Partida Rol por web

- Así que ya ha empezado... de una manera menos sutil de lo que imaginábamos, pero ya ha hecho su movimiento. Nuestra hermana Mirari, la que parecía más inocente de todas, ha decidido mover ficha para deshacerse de los hermanos que menos le placen... o incluso de todos.

- Entiendo que dudéis sobre las intenciones de Mirari al esconder a su gente, pero, ¿qué mal puede querer hacernos ella?- preguntó Zavara a Meseth.- ¿Acaso teméis que esté tramando contra el resto de sus hermanos?

Seguidamente se giró hacia su hermana y suspiró a la vez que cerraba los ojos. Al abrirlos, su mirada fue penetrante, aunque no falta de dulzura.

- Ha encontrado un mensaje y no sabe cómo reaccionar a él. ¿Sabríamos nosotros interpretarlo? ¿Y si ese mensaje era para ella y nadie más? Quizá esté incluso arriesgándose al revelarnos esta información.- miró a Sevoriam con un rostro súbitamente enigmático y algo frío.- Al fin y al cabo, es posible que Padre esté aún actuando por su cuenta, ¿verdad? ¿Y si quiere decirle algo a nuestra hermana pero no al resto de nosotros? ¿Quién dice que no haya un mensaje esperando a cada uno de nosotros?- sonrió como si disfrutara con ese juego, pero en realidad sus ojos mostraban una extraña curiosidad.

- Mirari, podemos alargar esta discusión para siempre.- respondió Zavara con otra canción inaudible excepto para sus dos hermanos.- Pero preferiría no sembrar la desconfianza entre nuestros hermanos. ¿Por qué puedes confiarnos el mensaje a nosotros dos, pero no al resto? ¿Qué temes, hermana?- preguntó mientras la miraba directamente.- No sabemos qué son esos cánticos, ni quién es ese Dakha, ni cómo nos ayudaría a alejar esas sombras que también son desconocidas.

-Es muy sencillo, o lo dices todo o lo dices nada; pero decir una cosa y luego guardarte parte de la información, quedas como sospechosa -la voz tronante era contundente- y parece fiarse más de unos mensajes de origen desconocido que de sus hermanos, lo que me da que pensar sobre si ella dice toda la verdad o nos teme, ambas grandes debilidades.

-Las desgracias ocurren, hermano, da tiempo al tiempo y deja que todo ocurra como debe ocurrir. Se muestra débil para que nuestros hermanos la quieran proteger de nosotros, pero eso no será suficiente, hay cosas de las que no pueden protegerla.

- Lo que nos preocupa es la pacífica naturaleza de tus hijos, querido hermano. Cuando vimos cómo nacían, marcados por la violencia, nos parecieron hermosos. Pero parece que los últimos años se han centrado en la autocomplacencia. Entendemos que eso forma de un gran plan por tu parte pero... ¿podríamos saber cuál?

- Si hubiera alguna buena razón para hacerlo, querida Zavara, lo diría. Pero no... ha decidido hacerlo a escondidas, esperando que nuestros deberes personales pasaran por alto su argucia. Ha escondido a sus hijos para darles órdenes directas, probablemente motivada por la información que nos oculta. ¡Cómo no pensar que está atentando contra nosotros! - la señaló, tajante - Se esconde bajo esa falsa imagen de pureza y debilidad para que tengáis paciencia con ella, mientras hace y deshace a su antojo.

Negó lentamente, y luego pareció reírse por lo bajo.

- Espero que recuerdes nuestras palabras cuando sus hijos caigan sobre sus pequeñas Shelan y las destripen como cachorros desvalidos... Lo sabemos... - se tocó la capucha con el huesudo y negro dedo - Pues lo hemos visto.

-No puedo desvelarte todos mis planes, hermano, pues estoy son maleables, pero ten por seguro que estoy haciendo mi labor. ¿No ves como temen mis movimientos? Muchos de nuestros hermanos ya han alzado ejércitos y cuando vieron como mis hijos aumentaban su territorio, ellos hicieron lo mismo, temiendo quedarse atrás. ¿Y qué hay de ti, hermano? Aún no me has contado nada sobre tus planes.

- Ah... nuestros planes... Para empezar, intentamos que los hermanos descarriados recuperen el sentido de unidad que mantiene esta Morada intacta, ¿no es suficiente? Mis pequeños Grigori bastante tienen con sobrevivir en ese ambiente hostil... Nos tenemos suficiente trabajo aquí arriba. Pero se agradece tu apoyo con la pequeña Mirari - una breve risa sonó en el vacío.

Zavara señaló a Meseth frunciendo el ceño y claramente ofendida.

- ¡No quiero que uséis a mis Hijas para convencerme de vuestras ideas, Meseth! ¡Y no acepto que habléis de ellas de esta forma!- moderó su postura y volvió a su natural frialdad, recobrando esa aparente tranquilidad.- No puedo evitar sentirme insultada cuando las Shelan son insultadas. Pido el mismo respeto para ellas que para mí misma. Espero que lo entendáis, hermano.- su voz, aunque parecía calmada, tenía cierto tono tajante.- Y ahora, volviendo al tema que nos ocupa...- dejó la frase en el aire, esperando a ver si alguien tenía algo más que añadir, preferentemente alguno de los que aún no se habían pronunciado al respecto.

Sevoriam miró hacia su hermana y no pudo evitar hablar- Pareces que tienes en más estima a tus hijos que a tus hermanos.

Guardó silencio durante un rato.

-Y eso me gusta; pero no estoy seguro de que haya amenazado a nadie, solo a expuesto una idea.

Mirari se volvió, aun extendía sus manos al mundo, pero no podía soportar que maltratasen a su hermana.

¿Y con esas palabras esperáis que esté tranquila nuestra hermana?

Mis hijos no osaran hacer daño a los hijos de Zavara sin razón, Meseth, di lo que gustes de mí, siembra tus propias dudas en mi persona, pero no involucres a nuestra hermana, que solo a interpelado en nombre de la neutralidad.

Una luz apareció en la esfera, pequeña, no era fuego, o un incendio, menos un volcán, algo ocurría en la zona de los desaparecidos Fararis.

Estoy de acuerdo con Zavara, todos los hijos merecen respeto, por eso oculte a los míos, soportare sus injurias, todo, retiro mis creaciones por su antojo, limito mis acciones por ustedes, pero no quiero que ellos sufran.

Luego miro a Zavara con una expresión ignota, luego a Urdamesh y luego al resto de sus hermanos, volvió a mirar a Zavara como si continuara una conversación ajena.

¿Entendéis ahora? 

-Entiendo que tienes miedo de que veamos lo que hacen tus hijos en el mundo, hermana, al igual que vienes hablando de algo que quieres estudiar y luego dices que no lo dices por no sembrar la discordia, discordia que has sembrado igualmente, ¿o quizás ese era tu plan, hermana? ¿ir de persona débil y que requiere de la protección de otros y así eliminar posibles enemigos? -se encogió de hombros- yo creo que, desde el principio, eres tú la que quieres que estemos divididos, pues eres tú la que causas, de una forma u otra, esas divisiones.

Ante aquellos eventos, Gargoltar dejó de prestar atención momentáneamente a las discusiones en Ruth-Adum, o al menos eso parecía. Toda su atención estaba en la esfera, observando lo ocurrido. Cuando vio lo que aquella anomalía traía para sus hijos, emitió un sonido parecido a un gemido de angustia. 

-No... Eso no es bueno para los calibradores y cogitadores... Se va a descompensar todo-dijo, aunque era evidente que no estaba hablando con nadie. Rápidamente en su cabeza ideó varias formas de neutralizar aquello, y finalmente dio con el plan más simple, que constaba de sólo dos pasos: aislar y destruir el temblor, y después estabilizar y reconstruir la zona dañada. Se concentró en la esfera, y con su fuerza de voluntad y su poder, consiguió mover el suelo bajo el hogar de sus hijos, haciendo que metales y tierra se desplazaran y asumieran mejores posiciones para sus propósitos... Y, finalmente, calmando aquel temblor. 

Tras eso, observó con curiosidad durante unos minutos lo que antes era Ilkáne, mientras trasteaba con alguna especie de ingenio mecánico, algo que siempre parecía hacer. Sólo que este no lo destruyó de inmediato, si no que lo apuntó hacia la posición en que debía estar el orbe. Se quedó mirándolo unos segundos, observando una pequeña pantalla, donde aparecieron algunos símbolos. Finalmente, aparentemente satisfecho, deshizo aquella creación y se volvió hacia sus hermanos.

-No sé que es... Pero esta... Anomalía no es sólo estética, como ya habréis visto. Esta emitiendo radiación en frecuencias muy específicas, que parecen tener la capacidad de afectar a las mentes de varios seres, inteligentes y no tanto-informó el dios, decidiendo callarse su valoración sobre que las mejores y más perfectas mentes, las de sus creaciones, no parecían haberse visto afectadas. Después de eso, miró a Mirari fijamente, valorando algo.

-... Tú sabías que esto iba a pasar... ¿Y has hecho ese "truco" de ocultar a tus hijos para protegerlos de esa radiación? Es sólo una suposición, pero me parece la respuesta más lógica y simple. La alternativa es que estés conspirando contra todos nosotros y debajo de ese ¿espejo? se esté montando una maquinaria bélica suficiente para arrasar con todos. Pero esa respuesta es demasiado compleja y poco fundamentada. 

- No necesitamos sembrar nada, hermana, para que los demás se den cuenta de cuáles son tus acciones - dijo, señalando a Gargoltar tras exponer sus pensamientos - Y mientras de cara a la galería te muestras débil e indefensa, hablas a escondidas con tus hermanos, sembrando la cizaña... sí, está claro. Buscas... o buscáis, aniquilar a tus hermanos menos preferidos. Tus hijos no necesitan La Guerra, los Secretos ni la Muerte, ¿verdad? Prefieres que siempre brillen, que sean valientes y estén protegidos. Al menos has tenido el detalle de decírnoslo a la cara en vez de apuñalarnos por la espalda...

Luego miró a Zavara y Urdamesh, negando lentamente.

- Qué decepción... que el más valiente de nosotros se esconda en los rincones para conspirar, y que la que nació para proteger se organice para asesinar...

- Alto ahí.- dijo Zavara alzando las manos.- Estáis asumiendo demasiadas cosas y demasiado rápido, Meseth. Aquí nadie está conspirando contra vosotros ni contra el resto de los hermanos.- se acercó lentamente hacia él, o ellos, caminando con su característica elegancia a la vez que se mostraba decidida.- Y quiero dejaros algo muy claro, hermano: fiel a mi naturaleza, os protegeré a todos tanto como haga falta y todo el tiempo que haga falta, porque no consentiré que ninguno de vosotros sufra mientras yo exista. ¡Ninguno!- exclamó para dar énfasis a sus palabras.- Incluso si Mirari resulta ser una traidora, ten por seguro que yo seré la primera en interponerme entre su espada y vuestro cuerpo.- se quedó unos instantes mirando fijamente a la oscuridad vacía de la capucha de Meseth.

Habiendo dicho esto, se giró y miró a su hermana, dedicándole una sonrisa.

- Pero por el momento confío en Mirari, al igual que confío en todos mis hermanos. Y por eso intento establecer una posición neutral en este conflicto. Espero que todos lo entendáis.- de nuevo se giró hacia Sevoriam y Meseth y asintió.

- Casi nos lo hemos creído, hermana... casi - dijo, ladeando la capucha mientras la Diosa del Frío le miraba intensamente. Finalmente, se marchó - Y de ella no nos sorprende... nos sorprende de ti... parecías la única que valía la pena de todos nosotros...

Se sentó en su trono finalmente, entrelazando los dedos.

- Al menos podemos saber que lo que decía tu cristal es cierto, hermano Urdamesh. Ha surgido el conflicto, y lo ha iniciado la hermana que prometía amarnos a todos sin reparos.

Zavara se sentó en su trono, que pareció endurecerse y hacerse más opaco y rígido al entrar en contacto con la diosa.

- Me halagáis y me entristecéis a la vez, Meseth. Veo que mi sinceridad no os complace.- bajó la mirada y suspiró. Luego volvió a mirar a su hermano.- Puede que ahora no os lo creáis, pero lo haréis en el momento de la verdad. Aunque espero que no llegue el momento que he descrito antes.

Echó un vistazo a cada uno de los otros tronos, vacíos u ocupados, y se irguió para recuperar su postura natural.

- Hermanos.- dijo proyectando su voz hacia todos ellos.- No quiero que este asunto nos consuma y nos divida. Os pido que nos reunamos aquí y hablemos... Antes de que la situación se convierta en algo desagradable. Por favor.- su voz se volvió fría como el hielo, sonando casi neutra, aunque acompañó las dos últimas palabras con un tono de ligera súplica.

Gargoltar observó desde su trono a Zavara, cuando esta se sentó y pidió que hablaran.

-Realmente, hermana, yo ya he hecho mi valoración. Lo más lógico es pensar que el mensaje que Mirari recibió advertía sobre este fenómeno, u otro similar. Por el momento no tengo una teoría sobre por qué o como ha ocurrido esto... O si podría volver a ocurrir. Lo que sé, os lo he comunicado. 

Mirari puso los ojos en blanco, seguía despidiendo alguna clase de energía a la esfera. Cuando hablo su tono neutro indicaba alguna especie de ironía.

No sabia de este fenomeno, aunque supondre tal vez hubo avizo en el mensaje,  Crees…

Las palabras de Zavara la hacen reflexionar y en su lugar pregunta.

Hermano Gargoltar ¿Qué tipo de energía despidió este fenómeno?

Mirari observaba preocupada todo, había una ocurrencia en sus pláticas que le inspiraron una idea que hiso a su chispa divina temblar de miedo.

Dices que existe la posibilidad de que suceda de nuevo…

Algo que he aprendido viendo el mundo es que nada ocurre sin un sentido, el astro de Urdamesh gira periódicamente, los animales que creamos se aparean a ciertos tiempos, incluso nuestros hijos ven esos patrones, unos día a día, otros como el Ser'Durk, toman más tiempo, al igual que marea Ira, ¿estamos viendo el inicio de un ciclo tan grande?

Había iniciado hablando para todos, pero al final parecía hablar para ella misma, observaba el astro rey ¿Qué había podido corromper su luz? Analizaba todo como podía, mas no era tan eficaz como Gargoltar, así que se arriesgó.

Hermanos, alguno de ustedes me acompañaría al sol??? No confiáis en mí, así que supondré si alguien más viene a examinar podríamos saber que ocurrió. Ya sea algo nuestro o externo. Sabemos que cada energía divina deja un rastro, sabemos algo de ella por este salón, sabemos de otras por los mensajes… Sea como sea descenderé.