Partida Rol por web

- Venga vamos...

Zael encabeza la comitiva del resto de los nuevos héroes de la UE y entra y toma asiento

Al ir siguiendo a Miss Simpatía, entro de los primeros en la sala. - Cuestión de presentarse. - Pienso.

- Buenas tardes. - Digo de entrada, al tiempo que mi estómago me recuerda que la hora de comer pasó hace tiempo. La armadura me cubre todo el cuerpo y sólo deja a la vista mi cabeza, lo cual es más que suficiente para lo que la ocasión merece. - Soy J.J. Lorca. Encantado de conocerles. *

Diciendo esto me acerco a la mesa de la sala de reuniones y tomo asiento.

Entro en la sala, dedicando una mirada apreciativa a los nuevos rostros. Tras saludar con un cabeceo al Dr. Méndez, ,camino con el clac, clac, de mi bastón marcando el ritmo de mis pasos hacia una de las sillas libres, la cual ocupo. Dedico unos momentos a escribir unas anotaciones en mi libreta a lápiz, después de lo cual me dirijo a los nuevos rostros de los dos no presentados.

- Saludos, mi nombre es Tanatos, estamos aquí por el esfuerzo conjunto del Dr. Méndez y Zael, supongo. ¿Presumo que se quedan a ayudar? - interrogo con tono casual, mientras guardo mis pertenencias y consulto brevemente el reloj de bolsillo de plata.

- Encantada JJ. Respondo al nombre de Eterna. Ahora...¿Qué tal si nos ponemos manos a la obra?

Matt entra sin decir ni pío y se queda de pie, cerca de la puerta.

El Dr Méndez espera a que todos tomen asiento

- Bien ahora ya estamos todos... veo que ya han conocido a nuestro enlace con el ejercito. Viene con una armadura experimental dónde han trabajado las mejores mentes del ámbito militar de toda Europa. Ademas también nos acompañan el Sr. Alarcón y el Sr. Talens... los últimos miembros de este nuevo equipo. Ahora ya si estamos todos. 

Correspondo al saludo de Eterna con una sonrisa y un movimiento de cabeza.

- Tánatos, Eterna... nombres en clave, supongo. A menos que los padres de los susodichos fueran unos enfermos mentales. - Pienso con algo de sorna que se me refleja en la mirada. Luego, cuando habla el señor Méndez, pues él debe ser sin duda, ese chisporroteo divertido se aviva al hablar de "las mentes brillantes del ejército". Frase que, hasta hace bien poco, habría calificado directamente de oximorón. Finalmente, ante el halago a la armadura, la observo con expresión aprobatoria.

- Un buen juguete, sin duda. - Digo, sin alzar mucho la voz, pero audible por todos.

Finalmente, observo a los dos que no había visto antes, para acabar dando un repaso visual a todo el grupo.

- Variopinta selección. - Reflexiono. - Desesperada, diría yo.

Una vez tomado asiento -Erick sully, es un placer conocerlos a todos-

-Frank Tower -se presentó sentándose junto Sully.

al ver que se estan presentando, hago lo mismo por pura cortesia.
-hola, Pueden llamarme Victor.
Al terminar la presentacion busco alguna silla en la que puede sentarme.
Me siento en el primer lugar libre que diviso, al no poder mas con mi estado ansiolitico Pregunto.
-Vallamos al grano Dr. Mendez. ¿Para que es que nos trajo a aqui?

Me presento también.

- Eterna... Veamos si acabamos con las explicaciones y vamos a por "esa furcia" de una vez por todas. Dr. Méndez, ¿Es tan amable?

Méndez asiente con la cabeza

- Bien. Esta es Seerlina - dice mientras aparece una imagen holográfica en medio de la mesa - Es una mujer medio maquina, medio orgánica. Es la mente madre de una raza alienigena que funciona a modo de colmena. Todo lo que ven sus soldados y seguidores al momento lo ve ella. Si alguien ataca a uno de ellos, este se destruye, pero el siguiente ataque ya se han adaptado y no les afecta... - suspira - estamos ante una amenaza importante, puesto que ademas, son capaces de asimilar a toda forma de vida con la que se cruzan, implantándole partes cibernéticas y absorviendolos dentro de la colmena. 

En un principio, alzo una ceja. - ¿Alienígenas? - Bien, no es tan disparatado, teniendo en cuenta las cosas que se ven por ahí últimamente, y eso sin tener en cuenta las barbaridades que se cuentan que, aunque sólo sea un uno por ciento ciertas, ya es considerable.

- He aprendido muchas cosas las últimas semanas, pensaba que mi capacidad de asombro estaba saturada, pero ahora compruebo que no es así. - Rompo el silencio momentáneo que se ha hecho en la sala. - Hemos de suponer que no se trata de una broma, pues no tendría mucha gracia, especialmente para las arcas públicas, después de reunir lo que han reunido aquí. Como comprenderá, Dr. Méndez, las preguntas se acumulan ante lo que nos ha expuesto, así que espero que no le importe si le expongo yo las primeras que me vienen a la cabeza. ¿Cuántos son los soldados y seguidores de esa preciosidad? ¿Están ya en la Tierra? Y quisiera poner en duda esa infalible adaptabilidad que enuncia, pues la física tiene sus leyes y, en mi modesta opinión, la energía cinética de una bala no es algo a lo que poder adaptarse, simplemente.

Zael se levanta mirando al Dr y este se aparta dejando que sea ella la que responda.

- Bien soldadito - responde con un deje de desprecio - estamos ante una raza extra terrestre. Ademas de que poseen una tecnologia que supera con creces ese juguetito que los humanos de este planeta han creado para usted. Hace unos 50 años de vuestra medida temporal, mi planeta fue atacado por Serlina y su ejercito. No sabemos el numero, puesto que su crecimiento es exponencial. En cuanto a su localización... si... ya estan en la tierra... y si... ya han asimilado a algunos habitantes de este planeta.