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Crónicas de los Condenados. [+18] Cap 2: Intrigas Palaciegas

Dalla del Lago Serpiente - Instalándose.[Torre Este]

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08/02/2018, 07:46
Director

Las palabras finales de Dalla cayeron como una sentencia de lo que ocurriría después. Casi como si estuviera todo preparado, se deshicieron del vestido restante, cortándolo hasta dejarlo inutilizable. Sus senos quedaron expuestos, lo mismo que su vientre. Aun así, no tuvo tiempo de pensar, unas manos tomaron su brazo extendido, y lo sostuvieron, quitándole temporalmente el estoque de las manos, y ella se dejo hacer, con sorprendente ductilidad. Además, no lo habían dejado lejos, solo lo habían apoyado contra una silla cercana, cuidando de que la punta no se ensuciara con el pasto. En esa silla dejaron también el cinto de armas, y las botas de dalla, quien en pocos segundos, quedo como la habían traído al mundo, a excepción de unas muñequeras, y la gema verde que adornaba siempre su cuello.
Manos de mucha gente, alrededor de cuatro personas acariciaban su cuerpo, y mientras algunos la desnudaban por completo, otros pasaban las mismas por su cuerpo acariciándola con alguna clase de crema o aceite.
- Es para que la pintura se fije, Señora – dijo una descarada, que le hablaba desde atrás, pero que masajeaba el pesado seno de la Noble como un amante primerizo.
- Sois hermosa, Señora.- dijo uno que pasaba aquel liquido por las caderas de ella, a ambos lados.
- Que bella gema… ¡Ay!- Se escucho como un ligero quejido, y quien había tocado el regalo de su padre, retiro la mano adolorida y se chupo un dedo.
Las risitas de varios lados no paraban de venir, algunas burlonas, otras admirativas, un muchacho de no más de quince inviernos le sujeto el cabello, levantándolo y liberando sus hombros, ahí fue cuando el pintor decidió empezar a actuar, hasta ese momento comportándose de forma admirada. Mientras alguien le sostenía la paleta de colores, este observaba el cuerpo de Dalla con lujuria, pero también con profesionalismo. Se acerco hasta ella y sin botas y todo se dio cuenta como el hombrecillo era inferior en altura de la amazona por unos diez centímetros, pero tenía cierto porte de mando. Le levanto el mentón con una mano y termino de admirarla Luego, empezó a seguir pintándola, abarcando primero el abdomen, y luego el muslo, con pinceladas largas y repetitivas. La cerda del pincel era como una caricia muy suave y en el marcado abdomen de la mujer le hacía cosquillas. Se dio cuenta alguien empezaba a pintarla por detrás, y luego, observándola a los ojos directamente, empezó a pintar su seno izquierdo, jugando tal vez demasiado rato con el sensible pezón. Solo su lado izquierdo fue pintado, con dibujos en azul, como sus antepasados, y parte de su rostro.
Se retiro unos pasos, y aprobó lo que había hecho. Soltaron sus cabellos y pasaron la mano por algunos mechones de la mujer, dejándolos azul también.
Le ofrecieron de nuevo su hoja.
- El cuadro está incompleto. La Guerrera Victoriosa no tiene victimas. ¡Ustedes tres! Desnúdense y tírense al suelo.- indico algo a las mujeres.- Ustedes, tírenle pintura roja en patrones aleatorios! Y tú! Arrodíllate y ponte en pose de suplica. Y traigan a la dama algo de beber- Le trajeron una copa de cristal, llena de vino dulce. Su estomago rugió. Era hambre, no vino lo que tenía necesidad, pero parecía muy bueno, bueno como hace meses desde que salió del castillo de su padre, no tomaba.
Cuando termino la puesta en marcha, Dalla se encontró en medio de una situación paródica, una especie de batalla donde estaba desnuda, con cuerpos con pintura roja como si estuvieran muertos o lastimados, una mujer elevaba sus brazos hacia ella, y los hombres desnudos no podían ocultar las erecciones por verla a ella, tan vestidos como ellos. El pintor dio una indicación mas y uno de los “heridos” se arrodillo apoyando las palmas contra el suelo, para luego, indicarle a ella.
- Señora, ponga su pierna sobre el vencido.- Y empezó a pintar. Solo que claro, al apoyar la pierna así, no solo demostraba que vencía sobre su rival, su intimidad quedaba bien expuesta en la pintura.

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08/02/2018, 09:40
Dalla del Lago Serpiente

Dalla se quedaba helada cuando la comitiva del pintor se lanzaba como un enjambre de lobos para desnudarla, era como si lo tuvieran todo ensayado hasta tal punto que la misma noble pensó que eso debía ser muy habitual en ese castillo.

Sus enormes senos quedaban al descubierto con toda su majestuosidad, con esos grandes y obscenos pezones endurecidos por el frío o una mal disimulada excitación. Era una de las características que había heredado de su madre y el principal motivo por el que su padre se había liado con una campesina. Eran, al fin y al cabo, unos senos fuera de medida común que tanto podían levantar repudia como admiración absoluta, pero siempre levantaban la lujuria.

No era la primera vez que Dalla estaba desnuda delante de gente. Recordaba cuando había estado entrenando entre los barracones de los soldados. Ella había insistido mucho en ser tratada como un soldado normal y las novatas que sufría iban subiendo de tono sin que ella protestara o alguna noticia de esas bromas salieran de la boca de sus compañeros. Había quedado desnuda y cosas muy peores que esa que prefería no recordar.

Las manos de los sirvientes acariciaban la piel embadurnándola y dejándola brillante y viscosa. Habían puesto su esmero en sus grandes pechos moviendolos de un lado a otro y comprobando lo blandos y suaves que eran, incluso con sus caderas.

Al menos habían tenido la cortesía de no meter mano en su entrepierna, si bien significaba que quedaba una fea zona sin brillar que destacaba con el resto de su cuerpo. Un cuerpo esculpido, de piel suave y pálida y que había sido cuidadosamente depilado en todas las partes, dándole un aire mas infantil y obsceno de lo que podía ser honroso.

Cuando pintaban sobre su piel ella decidía mirar a otro lugar mientras se concentraba en no sentir esas cosquillas, esos pinceles jugar con su piel o alargándose mas de lo necesario en sus gruesos pezones.

Le trajeron una copa de vino que aceptó gustosamente, no había comido y tenia miedo que el alcohol se le subiera a la cabeza, pero ahora mismo necesitaba algo para relajarse y desinhibirse un poco. Mas cuando el resto de sirvientes empezaban a desnudarse y lanzarse a sus pies con sus penes erectos.

Intentó desviar la mirada y no mirar a esos palos de carne pulsantes.

Le indicaron que podía volver a ponerse en su postura y tomó su hoja de nuevo, si bien sus dedos estaban untados y resbaladizos y este se la cayó de las manos al suelo. Se inclino para recogerlo, regalando una preciosa vista al pintor de su humedecido interior y su rosado ano, con sus pechos colgando como melones maduros a punto de ser recogidos - si estos crecieran en un árbol - antes de levantarse y buscar de nuevo su posición.

Poner el pie en el vencido?

Intentaba no mirar al hombre desnudo a sus pies y colocó su pie en el, pero al no mirar ... su pie fue directo encima de su falo, donde se apoyó y busco unos segundos un punto de apoyo fuerte mientras ella pensaba confundida que diablos pisaba. Hasta que miró abajo, se puso roja como un tomate y apartó el pie para ponerle sobre su pecho ... tan lejos como podía de su miembro y abriéndose bien de piernas para el pintor.

Estiró largo el brazo del estoque, el otro puesto en jarra en su cintura y mirando al horizonte con rostro serio.

El vino empezaba a subirle a la cabeza. Dalla siempre había sido una pésima bebedora, y ya pasaba por la tercera copa.

-¿Así está bien?-

-Espero que quede bien con lo que está costando prepararlo, a este paso va a querer la historia completa - Bromeó ella intentando quitar hierro al asunto. -Primero siendo derrotada y a punto de ser capturada y ejecutada, luego liberándose y ganando a sus captores.-

Fuera por el vino o el entrono, su mente empezaba ya a imaginarse las batallas que buscaba el pintor. En su mente eran luchas épicas seguidas de atronadora música - en la mente del pintor, quizá menos épicas y mas centradas en otros "aspectos" de su persona - pero ella pensaba en las heroínas de sus tierras, luchando contra los bandidos y hombres del saco que llenaban historias de terror que se usaban para amedrentar a que las chicas adolescentes no salieran de las casas a hurtadillas para ver a sus amantes. La gente era muy creativa a la hora de imaginar abusos y torturas para espantar a las jóvenes.

Recordaba por ejemplo a Typhoeus un grotesco ser que secuestraba a damiselas para hacerlas copular con animales y así crear nuevos monstruos. "Como si no, crees que pueden existir los centauros o los minotauros!" decían los adultos sin querer entrar en detalles de como un toro o un caballo podía impregnar a una mujer humana.

Dalla parpadeó un poco.

-Un momento ... ¿Estoy pensando o hablando en voz alta?-

Notas de juego

Joer, que muro de texto me ha quedado XD
Me invento un poco el folklore de su tierra, espero que no haya problema :P
Si no, corrijo.

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09/02/2018, 06:22
Director

Goulard sonrió, levemente, antes de recomponer su rostro habitual, displicente, y obsequioso. Rápidamente hizo trazos, y más trazos, primero con carbonilla y luego con instrumentos y pinceles y lápices de diverso grosor, que le iban acercando sus siervos que rotaban y giraban para que el no tuviera que ni moverse. El de la sombrilla iba variando según el tiempo iba pasando y la muchacha noble se iba sintiendo cansada y adormecida. Dejar el brazo estirado era agotador si se hacia mucho tiempo.
- Dale un tirón de pelo. La quiero fiera, no adormecida-
Ella aun sentía, entre diversos efectos del alcohol, del aquel delicioso vino dulce afrutado que tenia siempre a mano, disponible, el pie pegajoso, del liquido que fuera cuando había pisado el falo de aquel hombre. Sabía que no era semilla, pero aun así, estaba resbaloso. El sol era agradable, los cuerpos musculosos y delgados abajo, no se comparaban con sus hombres, pero el calor que sentía en el cuerpo habían adormecido sus sentidos y sus exigencias. Cuando casi perdió la consciencia, un tirón fuerte de cabello y volvió a la realidad, lista para combatir.
- Eleva el brazo, no lo sostengas horizontal, querida. Que la espada este hacia arriba, vertical.- indico ahí el pintor. Era una posición clásica de Victor, triunfante. El pesado seno derecho de Dalla se elevo, quedando a una distancia diferente, el pintor solo sonrió. El tiempo paso, continuado, y el pintor continuaba en esa forma maniaca de pintura. La agresión hacia su cabello la había despertado de nuevo, a ella y a sus instintos primitivos.
El pintor pareció notarlo, y dio una nueva orden, parecía divertido con jugar con ella.- Supliquen por sus vidas, soldados vencidos! - Los hombres, la rodearon, arrodillados y empezaron a gemir y suplicar, las cabezas bajas, y paulatinamente, empezaron a acariciarle los pies, las pantorrillas, y los muslos. – “Señora” Señora perdónenos”. “Suplicamos” con el paso de los minutos, las caricias se hicieron más atrevidas, acariciándola, ocho manos constantes dando placer a sus pies, piernas, sus muslos, elevándose hasta el nacimiento del trasero y bajando de nuevo, y cuando las manos empezaban a llegar por delante a dalla, cuando sus miembros se rozaban, ya sin descaro contra los tobillos de la mujer, cuando un dedo insinuó ingresar en su intimidad, fue cuando lo corto todo.
- Bien. Es lo que necesito. Venga aquí, Dama, si le place- dijo, al tiempo que la observaba desde abajo, y miraba cada tanto los senos de la mujer, sin importarle demasiado si ella se sentía incomoda.
El Oculto la pintura antes de que ella llegara y uno de sus subalternos se la llevo.
- Le agradezco el esfuerzo, Señora Dalla. Su disposición será informada al Duque.
Le ofreció su propia copa de vino, y se acerco, diciéndole solo al oído.-Señora… permítame decirle… Si mañana viene por aquí,.. Haremos el cuadro de la derrota, de usted como principal prisionera… pero tenga en cuenta que no quiero ser responsable de lo que pasara, no tendré piedad por usted, pero tenga por seguro que será… arte.

Se dio media vuelta y se fue, y sus siervos se llevaron todo, la sombrilla, los paneles, las pinturas, los lienzos, los caballetes, y los "derrotados" se vistieron rápidamente, quedando ella como en un camping recientemente usado.

Únicamente había quedado una botella enfriándose en unos hielos semi derretidos, y un vaso limpio, para que se sirviera si quería. Al minuto llego el Siervo del Duque, que mirándola con indiferencia, le ofreció una toalla con la que cubrirse. Su vestido había quedado destrozado, pero aun tenia sus botas, su espada, y su cinturón de armas.
- ¿La acompaño a sus habitaciones, Señora del Lago Serpiente?-

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09/02/2018, 09:16
Dalla del Lago Serpiente

Poco a poco Dalla iba perdiendo la excitación a medida que se acostumbraba a la situación e incluso se adormecía después de tanto rato en esa postura. Claro que ese tirón inesperado de pelo la despertó.-Au! eh! Como te atreves- protesto contra quien le había realizado el tirón claramente molesta.

Farfulló algo por lo bajo mientras se posicionaba de nuevo.

Pasó mas rato y por su bien decidió no tomar mas vino.

Continuó siguiendo las indicaciones del artista sin rechistar, pero cuando los sirvientes se agarraron a sus piernas suplicando, se puso algo nerviosa ... esas manos no parecían parar y notaba como frotaban sus partes intimas con sus pies y tobillos. Estaban calientes y resbaladizos. Su postura perdió algo de convicción y fuerza mientras le costaba un poco mantener su concentración con esas manos moviéndose.

Por suerte todo se paró cuando Dalla estaba a punto de debatirse entre propinarle un golpe con la empuñadura del estoque a ese osado sirviente o mantenerse callada. Se apartó rápidamente de esas manos y se acercó hacia el pintor, las prisas hacían que sus pechos botaran provocativamente.

Sin embargo se llevaron el cuadro y ella chasqueo la lengua.

-Vaya, quería ver como había quedado.- Protestó.

Pero cuando todo el mundo se empezó a vestirse para irse, ella hizo lo mismo. Botas y cinto no eran problema, pero el vestido había quedado bastante maltrecho. Aún así se lo puso intentando sostenerlo con las manos para que se aguantaran un poco en sus partes. Con la llegada del ultimo sirviente, se ayudó de la toalla ofrecida para terminar de taparse bien.

-Si, que me preparen un baño ... quiero quitarme toda esta porquería azul.-

La ultima propuesta del pintor aún resonaba en su cabeza. Y estaba segura de que no quería volver y menos si no quería tener piedad. O eso se decía a si misma mientras las palabras continuaban repitiéndose en su cabeza.

Se dirigió a su habitación dispuesta a terminar el día y llegar al siguiente.

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11/02/2018, 04:54
Director

Saliendo del Frondoso jardín, siguiendo al sirviente tras una distancia prudencial de unos pasos, la joven noble salió atravesando la maleza recientemente cortada para ir hacia la zona más urbana. En camino allí, vislumbro una extraña flor, en el momento que se abría para aflojar sus pétalos y mostrar su bonito interior. Era una flor exquisita y la cansada Dalla no pudo evitar estirar la mano para acariciarla, y acercarla para oler su perfumado centro. Un olor dulzón, similar al vino que había bebido, lleno sus narinas, aunque tuvo una extraña sensación de tacto, como si al rozar el tallo, algunos pequeños folículos envolvieran su mano.
Escucho al siervo toser un par de veces, y aunque era algo extralimitado, sabía que no debía demorarse, y siguió al mismo, aunque ella se sentía con confianza de poder desandar el camino hasta sus habitaciones.

Las escaleras le devolvieron la impresión de estar en un castillo cercano a la nieve, enfriando su cuerpo apenas salió del sol y del Jardín, y vio como el sol recién empezaba a ocultarse en el horizonte. Ella estaba acostumbrada a los climas fríos, pero parecía que esta noche necesitaría alguna fuente adicional de calor. Sintió el cansancio aflorar en su cuerpo, la falta de comida en su estomago y el vino dulce que había tomado, la había cansado en extremo. Y sin embargo, el día recién estaba a la mitad, aunque le hubiera gustado acostarse, darlo por terminado, y finalizar así, una jornada agotadora que había empezado con ella combatiendo contra el enemigo oscuro y ayudando a un comerciante a llegar ambos, al Castillo de la Brisa.

El Segundo nivel, además de unos guardias que la observaron con curiosidad, al cruzar ella por donde custodiaban la guardia, se dio cuenta que uno de los guardias no llevaba la librea de la casa, con los colores amarillo y rojo apagado, si no que lucía cualquier clase de atuendo, dispar y sucio, con la barba rala, y un corte que parecía hecho con un cuchillo no muy afilado. No disimulo al buscar el escote de Dalla con los ojos, pareciendo dispuesto a comerla en dos bocados. Sin embargo, solo sonrió, sin decir nada, lo cual, para un mercenario, era todo un acto de contención.

Subió al tercer piso, abandonando la estancia donde los mercaderes descansaban mucho mas hacinados que las dependencias del segundo piso, cuando escucho una voz que decía.
- Manfredo. Estimado truhan. ¿Qué belleza llevas con escasa ropa? ¿Acaso alguna damita para calentar la cama de algún noble perezoso? y un hombre, con una mueca cruel subió las escaleras de dos en dos. Llevaba vestiduras oscuras, en tonos negros, o azul noche, que hacían a la ágil figura parecer más delgada de lo que era. Sin embargo, Dalla no necesitaba que lo presentaran, ni más datos, ni siquiera verlo, ya sabía muy bien quién era.

Rignardo Vega del Condado Cuervo, tenía entre sus muchos dones, uno especial, y era llegar siempre cuando ella estaba en alguna clase de situación incómoda, era también cruel, divertido, y había pedido tres veces su mano, siendo su padre, Brog II, el encargado de rechazarlo las tres. Era bueno con el estoque, y varias veces había querido ponerle una mano encima
Aun no lo había visto bien, observándolo de reojo. Era momento de decidir si intentaba ocultarse el rostro y llegar a sus habitaciones, ignorando al entrometido noble, o hacia frente a su situación, presentándose en aquel estado deplorable frente a el.

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11/02/2018, 18:45
Dalla del Lago Serpiente

Dalla siguió a ese sirviente tal como esperaba al ver que cualquier distracción parecía molestarlo. Lo hubiera mandado fustigar si estuviera en su castillo, pero prefirió soltar un soplido y no decir mucho mas mas mientras caminaba por esos pasillos de piedra.

Sin embargo cuando escuchó la voz de Rignardo.

Lo conocía bien. Había pedido su mano tres veces, pero se habían encontrado muchas mas de 3 ... siempre había sido un descarado de mal perder. Cada vez parecía ser mas descarado al ver que sus posibilidades eran ínfimas.

No pocas habían sido las veces en que se habían enfrentado en duelo lejos de las miradas de sus padres.

Siempre había ganado ella en la esgrima, si bien cada vez le costaba mas. Cada vez que ella ganaba lo humillaba obligándose a salir sin ropa del castillo o alguna humillación similar. No podía evitar sonreír pensar en ellos ... pero su sonrisa se torcía cuando recordaba lo que le pasaría si era ella quien perdía.

Si al principio pedía cosas tan inocentes como un beso, la rabia hacia que al final dijera cosas realmente ultrajantes como tener que acostarse con su corcel o pasar por toda su guardia.

-¿Tu otras vez Rignardo?- Dijo mientras se paraba inclinaba la cabeza molesta. -Será que no nos hemos cruzado suficientes veces y has tenido que salir huyendo cada vez.-

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12/02/2018, 03:30
Director

Lejos de quedarse atemorizada u ocultarle, Dalla salió al enfrentamiento del Noble Vega, quien subió los escalones de tres en tres hasta llegar hasta ambos. Le dio una larga mirada a Dalla, quien pudo ver que no perdía detalles sobre cómo estaba vestida, o mejor dicho, como casi no lo estaba, sujetando su toalla para cubrir su voluptuoso cuerpo.

- Vaya, Vaya Vaya. ¿Quién lo diría? Vine en busca de conejos y me encuentro con una loba. O una serpiente. En todo caso, los tres son sabrosos.-

Manfredo, el criado, quiso decir algo, abrió la boca para tomar aire pero una mirada asesina de Vega, y reconsidero su postura, alejándose varios metros para que pudieran hablar con tranquilidad entre ambos nobles.

– ¿Y esta exquisita fantasía en la que estas metida? ¿Perdiste una apuesta mientras no te vi? Seguro te has puesto más gorda y te has ablandado desde la última vez mirando sus senos – Están mas grandes de lo que recordaba. Dime, si aprietas entre ambas, ¿el medallón desaparece?

Saco rápidamente su propia hoja, la que tenía una empuñadura de cuervo negro, y dalla habría podido hacer lo mismo si no estuviera sujetando su ropa para que no se cayera, y el aprovecho para ponerle la hoja en el cuello.

- Hablando de huir… estuve tomando clases con el Maestro Villalobos, un verdadero cabron, pero si sabe de esgrima. Me enseño una gran cantidad de trucos nuevos.

La hoja se deslizo sobre el bretel que sostenía el cuerpo del vestido, y con un levísimo movimiento lo corto sin hacerle el menor daño. Una maniobra difícil. Ahora si no sostenía la toalla quedaría desnuda frente a Rignardo, y perdería puntos con él.

- Me gusta todo esto de Dalla la Salvaje. Tal vez salga de cacería con unos perros y te cace. – la punta de la hoja corto parte de la toalla, dejando ver piel de ella y levanto con la hoja de la misma.

- Señor, no creo que eso sea apropiado ni de un caballero. – dijo indignado Manfredo, decidiendo intervenir. El lo apunto con la hojal, alejándola de Dalla.
- No te metas. a pesar de que lo habia apuntado, solo observaba a la noble. – Tengo una nueva apuesta para ti, que dices? ¿En una hora sobre el puente? Manfredo puede decirte donde es. ¿O eres cobarde, como todos los tuyos, que solo saben refugiarse en las montañas?

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13/02/2018, 10:08
Dalla del Lago Serpiente

Rignardo era tan osado como siempre.

Se debatió entre soltar su ropa y sacar a relucir su estoque o intentar mantener la poca dignidad que le quedaba por el día y simplemente aguantar sus chanzas.

-No es de tu incumbencia lo que haga.- Respondió inicialmente con orgullo antes de que cortara parte de su ropa y diera un paso atrás a la defensiva.

Prefirió ignorar el comentario sobre sus pechos.

-Por muchos maestros que tengas, nunca dejaras de ser un patán Rignardo. No se puede pulir una piedra esperando conseguir un diamante.-

Cada vez daba un paso adicional hacia atrás, intentando escapar a su espada, hasta que su espalda tocó la fría pared y no tuvo donde esconderse.

-Como quieras sabandija, si quieres volver a perder y quedar humillado, será un placer complacerte.- Después de eso avanzó hacia adelante empujándolo a un lado y continuó su paso por las escaleras. No se molestó ni en mirar hacia atrás. Quería llegar pronto a su habitación, vestirse e ir a por el dichoso puente para derrotar a esa rata de castillo.

Esta vez lo humillaría de la forma mas desagradable posible, demostraría su temperamento a todo el mundo para dejar un mensaje claro. No meterse con Dala del Lago de la Serpiente.

Notas de juego

Pues eso, arreglarse e ir al puente.

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15/02/2018, 03:40
Director

Dalla se alejo de allí, encendida como una llama plateada, sumadas a la carcajada de Vega, que elevo su ánimo al de un enojo donde el tizón se ponía blanco, al punto que ignoro a sus hombres, y dejo caer lo que quedaba de sus ropas al ingresar en su habitación. Uno de los suyos fue a recogerla y al hacerlo, tuvo ángulo de lo que estaba haciendo su señora en el cuarto contiguo. El agua para la ducha no estaba caliente aun, por lo que se había demorado frente al espejo.
Con su cuerpo por completo desnudo, frente al vidrio, pudo ver lo que decía el pintor, ella media con facilidad metro ochenta y tenía el busto prominente y por obra de la naturaleza, sus senos eran llenos, grandes y no se habían caído, y la pintura y el enojo le daban aspecto de salvaje, sobre todo las puntas de azul, reflejadas en sus ojos, que brillaban del enojo. Cuando se giro, observo que sus hombres la observaban en medio de los menesteres que estaban realizando, que era limpiar sus armas. No estaba Sagart en ese momento, solo los dos que habían hecho el voto de silencio, y recordó su tiempo de instrucción, cuando había jugado a ser una mas con los soldados.
Habia dejado el largo estoque de guarda de serpiente enjoyado en la puerta. Uno de los guardias, en vez de bajar la mirada, camino hacia ella, desafiante, y tomo la hoja, sacándola, y volviendo a mirarla, empezó a afilarla y limpiarla, pero cada vez que aplicaba aceite y pasaba la hoja de afilar por el filo, parecía hacer el gesto de ponerle mas fuerza al afilado, como si de alguna forma, dejara traslucir el deseo por ese medio.
Recordó las palabras de su medio-hermano, cuando le dijo, pícaramente, “nunca folles antes de un combate, Dalla. Pierdes todo el odio que necesitas”, y decidió sumergirse en el agua helada, sacarse la pintura, de modo que sin pensarlo demasiado, se metió en el agua, apenas tibia. Su cuerpo se enfrió, sacándose temporalmente el deseo de encima, y estuvo un largo rato sumergida, con el agua eliminando la pintura de su cuerpo y cabello y este mismo flotando y rodeándola en la tina. Salió tiritando, pero con energía renovada. Al no haber comido, se sentía liviana, lista para el enfrentamiento, aunque sabía que lo pagaría luego.
La criada que traía dos cubas de agua caliente, hecho a sus hombres, enviándolos a su otra habitación, al tiempo que inventaba vestirla con un vestido, ella se negó e informo sus intenciones, y la criada con algo de tristeza empezó a vestirla con ropas de duelo. Corsé que elevaban los pechos, calzas ajustadas, botas altas, y guantes de cuero, además de un gorjal. Si estuviera en su casa tendría ropas adecuadas para duelear y no aquellas, que apenas servían y evidenciaban más de lo que protegían. Sagart abrió la puerta, le entrego su hoja ayudándole con algunos detalles, y ciño la misma a su talle.
Observo la furia en ella y pregunto.
- ¿Vega?-
- Vega. - Respondió ella, afirmándolo. Luego salió de allí en busca del enfrentamiento. La hora había pasado.
Había un sirviente esperándola, y era Manfredo. El la llevo hasta el lugar, dos pisos mas abajo. Allí entre la torre y una estructura había un puente donde entraba cómodamente una persona, sin barral.
Me tome la libertad de pedirle un padrino. El mismísimo Alessandro acepto. El Conde de Vega tiene a Enrico del suyo. Ambos escucharan las condiciones y las apuestas. ¿Le parece conveniente? -

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15/02/2018, 09:09
Dalla del Lago Serpiente

Dalla se había concentrado en su objetivo, pasando como un rayo por sus aposentos para prepararse por el duelo, si bien ese traje no era el mas apropiado. El gorjal junto al corset, enmarcaban unos pechos que amenazaban en saltar de su posición y Dalla no podía evitar verse en el espejo y sacudir la cabeza, al menos esperaba que sirviera para distraer a su oponente.

Se aseguró bien de tener su estoque bien puesto y salió de nuevo de la habitación para encontrarse con Manfredo.

-Me parece conveniente- Fue lo único que respondió al hombre mientras se ceñía bien los guantes por enésima vez.

Habia pensado en que apuesta podría hacer, que tipo de humillación podría causarle a ese infortunado. Pero en el ultimo momento, mientras sus pies pisaban el puente por primera vez, otra fugaz idea se le cruzó en la mollera.

-Bien lengua de serpiente, empecemos ya.- Decía con bilis en su boca.

-Si yo gano, ayudaras a mi padre en las batallas contra los barbaros.- Sonrió con altiveza, quizá podría sacar algo de provecho de esa perdida de tiempo.

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15/02/2018, 21:17
Director

Las botas repiqueteaban sobre la piedra, hasta que llegaron al estrecho puente. Unos sirvientes tenían allí algo de bebidas para los nobles que iban a disfrutar el evento. Que estuviera el Duque Alessandro de la Rosa Dorada, para un duelo entre dos nobles menores hablaba de que o tenía una intriga en todo ello, o estaba muy aburrido en el castillo. Del otro noble, alguien de rango similar al de Vega y ella misma, Enrico Salazar del Puente, era un hombrecillo pequeño, de ojos despiertos y que no pudo dejar de mirarle los senos cuando llego.

Los Nobles atestiguaron las promesas, bebiendo vino lentamente, mientras Vega sonreía, y Dalla humeaba de bilis.

- Me halagas. Pues yo tengo la siguiente proposición. Cuando gane, te daré a elegir. Te convertirás en mi esposa de por vida, o en mi esclava por una noche, y no habrá perversión a la que digas que no. Hizo un floreo con la hoja con empuñadura de cuervo, y camino hasta la mitad del puente. Ahí calentó un poco flexionando las piernas y las rodillas, y realizo estiramientos tocando la punta de las botas con los dedos, doblándose una y otra vez. A diferencia de otros eventos donde estaba ansioso por cruzar espadas con ella, ahora se tomaba su tiempo, y le lanzaba miradas a ella, a sus piernas o pechos, lanzándole un ocasional beso volador para enfurecerla, cosa que quisiera o no, estaba logrando. ¿Además, pedirle casamiento, o que fuera su esclava?
Tal vez como esposa podía solicitar que sus ejércitos ayudaran a defender su feudo, pero conociendo a Vega eso podría aletargarse considerablemente.

Empezo tanteándola, con una serie de juego de pies, al tiempo que todos los ataques de la negra hoja de cuervo iban altos, de forma a su rostro, de modo que tenía que defenderlos con defensas laterales. El pelear con un puente a los costados, si bien tenia juego para moverse, era imposible no mirar hacia los lados, que terminaban en los jardines de mas abajo, donde hacia unas horas, habia estado completamente desnuda siendo acariciada por siervos desnudos también.

La imagen se le hizo borrosa, estaba en un duelo y debía ganar, si quería ayudar a sus hombres, su tierra y su padre.
- ¿Es verdad que te sodomizaron tus propios hombres? – Solto al tiempo que se estiraba para golpear en una maniobra extraña que Dalla no habia visto. Tal vez era cierto que habia entrenado con el mejor, pero el tenia sus propios trucos sucios ahora también.

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15/02/2018, 21:40
Dalla del Lago Serpiente

Dala también calentó un poco sus músculos, si bien intentó no botar mucho dado que en ese corsé la cosa podía terminar mal para su dignidad.

Torció una mueca cuando le hizo esa propuesta pero no dijo nada aparte de levantar su estoque y mostrarse dispuesta a luchar. Dalla buscaba el sempiterno punto débil de Rignardo, esa distracción momentánea de sus movimientos para buscar un hueco en la defensa del pecho del noble que apartaba su propio brazo para observar mejor su figura.

El combate se alargaba en ese puente cuando soltó esa frase que la encolerizó.

-No lo se Rignardo, ¿acaso hablas por experiencia propia?- Lanzó una fuerte estocada llena de furia.

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16/02/2018, 20:32
Director

La estocada enojada de Dalla fue esquivada audazmente por Rignardo, quien giro la cintura y puso su espada en defensa, muy cerca del rostro. Las dos agudas hojas chisporrotearon mientras la hoja se deslizaba sobre la de él. Noto como el comentario había sido eficaz, asi que continuo con ese camino, mientras los rostros de ambos estaban notoriamente cercanos.
- Oh, sí. Se todo sobre eso, Pequeña Dalla. mientras las hojas estaban trabadas, el realizo un movimiento pélvico dos o tres veces, y luego se empujaron ambos, alejando las espadas.
Siguio una sucesión de estocadas normales, ataque alto, guardia alta, ataque bajo, guardia baja, donde los filos se chocaron una y otra vez en una sucesión rápida de golpes destelleantes.

- ¿Te gusto lo del potro? ¿Estar atrapada, sin poder mover la cabeza? ¡Completamente disponible? ¿Usada sin interrupciones por los propios soldados con los que peleabas codo a codo?
¿Es verdad que no te quejaste? … ¿Sintiendo una y otra vez la carne caliente ingresar en tu orificio estrecho?-

Rignardo hizo una finta falta, atacando por debajo, y se lanzo haciendo un fondo sobre ella, que apenas pudo desviar, golpeando en una parte de su corse, destrozando la sujeción de cuero del hombro, pero quedando un poco desestabilizado, si ella quería, podía empujarlo y que cayera al jardín.

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16/02/2018, 21:07
Dalla del Lago Serpiente

Notas de juego

Es muy alto el salto? Tampoco quiere matarlo si cae XD

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17/02/2018, 01:13
Director

Notas de juego

Quizás cae unos 8 metros sobre maleza, con mala suerte sobre el camino, o quizas es una trampa de el para que caigas tu.

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19/02/2018, 11:22
Dalla del Lago Serpiente

Mientras los aceros se entrechocaban Dalla pudo recuperar un poco su control. La primera frase la había pillado desprevenida, pero ahora le quedaba claro que Rignardo la estaba intentando provocar, no pudo evitar sonreír mientras decidió saltarse ese juego.

-¿Así es como te pajeas por la noche? Pensando en estas historias inventadas.- Dijo con una risa.

Lanzó mas estocadas, avanzó y retrocedió y finalmente el espadachín hizo un fallo y se lanzó para romper su corsé ... cosa que consiguió pero quedo desequilibrado justo para ser empujado hacia abajo.

Sin embargo simplemente saltó detrás suyo lanzandole un corte a su armilla por detrás.

-Eres torpe Rignardo. Ahora mismo podrías estar en el fondo de este puente y lo sabes. Pero me gusta verte perder sabiendo que incluso te doy ventaja.- Le decía con palabras afiladas sin darse cuenta de que uno de sus pechos había quedado mas libre con el corsé medio roto y amenazaba en saltar definitivamente fuera.

Con el peso de ambos pechos, si Rignardo le cortaba el otro hombro del corsé, este se desplomaría y ambos pechos quedarían al descubierto para gozo de todos. Pero incluso así Dalla no se rendiría, no quería perder y se vería obligada a continuar luchando así. Pero eso tenia que pasar y Dalla estaba dispuesta a defenderse con todo su ímpetu.

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19/02/2018, 20:05
Director

Como pudo notar Dalla, la maniobra que realizo Rignardo fue también una trampa, pues recupero el equilibrio con bastante gracilidad. Una sonrisa avisa atravesó su rostro, y un brillo en sus ojos oscuros, le hizo saber a la mujer que era también una vil trampa de Rignardo, una finta elaborada.
- Vaya, estamos perdiendo la compostura, Damisela. Ese lenguaje Soez no es digno de una dama. dijo, avanzando el pie lo mismo que su hoja, tanteando las debilidades en su técnica.- pero tú no eres una Dama ¿Verdad? Alguien que ha sido tan mancillado…por su propio placer…
Ahí fue cuando sintió el primer tirón. Rignardo estaba descansado, bien alimentado y deseoso de ganar. Ella quería ganar, pero le faltaba chispa, haberle ganado y humillado con anterioridad le había quitado ímpetu, ganas, y si bien deseaba ganar para cumplir con su padre y liberar sus tierras, lo cierto es que los sucesos la habían distraído en el fondo de su mente, recordaba esos hechos, y ahora estaba pagando el precio. Imágenes se sucedían mientras Rignardo seguía hablando. Noches de humillación gozosa, donde recordaba estar rodeada de jóvenes entrenados, musculosos, olorosos que la observaban todo el tiempo. Su estomago no ayudaba demasiado, rugiendo ya en busca de alimento, recordando que la última vez que había comido había sido la noche anterior y algo ligero con el tal Berinian.
La pierna empezaba a cansarse y resentirse, no es que no pudiera seguir, Dalla podía pelear toda la tarde y la noche si hacía falta, pero empezaba a sentir como el cansancio se apoderaba de ella más rápido de lo que sería normal.
La sonrisa apareció en su rostro, más amplia que lo normal en el delgado rostro blanquecino del joven rival. Bajo un segundo la guardia, dejando la hoja apuntando al piso y levantando la mano para equilibrarse.
- ¿Te preguntaras como se todo esto, Dalla?¿Quieres saber que me incita por las noches? Su mano levantada hizo un gesto particular, y atrás, parte de la comitiva, uno de los hombres de Rignardo se quito el yelmo, mostrando un rostro que había cambiado con los años, años de servicio mercenario, que habia llenado de cicatrices, pero que reconocería en cualquier lado. Guillermo.
El Guerrero de su padre que había abandonado la instrucción luego de ser el mejor de ella. El que había comenzado los rumores por los cuales había sido humillada como recluta, el que había comenzado todo, el que había robado sus ropas en primer día.
Había sido el primero en todo, el primero en armas, el mejor con ellas, el que casi le había dado una paliza el primer día, el que había robado sus ropajes obligándola a ir desnuda, el primero en animarse a manosearla, el primero al que le suplico que no tomara su virginidad y en vez, respetándola, la había sodomizado tres veces esa noche, y el segundo en pasar su miembro entero por su garganta, obligándolo a tragarlo boca arriba. Y finalmente el único que se animo, estando atada en el potro, a tomar finalmente su virginidad. Recordaba el dolor de ser penetrada por detrás, sin poder hacer nada por evitarlo. Como cambio de orificio repetidas veces aquella noche, y como el resto de sus compañeros, seis o siete, lo siguió haciendo, para una noche donde no pudo dormir y donde finalmente se conoció a si misma, pues ella llego tantas veces como cada uno de ellos. Habian pasado cinco años de ello, pero aun lo recordaba como si fuera ayer.
Era casi demasiado tarde para ver la hoja de Rignardo. Habia hecho una maniobra de fondo. El sabia que ver a aquel hombre le causaría impresión y la distraería. La hoja iba contra la guarda en un rebuscado intento de desarme…

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19/02/2018, 20:55
Dalla del Lago Serpiente

Notas de juego

Pausa: Reconozco que se me hace incomodo narrar esto sin saber si voy a ganar o perder, a veces me faltan dados o una indicación de como va el asunto. Las cosas 100% narrativas no son lo mio XD

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19/02/2018, 21:07
Director

Notas de juego

Lo hacemos con dados si quieres.
Desviarlo es una dificultad 17 y revisa tu bono de parada.
Tira 1d20.

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19/02/2018, 21:09
Dalla del Lago Serpiente

Las palabras de Rignardo pasaban por su mente las quisiera escuchar o no, no quería dejarse influenciar por ellas e incluso respondió con una chanza. -No es necesario que continúes inventando fabulas.-

Pero ver la cara de Guillermo la trasbalsó y le confirió a su oponente una oportunidad de oro para desarmarla.

No pudo reaccionar a tiempo mientras su estoque le era arrebatado de su mano y caía por el suelo.
-No puedo creer que tengas un traidor a la corona como ese en tus filas, y menos aún que creas sus memeces. Eres mas estúpido de lo que pensaba Rignardo.- Respondió con expresión asqueada como si no le preocupara que la hubieran desarmado.

El arma estaba en el suelo y aún tenia una ocasión de intentar recuperarla. Pero hacerlo sabia que le abriría una nueva oportunidad a Rignardo que dudaba que fuera a desaprovechar.

Pero rendirse no entraba en sus planes mientras se lanzaba con una pirueta a recuperar su arma.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Intentará usar su esquiva o lo que sea para recuperar el arma del suelo, supongo, qi esto está basado en d20, que provoco un ataque de oportunidad ^_^U