Partida Rol por web

Boff estaba molesto por lo que veían sus ojos pero no quería que se enzarzaran a pelear de buenas a primeras, por lo que haciendo acopio de su paciencia, trató de hablar con autoridad pero sin ser descortés ni provocando a aquellos seres con látigos. Probablemente estarían a las órdenes de un superior y ahí es donde debían ir.

Momentos antes de acercarse, levantó una mano e hizo un gesto a sus compañeros para calmarlos, que no usaran sus armas salvo de ser necesario.

- Buenos días, soy Boff "Berwick" comentó remarcando su apellido para ver si aquella criatura era capaz de reconocerlo y haciendo un gesto con su capa como alguien que tiene autoridad . Vengo a ver a mi tío, el señor Spencer B. Berwick, dueño de la Compañía de Tabacos Berwick, Berwick & Co. ¿Son estas sus plantaciones? Tengo asuntos importantes que tratar con él. Esta gente que me acompaña son mis guardaespaldas...

-¡Ja! Muchos han usado esa excusa. El primo, el hermano, el hijo bastardo... No cuela.

Otro de los flinds, que estaba mirando fijamente a Fuxan, cambió rápidamente de objetivo y chasqueó el flagelo contra el suelo mientras miraba al mediano.

-Además la hija del señor ha sido asesinada por lo que tenemos orden de vigilar cada movimiento que entre o salga de Vastallanura. Debéis acompañarnos a la mansión.

Los tres capataces os rodearon, todos ellos llevando un enorme flagelo de cuero. No teníais muchas alternativas: o luchar, o acompañarles.

Por la respuesta de los perrunos parecía que estaban en las plantaciones que correspondían a Boff pero parecía que habían llegado en el peor momento posible. La hija del señor de las tierras asesinada era otro problema al que tendrían que enfrentarse, sobretodo llevando al ser azul que había escapado de allí. Muy sospechoso todo pero no les quedaba otra opción que colaborar.

- Muy bien chicos acompañemosles y veamos que ocurre, sólo ante el señor de las tierras podremos demostrar la legitimidad de Boff. le dijo al grupo para que no se vieran metidos en un combate nada más llegar allí.

Los gnolls nos dan una bienvenida tan cálida como el hielo en invierno, encima llegamos cuando hay muertes en la familia dueña de estas tierras, desde luego es el momento mas oportuno como para ponerse a pedir algo por estos lares.

- Pues nada sigamos adelante para ver que nos espera, pero no es que ande muy ilusionado con todo esto la verdad - estar rodeado de estos perrunos y encima metiéndonos de lleno en la mansión no es algo que me de buena espina.

La paladina ya empezaba a cargar contra ellos, sin dudarlo. Lo malo es que le tocó para sus carga al hablar de paz. Se había quedado con las ganas. Estaba inmensamente interesada en vapulear a aquellos perros insensatos y hacerles mudar las pulgas. Se mantenía con ganas de pelea desde que habían tenido que huir de algo que aún no sabía ni lo que era. Su mirada destilaba combate, Insinuaba odio; y por su fuera poco. Tenía ganas de pelea. - Seguro que cuando llegue el combate, no me apetece.

A regañadientes, y sin guardar las armas, se dejó arrastrar por la marea. - Boff. Apeló, para llamar su atención. Había perdido su prima y era sangre de sus sangre.- Te acompaño en el sentimiento. Pero luego bajó la voz: -¿Tu familia contrata hienas para hacer el trabajo de Perros Pastores? Se insinuó, ... y si los "bichos" se resentían ... que se jodan. Tenía ganas de bronca, y ... una provocación, podría iniciar la fiesta que estaba buscando.

Los ánimos estaban muy crispados, contaba con que algo así fuera a suceder desde el momento en que vio a los esclavos. La organización de la sociedad distaba mucho de la concepción que tenían los de su raza. De todas formas confiaba en el poder de la palabra de Boff pero sobre todo en el título hereditario, con el cual podrían acreditar el verdadero interés.

-La muerte de la hija no nos va ayudar, esperemos que no haya perdido la cabeza y quiera hacernos partícipes de toda su locura. -dijo a sus compañeros. -Boff, va a ser el momento en que te muestres como el señor de la plantación que eres, nosotros respaldaremos tus palabras.

Boff asintió a las palabras de sus compañeros. En cuanto llegasen, debería tener una charla con su tío que podía resultar complicada. Aún así, estaba dispuesto a hacerse entender, demostrar su derecho a la mitad de la compañía y si su tío se lo pedía. Ayudaría a descubrir quién había matado a su prima. Muchas cosas se acumulaban y no iba a ser fácil tratar con todas.

Boff andó pensativo pero como lo que era, un joven heredero acompañado por su escolta, sus amigos. De ser necesario, esperaba que no, usarían la fuerza. Pero primero hablaría con su tío, quizá las cosas pudiesen llegar a buen término y serle de ayuda para capturar a los responsables de la muerte de su prima.

Los flinds abandonan sus tareas como capataces y escoltan al grupo hasta llegar a una barcaza alada. Lo que en un primer momento pensáis que es magia luego veis que es solo otra maravilla de la ingeniera halfling. Dentro de cada barca se encuentra una enorme libélula integrada dentro del casco, como si la nave fuera un arnés de gran tamaño.

Subís los cinco y el flind da tres golpecitos al casco de madera. La libélula comienza a elevarse, para sorpresa de todos vosotros y al cabo de unos segundos os encontráis flotando a unos 5 metros de altura por encima del camino, volando encima de un insecto gigante hacia un destino incierto.

Acompañáis a uno de los guardias gnolls hacia las caballerizas, un nombre que no puede aplicarse correctamente a estos enormes establos donde viven las libélulas gigantes.

El zumbido es atronador y pasar la noche aquí parece ser más un castigo que una decisión correcta. Veis como los criados halflings os preparan catres con antiguos colchones de paja pero os ponen limpias mantas y se afanan en limpiar una pequeña zona del cobertizo principal de excrementos de insecto. Todo un lujo. 

En cuánto el gnoll se va y os cierra la puerta, una voz suena cerca vuestra.

-¡Eh, eh! ¿Tu eres Fuxan?

-¿Eh? ¿Quién pregunta?

Entonces dos xvarts asoman por un agujero de la pared. Sonríen al veros con todas vuestras armas y armaduras.

-Parece que nos han mandado a dormir con los esclavos...

Con un ágil movimiento, Raunix se incorpora para como es habitual en el colocarse en un segundo plano, donde pueda observar a los recién llegados. Afloja la espada de la vaina por si acaso. Desde que se había separado de Hardem y en menor medida de Boff, se sentía un poco más Umbra. Más precavido que nunca, pero amparado en la noche, haciendo que sus sentidos y habilidad estuvieran en plenitud.

-Lo que nos faltaba seguro que estos nos ven como el ejercito de liberación.

Según parece nos mandan a dormir al culo del mundo de la plantación, nos quieren bien lejos y eso no me gusta nada.

- No me gusta nada esto, nos mantienen alejados y pueden hacer cualquier cosa con Boff, nadie sabe que estamos aquí y ese viejo tiene muchos hombres como para dejar la plantación sin intentar nada, no me ha gustado desde el principio y creo que quiere eliminarnos - mirando a los esclavos recién llegados - creo que con la ayuda de estos tipos podemos darles una sorpresa muy desagradable a estos exclavistas.

Espero que mis compañeros compartan mi incertidunbre.

- Ya lo he dicho varias veces. Comentó la Sacerdotisa-Guerrera de Helm a modo de protesta. - Si los hubiéramos liquidado, habríamos terminado con lo profundo del mal. No tengo pruebas ... pero algo me lo dice. ¿Por qué creeis que he peleado? ¿Qué soy una fanática? Os recuerdo que mi Dios exige valor, pero también orgullo y un mínimo de cabeza. La paladina se sentó en el sitio más limpio que pudo encontrar. Con eso, se concentró en su equipo, o lo que quedaba de él, y empezó su rutina de mantenimientos.

-¿Sí, he vuelto, y por extraño que parezca, ni siquiera me han perseguido ¿qué queréis?

Fuxan sabía que si lo veían hablando con otros xvarts su coartada se iría a pique. De momento jugaba la baza que a ojos de los humanos y los medianos todos era iguales y él, sin ningún defecto aparente, se parecía a todos los demás.

De pronto, media docena de xvarts salen del agujero y os rodean. Uno de ellos se dirige a todos vosotros:

-Debes acompañarnos, Fuxan. Todos debéis. Hoy la Venganza Suprema se consumará y todos, ¡TODOS seremos libres al fin!

Los minúsculos seres ríen y enseñan todos sus dientes afilados. Por un momento la escena da miedo. Además, con el zumbido de las libélulas de fondo, la escena es si cabe, aún más siniestra. Fuxan no tiene elección, es cogido por los brazos y se lo llevan agujero abajo. No parece resistirse ni molestarse por ese hecho. Tres de los xvarts os miran. Esperan una respuesta. ¿Iréis con ellos u os quedaréis aquí?

Raunix se encogió de hombros, mirando a sus compañeros, se acercó a ellos para conversar en voz baja cual era su postura y la del grupo.

-Las cosas no acaban de pintar bien del todo , pero si iniciamos una revuelta Spencer ejecutará a Boff y Hardem sin pensarlo. No veo a Fuxan y sus compañeros lo suficientemente discretos para crear una buena emboscada. No he venido a participar en una revuelta esclavista, pero me moveré con lo que decida la mayoría. En mi caso voto por permanecer ocultos e intervenir en función de como vayan las cosas.
 

Tras espetar, a modo de réplica hiriente: - Otra prueba más de que tenía razón.

Sin dudarlo, agarró las armas, y tiró tras los seres. No sabía si era pare rescatar al pitufo, si era para liarla parda, o si simplemente es que no tenían más opciones. Era la única opción que tenían, y la única información que les prestarían.

- Si ya lo sabía yo. Ya veras, ya.

Inovaz desaparece por el túnel.