Partida Rol por web

-Eh tios, no me dejen solo con este par... -comentó en entre dientes aquel mercenario. Dio unos pasos, inseguro hacia aquella cosa mágica que supuestamente era el portal. Lo miró ceñudo, y finalmente fue de lleno hacia él, de golpe. Y desapareció de vista.

Bolg escupió sonoramente al suelo inmediatamente después que Inzar desapareciera por el mágico portal. Su rostro dibujó una fea mueca de enojo y burla mientras murmuraba unas incomprensibles palabras, sin duda mal sonantes.

Acto seguido, volvió a prestar atención a conversación que mantenían Nauj y Thara. Aun no había podido aclarar si Nauj permitiría que el retoño humano los acompañara. De todas maneras, las palabras de su amigo el encapuchado a cerca del oscuro drow, habían despertado en el corazón del goblin un interés añadido en el viaje. Un mal presagio se acrecentó en el corazón de Bolg, no podía dejar a Nauj solo, a merced del cruel destino, no mientras el drow estuviera de por medio.

 El muchacho avanza algo distante en el grupo. Observando el lugar, no había duda alguna que habían llegado a otro lugar completamente diferente. La humedad, el calor... le recordaba bastante a aquel lugar del que había partido. Era un clima propicio para las plantas selváticas y, por tanto, para la naturaleza en general. Sin embargo, no por eso iba a alegrarse, simplemente redirigió su atención hacia el camino de tierra y lo que les depararía el paso frente a ellos.

No habló, nisiquiera estableció un vínculo mental. De hecho, en aquel momento el vínculo era inexistente.

Nadie podía comprender como él el valor de una vida. La nueva generación debía de vivir libre de cargos y de miedo. Unos pocos se sacrificarían por el bien de las generaciones futuras, para liberar al mundo del mal que lo aterra...y, sin embargo, parte de su grupo se había sentido enternecido por una niña que deseaba ponerse en peligro para aprender algo que podía aprender cuando volvieran.

Jamás comprenderían su punto de vista. Algo abatido por aquella reflexión, sacó el bastón de la espalda y comenzó a ascender por el camino, ahora a un ritmo mas lento, apoyándose en aquel instrumento, como si estuviera cansado de andar años y años.

Al fin había cruzado el portal. La cálidez y humedad de aquel lugar era intensa, lo cual hacia que mi pesado abrigo comenzara a incomodarme, pero no prestaba mucha atención a ello,pues estaba concentrada en el paisaje, detallando cada pequeña cosa.

Mis ojos ahora estaban mirando el cesped, el provocaba ser tocado, no pude evitar arrodillarme y pasar la mano por encima de éste una y otra vez; sonreía al hacerlo y deseaba quedarme allí por mas tiempo, pero desafortunadamente, debía continuar.

Al sentir pasos detrás mío, miro por encima del hombro y veo a Inzar, otro mas que había pasado; esperaba que los demás no tardaran en hacerlo.

Le sonrío al guerrero, me incorporo para continuar el camino, buscando rápidamente con la mirada a Seryu, pero éste ya había comenzado a marchar, solo, dejándonos atrás, aquello borra inmediatamente mi sonrisa.

Respetaba su actitud y su decisión de caminar solo, por lo cual comienzo a caminar junto a Inzar, pero tan solo un poco, pues quería esperar a los demás.

Nauj se agachó junto a la niña, le sujetó por los hombros y contestó a su pregunta.

- Lo que yo te he explicado es un procedimiento que sirve para extraer las esencias íntimas de las plantas. O sea que sí, -sonrió- seguro que es así. Lo que ya no te puedo garantizar es que esa esencia sea el remedio que tú buscas, pues desconozco esa enfermedad tan rara de la que hablas. Además, no sé si la medicina que vuestro herbolario preparaba tenía algún otro ingrediente; a veces es necesaria la mezcla para que se produzcan los efectos deseados.

El encapuchado giró la vista nervioso hacia el portal; sus compañeros ya habían marchado y temía perderlos si se demoraba mucho más.

- Mira Thara, no es necesario que nos acompañes. De hecho, es una tontería porque poco más puedo enseñarte yo. Ahora tengo que cruzar ese portal, es imprescindible.

¿Lo has entendido?

Al contemplar el rostro dubitativo y suplicante de Thara, el encapuchado comprendió que la niña se sentía insegura. Quizás habían sido demasiadas explicaciones en muy poco tiempo. Resignado, respiró fuertemente y volvió a comenzar: le explicó otra vez la forma correcta de machacar la raíz, de cómo dejarla macerar en sus propios líquidos junto con otras plantas que acelerarían el proceso de extracción, el tiempo aconsejable de reposo, el proceso de filtrado...

El tiempo pasó con las explicaciones, Nauj no sabía cuánto ni si sería ya tarde.

- Sé valiente, Thara... -le dio un beso en la frente y se levantó, dispuesto a seguir con su misión si la niña se sentía satisfecha.

Miró a Bolg. Ahora tocaba convencerle a él de que le acompañase en su camino.

-¡S...si! ¡Creo que lo tengo todo! Hemos de volver cuanto antes.

Se alejó algo apurando a su acompañante y parecía dispuesta a marcharse sin mas. Sin embargo se detuvo de golpe a unos metros con cara de despiste, se giró y volvió cerca de Blog y Nauj. Al primero le dió un pequeño pero efusivo abrazo sin que reparara siquiera en su "aspecto" o similares. Tras esto se separó e hizo una leve reverencia ante el segundo.

-¡Muchisimas gracias a ambos! ¡No les olvidaremos!

Se alejó entonces y ahora si corriendo lo mas que pudo, seguida de Ged. En eso se giró  algo haciendo una señal de despedida con la mano.

-¡Cuidate mucho Blog!

Y en pocos instantes había etrado de vuelta a la ciudad.

Una criatura encantadora. Por apenas unos instantes, a Nauj le pareció ver que el goblin se azoraba y ruborizaba un poco ante el cariñoso abrazo de Thara. Pero debieron ser imaginaciones suyas.

- Bolg..., ¿qué tenías que contarme sobre el drow? -le inquirió cuando la extraña pareja se hubo marchado.

O... ¿me lo cuentas por el camino? -añadió- ¿vienes? -le preguntó, señalando el lugar donde se abría el portal mágico.

Bolg se sorprendió cuando Tahra le abrazó, no esperaba esa reacción en una humana. En un primer momento el contacto le asqueó, pero pronto noto algo cálido, más allá del gesto, sintió una verdadera gratitud de la niña hacia él. El pequeño guerrero no supo que decir ante aquella sensación, y solo pudo esbozar una mueca que podía recordar a una sonrisa.

Con un leve gesto despidió a aquella cría humana. Ya podía contar, con que dos de aquellos pataslargas le habían sorprendido gratamente, y eso Bolg no lo olvidaría jamás.

Ahora, el otro humano que merecía el respeto del guerrero, se dirigió a él.

- Ze que tenez cozaz que hacer, y no quiero entretenerte, azí que iré contigo. De ezta forma tendremoz tiempo de hablar... Los ojos de Bolg ocultaban algo más, estaba claro, pues su mirada era esquiva.

El guerrero dudo un instante antes de volver a hablar. - Iré contigo, puez créeme, me necezitaz máz de lo que pienzaz. Pero hazme un favor, no me dejez a zolaz con eza rata inmunda, ni con el traicionero mago...

Las últimas palabras de Bolg dejaron sumamente intrigado a Nauj, pero ya no había tiempo para más preguntas. El goblin había manifestado que le acompañaría, así que no había motivos para demorarse más.

El encapuchado recorrió los pasos que le separaban del portal, miró a Bolg y, sin decir más palabras se introdujo por él, notando con gran intensidad la energía que ya había sentido cuando Seryu le puso en sus manos un trozo de aquella materia mágica.

En apenas un instante, desapareció de la vista del piel verde.

Las cosas eran totalmente distintas y extrañas de ese lado del portal. Antes de cruzar, se percibía el frío y la gelidez de la mañana de Zanda. Tus ojos estaban ya habituados al color niveo como nota usual.

Sin embargo allí era todo tan diferente...Estabas a un lado de una carretera de tierra, pisando cesped tierno y verde. La mañana en esa zona se presentaba muy nublada, al punto de que el cielo se presentaba de un gris perlado de forma homogenea. El aire se respiraba cálido y humedo, dando un toque pesado al ambiente, como si hubiese estado lloviendo hacía unas horas. Sin embargo esto era soportable debido a la brisa que recorría la región, agitando algo la capucha.

Otra cosa a tener en cuenta era el brusco cambio de temperaturas. No era uno de los días mas calurosos de Shrae sin duda, pero el clima era mas caliente y agradable.

Allí con ellos no había nadie, sin embargo a lo lejos podían verse algunas de las personas que ya habían cruzado. Caminaban por la carretera hacia el este. ¿Sería por ahí que estaba el susodicho pueblo? A unos treinta metros, pudiste apreciar a Syara y Seryu. Se alejaban a paso lento ambos, muy lento. Quizá fuera por cansancio, o para esperarte. A saber.

Bolg dudó unos instantes, y tras olfatear el aire, se encaminó hacia el portal, justo después de que Nauj desapareciera. No tenía ni idea de donde irían, y aunque sabía porque hacía él todo aquello, no se imaginaba que motivos o razones conducirían al resto de variopinto grupo a cruzar aquella especie de portal mágico.

Respiró profundamente, y atravesó el portal.

Las cosas eran totalmente distintas y extrañas de ese lado del portal. Antes de cruzar, se percibía el frío y la gelidez de la mañana de Zanda. Tus ojos estaban ya habituados al color niveo como nota usual.

Sin embargo allí era todo tan diferente...Estabas a un lado de una carretera de tierra, pisando cesped tierno y verde. La mañana en esa zona se presentaba muy nublada, al punto de que el cielo se presentaba de un gris perlado de forma homogenea. El aire se respiraba cálido y humedo, dando un toque pesado al ambiente, como si hubiese estado lloviendo hacía unas horas. Sin embargo esto era soportable debido a la brisa que recorría la región.

Otra cosa a tener en cuenta era el brusco cambio de temperaturas. No era uno de los días mas calurosos de Shrae sin duda, pero el clima era mas caliente y agradable.

Nauj estaba cerca de ti mirando alrededor. Allí con ellos no había nadie, sin embargo a lo lejos podían verse algunas de las personas que ya habían cruzado. Caminaban por la carretera hacia el este. ¿Sería por ahí que estaba el susodicho pueblo? A unos treinta metros, pudiste apreciar a Syara y Seryu, seguidos de Inzar. Se alejaban a paso lento ambos, muy lento. Quizá fuera por cansancio, o para esperarles. A saber.

Echando un vistazo hacia atrás, podía comprobarse que Nauj y Blog habían cruzado también. No veían rastro de Thara, así que probablemente le hubieran disuadido de alguna forma a que no viniera. Tampoco el robusto compañero de esta se veía cerca. Inzar también había atravesado al parecer, y venía a un leve trote para darles alcance a ustedes. Un mascullo de "No me dejen solo con ese par..." fue todo cuanto soltó.

- Zerá mejor que noz aprezuremoz Nauj, puez parece que tuz nuevoz amigoz no tienen paciencia para ezperarte. Dijo el pequeño goblin con una media sonrisa enigmática entre dientes.

Dicho esto, emprendió la marcha para dar alcance al grupo que ya se había adelantado. Aunque se guardaría mucho de acercarse demasiado al mercenario Inzar.

Nauj apareció sobre el frondoso césped, junto a una distorsión similar a la de Seiní, que flotaba en el aire junto a él. Observó el cambio de paisaje a su alrededor y, a lo lejos, vio a Syara y Seryu caminando juntos. No logró ver a Inzar, pero supuso que no podía andar muy lejos de ellos dos.

Entonces se oyó un leve zumbido en el portal y una figura borrosa comenzó a vislumbrarse. Nauj esperaba que fuese Bolg, pero el que apareció fue Manzana, que salió de un salto, tal como había entrado.

- Oh, Manzana -se agachó junto a él y comenzó a rascarle entre las orejas- me había olvidado de ti con todo lo que ha pasado. ¿Me podrás perdonar, verdad? -le dijo afablemente. El cachorro comenzó a menear el rabo contento de estar otra vez junto a su nuevo amigo. Entonces a Nauj se le ocurrió: - ¿Ves allí a Seryu y a Syara? ¡Corre! ¡Corre hacia ellos y haz que detengan su marcha, hasta que lleguemos yo y... -miró al portal. El goblin no aparecía- ... Bolg!

El perro comprendió perfectamente y se lanzó a la carrera, en busca de su objetivo.

Otro zumbido volvió a sonar y, tras unos instantes, ahora sí que apareció Bolg, con su mirada nerviosa. Tras husmear brevemente el ambiente, el piel verde le puso prisas para que siguiesen al resto, con un algo muy similar a la ironía en sus palabras.

Nauj comenzó a caminar junto a él y entonces le preguntó:

- ¿Me cuentas ahora qué es lo que querías decirme acerca del drow?

Detras de ambos puede oirse un ladrido. Y con un vistazo se podía comprobar que venía del cachorro que acompañaba a Nauj. Se puso a ladrarles insistentemente y les cortó el paso, alegremente como podía esperarse de un animal tan joven.

Las intenciones del perro eran bastante nítidas para ti. No sabías si para Seryu tambien, pero comprendiste a la perfección que estaba pidiendo que se detuvieran a esperar a Nauj y a su compañero piel-verde.

 Detuvo su marcha y se giró al perro. Trató de entender el idioma animal por un momento, aunque, sinceramente, no tenía humor para aquello. 

De cualquier modo, sabía que quizás había obrado algo brusco con todos. Miró un escaso segundo a la muchacha, luego bajando la cabeza. Allí los esperó, aguardando que el grupo emprendiera la marcha, y, entonces, poder poco a poco recobrar su humor, si le era posible.

Los ladridos del cachorro me hicieron detener inmediatamente; lo miro por encima del hombro, lo observo por un instante, estudio sus movimientos, su inquietud y lo comprendí a la perfección.

Me giro hacia los recien llegados y me percato que la niña no venía con ellos, ni su acompañante. Camino hacia Inzar, poniéndome a su lado para caminar junto a él -Lo ideal es que caminemos juntos, aunque uno de nosotros prefiere algo de espacio, caminar solo- miro de soslayo a Seryu -no es buena idea hacerlo. ¿Y la niña?- les pregunto con el ceño ligeramente fruncido, luego miro en dirección a Seryu, se había cumplido su deseo.

- El drow... Zi, zi, ahora ez un buen momento para hablar... Bolg aprovechó el trecho que les separaba a Nauj y a él de los demás para poden al día a su amigo.

- Aramd, se llamaba, y eztá decidido a buzcar tu muerte. Miró de reojo al encapuchado con una clara mueca de disgusto. - Por ezo, en cuanto me dijizte que había cruzado el portal, me preocupé por tu vida... No podía dejar que eze dezgraciado te diera caza como a un perro. La mirada del goblin buscó en el horizonte el grupo que estaba avanzado, calculando mentalmente la distancia y el tiempo que aun les separaba.

- Debez de estar alerta, Bolg te protegerá, Bolg no te quiere ningún daño...

Parecía que Bolg quería añadir algo más, pero la cercanía del grupo que aguardaba su llegada, refrenó su lengua.

Cuando llegaron junto a Syara, miró a su espalda rápidamente, como si buscara algo. - ¿La niña? ¿Donde eztá la niña? Los ojos del goblin parecían salirse de sus órbitas. - No está!!

Tras unos instantes de pantomima, Bolg volvió a adoptar su posición natural, agazapado y alerta. - Thara no cruzó aquella coza mágica. Nauj la ayudó zin necezidad de exponerla a los peligroz de ezte viaje, zean loz que zean. Ahora la expresión de Bolg era seria y miraba a sus reencontrados compañeros, aunque en sus ojos se percibía el recelo hacia Inzar.

-Nauj ez el máz zabio de nozotroz...