Partida Rol por web

-¡Vaya, eso sí que es tener mala suerte! Pero como comprenderás, no vamos a liberarte así como así. Demuestra que eres leal

- Señor, puedo ser leal, pero no adivino. Algunos dirían incluso que soy algo "Corto". ¿Cómo proponeis que os lo demuestre?

La contestación no fue del agrado de Dashade. Astaroth y Amazo rieron.

-Muy bien, engendro peludo. ¿Quieres jugar? Juguemos. Xvarts, despellejadlo lentamente.

Los xvarts dejaron de bailar en círculos y comenzaron a sacar cuchillos y puñales.

-Vámonos Amazo. Hay un universo que chantajear.

Una carroza apareció de un portal, tirada por dos caballos de ocho patas. El elfo y el mercano se subieron e hichieron un gesto al pegatauro para que les siguiese. Éste negó con la cabeza.

-Primero quiero ver cómo el Acechador acaba con el viejo. Y como los duendes azules le quitan la valentía al gnomo desgraciado.

Los xvarts se acercan a Jondar riendo y saltando con sus cuchillos y puñales alzados. Todos intentáis reaccionar pero es inútil. El ritual que ha creado Dashade (puesto que no puede usar magia con sus propias manos) os mantiene inmóviles de cuello para abajo.

De pronto, algo surge de entre las humeantes columnas de tabaco quemado.

- A ver si vienene ya esos refuerzos. Masculla entre dientes a modo de protesta.

Tras eso alzó una protesta. - A ver, a ver. Si quieres divertirte un poco con el barbudo, tendrás que liberarlo, para que por lo menos la fiesta dure unos instantes...y no estaría de más que hicieras lo mismo con nosotros, y así todos pudieramos verlo

Vaya situación se encontró al llegar a la plantación, todos estaban juntos pero no se movían, los xvarts parecían drogados y apunto de ensartarlos como si fueran un asado, tenía que hacer algo para distraerlos lo suficiente y que pudieran liberarse, con un giro enfilo a la libélula hacia el centro y la hizo acelerar.

- Aqu llega vuestro fin alimañas! Os traigo el apocalipsis! - con ello apuntó su ballesta hacia el que parecía el hechicero, solo esperaba que valiera para algo.

La ballesta de Freith dispara un virote contra el pegatauro pero éste, con un golpe de ala, se lo aparta. Pese a ello, el enloquecido gnomo lanza la libélula gigante contra él, en una desesperada carga suicida.

En animal choca contra Dashade desestabilizándolo y tirándolo al suelo justo donde estaban levitando las escamas de dragón. Un gran estruendo resuena por toda la plantación y una gran onda de choque os empuja hacia distintos lugares de la zona. Ya no estáis presos de la magia del ritual pero os enfrentáis a una fuerte caída.

Spencer sale volando pero aún mantiene su habilidad mediana para las acrobacias. Aterriza sin problemas.

No se lo podía creer. 

- Mi dios me vacila. ¿Estos son los refuerzos? Que conste que valiente es. Ahora, a ver si también podemos con la fiesta.

Y arrancó la espadamotosierra

La llegada de Freith a lomos de su estimada Zoe hizo sonreír al mediano que no esperó para nada lo que sucedería a continuación. La libélula cargó contra Dashade impactando contra las escamas de dragón y levantando una fuerte onda expansiva que levantó a Boff por los aires y le hizo impactar contra una rocas dejándolo malherido.

- Joder, que golpe. Creo que me he roto algunos huesos... Lamentó el mediano lamiéndose las heridas. En cuanto pudo se incorporó a y prestó atención a su alrededor. Eran muchos enemigos los que estaban allí y debían hacerles frente de alguna forma. Raunix, Hardem, creo que deberíamos centrarnos en Dashade... Es uno de los artífices de todo esto... Considero que los Xvarts quedarán fuera de control si lo derrotamos, es sólo una acorazonada.

Por primera vez en mucho tiempo, Boff sintió un nexo sin igual con una criatura. Zoe era su preciada montura y aunque no entendía como había logrado Freith llamarla, no tardó en gritar que se acercara hasta él.

- Freith, permíteme subirme a lomos de mi montura. ¡Zoe y yo acabaremos con Dashade, aunque sea lo último que haga!

Freith dio una pirueta en el aire mientras la libélula cargaba hacia el tipo, no entendía mucho del caos en el que estaban pero como estaba cerca de Raunix se acercó al guerrero, mejor con algo de compañía armada que solo.

- Cuento contigo guerrero, vamos a dar caña por este lado!- mientras mete otro virote en la ballesta.

Jondar se había hecho ya a la idea de morir prácticamente después de quemar su último cartucho cuando todo se volvió aún más loco.

Llevaba sin entrar en una batalla desde que se asentó en el zoo y comenzó una vida más tranquila y su mente viajaba entre todas las posibilidades. ¿Curar a los que veía más heridos? ¿Dificultar el movimiento de los extraños seres con ayuda de la naturaleza? El mediano más joven estaba pidiendo su montura... ¡Montura! Debería llamar a su lobo...

Mientras su cabeza trataba de ponerse al día, su cuerpo recordaba los tiempos de aventuras y con un ágil movimiento conseguía caer sin problemas rodando sobre sí mismo y terminando en pie mientras sacaba su honda y cargaba una bola de plomo.

Por increíble que parezca cuando pensaba que no tenían escapatoria, Freith en una mezcla de insensatez y heroicidad, había conseguido liberarlos. Todavía noqueado por las rebelaciones pero sobre todo por haber sido víctima de una conspiración labrada a fuego lento, Raunix desenvaino la espada y enfocó su mirada en el centauro.

-Hoy comienza el final de la Trinidad Oscura! - le gritó. -Hardem, Freith conmigo tenemos que acabar con el centauro.

El Umbra temblaba de la ira acumulada, sus ansias y su naturaleza vengativa estaba deseando entrar en combate. Tenía claro que si no moría hoy, Amazo y Astaroth serían los siguientes objetivos en su vida.

- Mi señor, le alegra su predicción, pero sería interesante que la arena que se escurrió por mi piel regresase a mi de alguna manera útil para esta batalla.

La fe es la mejor y más inquebrantable de las armaduras. Se fiel a mí y se te recompensará debidamente.