Partida Rol por web

-Vaya, vaya. Ya casi estamos todos. Xvarts, coged las escamas.

Los seres azulados arrebatan del zurrón de Boff las escamas y las depositan en medio del círculo. Luego el pegatauro se acerca y saca de una bolsita un poco de tierra oscura.

-Tierra primigenia, una escama de dragón de distinto alineamiento... Sí... cristalina, metálica y colorida. Perfecto. Buen trabajo chicos.

-¿Pero qué demonios está pasando aquí? ¡Dashade, maldito centauro con alas, liberame, te lo ordeno!

El pegatauro rió y se encaró con el mediano.

-Has sido útil Spencer. Has sido útil mientras me buscaban los archimagos de Tethyr y Cormyr. Ahora ya no hay necesidad de mantener la farsa. En cuanto llegue el tercer miembro de nuestra Trinidad Oscura comenzaremos con el ritual. ¡Ah! El Acechador lo invoqué yo, por cierto. 

Spencer se quedó helado. El pegatauro había aparecido hacía unos meses buscando trabajo. Decía venir de muy lejos, del Este. Con su fuerza sobrehumana y la capacidad de volar fue mu fácil convencer al viejo terrateniente para que lo contratasen. Pero la verdad es que Dashade era en realidad un peligroso cronomante, un mago del tiempo, un forajido buscado por los Archimagos de Cormyr desde hacía meses.

Cierra los puños con tanta fuerza que se ponen blancos.

- ¿Me creeis ahora desgraciados? Menosprecia a sus compañeros, que ya habían demostrado que no eran sus amigos, con vejaciones, con desplantes, y con diferentes humillaciones.

Era una sacerdotisa después de todo. Si, una sacerdotisa con cáscara, que para más regodeos, había perdido su caparazón. Se puso a rezar.

- Helm. He seguido tus parámetros y leyes todo lo bien que he podido. No me he amilanado ante enemigos, incluso más poderosos que yo, y siempre he procurado manejarme con inteligencia. La sabiduría que vos me otorgó, me hizo entender que esto estaba plagado de evidencias del mal.

- Dame fuerza. Dame los recursos para librar una batalla más y terminar con esta pantomima malvada y destruir tus enemigos.

En una sociedad como la suya que vive instalada en la conspiración, descubrir que lo habían engañado desde el principio lo hacía sentirse muy estúpido. Demasiado. La vida en la superficie, estaba haciéndole perder su instinto y desconfianza natural.

Amazo y Dashade formaban parte de una Trinidad Oscura de la cual faltaba un miembro...ya no sabía quien más podía ser parte...

Las palabras de Inovaz fueron la gota que colmó el vaso. -Evidentemente tenías razón, pero quizás la forma de transmitirla no propició que te creyeramos. La única manera de salir vivos de esta es volver a luchar por nuestras vidas.

La mente de Jondar danzaba entre pensamientos continuamente. ¿escamas de dragón? Le habían engañado, claramente.

Y... ¿quienes eran todos estos seres? ¿Qué demonios estaba ocurriendo?

Para mejorarlo todo, parecía que estas personas que las que se había visto envuelto tenían discusiones internas.

Parecía que la dueña de los dragones iba a ser el menor de sus problemas...

Sin poder hacer nada, os ponéis a andar en círculos en el sentido de las agujas del reloj. A su vez, los xvarts cantaban y rezaban mientras caminaban en el sentido contrario de las agujas del reloj. Mientras tanto, Dashade pronunciaba en alto unas extrañas palabras. Las tres escamas de dragón comenzaron a levitar y comenzaron a girar alrededor de un pequeño torbellino de polvo, del polvo que había traído.

Visto desde arriba todo parecía un gran engranaje, como un reloj. Los cánticos se aceleraban y la velocidad de los pasos pasaba a ser mayor. De pronto, un elfo anciano apareció.

-Gracias Dashade. Al fin podré deshacerme del hechizo que me lanzaste antes de perder tu magia. Al fin recuperaré mi verdadero aspecto.

El elfo se acercó al torbellino de polvo y las escamas flotantes y puso su mano encima. Los círculos concéntricos de xvarts y de los aventureros iban a toda velocidad. De pronto, un portal comenzó a surgir de las escamas, un portal que poco a poco se hacía más grande. 

Aquello no era un portal para devolver al Acechados de vuelta a su época, aquello era un hechizo para rejuvenecer al misterioso elfo. Su piel se volvió más estirada, su espalda, más recta. Su pelo volvió a ser plateado.

Sus carcajadas retronaban por todo el lugar.

-Salve, Astaroth, Pastor de Calabazas -exclamó Dashade.

-Bienvenido, Astaroth. Un placer verle de nuevo -añadió el mercano.

-Tras un año escondido, tras un año entero sirviendo como esclavo para el Ojo Que Todo Lo Ve, he vuelto. Y la venganza será terrible. 

Sus ojos se posaron en el joven humano.

-Hola, Hardem.

La ayuda está en camino, paladina.

Solo necesitáis tiempo. Consigue tiempo, como sea.

- ¡SI MI SEÑOR!

- ¿Un año? Preguntó sorprendida mientras abría los ojos. Se puso cómoda y usó su lanza como bastón del camino para apoyarse, con las piernas cruzadas, de manera sensual y despreocupada. - Pues hubiera pensando que había pasado menos tiempo. Miró a los amigos y con voz inocente añadió: - Eso es que he estado muy entretenida. A manera de confidencia.

- La verdad le he echado de menos Astaroth, Pastor de Calabazas. Sonaba a reverencia. - Pero aún recuerdo el frío. Mientras decía eso golpeteó con la yema de los dedos el atillo que portaba a la espalda, enrollado, a la altura de la cadera. Era su mantita. - Si no hubiera sido por el cacharrito este de aquí... Sonaba cariñosa, incluso agradecida. ...no nos hubieramos conocido nunca. Abrió un brazo, el que no usaba para apoyarse en la lanza: - Pero como ve Señor, ahora no tengo tanto frío. Al abrir el brazo mostraba su cuerpo, sin armadura, el cual mostraba la cintura y todo el abdomen. Sólo vestía unos pantalones y fuertes botas, y un lienzo que le daba varias vueltas al pecho, a modo de sujetador. La verdad, si no fuera por ese "top" ahora iría ... en topless. Las  plantaciones eran un lugar tibio. Cómodo de temperatura a decir verdad. Todo un contraste con Laderafria. Cada vez tenía más claro porque se llamaba así aquel lugar, y solo recordarlo tiritaba. Incluso con esta buena temperatura, su mantita no quedaba lejos. Y si un día hacía un picnic, esta podría ser un buen mantel donde merendar, y luego donde tumbarse a la siesta.

- ¿Y vos por aquí? ¿No creo que hubiera estado un año escondido, esperando, sólo para darle una patada en el culo a algún mago?

La aparición de Dashade le pillo con la guardia baja. ¿Qué hacía allí? Quizás se había reunido finalmente con el resto del grupo ya que los estaba mencionando. Pero no, no era así, un poderoso campo de fuerza les retuvo y fue entonces cuando se dio cuenta de que el otro centauro moria de miedo. ¿Qué estaría pasando? ¿Porqué esa sonrisa malvada en la cara del pegatauro y de donde sacaba tanto poder como para retenerlos de aquella manera?

Poco podían hacer más que esperar a ver lo que sucedía y lo que prosiguió no fue del gusto del grupo. Abatía sin suspirar al viejo centauro y comenzó a relatar cómo él había sido el invocador. La mención del acechador le sorprendió pero aún más le sorprendió la aparición de Amazo con el resto del grupo. ¿Qué tenía que ver él en todo esto?

- Amazo qué está pasando. Confiaba en ti. ¿Salvaste mi vida para esto? pero aquello no sería lo último que le dejaría atónito.

Los materiales, habían jugado con ellos para conseguir aquellos materiales. ¿Pero para que los requerían? Todo eran preguntas en la cabeza de Hardem que estaba allí totalmente indefenso junto al resto de sus compañeros. A aquellas alturas la revelación de que el acechador lo había invocado él no fue ninguna sorpresa. Lo que si que le sorprendió una vez más fue la actitud de Innovaz. Definitivamente había perdido la cabeza, a qué demonios se refería si solo quería batallar lejos de sus verdaderas obligaciones que a él no le concernían.

Paso por el alto el comentario. El conjuro comenzó obligandoles a moverse en circulos mientras los xvarts cantaban. Aquello no podía salir bien. Qué estarían planeando.

- ¿Anciano? El anciano que habían liberado estaba allí, miró a Amazo de reojo estaba seguro que él mismo tras un año de estudiarle había orquestado el ataque de los piratas y la liberación del anciano. Pero que pintaba en todo esto. Otra incognita.

El conjuro se formo para el anciano ya que esté se metio en medio y comenzó a cambiar. A rejuvenecer y cuando vio su forma final apenas si pudo parpadear. Astaroth, aquel que le dejó moribundo en el plano de las sombras. Todo esto para el retorno de Astaroth. Las carcajadas describieron la ironia del juego en que habían sido utilizado como peones pero cuando le saludo a Hardem se le escapó una pequeña carcajada. - ¿Tanto esfuerzo para esto? ¿tanto te dolió que unos chavales acabaran con tus planes? Acaba con nosotros si quieres otros niños llegaran a detenerte. el desafío era claro. Entendía el juego perfectamente aunque sabía que había una componente más que no le dejaba ver la resolución de todo aquello.

De pronto Innovaz se puso a ligar con Astaroth para asombro de Hardem, ¿no se daba cuenta que este odiaba a los humanos, elfos y enanos? ¿Apenas había prestado atención en Laderafría?

Todo lo ocurrido y el giro de acontecimientos pilló totalmente desprevenido a Boff, quién en ningún momento habló ni supo que decir o como actuar. ¿Que había ocurrido? ¿Habían sido transportados a Vastallanura por Amazon, quién resultaba ser un vil traidor? ¿Dashade había traicionado a su tío y ahora resultaba que formaba parte de una sociedad secreta llamada, la Trinidad Oscura? ¿Todo lo vivido, lo mucho que habían tenido que sufrir y pelear por conseguir las escamas y la tierra, no era más que los 8ngredientes para hacer retornar a Astaroth, Pastor de calabazas? 

Boff estaba verdaderamente conmocionado. Se sentía engañado, comomsinsolo hubiese sido un mero peón desechable para un plan mucho mayor del que eran un mero invitado. ¿Qué podía hacer? Sus compañeros fueron hablando, cada cuál a su manera... Inovaz actuaba nuevamente de forma impulsiva y fuera de control. Freith parecía haber podido evitar ser teletransportado, pero eso podía haber sido una decisión errónea. ¿Le haría frente el solo al Acechador? Su tío, una vez más, actuaba como un pelele...¿Tratando de dar órdenes cuando había sido el tipo más manipulado del universo? Lamentable. En cuanto a Hardem y Raunix, no sabía cómo se habrían tomado la traición de Amazon, por quién habían trabajado tanto tiempo viajando entre los distintos planos. 

¿Qué opciones tenemos? Acabamos de ser atados por los Xvarts...ahora ya sabemos el motivo de su forma de actuar tan desmedida. La parte positiva es que de escapar, y lograr reducir a la Trinidad Oscura, todos los problemas acabarán... El problema es ¿Qué opciones tenemos? ¿Lograré liberarme usando la daga que tengo en el bolsillo? Debería por lo menos intentarlo...lo primero sería intentar alcanzarla disimuladamente y cortar las cuerdas...

Astaroth miró asqueado a la paladina.

-¿Dónde están tus votos, paladina? He visto furcias más recatadas durante estos meses escondido en el Plano de las Sombras. Pero no te preocupes, ahora que he recuperado mi vitalidad y me he deshecho de mi envejecimiento mágico podré saciar tu sed. Y luego, si aún te quedan ganas podrás saciar a toooodooos estos pobres diablos azules que nos rodean.

Astaroth acercó sus dedos y meció el pelo de la paladina. Ella, inmóvil por la magia, le miraba con rabia.

-En cuanto a ti, Hardem, desde que te cruzaste conmigo mi vida ha ido a mejor, así que no tengo prisa por deshacerme de ti. Verás, mi exilio me permitió elaborar un plan mejor, más ambicioso. Durante meses estuve escondiéndome en el Plano de las Sombras hasta que un día conocí a un joven mercano. Lo secuestré y le obligué a sacarme de allí. Luego fuimos al plano de Ysgard y obligué a su poderoso padre a negociar conmigo a cambio de la vida de su heredero. Pero el muy bastardo prefirió luchar.

Mientras hablabais Boff y Raunix intentaban con todas sus fuerzas llegar a sus armas pero estaban completamente bloqueados. Tan solo podían abrir los ojos, respirar y, a duras penas, hablar. Cecil tampoco podía hacer nada.

Amazo sonrió:

-Siempre he sido un buen padre. ¿Qué progenitor no haría todo lo posible por salvar la vida de sus hijos? Por eso envié a mis dos mejores guardianes de caravanas a rescatarle.

-Hardem y el umbrío -aclaró Astaroth. -La verdad es que no pensaba volver a verte jamás pero, bendito destino, te cruzaste otra vez conmigo así que, ¿por qué no? Decidí utilizarte.

Amazo continuó:

-Siempre he sido un mercano ambicioso, codicioso me atrevería a decir. Haría cualquier cosa por aumentar mi margen de beneficios. Así que una vez tuve a mi hijo de vuelta no pude rechazar el trato que me ofreció Astaroth: yo le ayudaba a él y él me conseguiría nuevos mercados y mercancías para mi compañía.

-Con la ayuda de la Compañía Interplanar no solo podré purgar Faerûn de vida animal sino que mi reino de las plantas se extenderá por toda la Rueda Cosmológica.

-Siempre y cuando no paguen el rescate. Por un “módico”… bueno, astronómico precio, cada pueblo de cada plano podrá salvarse de la “plaga” que extenderá Astaroth.

Entonces habló el Cronomante:

-Yo, hasta hace unos meses era un poderoso hechicero. Ayudé a Astaroth a envejecer con un hechizo de cronomancia par así pasar inadvertido y poder viajar por los planos sin despertar sospechas. Pero los siempre ambiciosos archimagos de Cormyr dieron conmigo. Perseguido por todo Tethyr, no lograron atraparme pero sí consiguieron despojarme de la magia.

Las caras de los jóvenes eran de total incredulidad. La de Spencer, aún peor.

-Decidí esconderme en la Plantación Vastallanura y no me costó llegar a ser el guardaespaldas personal de un esclavista llamado Spencer. Cuando supimos que veníais solo necesitamos una excusa para que nos consiguieráis las escamas y nos ayudarais a descubrir donde encontrar la tierra para hacer el ritual de rejuvenecimiento para Astaroth.

Spencer escupió al pegatauro pero este apenas le hizo caso.

-A partir de allí, todo fue fácil: coger a un anciano centauro de otro plano; obligarle a decir y hacer todo lo que quisiéramos; dejarlo a merced de los xvarts (los cuáles aceptaron nuestra ayuda para deshacerse de sus amos) y, con mis artes, a invocar a una bestia que se deshiciese de Spencer. 

-Pero ahora viene lo mejor. Para extender la plaga Astaroth usará su magia druídica y Amazo sus carruajes interplanares. Pero para controlarlo todo controlaremos al mismísimo Ojo Que Todo Lo Ve.

Astaroth intervino otra vez:

-Me gané su confianza una vez haciéndome el desesperado. Ahora, ya liberado de su control telepático, será sometido por nosotros tres. Y con su poder, podremos controlar lo que pasa en cada plano. Nada ni nadie podrá evitar nuestro chantaje universal. Nada ni nadie podrá evitar mi venganza.

Dashade entonces sacó un largo pergamino:

-Nos vamos, pero no antes de dejar la escritura de la Plantación aquí. Me he tomado la molestia de añadir vuestros nombres tras el de Boff... en caso de muerte. El Acechador no tardará en llegar y primero eliminará a Spencer. Cuando vea que no puede regresar dado que su misión no ha concluido tendrá que matar a Boff. Luego a Hardem y así consecutivamente hasta que llegue a... ¿y tu? ¡¿Tu no eres el gnomo que iba con ellos?! ¿Dónde está?

Surcas los cielos a toda velocidad. El alba se acerca y cuando llegue, Boff heredará la plantación y el Acechador no tendrá más remedio que matarle a él para poder deshacer la invocación y volver a su mundo.

-Vamos Zoe, corre más. Te daré todas las ovejas, corderos y potros que encuentre.

El animal batió sus cuatro alas aún más rápido.

Piensa, piensa, piensa, piensa - mustia Jondar para si mismo. Está metido en medio de algo inmenso sin comerlo ni beberlo. Estos seres parecen tener intenciones de jugar con el mismo tejido del tiempo y eso resultaría fatal para todos los seres vivos, pero no hay nada que un druida novato como el pueda hacer, ¿no?

-¿Yo con ellos? En absoluto señor, acabo de descubrir que ellos son los causantes de la muerte de un dragón que estaba a mi cargo. Por su culpa, si vuelvo donde pertenezco perderé la cabeza, así que bien me vendría tener un nuevo empleo. Podría incluso buscar a ese gnomo del que habláis o evitar que estos escapen si queréis.

Quizás, sólo quizás, si consigo pasar inadvertido como el pobre diablo que soy pueda aprovechar un momento de despiste y quemar ese papel...