Partida Rol por web

Una sonrisa se dibujó en mi rostro al sentir aquella magía -la siento...- respondo a su pregunta con un hilo de voz.

Era una sensación extraña y nueva. Me intrigaba y quería sentirla por un tiempo mas prolongado, pero al sentir otra presencia a mi lado, supuse que se trataba de Nauj.

Abro los ojos, lentamente, y antes de entregársela la miro una vez mas. Era sorprendente, estaba extasiada con todo lo sucedido, especialmente con la interpretación de Seryu. El viaje cada vez resultaba mas interesante.

Al depositar la pequeña piedra en las manos de Nauj, fijo la mirada en Inzar. Levanto ambas cejas -¿Te unirás a nosotros o te quedarás allí?- luego, le sonrío, quería que se uniera y no estuviese solo, como un marginado.

A parto la mirada de él por un instante y la fijo nuevamente en aquel hombre -¿Lo ignorarás por completo, Seryu?- susurro.

-¿Hm? Si claro, porque no. Pero no se nada de magia, no se yo si sea buena idea... -comentó conforme se acercaba también, taciturno. Ya luego de un rato parecía estar acomodando los engranajes de su comportamiento lentamente. Sonrió levemente ante la invitación, y observó con algo mas de cuidado las reacciones que causaba tocar aquel objeto tan curioso.

 Dirigió su mirada, levemente, al hombre que se acercaba a él. Por un momento quedó sorprendido: Una regañina. Pero pronto sonrió, le dio la mano y se la estrechó. Luego lo soltó y lo miró a los ojos.

-Eh...si, disculpe. De cualquier modo, me aseguré de que la estructura del portal no se viera mermada. Es simplemente un análisis de magia, ya sabe. Y aún no he tenido el placer de sentir bien su proveniencia. Oh.. Donde están mis modales. Me llamo Seryuu. Soy un hibrido Silfo, y solo tenía curiosidad por la magia que abría este portal. Un placer encontrarme con... otro usuario de la energía, o eso creo, ¿No es cierto?

Luego se giró un segundo hacia la muchacha, guiñándole un ojo, y siguió conversando con el mago.

-A proposito, tengo algunas preguntas que hacerle, y que agradecería me respondiera. Verá, vamos a cruzar el portal, pero aún no sabemos qué es lo que hay al otro lado con seguridad. ¿La conexión lleva a alguna ciudad? ¿O nos encontraremos con sorpresas por el camino?

Al principio Nauj no notó nada, tan sólo un leve hormigueo en su mano. Pero, de repente, algo comenzó a revolverse dentro de sí y empezó a notar la energía que el cristal emanaba. Y entonces Nauj sintió, entendió y disfrutó de aquella magia que removía las más íntimas fibras de su ser. Fue una grata experiencia, parecida y diferente a la vez a aquellas percepciones de las fuerzas elementales que el encapuchado captaba con asiduidad, pero con una intensidad mucho mayor. Algo que no olvidaría mientras viviese.

Le devolvió el trozo de portal a Seryu; quería preguntarle de qué extraña sustancia estaba fabricado aquello y qué conclusiones había sacado él, pero el mago se había enzarazado en una conversación con el joven de la perilla, así que permaneció atento.

Nauj sabía que el portal les llevaría a un pueblo llamado Ivere, pero no estaría de más que aquel hombre se los confirmase.

-Ha sido un buen uso de tu parte, Seryu. Mi nombre es Raen Aerrlock, vengo de Kanisé. Soy parte de la división mágica del ejército de la ciudad. Se supone que lleva directamente a un poblado de Shrae, de donde han venido unos chismes sobre la de la capa blanca y un niño-fantasma. He venido aqui a intentar convencer a los imprudentes que estan cruzando de lo contrario. Para muchos meterse en esta guerra es un juego, pero se dan cuenta tarde cuando estan a punto de matarles que no es así.

Mire aquellos jovenes rostros, algo apesumbrado al ver tanta juventud queriendo arriesgar la vida a la ligera.

-Ustedes también quieren cruzar, ¿verdad? Les rogaría que se lo pensaran bien. No soy quien para impedirles paso pero...no es algo a tomarse a la ligera.

Escuché con atención y sumo cuidado las palabras de aquel hombre, Raen Aerrlock. Llevo un dedo al mentón y analizo las palabras que había dicho ¿Tendría él razón?.

Giro levemente la cabeza, mirando ahora a Seryu, esperándo una respuesta por su parte -Tendremos cuidado, buen hombre- digo regresando a mi postura anterior, mirándole nuevamente -Contamos con la ayuda de Seryu, que como pudo observar, tiene una gran habilidad mágica, además, nuestro grupo se complementa de una buena forma, así pues, esperamos no tener percances en el camino, aunque el camino es desconocido e incierto, pero confiamos en que todo marchará bien- ahora miraba a Seryu y quien le sonreía -ya hemos decidido nuestro destino, no regresaremos, continuaremos-.

Mi sonrisa era aún mas amplia. No era que me entusiasmara por completo aquel viaje, no, pero confiaba plenamente en Seryu y mis compañeros, no había marcha atrás.

Según las noticias que conocía Nauj, el territorio de Shrae hacía tiempo que había claudicado y estaba a merced de los ejércitos de Lord Gamías. O sea que las advertencias que les hacía aquel hombre no eran en vano. Cruzar el portal significaba canjear la seguridad de la ciudad libre de Seiní por el peligro constante que supondría estar rodeado de soldados enemigos.

Pero, tal como había dicho Syara, parecía que el camino de su destino atravesaba aquella puerta y estaba decidido a dar el paso necesario.

Sin embargo, quería advertir a sus compañeros sobre lo que había visto hacía unos instantes y sin duda lo haría antes de que se decidiesen a emprender su viaje. Nauj esperó pacientemente a que terminase la conversación con el mago de Kanisé.

 -Eh..

Algo sorprendido por como la muchacha había respondido al mago, sonrió por unos segundos.

Luego volvió a hablar cordialmente con el mago.

-No, no hay manera de que nos convenza, señor. Estamos dispuestos a erradicar a D´thyre y los suyos. Tenemos la fuerza suficiente, pero no las personas, así que viajamos allí en busca de héroes que nos apoyen en nuestra cruzada. Uniendo fuerzas, podremos hacer desaparecer el mal.

-Me uno a la moción, tendremos cuidado y eso. Ahora cortese y dejenos pasar.

Comentó el muchacho con una media sonrisa. Acomodó el espadón de la espalda y también una de sus botas, usando el talón opuesto para pisarla por un lado. Frotó un poco los brazos por el frío matinal y echó un vistazo alrededor, y luego al disforme portal cercano.

Viendo que aquél mago dudaba ante la firme resolución de todo el grupo, Nauj decidió apartarles un momento para explicar lo que había visto.

- Si nos disculpa un momento... -le dijo al extraño.

El encapuchado reunió en torno suyo al grupo, unos cuantos pasos más allá de donde estaban. Allí les contó que, al avistar el portal y dirigirse hacia él, había visto claramente al drow que el día anterior habían capturado con Bolg y con la guardia de Seiní, cómo entraba en la distorsión y desaparecía delante de sus ojos.

- Ese drow tiene que ser peligroso, si ha conseguido escapar de su encarcelamiento -explicó- Es un cazarrecompensas a sueldo de D'Thyre que asesinó a la dueña de 'Manzana'. Sin duda, ha cruzado el portal siguiendo órdenes del Tirano y lo más probable es que quiera hacer lo propio con la de la Capa Blanca, si se dirije hacia allí. Parece que D'Thyre tiene una extraña fijación por esas guerreras -Nauj miró a sus compañeros, tratando de averiguar si les quedaba claro lo que explicaba- Debemos estar alerta, es posible que nos esté esperando tras esa puerta -les advirtió.

Una vez que hubo relatado todo esto, continuó.

- Si Seryu no quiere hacer más pruebas con la esencia mágica del portal, creo que sería hora ya de atravesarlo. -se quedó mirando al resto, a ver si estaban de acuerdo.

Camino junto a los demás hacia el lugar que nos indicó Nauj.

Me cruzo de brazos, mirando al encapuchado, escuchando atenta y cuidadosamente cada una de sus palabras. Mi ceño se iba frunciendo lentamente a medida que hablaba, sin duda, aquello me preocupaba, sin embargo, estaba conciente que el camino no sería fácil y mas de una sorpresa nos llevaríamos.

Al finalizar de hablar, asentí como respuesta a sus palabras. No había nada que decir, tan solo seguir su sugerencia y estar alerta. Relajo mi rostro y miro a Seryu -¿Crees que podemos continuar? ¿O existe algo más que quieras probar?- todo dependía de Seryu, él daba la última palabras si continuar o no.

Fue en ese instante que notar mas gente acercandose a su pocisión. Y una de esas personas era conocida para todos. Medio agazapado, aquel goblin se irguió dignamente al encontrarse a pocos metros de Nauj.

-Estaba buscándote viejo amigo...- Blog no dijo más, y espero que la reacción del pintoresco grupo, mientras con el brazo, hacía señales a sus dos acompañantes para que esperaran detrás de él. Estos seguidores de hecho, hacían un contraste estrepitoso. La primera era una niña de como mucho diez años, quizá menos. Una camisilla de tela café sobre la cual había un saco pequeño y mono, pantalones hasta el tobillo de piel peluda para el frío seguramente, y mas abajo calzaban los pies unos botines de cuero. Ojos verdes algo mas oscuros que los del silfo y una pañoleta estaba en la cabeza, sobre el cabello claro.

El segundo...

Tenía las orejas punteadas, pero el parecido con los pueblos elfos llegaba hasta ahí. El resto de los rasgos eran algo (bastante) bestias: gran nariz y mandíbula cuadrada, cabello enmarañado, incisivos que recordaban vagamente a los de un jabalí sobresaliendo de los lados de la boca...

Traía puesto un abrigo de piel bastante rústico a los hombros, acompañando a una camisa que a todas luces estaba hecha de la piel de otro animal mas, al igual que los pantalones, que acababan donde a la vez comenzaban unas botas metálicas que delataban pies de buen tamaño.

El muchacho, que estaba algo distraído, pegó un salto al ver al piel-verde.

-¡¡Uaa!! ¿Tan temprano va a haber bronca?

Se puso en guardia, aunque si bien no desenvainó porque había demasiada gente alrededor se quedó observando a Blog de forma cauta. Ya había comprobado antes lo impredecible que podía ser el pequeño adversario.

 Luego de una larga escena, en la que se comentaron los pros y contras de cruzar el portal, decidió poner rumbo al mismo...

Aunque..quizás como de costumbre ya, alguien lo impidió.

De nuevo aquel goblin. Suspiró, agotado, y luego sonrió. Se alegraba de que se encontrase bien. Al parecer, había hecho nuevos amigos.

No se entrometió en el momento de tensión, solo dirigió una mirada a aquel pequeño ser de piel verde, y luego a Nauj, a quien se acercó.

Desde allí, comentó algo al grupo

-Nos movemos. Si nos quedamos aquí, es posible que lleguemos demasiado tarde. Recordad, tened preparadas las armas.

Una vez hecho aquello, aguardando que todos se le adelantaran, trato de hablar con el pequeño goblin.

-Blog, no sobrevivirás demasiado tiempo en un mundo con solo tres compañeros. Es más que probable que mueras, de hambre, de sed o por encontrarte con un enemigo que no te permita huir. Te estoy facilitando la opción de unirte a nuestro equipo, y solo existen dos condiciones para ello: Una, no intentar matar a los miembros del grupo. La segunda... es no huir de un lugar en el que te expongas a peligro. Si formas parte de nuestro equipo, seremos más y podremos combatir mejor. Tus compañeros pueden venirse con nosotros, si realmente tienen espíritu de guerrero....Bueno, espera, no..

Volvió su mirada hacia la niña. No se acercó a ella, pero la miró dulcemente

-No me gustaría poner en peligro a la juventud de este mundo: Estamos luchando para ellos, así que ella no debería de estar en esta guerra. A ella no la admitiría en el grupo. 

-¿Qué me dices, Blog? ¿Formar parte de un grupo, y hacer cosas grandes, o huir y mantenerte en la oscuridad como una criatura sin alma?

Luego calló, aguardando respuesta.

Bufó.

-¿Guerra? ¡En todo caso sabemos defendernos! Pero venía porque nuestro nuevo amigo me dijo de una persona que sabía mucho de medicinas con plantas.

Señaló a Nauj.

-¿Eres tu verdad? ¡Enseñame!

- Ez mejor huir para poder luchar otro día, que morir zin zentido en el campo de batalla... Pero no hables de lo que no conoces, pues no conoces de nada a Bolg. El tono del goblin era bastante cordial, aunque en sus palabras se podía percibir la herida que había abierto la traición de Seryu.

- Pero no estoy aquí por un tema personal... La mirada del goblin se desvió instintivamente hacia Inzar, y aun pudo verse un fuego amenazador en su mirada.

- Esta gente necesita ayuda, tal vez Nauj pueda darles consejo. El guerrero guardó entonces silencio, y espero que su amigo respondiera el mismo a la niña.

No pude evitar fruncir el ceño al ver llegar a Bolg. No era que no me agradara, no, el problema era que siempre estaba causando disgustos y riñas en nuestro grupo.

La tensión de Inzar se apreciaba desde donde me encontraba. No desenvainó su arma, pero sabía que estaba a en guardia, preparado para atacar.

Camino hacia él y me detengo a pocos pasos suyo; pongo una mano encima de su hombro, dejándole saber de esa forma que contaba con mi respaldo.

Permanezco en silencio, escuchando detenidamente las palabras de Seryu e inspeccionando el rostro de los acompañantes de Bolg. ¿Buena idea que se unieran al grupo? No estaba segura de ello, confiaba poco en el pequeñajo verde, sabía que tarde que temprano atacaría y se vengaría. Bolg sería un problema, pero confiaba en Seryu.

La pequeña era valiente y por ello me gustaba, pero llamó mas mi atención su interes en ayudar a a su gente, un noble acto, admirable.

Miro de soslayo a Nauj. Existía una alta posibilidad que los ayudara, pues siempre había mostrado simpatía por el goblin. Espero expectante su respuesta.

La intuición de Nauj no había fallado y Bolg había aparecido aquella fría mañana en el portal, aunque los motivos eran otros de los que había imaginado. No parecía venir buscando saciar su venganza si no que traía consigo a una pequeña niña y a otro extraño acompañante. Bolg es toda una caja de sorpresas, sonrió para sus adentros.

La situación era delicada. Nauj por fin había conocido a unas gentes con objetivos comunes a los suyos y eso no lo podía dejar escapar. Pero por otro lado, tampoco podía traicionar la amistad que le unía al pequeño piel verde y esperaba no tener que posicionarse en su disputa con Inzar. Lo ideal sería que aquel obstinado ser se uniese al grupo, así que se alegró al oir la invitación de Seryu. Lo complicado era hacer entender al goblin que el mundo estaba en peligro y que su ayuda sería muy útil para derrotar al tirano que lo azotaba. Nauj ya lo había intentado una vez, sugiriendole que quizás su poblado y su propio hogar pudiesen haber sido arrasados mientras él estaba fuera, pero no sabía si aquello le había calado.

Apartando estos pensamientos de su cabeza, decidió hacer lo que parecía que, en esos instantes, era lo más urgente por hacer.

- Hola Bolg, me alegro de verte -le sonrió. Una sonrisa más de esas que se perdían en el fondo de la oscuridad de su capucha.

- ¿Cómo te llamas niña? -le preguntó- ¿y qué es exactamente lo que te gustaría saber?

-Thara, señor. ¡Y él es Ged! -señaló hacia atrás, donde estaba el mastodonte- Me gustaría...no, quiero aprender a tratar plantas. Tengo que ser capaz de hacer una medicina con una raíz, por el bien de mi pueblo. Es algo resumido, pero es la verdad.

Se paró firme, para mostrar su determinación.

-Podemos ir con ustedes el tiempo que haga falta hasta aprender lo que necesito, y podemos ser útiles. Ya se que puedo tardar muchos días...o semanas...pero aún así.

Por su parte, como ya había visto Blog antes, no pronunció palabra. Lo mas que hizo para aportar a la charla fue soltar un gruñido que al parecer la niña interpretó como un consentimiento. Miraba un poco alrededor, casi sin mover la cabeza, mientras discurría la charla.