Partida Rol por web

Por las cercanías no hay ningun aroma fuera de lo usual, todo está normal. Quizá demasiado incluso... Lo único que se puede percibir si eso y levemente por estar alejado ya, es la pestilencia del cadaver del ogro.

- No parece que haya nadie embozcado. Aun con la vista y la nariz en la dirección que había partido Seryu.

- El mago ez un humano muy raro... creo que zerá mejor que lo zigamos... o zeguro que ze mete en problemaz. La expresión del goblin era casi de fastidio. - Y además... tiene nuestraz provizionez... Mostrando sus afilados dientes en una sonrisa.

- Te zigo amigo. Y emprendió al marcha por el sendero que había tomado Seryu, tras los pasos de Nauj.

De acuerdo Bolg. Nauj se internó en la espesura, en parte contento por sentirse de nuevo bajo el cobijo de un bosque.

Han ido por aquí. Seryu había marchado con prisa y Syara le había seguido corriendo pero, aunque ya se habían perdido de su vista, el rastro era fácil de seguir para el humano, acostumbrado a ello.

Las dos figuras se movían con soltura entre la maleza, y Nauj no dudaba que en breve darían alcance a sus compañeros.

Avanzar por el bosque era mas trabajoso que andar por el camino, sin lugar a duda. El exuberante verde estaba por donde se mirase, y había que abrirse paso de un modo u otro para continuar. Sin embargo la vida natural desbordaba alrededor, el fuerte trinar de los pájaros mañaneros y pequeños animales que se escondían entre las hierbas bajas conforme pasaban. Algunos insectos revoloteaban cerca, incluso mariposas. Además de sus pasos, un oído atento podría captar el suave gotear de la nieve derretida por el sol resbalando entre las hojas para caer al suelo. El aire esta frío y humedo y en general hay un ambiente bastante "mañanero" entre las caras adormiladas de algunos y la luminosidad de esa hora del día.

El chico se detuvo, dandole la espalda al grupo, y examinó donde estaban.

"¿Qué es lo correcto?"

Pensó para sí, cerrando los ojos fuertemente y apoyándose en su bastón. Poco a poco fué calmándose, aunque seguía preocupado. No era algo facil, no era algo tan sencillo.

No le costo demasiado alcanzar a Seryu, ya que este se paro en seco, Vio como el joven examinaba el lugar donde se habian parado. Syara penso que tal vez hubiese percibido algo, y ella también se concentro tratando de detectar algo más, algo diferente en el propio sonido de la naturaleza.

Allí sin embargo, todo seguía viendose normal y tranquilo. Era obvio que aquella actitud extraña de Seryu confundía a sus acompañantes, pero no parecía ser culpa del ambiente. Lo único extraño fue que, a lo lejos se escuchó un rugido fuera de lugar en aquel pacífico escenario. Era potente, tanto que a pesar de la distancia se hacía oír...

Sin embargo nada mas sucedió.

Tras llegar al lugar en el cual se había detenido el joven mago, Bolg miró a su alrededor, aguzando sus sentidos, y dando vueltas sobre si mismo nerviosamente. 

- Bueno, ya estamoz aquí... Ahora noz dirás porque te haz dezviado del camino. Se dirigió a Seryu con tono brusco y malhumorado. - Zi quierez viajar zolo, lo dicez y punto. Pero no zomoz tuz perroz falderoz para zeguirte a todaz partez. Sin duda Bolg estaba enfadado, y sus palabras lo reflejaban.

- ¿No tienez nada que decir?

El muchacho no respondió. Por un segundo, simplemente escuchó aquellos rugidos.

-Bolg, jamás comprenderás la naturaleza de mis acciones. Deja de decirme lo que he o no de hacer, me estais siguiendo porque quereis. No os he pedido que lo hagais.

Luego de aquello, bajó la mirada y su vara, ahora en la mano derecha y tocando el suelo, despide un tono luminoso bastante potente.

-Elegid, aquí y ahora. Alguien morirá si no nos dirigimos al lugar del que proviene del rugido. Si vamos, es probable que finalmente alguno de nosotros muera. Y yo no puedo simplemente dejar morir a nadie.

Comentó, caminando solo hacia el lugar del que provienen los rugidos.

-Haced lo que os convenga, yo salvaré a esa persona, aun a costa de mi vida. Es mi naturaleza.

- Y zeguramente moriraz tú... El goblin, parecía casi escupir las palabras. - No fuiste capaz de hacer nada contra aquel ogro... ¿Como vaz a zalvar a nadie?

- Ziempre menozpreciando a Bolg, tan superior él. Tan preocupado por los demás. Pero no tiene en cuanta a quien le acompaña. ¿Nunca te haz zentido parte de nada? ¿Nunca haz tenido gente a la que cuidar? Con eza actitud tan individualizta, zeguro que no. Zeguro que nunca haz tenido que zangrar para alimentar a maz de 100 bocas hambrientaz... Zeguro que no. Pero Bolg no entiende... Nunca entiende... La voz aguda del goblin rugía enfadada mientras el mago se alejaba por el sendero.

Bolg se sentó en una roca cubierta de nieve, con los brazos entrecruzados, y el rostro enfadado. - Bolg no seguirá más al mago, no sin ningún motivo. Morir por nada no es lo que más le agrada a Bolg. Hizo una pequeña pausa, mientras escupía en el suelo. - Recuperamos su dichoso bastón... Y ni siquiera nos lo agradeció... No merece la confianza de Bolg. Y Bolg no piensa sacrificarse por unas miserables bolas de carne y unas manzanas.

El goblin observó a Nauj, esperando su reacción. Parecía que Bolg había adquirido una extraña empatía por aquel hombre.

El plán andaba a la perfección. Sí, había tomado una decisión. Su amor por la vida le impedía exponer a peligros, incondicionales, a un grupo de muchachos que no debían de hacerlo. Sin embargo, deseaba fervientemente salvar a aquel humano del dragón.

La solución estaba en hacer que aquellos lo desaprobaran. Si lo conseguía, y parecía que así era, el grupo seguiría por su camino, sin el mago, y él mismo podría salvar a aquella persona, a solas, y seguir su camino, habiendo salvado al hombre y preservado la salud de su compañía.

Sonrió imperceptiblemente, algo melancólico. No le gustaba hacer aquello, no le gustaba retirarse y dejar a aquella chica que le caía tan bien, especialmente. Pero debía de hacerlo. Debía preservar el hilo de la vida..

...Como buen silfo.

Sin embargo Seryu continuó caminando, en silencio y sin decir nada. Estaba marchando por la zona boscosa, aunque alguna vez giró la cabeza dirigiendo fugáces miradas a la Innhue...que reflejaban pena.

Según había dicho, estaba marchando rumbo a algún gran peligro. Los demas habían quedado allí, y Blog definitivamente parecía que no iba a seguirle al menos por los motivos dichos.

Aunque ahora que el mago estaba algo lejos puede que alguno cayera en cuenta...

...de que se ha llevado todas vuestras provisiones...

Nauj escuchó atentamente cómo el goblin recriminaba al joven mago; después se dirigió hacia él y se sentó en una piedra contigua.

Tienes toda la razón Bolg, debió agradecernos lo del bastón. Pero piensa también que no le importó compartir su comida con nosotros.

De todas formas, si tú no vas, yo tampoco. Al fin y al cabo fuiste tú el que decidiste seguirle; yo ya pensé en que no habíamos sido invitados.

El encapuchado se quedó unos momentos en silencio y luego continuó, mirando al frente.

Fue una buena pelea la de ayer ¿eh Bolg? Hasta se podría decir que divertida ¿verdad? Fue un placer compartir aquel ogro contigo. Esbozó una sonrisa, que de nuevo se perdió bajo la capucha. Quizás algún día tengamos la oportunidad de repetirlo.

Se levantó y comenzó a andar, muy despacio, deshaciendo los pasos.

Fue avanzando, siguiendo el linde del bosque. Unos 10...15 minutos...sabía que estaba acercandose, porque ya empezaban a hacerse audibles otros sonidos típicos de batalla. Aún no encontraba sitio por donde ver, pero sabía que en ese momento tenía la ultima oportunidad de hecharse atrás si así lo deseaba. No había sonido alguno de animales en el tramo que recorría, lo cual no era muy alentador que digamos...

Nauj tenía razón, Seryu había sido bastante amable con ellos. No tenía porque compartir sus raciones, pero lo hizo. De todas maneras, a Bolg aun le duraba el enfado. No le había gustado que lo ningunearan. Verdad era que solo se conocían desde hacía bien poco. Pero habían luchado por salvar a aquel niño humano, y recuperar el bastón del mago. Eran algo así como compañeros, pero parecía que Seryu no pensaba de esa forma.

Al ver dar media vuelta a Nauj, Bolg se incororó, dispuesto a seguir a aquel extraño encapuchado. - ¿Que vaz ha hacer tu mujer? De pié en medio del pequeño claro, se giró un instante para contemplar a Syara. - Parece que tu amigo tampoco te tiene demaziado en cuenta... No noz necezita... El goblin esperaba la respuesta de la mujer, mientras Nauj avanzaba lentamente por el sendero de vuelta.

Estaba muy sorprendida con la actitud de Seryu, pero lo que más le sorprendio fueron las duras palabras de Bolg. El goblin era, desde luego más inteligente de lo que parecia.

- Bueno a veces no es necesario que agradezcan nuestros actos con palabras -tercio.

El joven al que hacia muy poco habia conocido se alejaba, Syara se entristecio. Lo que más le dolia fue que no contara con ella, era como si no confiara en ella.

Su pueblo era importante, muy importante. Pero su padre le habia enseñado a afrontar los peligros cuando estos vienen, y a ayudar a quienes lo necesitan, sobre todo por que nunca sabias cuando ibas a necesitar ayuda tu.

Levanto los ojos para ver si seguia viendolo.

- No puedo dejarle que vaya solo, que se enfrente solo al peligro...

Y después echo a correr.

Bolg ... ¿tu crees que esos dos podrán con lo que sea eso que ruge de esa manera?

A Nauj su madre le había enseñado a desconfiar de todo y de todos, especialmente de los humanos, por eso las palabras y la lealtad de la chica no le conmovieron. Pero él tenía una sensación extraña en su interior. Una percepción de esas que notaba en los últimos tiempos, y cualesquiera que fueran las fuerzas que las provocaran, no parecían satisfechas.

Se detuvo y le habló a Bolg, poniendo la mano sobre su hombro.

Podríamos acercarnos ... sólo a mirar y ver como se las apañan.

Finalmente llegó al origen de los rugidos. Se desplomó en el suelo por unos segundos, aferrando la vara y hundiéndola en el suelo, cerrando los ojos. Respiró profundamente varias veces: Aquello le había dolido realmente. Había una razon. Si, la había. Moría de ganas de comentárselo a ellos, pero los... los pondría en peligro sin necesidad alguna.

Por un segundo simplemente dejó rodar una lágrima por la mejilla, bastante afectado por aquello. 

"Fué corta pero muy agradable."

Y así lo encontraría aquel que caminara hasta él, mientras que con la vara dibuja un círculo en el suelo, muy lentamente.