Partida Rol por web

Cuando llegó Leroy y vio la carnicería se quedó sin palabras durante unos minutos. Se quitó el sombrero y se frotó los ojos. Finalmente saludo a los presentes con un gesto. Mientras los otros hablaban sobre lo que había pasado el barbero echó un vistazo a los cadáveres.

- Criollo tiene varios disparos, probablemente le atacaron los forajidos. Y su arma apunta a Trevor. Criollo era muy rápido y seguramente se cargó a Hanson antes de morir. A Rose la debió matar un conocido que asesina fríamente y es despiadado. Un vengador que busca justicia por su cuenta.-

Se sentó y se quedó mirando al cielo tratando de entender -¿Por qué matarían a Criollo? No tiene ningún sentido. -

Clementine llegó al lugar de los hechos y se sintió desolada. Tres muertes y ninguno de ellos un forajido.

-Lamento todas las perdidas, pero en especial la de Trevor. Veíamos algunas cosas de la misma manera.

Hecharemos de menos en el saloon a él y a sus cartas.-

Se sentó en un lado a reflexionar.

-Llevo días pensando que Marty es sospechoso. Pero, Ethan… parece que siempre tienes prisa en señalar a alguien, ¿no?

Eso no me gusta nada. Y que votes a Marty, del que precisamente también desconfio, me lleva a pensar que tal vez tengais algún jueguecito entre los dos…

Puede que sea la paranoia que causa tanta muerte, pero no me gusta.- Negó con la cabeza.

Creo que esto se nos esta yendo de las manos..Matamos a dos personas inocentes y ahora aparecen cada vez mas cuerpos, gente tenemos que empezar atar cabos, y descubrir quienes son los forajidos…

SI hay un forajido es muy listotal vez demasiadome pregunto si la carta no fue hecha por un hijo de puta y si tanta muerte no sera culpa de nuestra paranoia...

Leroy mira a Judith y le responde con una sonrisa triste. – Puedes dar por hecho que esto es obra de forajidos. Y que son listos también. Piensa bien en su maniobra. Criollo sospechaba de Trevor tomando el testigo del anterior asesinado John Halloway. Además yo mismo y Judith ya sospechamos de Hanson. Yo mismo le voté dos veces. –

Trató de recordar lo que ponía en la pizarra donde Herman anotaba los votos para la horca, junto a la barra del bar. – De hecho Trevor era el que acumulaba más votos de los que seguíamos vivos. Así que si se cargaban a uno de los que le votó sabían que el pueblo pediría la cabeza de Trevor.-

Leroy se levanto de golpe, estaba entusiasmado, había encontrado un filón – Pero Criollo era un bala rápida y se cargo a Trevor. Les salió redondo el plan, se cargaron dos pájaros de un tiro y no dejaron pistas ... –

Miró a los presentes, seguía pensando en voz alta pero tras mirar a una persona se quedó mudo, la sonrisa se le borró de golpe.

Trinidad no tenía claro de quien sospechar porque los sucesos habían ocurrido demasiado rápido y apenas había datos concretos de los que fiarse así que se limito a guardar silencio a la espera de que su instinto o una señal le permitieran saber de quien desconfiar.

Querida Clementine... -dije con algo de asombro ante algo tan evidente. Por supuesto que tengo prisa que señalar ¡Mucha prisa! La cual está basada únicamente en encontrar cuánto antes a los asesinos de estas muertes... Apuesto a que si pierdes a un ser querido o un gran amigo serías la primera en apuntar hacia tus sospechas, sin dilación alguna. Por favor...

Voy asintiendo lentamente según Leroy va contando lo que ha deducido

-si, eso tiene sentido. El Criollo debía estar convencido de que Trevor era otro forajido, pero se equivocaba- de un rápido trago acabo mi whisky

- los forajidos parecen bastante astutos, no destacan mucho precisamente, pero tenemos que descubrirlos y pronto-

Repaso con mi ojo bueno a los presentes y me fijo mucho en los que no están, demasiada gente parece no tomarse en serio esto

-la verdad que la forma de votar de Ethan resulta muy rara, pero no es el único sospechoso, espero que Clint colabore un poco mas ya que hoy si a aparecido-

Vaya, ahora se hace el ofendido. -En ese caso agradecería que compartieras con todos tus sospechas y razonamientos, Ethan. Tal vez nos hagas ver algo que nosotros no vemos.

Por el momento a mi me parece que señalas al prinero que pasa y luego esperas que los demás apoyen la causa ciegamente.

El matrimonio MacWiles apareció en el centro del pueblo, acompañado de tres de sus hijos, en el momento en que varios de los hombres se disponían a enterrar los cadáveres. La natural sensibilidad femenina de la señora McWiles hizo que, ante la crueldad de la escena, no pudiera reprimir sus palabras:

- ¡¿Pero qué tipo de mierda es ésta?!

La Sra. McWiles no podía dar crédito a que lo que veían sus ojos era lo que le había estado contando su marido que ocurría en New Eden. Sulfurada, se arremangó aún más las mangas del vestido y decidió que ya había visto bastante. Se dió media vuelta, no sin antes decir:

- ¡¿Y dónde se supone que está el predicador, ahora que se le necesita?! Esos pobres diablos, enterrados sin una miserable oración.

Aunque quizás, ni la merezcan, añadió.

Una vez cumplimentadas las formalidades propias de la situación, el personal fue abandonado el lugar y se dirigió a la cantina.

- Tú te vienes a casa. -le gruñó a su marido, que miraba absorto el bamboleo de las puertas del saloon.

- Sra. McWiles, ¿no cree que a Andrew le vendría bien un buen afeitado? Siendo para ustedes solo les cobraría un dólar cincuenta. -

Puede que tengas toda la razón, Clementine -dije sonriendo con un amplio gesto de cara tras oir sus palabras. Puede que la tengas, de veras.

- ¡¡Un dolar cincuenta!! ¡¿Pero tú te crees que hemos venido hasta este lugar para derrochar nuestros ahorros enriqueciendo a aprovechados como tú?! ¿Tenemos pintas de tener que ir a una boda?

Mira "amigo", no veo ningún motivo para que mi marido no se siga repasando las barbas con las tijeras de podar como ha hecho hasta ahora, o sea que hasta que lo encuentre, haz el favor de perderte.

Andrew miró avergonzado al barbero, pero no tuvo arrestos para otra cosa que asentir a las palabras de su señora esposa.

El bufido de la sra. McWiles hizo retroceder a Leroy asustado. – ¿Seguro que esta no es uno de los forajidos? –

- Está bien señora McWiles – levantó las manos – uno tiene que ganarse la vida. -  

Escuchó el diálogo entre Ethan y Clementine. – Lo cierto es que Clementine tiene razón, Ethan. Ultimamente te comportas de una forma un poco rara.-

Malaleche observo la situación actual y no le gustaba lo mas mínimo, tiro furioso el sombrero al suelo mientras echaba culebras por la boca.
-¡Maldita sea, palos de ciego! Estoy cansado de esto.-Se agacho tan rápido como el viento para recuperar su sombrero y se junto con el resto de los colonos.

-Vamos de mal en peor y me parece que Lisa estará tan ausente como en los pasados días, eso quiere decir que puede que nos la encontremos en alguna esquina muerta como la muda de Cristine.-No tenia tiempo de suavizar sus palabras.-Asi que supongo que están fuera de acusación al igual que el reverendo que desde ayer no apareció por aqui, ademas de que desde un comienzo evito votar por un ahorcado. Espero equivocarme, pero supongo que acusar, al menos hoy a esos dos no serviría de nada.-Una vez llego hasta su mecedora se sentó en ella con brusquedad, si, parecía cabreado, ni siquiera estaba mascando tabaco.

Hay bastante gente que esta algo ausente pero algunos de ustedes buscan al culpable precisamente en los que más se mueven e intentan encontrar soluciones.

El cabreo de Malaleche estaba justificado. La mayoría en el pueblo evitaban acusar a nadie.  –Yo tengo sospechas que no quisiera tener  Malaleche.  Si pensamos en que los forajidos suelen votar en grupo diría que John y Clementine son sospechosos. Por otro lado estamos Judith y yo (mal que me pese). –

- De los tres que votamos a Trevor y a los que podían matar para incriminarlo. Eligieron a Criollo. ¿Por qué? Yo soy sospechoso desde el primer día y no convenía eliminarme además se arriesgaban a que el vigilante me protegiera de nuevo. Sólo nos queda Judith para la que no hay otra excusa que la de ser una de ellos y por tanto no podían matarla.-

Miró a Judith – Lo siento. Espero de veras que haya otra explicación y que no seas una forajida. -

-Hasta hoy he buscado los culpables entre los callados pero con la muerte de Christine me da ha pensar que puede que este equivocado y sea todo lo contrario, aquellos que aparecen en primer lugar o votan antes que ninguno puede que estén mas cerca de los forajidos, no lo se.-Contesto a Trinidad

O puede que esta vez Ethan McBride si tenga razón y Mcfly sea culpable, después de todo el primer día le vimos con ganas de participar pero la pasada noche no se atrevió a votar a nadie y aun no ha aparecido por la plaza. Puede que sea esa una estrategia después de todo. recordar que no hay un único forajido.-Tras tanta cháchara se llevo un buen puñado de tabaco a la boca lo que le mantuvo ocupado masticando.

-lo que dice Leroy suena razonable, aunque me acuse a mi no le falta sentido, pero yo se que no soy ningún forajido, sabeis que vote a Weiser porque su silencio me parecia sospechoso, y me equivoque, como los demás-

De mal humor miro mi vaso de whisky vacio y a los demas

-Joe tiene razón, tenemos que fijarnos en los que hablan pero no dicen nada, y el mejor en eso es Trinidad, hace como Ethan pero habla menos y apenas se le ve, mi voto va a ser para el-

-Mi postura frente a los callados es la siguiente. Si desaparecen un día los pongo en el punto de mira. Puede ser que hayan huido y no volvamos a verlos más. Y si después vuelven los voto. Es lo que pensaba hacer con waiser, pienso que ahí quizá perdimos una oportunidad de ir a por otro sospechoso.-

Cita:

-De los que hablan y no dicen nada ninguno votó en grupo salvo quizá mi dulce Clementine.- Le hace un gesto con el sombrero a la joven. – La única razón para ello es que hasta ahora ninguno de ellos estuviera estuviera en verdadero peligro.  Cosa muy posible si tenemos en cuenta los que corrieron peligro Dave, Trevor , Cristine, Waiser y yo mismo (4 de ellos se demostró que eran inocentes). Eso nos dejaría con dos grupos de sospechosos.-

Cogió un palo y escribió dos columnas de nombres en el suelo. – Los activos. Clementine, John, Judith y yo mismo. Y los “charlatanes”. Marty, Trinidad, Harlock, Clint y McWiles.-