Partida Rol por web

Mi boca se abre ligeramente cuando la mujer misteriosa revela su rostro. Era hermosa en su raza y sentía como si la conociera ¿Acaso la había visto anteriormente? ¿Pensarían lo mismo que yo mis compañeros?.

La respuesta del hombre que la llevaba en brazos, fue algo inesperado. Lo juzgamos y por un instante íbamos a enfrentarlo a una lucha, que al parecer habría sido inecesaria ¿O no? Aún todo era confuso, pues él no había reaccionado de la mejor forma hacia las preguntas de Seryu; su reacción nos daba pie para desconfiar y no solo ésta, su acompañante, el pálido, que no brindaba ni la mas mínima confianza . La protegía y la había salvado de las manos de aquellos bandidos y quizás también de la muerte.

-Disculpa- me dirijo a la mujer de piel escamosa -¿Quién eres? A mis compañeros y a mi nos gustaría saber que es lo que realmente ocurre en éste lugar. Quizás tu estes enterada un poco mas de lo que ocurre allí fuera- fijo la mirada en las escalas que llevan a la segunda planta y comienzo a sentir deseos de descubrir que o quien emite aquella agradable y reconfortante melodía.

-¿Quien soy? Pues...

Pareció un poco desconcertada, como si dudara en cuanto a contestar. Finalmente, se aventuró a articular:

-No me creerías, con todo respeto.

La diferencia con la Azur que conocías comenzaba a manifestarse de forma marcada. No solo parecía haber olvidado, sino que también su caracter era mucho mas entrañable en cuanto a sus formas que la defensiva y sarcástica mujer que habías conocido la noche anterior. Asi mismo, también parecía ser bastante mas maleable, ya que tus palabras parecían haberle caído bien y había hecho caso sin reparo alguno.

Me levanté por fin, parecía que aquel caos había pasado. Abría los ojos, con una mezcla de desazón y rabia. No podía olvidar mi pasado, por mucho que avanzara a grandes zancadas por el mundo. Me acerqué a Shadar, que atendía a la muchacha. Por fin había despertado, pero el colmo seguía llegando por parte de aquellos recién llegados que querían comerse el mundo a su antojo

- Muy hábil, pequeña - contesta cuando la chica dejaba de hablar - No disfraces con preguntas inocentes tus verdaderas intenciones.

Miré a Shadar, con algo de impaciencia, ¿cuando podríamos salir de allí?

Nauj reflexionó desde la paz que sentía en su interior. Ya no había odios que distorsionasen sus pensamientos y en aquella reducida estancia ya no veía enemigos. Tan sólo un grupo desconcertado que agradecía la presencia de aquella música que les liberaba de sus propios miedos y rencores.

Bajo este nuevo prisma observó a los dos desconocidos, que sin lugar a dudas se habían preocupado de la salud de la chica de rostro escamoso. Esto daba un giro a la concepción que tenía de ellos, pero hacía que todo se desencajase y dejase de cuadrar.

Lo único seguro ahora es que todos estaban envueltos en una situación que no controlaban y la única que había manifestado tener algún atisbo de conocimiento, ya no estaba entre ellos.

- ¿Y la otra chica, la de la marca en la frente? -les preguntó a los dos hombres y a la mujer de la capa blanca- ¿Quién es ella? Era la única que parecía saber de qué va todo esto.

Captó la mirada impaciente de Ikandriel. El lugar era tranquilo y la música agradable, aunque para su gusto faltaban unos cuantos cojines y alguien para servir la bebida. En verdad, también tenía ganas de salir de allí.

Tendió una mano a la joven de la capa blanca. -¿Te ves en corazón de andar? Tengo ganas de saber quien toca esta melodía.- Mientras esperaba la respuesta de la muchacha miró de reojo al otro encapuchado. -Creo que sigue siendo la única que sabe que está pasando y lo mejor será que nos lo explique ella misma. Tal vez esté arriba.-

-Creo que puedo -dijo, aunque manifestando duda. Empezó ponerse de pie sola, pero al apoyar la zona izquierda del cuerpo lo hizo con mucho cuidado. Aún así estuvo a punto de derrumbarse, pero se apoyó en Shadar a tiempo. Con la mejor postura que su herida le permitía, procuró empezar a andar rumbo a la escalera.

-No recuerdo haberme sentido peor en toda mi vida... -se quejó- aunque esa música es muy reconfortante.

Vacilé levemente ante la caída inminente de ella, pero era fuerte y sabía cuidarse sola. No en vano había sobrevivido todo aquel tiempo, sola a base de fuerza de voluntad. En silencio, me coloqué a su lado, para caminar hacia las escaleras, y le tendí una mano para servirla de apoyo

- Si te caes no llegaremos a ningún sitio, al menos hoy - me justifiqué ante ella.

Era demasiado impropio de mí

¿Arriba? -pensó intrigado el encapuchado. Aquella música le envolvía y él no era capaz de identificar su procedencia. Ni siquiera se había percatado de las escaleras que subían al piso superior hasta que aquel extraño trío se encaminó hacia ellas, con paso vacilante por la lesión de la chica de rostro azulado.

- ¿Qué te parece todo esto Bolg? -le susurró a su amigo, que seguía a su lado. En aquel desconcierto, encontraría reconfortante la opinión siempre práctica del goblin. -Ven, vayamos a ver.

Y con paso ligero, trató de alcanzar las escaleras antes que los otros y subir hacia arriba, hacia la fuente de aquella mágica melodía.

Cerré un poco los ojos ante la respuesta de la mujer de piel escamosa.

-Pruébanos- le digo con determinación, en un tono serio. Comenzaba a cansarme de aquella situación; misterios y más misterios. Era hora de saber verdades.

Al parecer todos teníamos la misma intención de averiguar quien tocaba aquel instrumento y no sería yo la de menos, pues sentía tanta o quizás mas curiosidad que los demás, pues gracias a ella, había logrado tranquilizarme.

-Vamos...- susurro a Seryu, tomándolo de su mano y tirando de ésta, encaminándonos hacia las escaleras detrás de Nauj y el piel verde. Por un momento sentí disgusto, debido a que al grupo al que pertenecía, parecía que se desintegraba lentamente. Estábamos divididos y no era de sorprenderse que por falta de confianza, cada uno tomara su propio rumbo en algun momento del camino.

Bolg caminó junto a su amigo hacia aquellas escaleras. Todo lo acontecido en los últimos momentos superaba el entendimiento del guerrero, y su única forma de defenderse, era amenazar con la mirada y con desagradables bufidos a cualquier que se le acercara demasiado.

- Bolg no entiende, Bolg eztá alerta. Fue lo único coherente que Nauj pudo captar de las palabras rápidas del goblin. Sin duda, el pequeño piel verde, estaba fuera de lugar.

El muchacho asintió dejandose guiar por Syara. También sentía curiosidad por esas notas misteriosas, al igual que por la dócil draconiana. Aquellas criaturas no solían ser tan mansas. Esperó tras los que estaban subiendo, para ascender al piso superior, tranquilo y sintiendose seguro con aquella música...

Andrue subió primero acompañado de la extraña draconiana, que de forma dócil aceptó la ayuda. Los demas fueron subiendo tras estos dos, y en cuestión de poco tiempo todos estaban en la planta alta de la posada. El ambiente anómalo continuaba, como si todo fuera atemporal.

La cadencia armónica aqui era mas nítida y por ende mas agradable. Y esto se debía a que en el otro extremo del pasillo estaba el instrumento responsable de la tonada, así como su intérprete. Una elegante e imponente arpa de ébano pulido se encontraba cerca de una silla que componía el asiento de Scire. Seguía tal cual estaba antes de que dejaran de verle anteriormente, con su túnica negra con bordes dorados, su pálida piel y aquella marca en la frente. La única diferencia es que tenía las mejillas húmedas, producto de un delgado hilo transparente que bajaba desde los párpados cerrados.

Tenía una expresión bastante neutra a pesar de físicamente estar llorando, mientras seguía interpretando lo que ya probablemente eran los últimos acordes de la melodía. No se inmutó ante la llegada de espectadores practicamente, tan solo siguió acariciando las cuerdas con los dedos de una mano, mientras él índice de la otra se cruzó con los labios indicando que le dejaran terminar.

Volvió a enfocar ambos brazos en el recital durante poco mas de medio minuto, cuando finalmente una última caricia al arpa marcó el final de la melodía. Luego suspiró con algo de cansancio y secó los ojos al igual que las mejillas con la manga. Su rostro era la imágen de la serenidad.

-Así al menos habrá algo mas de tiempo -casi pareció hablar para si misma. Luego levantó la vista hacia la pequeña comitiva y apoyó ambos brazos en el regazo.

-Ah, estáis ahí. ¿Ya os sentís algo mejor, verdad? -preguntó afablemente.

Aquello era otro suceso extraño para sumar al repertorio. Scire no estaba triste ni afectada, se le notaba, pero aún así habías visto sus lágrimas. Casi era como si...

...las derramara por personas ajenas a si misma...

Lá música había comenzado cuanto aquella epidemia de malestar hacía mella abajo, despues de todo.

Por su parte, Azur se veía algo dudosa en cuanto a contestar a la chica que acompañaba al joven rubio. Esta se manifestaba dispuesta a intentar hacerle caso, y esto parecía haberle animado un poco mas a la conversación. Sin embargo el nuevo encuentro había acaparado aunque fuera momentaneamente su atención.

-Eres genial con ese instrumento -alabó- pero la pieza se me ha hecho tremendamente triste...aún así extrañamente me ha levantado el ánimo, gracias.

- Ya nos encontramos mejor, gracias. Y todo por esa maravillosa música que has tocado y que ha hecho desaparecer nuestros miedos.

Sin embargo, no puedo evitar sentirme navegando en un mar de dudas que provocan un cierto desaliento en mi interior. ¿Podrías indicarnos qué es lo que está ocurriendo? ¿y quién es el responsable de todo esto?

Y... y, ¿qué le ocurrio al pequeño el..., a la pequeña criatura que iba contigo?

Observé la escena, en la que todos estabamos cual animalillos dóciles. El arpa había conseguido calmar los instintos hostiles que cada uno de nosotros llevamos dentro, inevitablemente. Tenía momentos en los que sentía como se perdía mi mirada en el vacío. Las imágenes que había visto ante mí y aquella música celestial había acallado el cúmulo de pensamientos en mi cabeza

"Será verdad que la música amansa a la bestia..."

Abría y cerraba las manos, nervioso, hasta que me decidí a preguntar:

- ¿Qué es lo que ocurre con el tiempo? ¿Qué pasará si se acaba? - le pregunta a ella. Jamás pensé en verla en ese estado, cubierto el rostro de lágrimas. Era una imagen sobrecogedora, viendo como las plazas fuertes también se derrumbaban

Ébano y túnica predominaban, contrastando con la palidez que caracterizaba a la joven, al igual que las lágrimas en su rostro sereno.

Dio unos pasos para abrirse camino entre los demás y colocarse en frente de Scire. -Gracias.- Comprendía lo que había hecho por ellos. Lo mínimo que podía hacer era agradecérselo. Luego se giró hacia el encapuchado y buscó su mirada entre las sombras de su capa. -Os tomáis muchas molestias por alguien que no sabéis quien es y por un pequeño... elemental.- La última palabra la dijo con sorna. -Pero creo que este no es momento para tratar estos temas. Primero hay que aclarar que está sucediendo. Luego si queréis mantendremos una tranquila charla sin plantas ni ofensas por en medio.-