeros por la ciudad y por la zona de los acantilados, tras haber comido algo en la posada.

No le gustaba nada la hostilidad hacia ellos. Estaban empezando a llamar la atención, además, estaban mirando en los lugares en que ellos no querían que mirasen. Tarde o temprano, eso se volvería en contra del grupo y ellos habían de estar preparados.

- Tiradas (2)

Tirada: 4d25(+60)
Motivo: Percepción Buscar
Resultado: 42(+60)=102

Tirada: 1d100
Motivo: Porcentaje
Dificultad: 50-
Resultado: 69 (Fracaso)

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15/02/2011, 17:59
Director

Primero tomáis el camino por el que llegasteis y subís de nuevo a la cumbre. Así, podéis contemplar desde arriba el tenebroso aspecto de N´gurth. En el lejano horizonte brumoso se puede vislumbrar el descomunal perfil del promontorio, coronado por la extraña y antigua casa de ese tal capitán Obed.

No es un pueblo muy extenso, aunque no es tan pequeño como creísteis en un primer vistazo. Apenas sí sale una voluta de humo de dos o tres casas, corroborando la escasez de signos de vida. Un par de torres -antiguos templos de Ulmo- se perfilan austeros, y muchos de los tejados se hayan hundidos.

El deterioro era aún más acusado cerca de los muelles. El pequeño muelle está rodeado por un antiguo rompeolas de piedra -de la época númenóreana-, sobre el cual distinguís las diminutas figuras de unos cuantos pescadores sentados, y en cuyo extremo se hayan las ruinas de lo que otrora fue un faro de la época númenóreana. En el interior de esa barrera se había formado una lengua de arena, y encima de ella veis unas cuantas chozas decrépitas, botes amarrados y nasas diseminadas.

A lo lejos también vislumbráis la oscura línea de lo que debía ser el Arrecife de Ossë. Pero ni rastro del viejo. ¿acaso ese muchacho se había reído de vosotros para poder escabullirse sin daño ni perjuicio?

Notas de juego

Puedes volver a repetir la tirada de Percepción ya que obtuvistes un casi éxito y así lo determina Rolemaster (y no olvides el D100 de % de éxito, copón xD).

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15/02/2011, 18:21
Aërengoll

Le dolían los pies. Era un viaje agotador. Habían subido a la colina.

El faro, las chabolas, aquellos pescadores... Todo parecía tan normal que extrañaba que se tratase de un pueblo tan misterioso. El clérigo había creído al chico, asi que ahora no dudaba de su palabra y sabía que, en algun lugar, estaba el anciano que buscaban, sólo había que encontrarle.

- Por muy escondido que estés, te encontraremos, y nos ayudarás. Porque lo único que queremos es acabar con ésta secta. - dijo al aire.

- Tiradas (1)

Tirada: 4d25(+60)
Motivo: Percepción Buscar
Resultado: 58(+60)=118

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15/02/2011, 23:21
Director

Ya habíais recorrido el pueblo de arriba a abajo un par de veces, y más aún iba a resultar demasiado sospechoso. Entonces Atandil sugirió que registraseis las casas y el templo abandonado. Incluso también las chozas del muelle. A Aërengoll le pareció bien empezar por las ruinas de uno de los dos antiguos templos de Ulmo. Ya que al menos uno de ellos estaba en ruinas y nadie se daría cuenta si lo registrabais. Eso sí, tendríais que hacerlo con diligencia y sigilo. El paladín se ofreció a vigilar mientras lo hacíais.

Una vez localizado y dentro, comprobáis que una de las formas que se recortaban al contraluz era diferente de las demás. Pronto, los identificasteis como alguien ahí tirado, durmiendo quizás. Atandil se acercó para despertarlo amablemente -no era cuestión de encabronarlo; fuera quien fuese-. Tardó unos minutos en poder incorporarse, era un anciano de cara colorada, tupida barba, ojos llorosos y cubierto por unos harapos indescriptibles. Su aliento olía a vino y a algo peor. Se os queda mirando atolondrado aun, pero con cara de pocos amigos.

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16/02/2011, 01:00
Aërengoll

- Alabado sea Ulmo, aquel que todo lo sabe. Sagradas sean las formas en que es capaz de transmitirnos la sabiduría suficiente como para salir adelante en situaciones desesperadas. Y sepamos nosotros estar a la altura de su magnifico intelecto. - Las palabras casi impronunciadas del clérigo escaparon de sus labios.

Mantenía los ojos cerrados mientras cruzaba los brazos por delante del pecho. Susurraba esa oración de agradecimiento por la guía que Ulmo les había dado para encontrar al anciano. Ahora todo sería más fácil, o eso pensaba él.

- No se altere vuesa merced. Querríamos hablar con usted si es posible. Hay diversos temas que estariamos gustosos de tratar, temas macabros y algo siniestros. Pero vuaced no se preocupe, le ayudaremos en la medida de lo posible, a usted y a todos los de éste pueblo. - dijo mirando hacia donde estaban los muelles. - Nos dijo Brado que el anciano Zadok podría ayudarnos a facer tal tarea.

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16/02/2011, 02:00
Zadok

-¿Tarea? Zadok no realiza tareas ya-balbuce, y vuelve a revolverse en su misereble e improvisado jergón, dandoos la espalda. Atandil mueve las pupilas sin girarse y te mira cómplice, con los ojos muy abiertos. Como diciendo, difícil no sé si será, pero desde luego, fácil no va a ser.

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16/02/2011, 23:58
Aërengoll

- Por favor, señor, vuesa merced sólo tendría que hablar un poco con nosotros mientras disfrutamos juntos de un buen vino en nuestra posada. Le invitaremos a cenar y a un par de jarras de bebida, si gusta. Asi podremos conversar con tranquilidad. ¿Qué le parece esta idea, mi señor?

Aërengoll parecía o trataba de parecer lo más amable que pudiese. Quizás si le encandilaba con la bebida, pudiese sacar algo de todo esto.

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17/02/2011, 00:23
Zadok

Cuando mencionás el licor, se revuelve un poco, y se incorpora de mala gana.

-¿Y de qué quieren hablar vuestras mercedes con un pobre viejo?

Atandil sonríe, y se acerca a tu oído: -Deberíamos ser más discretos...

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17/02/2011, 00:44
Aërengoll

- Es mejor que hablemos allí. Demasiadas orejas escuchan tras los rincones. No es nada, solo hablar de viejos conocidos y de historias pasadas. Una simple charla entre dos personas de edad. - dijo Aërengoll contento de que le hiciera caso. - ¿Vendrá vuesa merced con nosotros, pues?

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17/02/2011, 01:04
Zadok

-¿viejos conocidos?¿historias pasadas? hip. No sé a qué se refiere vuestra merced, pero por un azumbre de vino hablaremos de lo que quiera. Aunque No en esa maldita posada -el anciano parece alterarse de repente- Si me vieran hablando con forasteros nos matarían a los tres. Mira nervioso hacia todos los lados -tendríamos que ir a un lugar... ¿quién anda ahí fuera?...

Entonces el paladín hace acto de presencia.

-Tranquilo, anciano. Estoy con ellos.

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17/02/2011, 05:28
Erandil Thyrar

-¿Nos matarían a los tres? Tendrían que matarnos a los cuatro. Y Voto a Ulmo que no veo capaz a un escuálido posadero, por muchos compadres que frecuenten la posada, de matarnos a los cuatro-apunta Erandil, que ha estado todo lo atento que ha podido a la conversación.

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17/02/2011, 05:31
Zadok

-Hiar-hiar-hiaaaarrcoof! -ríe el vagabundo hasta atragantarse en su propia decrepitud-. No sé cuántas ni qué tipo de preguntas tenéis, pero lo que sí veo es que no tenéis ninguna respuesta -hace un pausa para tomar aliento- si pensáis que vuestro enemigo es el posadero o alguno de los parroquianos de esa falaz posada.

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17/02/2011, 13:27
Aërengoll

- Podriamos ir a la playa, al escondrijo que encontramos el otro día y resguardarnos allí bajo un techo, con una lumbre y con un odre de vino por cabeza. No seriamos molestados. - dijo el clérgio que empezó a andar un poco. Ofreció su hombro al anciano para que allí se apoyase si lo creía necesario. No sabía el estado de la salud del hombre, asi pues, nunca estaba de más ofrecer su ayuda.

El bardo y el paladín harían su trabajo perfectamente. Esperaba que éste primero tuviese algo de curiosidad y le ayudara a hacer las preguntas correctas, el paladín en cambio siempre era más útil con la espada que con la cabeza, pero alguna vez le sorprendía con interrogatorios más que acertados.

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17/02/2011, 19:33
Director

el viejo Zadok

La idea de poder hablar con aquel testigo de edad avanzada cargado de recuerdos que se remontaban a los tiempos más remotos os daba cierta esperanza. Después de todo el viejo Zadok debía haber visto todo lo que pasó en N´gurth durante los últimos ochenta años. Imaginabais poder entresacar los elementos indispensables para desentrañar la verdad que podía ocultar el  confuso y extravagante desahogo de un borracho.

Así, y sin más dilación, os orientáis hacia vuestro improvisado escondrijo. Las únicas personas que os ven son los pescadores del lejano rompeolas. Finalmente llegáis al lugar y os acomodáis lo mejor que podéis. Sólo entonces ofrecéis el vino a Zadok. Mas pronto comprobáis que el viejo no soltaba la lengua tan pronto como habíais esperado...

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19/02/2011, 18:00
Aërengoll

Aërengoll cedió el lugar más cercano a la lumbre al anciano y se sentó a pocos pasos de él, de manera que pudiese mirarle a los ojos.

- Diganos vuesa merced, y si no es indiscrección, ¿Qué edad tiene? ¿Lleva aquí en N´gruth toda su existencia?

Quería que bebiese, que se despreocupara un poco y asi pudiera relajarse y soltar la lengua con más facilidad. No presionaría, mantendrían un coloquio hasta que fuese el momento de hacer las preguntas.

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19/02/2011, 18:14
Director

Te contesta que sí, que llevaba toda su vida aquí. Antes fue pescador, igual que su padre y antes su abuelo. Tenéis cuidado de no pasaros de la raya en las dádivas, pues no deseabais que la locucidad del borracho pasara a sopor etílico. Al cabo de una hora, su subrepticia taciturnidad empezó a dar muestras de desaparecer. Parloteáis de temas corrientes, poniendo de manifiesto un gran conocimiento del mar y una gran tendencia a filosofar a la manera sentenciosa de los aldeanos.

Cuando llevabais casi dos horas de conversación -perdida ya la paciencia y temerosos de que el azumbre de vino que en total conseguísteis reunir entre los tres no bastase para largar la lengua al viejo-, la oportunidad que vuestras preguntas habían sido incapaces de lograr, sí lo hizo la casualidad, pues las divagaciones del jadeante anciano tomaron un cariz que hizo al clérigo inclinarse hacia delante y escuchar atentamente. Erandil y Aërengoll estaban de espaldas al mar, pero él estaba de cara y algo le hizo posar la mirada en el lejano Arrecife de Ossë, que en aquellos momentos aparecía con total claridad y casi fascinante por encima de las olas.

La visión pareció desagradarle, pues empezó a soltar una serie de maldiciones en voz baja que terminaron en un susurro confidencial y una deliverada mirada de soslayo. Se inclinó hacia Aërengoll, agarrándole de la manga de la túnica y empezó a mascullar algunas insinuaciones inconexas...

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20/02/2011, 20:29
Zadok

-Ayí es onde empesó tó... en haquel mardito lugar de maldá donde comienzan las aguas profundas. No ai hescandallo que puea bajá completamente asta er fondo. Er capitán Obed lo iso... él fue quien descobrió más de lo que le correspondía, en las islas de los mares del sur.

»Ha tó er mundo le iva mal en haquellos días. Nuestros mejores ombres morieron a manos de los corzarios de Umbar o se hundían en las galeras del Príncipe. Y no había pesca. Obed tenía un cîr -carraca- y un rochros -carabela-, y en haquellos días de colonización fue de los boluntarios que viejaron al sur de Tierra Media vordeando la costa.

»Nunca uvo naide como er capitán Obed... ¡maldito vástago de Melkor! ¡hiar, hiar! Entavía me parese berlo hechando pestes y llamando menguado a tó er mundo por rendir culto a los valar y llevar sus hafliciones con mansedumbre y modestia. Desía que tenían qu´escojer mejores dioses, como algunos de las regiones inexploradas del sur... dioses que proporcionarían  pescao a cambio de sus sacrifisios, y que verdaderamente hatenderían las plegarias de la gente.