Partida Rol por web

Crónicas del Fin I: Camino Sin Retorno

Capítulo I: Hacia el Norte

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13/03/2019, 15:54
Gorsha

Gorsha atravesó las puertas de la ciudad junto a Erin, mirando con el ceño fruncido a los guardias. Idiotas con barro por cerebro... Claro, que los nuevos compañeros que habían encontrado tampoco es que parecieran mucho mejores, aunque al menos hablaban bien. De hecho, el lucerano ese hablaba demasiado. Menos mal que los perros eran bestias nobles con una paciencia divina, que si no hace tiempo que su compañero peludo se habría fugado en mitad de la noche.

Antes de atender a Erin o de dar su voto para ir a la taberna, la orca se acercó al Duque de Montalbo y le soltó un resoplido nasal en toda la cara, gesto universal entre los suyos para decir "no me caes bien". Luego empezó a caminar hacia la posada a grandes zancadas, haciéndole un gesto al resto de los "cuervos" para que la siguieran. Necesitaban un buen lugar para hablar y una esquina oscura en una taberna de pueblo era una de las mejores opciones. Y si tenían hidromiel y algo de carne asada, mejor.

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13/03/2019, 17:58
[Abandono] Thánur Dangorín

La batalla no iba nada bien, su golpe pareció simplemente acariciar a la criatura, los de Nimrod tenían mejor suerte pero no la suficiente para suponer una amenaza para el Golem. La peor parte se la estaba llevando Belandir, que de continuar así terminaría aplastado como su escudo. Las runa aún protegían al arquitecto, pero su efecto no duraría por siempre, así que optó por aprovechar la única ventaja que tenían.

Los enanos se movían más rápido que los gigantes, y en este caso se trataba de uno de piedra, así que apresuró sus pies y corrió unos pasos para interponerse entre el Golem y Belandir, alzó su escudo con firmeza para recibir de lleno el impacto de esa bestia sin mente - Compañero, concentrate en despedazarlo!- le dijo al guerrero. La experiencia en combate de su guardaespalda no tenía par, si no tenía que ocuparse en esquivar los golpes de la bestia, podía aprovechar la oportunidad para dar un golpe certero y fulminante a la criatura, el cómo hacerlo quedaba en manos de Belandir.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Bueno, creo que a la distancia que estamos y considerando que somos enanos contra un gigante de piedra (fuerte pero poco ágil) la maniobra de interponerse entre los dos es válida. Sino máster, haz alguna tirada pertinente por mi.

Mi propuesta es que Thánur se concentre en defenderse con el escudo encantado y reciba el golpe limpio del Golem. Belandir estaría justo detrás y aprovecharía eso para hacer una maniobra de ataque sin ocuparse en la defensa (combate múltiple o postura ofensiva, por ejemplo), con un poco de suerte, tal vez agrietemos ese duro corazón XD

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13/03/2019, 22:32
Narrador

La pequeña caravana se detuvo mientras el que la dirigía Wade, conversaba con aquél par de viajeros que se les habían acercado desde la nada. La tercera del grupo, una elfa pelirroja, podía adivinar el comerciante ahora que se hallaba más cerca, se mantenía en el punto de partida del trío.

Los acompañantes del altaireano aprovecharon para descansar, los cuatro sirvientes se apoyaron en el vehículo, aunque sus miradas seguían observando los alrededores. La mujer de la espada, Cyst, se bajó del pescante, pero se quedó donde había caido, con una mano, aunque de forma casual, en la empuñadura de su arma.

Aquél par de viajeros eran extraños. Del semielfo, Yriel, todavía podía entederse que estuviera allí, después de todolos de su raza solían ser de espíritu aventurero, y sus ropas, aunque de mejor calidad que lo que solía verse por los caminos, así lo indicaban. La que no encajaba en ningún esquema era la muchacha. Aquél tono de piel la hacía venir de Muqtar, y se podían contar con los dedos de una mano los muqtaríes que llegaban tan al Norte, siendo tan poco resistentes al frío como eran. Pero además decía ser de Altairea, a pesar de las evidentes diferencias físicas entre ella y el propio Wade, altaireano de pura cepa. Sin duda ahí había una buena historia, pero el comerciante no parecía extrañado, quizás por la excelente presentación que ambos aventureros habían realizado.

En Odrin, la discusión del grupo que estaba frente a las puertas exteriores parecía haber terminado: estas se estaban abriendo para dejar paso al interior del asentamiento, como también lo hicieron las interiores.

Notas de juego

Como de momento no surge nada inusual, podéis conversar cuanto queráis entre vosotros, respetando siempre el turno de los demás, hasta el domingo que viene que vuelva a actualizaros.

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13/03/2019, 22:32
Narrador

Odrin estaba realmente abarrotado, y solo había un motivo por el que la mayor parte de los que había en el exterior y de lo que podían ver por las calles de las primeras colinas fueran en su mayoría hombres de armas. Solo había un motivo por el que los hombres dejaban sus granjas y oficios para empuñar la espada y el hacha, solo uno por el que los mercenarios llenaban los caminos de un castillo a otro en busca de alguien que les contratara. La guerra llegaba a los Pequeños Reinos, y no sería raro que se vieran envueltos en ella de una manera o de otra.

Los "Cuervos Negros" habían logrado pasar las puertas entre todos, y aunque pocas cosas parecían unirles, por el momento no les iba mal juntos, cada uno por sus propios motivos. La convivencia no parecía ser la mejor, como indicaba el gesto de Gorsha ante las altanerías de Duque, pero en aquellos momentos el pragmatismo parecía imponerse entre el cuarteto, que, tras dejar el caballo de Korben atado en el exerior junto a otros, entraron en la taberna.

El interior se parecía al de cualquier taberna de mala muerte que alguna vez hubieran pisado, solo que pero y más abarrotado. El lugar no tenía paredes internas, y había largas mesas dispuestas en forma de U alrededor de una hoguera central, cuyo humo se elevaba en el aire hasta perderse por una abertura en el tejado, y que también servía para iluminar la estancia. Estandartes raídos y escudos abollados o rajados colgaban de las paredes, cada uno un recordatorio de una hazaña o un héroe del pasado. O, más probablemente, despojos de algún campo de batalla que habían acabado allí como intento de decoración.

Para Gorsha y Erin, la taberna era muy parecida a la que se habían alojado en Cregan. La arraigada creencia de que los Pequeños Reinos se diferenciaban en poco más que el nombre era bastante certera.

El lugar estaba abarrotado, también lleno de guerreros que comían, bebían, reían, jugaban y discutían en voz bien alta. Un ambiente con el que algunos estaban más que familiarizadas... aunque no con aquél tipo de clientela. Pero había algunos sitios libres donde podían sentarse y hablar... o intentar averiguar información.

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13/03/2019, 22:32
Narrador

A pesar de sus heridas, a Belandir todavía le quedaba mucho por hacer como para permitirse morir. Había una afrenta, la peor de todas, que debía ser respondida, y ninguna criatura por fuerte que fuera le impediría llevarla a cabo. El gólem avanzó para dar el golpe final, pero el enano se le adelantó. Sacando fuerzas del odio que llevaba dentro y lo impulsaba, el viejo general se lanzó hacia adelante, blandiendo su martillo con las dos manos al haber perdido el escudo, y descuidando toda defensa, se puso a golpear con puro frenesí el cuerpo pétreo del constructo, arrancando verdaderos pedazos del mismo.

El guardián de piedra se tambaleó, su cuerpo empezaba a notar las heridas sufridas, pero aun así recobró el equilibrio y se dispuso a devolvérsela. En ese momento apareció Thánur, escudando a su aliado. El golpe que sintió fue tan horrible como lo había parecido el sufrido antes por Belandir, pero las protecciones reforzadas con magia rúnica del arquitecto aguantaron. Aun así, el enano no quedón indemne, aunque sabía combatir no había sido guerrero y ahora se notaba.

Nimrod siguió apoyando con su magia. Esta vez cargó el conjuro con más potencia, o quizás es que el gólem ya estaba bastante dañado, pero el relámpago dorado impactó de lleno en el pecho del guardián, abriendo un boquete que logró atravesarlo de lado a lado. El brazo derecho de la criatura empezó a crujir por la junta, y de repente se quebró del todo, cayendo al suelo con un potente golpe. El gólem tardó unos segundos en reaccionar, procesando la pérdida de uno de sus miembros, pero no tardó en volver a dar un paso hacia adelante, listo para volver a atacar a Thánur con el brazo que le quedaba.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Belandir -> Ataca al gólem con postura ofensiva, hace dos críticos, inflige 6 y 6 de daño (4 FUE + 2 daño del arma + 4 éxitos sobre la defensa -4 Prot. del gólem)x2. Inflige dos Heridas Serias, como ya tenía una pasa a una Herida Grave, el gólem tiene un -1.

Thánur -> Defensa activa, 2 éxitos

Gólem -> Ataque a Thánur y le inflige 6 de daño (6 FUE + 3 daño del arma + 1 éxitos sobre la defensa -4 Prot. de Thánur). Inflige una Herida Seria (Thánur pasa a tener un -1 al tener solo un hueco en este grado de herida)

Nimrod -> Lanza un hechizo al gólem y le inflige 4 de daño (8 daño del hechizo - 4 Prot. del golem). Inflige otra Herida Leve, como ya tenía dos pasa a Herida Seria, como ya tenía dos pasa a Herida Grave, al tener dos provoca un -2 al gólem.

Hostia fruta, ahora va y Belandir saca dos críticos seguidos xDDD

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13/03/2019, 22:33
Madelonn

Madelonn le dedicó una sonrisa cansada a Ussia cuando esta trató de animarla - Sí, será eso. Por eso sigo viniendo cada día, sé que algún momento aparecerá - dijo, algo más convencida que antes.

El ánimo de los dos mejoró un poco cuando la conversación se desvió hacia aquellos Cazadores Grises, una aguerrida banda de cinco mercenarios tal y como le iba contando Madelonn: la rugiente orca que comía como dos hombres y bebía como tres, el callado semielfo que tocaba el laúd, las dos chicas jóvenes y amables, la rubia y la morena, que habían tratado que se sentara con ellos, y el estoico semiorco que no había perdido ojo de cualquier movimiento que se hacía en el lugar.

- No estuve mucho con ellos - siguió diciendo - Les pregunté también si habían visto a Logan, pero me dijeron que tampoco lo habían visto... - un fugaz recuerdo hizo detenerse a la norteña, que no tardó en continuar, aunque con más cautela - No... creo... creo que no llegaron a responderme - la muchacha sacudió la cabeza - Bueno, en todo caso, les dejé un mensaje por si lo veían, eso sí lo recuerdo. Mi padre me dijo que los había contratado para una misión, pero no me dijo cuál.

Madelonn estuvo un rato en silencio, y luego miró el cielo a través de una de las ventanas de la taberna - Se hace tarde, creo que debería irme por hoy - se puso en pie, pero se dobló hacia adelante hasta quedar su cara a la misma altura que a la de Ussia - Gracias Ussia, por hablarme de tantos lugares bonitos - entonces sonrió otra vez algo sonrojada y añadió en voz baja - Si... si por casualidad te encuentras con Logan, dile... dile que sí. Que acepto - para luego volverse a incorporar y disponerse a marcharse el lugar.

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13/03/2019, 22:33
Mildred

Al ver a la elfa tran atribulada de repente, habiendo perdido aquella seguridad de la que siempre hacía gala, Mildred sonrió por un momento, sabiéndose victoriosa - No pasa nada. Ahora ya estáis al tanto. Quizás un poco más de lo que me gustaría, pero... tendremos que lidiar con ello. Después de todo, con la persona adecuada esa habilidad vuestra habría sido de mucha ayuda. Todo es cuestión de dar con ella - dijo, con voz melosa. Su sonrisa se ensanchó de manera apenas perceptible al escuchar el cumplido de la sombría, a la que veía vencida momentáneamente.

La reina soltó una carcajada ante aquella muestra de paciencia y permisividad por parte de Syndra - Los elfos vivís mucho tiempo - dijo riendo - Quizás lleguéis a ver el día en que me decida a confiar en alguien, es posible - Mildred volvió a sentarse correctamente y se irguió antes de ponerse en pie - No, podéis disponer del... del espía, o lo que tengáis de él, como deseéis. Si capturamos al líder, no dudéis en que os tendré cerca para que obréis vuestro arte a gusto - aunque no lo hizo, parecía que Mildred se relamía solo de pensar con aquello.

- ¿Con solo verlos? Pero no queréis ir al campo de batalla, que es el único lugar en el que podríais hacerlo. ¿O vais a viajar hasta sus castillos personalmente? - dijo, alzando una ceja, conocedora de la respuesta - Créeme, si Penda o Cregan ponen un pie en este castillo, es que ya es demasiado tarde para nosotras - Mildred se detuvo a observar a Syndra, medio sonriente y todavía con la ceja alzada - ¿Os intereso? ¿Me veís como un juguete? ¿Como un plato, quizás? - la reina se echó a reír - Adelante, id, id - la despidió con un vacuo gesto de la mano - Los viavenneses han montado su campamento fuera de las murallas, como el resto de mercenarios. Lo reconoceréis enseguida, es el único que no huele a mugre - dijo antes de acompañarla hasta la puerta y cerrarla una vez hubo salido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Vas sin más o haces algo antes?

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14/03/2019, 02:47
[Muerta] Syndra
Sólo para el director

No le agradaba demasiado el hecho de que la reina la mirara de esa manera, como si hubiera obtenido la victoria en aquella conversación. A la sombría no le gustaba nada que le ganaran en algo, si bien debía de admitir que era verdad que se había equivocado. Había pensado que la mujer desconocía que había espías, asesinos, tras su cabeza, si bien parecía que aquello era algo que ya había tenido en cuenta cuando habían atrapado a aquel idiota cuya alma se encontraba bajo su poder. Aún así, eso no significaba que le agradara la sonrisa victoriosa por parte de la soberana. En algún otro momento, le demostraría su valor, y haría que le suplicara su poder, que se entregara a ella en cuerpo. Era sólo cuestión de tiempo... luego vería quién reía a lo último. - Por supuesto, mi Señora. Todo depende de la persona. Ésta vez... sólo ha sido un desperdicio de mi poder pero... bueno, esperemos que no haya una próxima vez. Sería mejor si simplemente se olvidaran de vos. - Reconoció al final, antes de dedicarle una sonrisa gentil a la humana, dejando en claro que no deseaba que ella tuviera que lidiar con esa clase de molestias que no merecían su atención, ni la de ella. - Todas mis habilidades son de utilidad, aunque aún no haya llegado el momento idóneo para usarlas. Con el tiempo, comprenderá que no debéis temerme. Sólo deseo lo mejor para vos. - Aseguró en tono suave, melosa, mientras mantenía su mirada fija en ella, denotando que, incluso si, por el momento, no requería de sus creaciones, tal vez, un día, las necesitaría, y allí estaría ella para servirle.

La hechicera sonrió al ver cómo Mildred reía ante lo que había dicho respecto a lo de confiar en ella. Tal vez no en ese momento, si bien, tarde o temprano, le demostraría que podía confiar en ella, se ganaría lentamente su aprobación, y su afecto. Cuando algo se le metía en la cabeza, no había nada que pudiera detenerla, sin importar lo que tuviera que hacer para lograrlo. - Sin duda... vivimos mucho, y yo lo haré aún más. - Aseguró con total confianza, refiriéndose a su proyecto de inmortalidad. Sólo debía de continuar investigando, llevando a cabo sus experimentos hasta obtener lo que deseaba. Con la práctica, obtendría aquello que anhelaba. - Os demostraré que podéis confiar en mí, os lo aseguro. Incluso si tengo que ofrecer lo mejor de mí. - Le garantizó, creyendo en su capacidad de endulzar a cualquier persona que ella se viera interesada, que deseara seducir y ganar su atención. No dejaría que la reina se escapara de sus "garras" tan fácilmente. - Claro... estoy segura que estaréis encantada de dejarme al líder bajo mi... dulce trato. Soy muy buena haciendo que las personas hablen cuando así lo deseo. - Afirmó en un tono seductor, antes de sonreír con cierta malicia, disfrutando de la expresión de la reina, quien en verdad parecía deleitarse con la idea de torturar el alma del líder de los espías. Le fascinaba saber que Mildred poseía esa parte sádica en ella, no había nada más atractivo que una mujer con esa mentalidad, incluso si ésta parecía oponerse un poco a sus intentos de seducción, al punto de hacer que la elfa se preguntara si no le resultaba atractiva. Aquello la frustraba demasiado.

Ante la pregunta de su Señora, la nigromante abrió los ojos sorprendida, ya que no había duda de que no había intentado decir eso. Después de todo, no era su deseo involucrarse de forma directa en la guerra entre los reinos. Aquello idea era demasiado arriesgada para ella, en especial cuando debía de continuar con sus experimentos. - Ah... no, no es lo que quise decir. Soy de más utilidad a vuestro lado, mi Señora. De ese modo, os puedo proteger con mi poder ante cualquier amenaza. La batalla es para los mercenarios, los soldados que no saben usar otra cosa más que su fuerza. - Le explicó de manera tranquila, dejando en claro que no deseaba participar de un enfrentamiento directo, cuando era obvio que no era el lugar adecuado para ella. - Lo siento... no quise decir que esperaba que llegaran a vuestras puertas, sólo que... no importa. Tan sólo deseo que tengáis en cuenta mi poder, lo que soy capaz de hacer. Puedo protegeros, además de otorgaros un hermoso regalo en cuanto finalice mi investigación. Deseo que consideréis mi proposición. Nada más. - Aseguró manteniendo aquel tono suave, que buscaba endulzarla como ella tanto disfrutaba hacer con las mujeres que llamaban su atención. Sin embargo, las siguientes preguntas, no hicieron más que divertir a la elfa quien decidió responderle antes de que cerrara la puerta. - ¿Juguete, plato? No... cuando digo que habéis llamado mi interés, es la verdad, mi Señora. Deseo conoceros en... profundidad. Sólo os pido que lo consideréis, siempre estoy... "disponible" para ayudaros a relajaros, y así también podríamos... mejorar nuestra relación. - Afirmó, melosa, sonriéndole con picardía, para luego dejar atrás la habitación. No pudo evitar suspirar un tanto frustrada ante el hecho de que no hubiese obtenido mucho de todo aquello, si bien sabía que algunas veces se ganaba y otras se perdía... por más que no le gustara perder, en especial cuando se trataba de seducir a alguien. De cualquier modo, sin perder mucho tiempo, comenzó a caminar, con la intención de buscar el campamento de los viavenneses, algo que no debería de ser muy difícil si tenía en cuenta las palabras de la soberana.

Notas de juego

Voy sin más. Dudo mucho que el torturador tenga lo que le pedí, cuando ni siquiera ha pasado un día y quiero conocer a esa banda de mercenarios y ver cómo es Fiora Valenti jaja

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14/03/2019, 22:45
[Muerto] Korben

No parecía que los miembros de este nuevo grupo tuvieran mucha afinidad. El lucerano, que se hacía llamar Duque - aún no sabía si como nombre de pila o título propio-, aunque cada vez le caía mejor estaba incomodando a las dos mujeres. No veía mala intención en sus palabras, pero quizá si algo de bravuconería interpretable.

Posiblemente en la posada se calmarían los ánimos, le daría una oportunidad a la situación. Los nervios de una entrada así, una toma de decisiones repentina y tener que compartir camino de golpe con desconocidos los habían sacado a todos de su rutina habitual, y el cansancio del viaje no ayudaba tampoco. Es posible que el vino lo arreglara todo, aunque su mente se aclaró de golpe con momentos en los que lo único que hizo fue perjudicar. Rezó porque todo esto no acabara con ellos en prisión y confió en la suerte que había tenido hasta ahora llegando hasta allí sin ser reconocido.

Si podía confiar en ellos les contaría parte de sus intenciones. Por lo que había visto y lo que habían dicho hasta ahora parecían compartir más que aspecto cansado.

Tras dejar su montura en el establo y dar una moneda al mozo, entraron al cobijo del fuego. Un olor agrio le saturó la nariz nada más abrir la puerta, sudor multirracial entremezclado con carne tostada y vino especiado... lo había olido tantas veces. Prácticamente estaba en su hogar, llevaba años viviendo como paria de taberna en taberna, buscando... sería mejor dejar eso por el momento, debía concentrarse en encontrar una mesa y comenzar a sondear en quien podría confiar, y quizá hasta contratar, de entre todos aquellos mercenarios. No creía poder encontrar a nadie con principios, pero si a quienes unas monedas les llevasen hasta el mismísimo infierno si era preciso.

Preguntó a sus compañeros si esa apartada del ala sur junto al fuego les parecía bien, y nadie aparentemente puso objeciones. Se sentaron, y apilaron su equipaje junto al asiento que quedaba en la pared de la chimenéa. Observó con detenimiento qué guardaban consigo o qué parecían considerar valioso, ninguno se separó de sus armas. Eso le gustó.

- Bien, ya que hemos llegado hasta aquí, y ya que intuyo que es posible que lleguemos juntos a las puertas cuando decidamos salir, me llamo Korben- aprovechó para quitarse parte de la tela que usaba como máscara y que se había vuelto a colocar tras hablar con los guardias, desvelando ya en la cercanía algunas cicatrices en su rostro. Su mirada era perspicaz aunque melancólica y sus facciones estaban desgastadas por el viento. Tenía pinta de haber vivido bastante parte de su vida a la intemperie.

Cuando una de las mozas se acercó a tomar nota pidieron de beber y comer, y ella les indicó que enseguida lo traería su compañero. Observando cómo se alejaba prosiguió.

- Intuyo que ninguno estamos aquí para alistarnos en esta absurda guerra, pues si no si que formaríamos parte de una compañía real y no habríamos aceptado ser parte de este engaño. Así que intuyo también que algo nos ha acercado a esta cuidad o no habríamos estado interesados en entrar, salvo que sea por curiosidad y dudo que una estancia que puede darnos más problemas que beneficios nos la provoque. - Los miró uno a uno intentando desvelar si estaban de acuerdo con él. - Así que seré franco, es posible que pueda ayudaros si podéis ayudarme. Tengo algo en mente, nada relacionado con batirme por unas monedas para que unos nobles de medio pelo coman a placer en su castillo. Pero si algo relacionado con ESA torre - remarcó las palabras - y quien vive en ella.

Como si no quisiera seguir hasta saber hasta qué punto podía hacerlo, esperó algún conato de complicidad por parte del resto de "cuervos".

- Obviamente me juego mucho diciéndoos ésto, aún no sé si sois espías, soldados leales a esta causa que atrae tantas tropas o a saber qué, pero a veces situaciones de riesgo requieren de decisiones de riesgo, y soy consciente de que no llegaré a ningún sitio si actúo con demasiada reserva. También sé que no hablaría con cualquiera de allí - dijo señalando un grupo de mercenarios, todos con el mismo uniforme que no parecían pasar de los 15 años y no paraban de reir y zarandear a una de las camareras que trataba de llegar al otro lado de la barra con las vacías jarras intactas, - pero necesito un pequeño grupo para una misión peligrosa.

Llegado este punto, y habiendo puesto tanto sobre la mesa, Korben comenzó a pensar que quizá no habría hecho bien. Si en breve veía entrar a soldados armados por la puerta del local, cuya posición controlaba al haber escogido uno de los asientos que dominaba la sala, agarraría su espada a la que previamente había quitado el seguro y que convenientemente había colocado sobre sus piernas en posición horizontal para favorecer que no se trabara con la madera del mobiliario sobre el que estaba apoyado. También tenía un pie sobre la silla contigua por si tenía que desplazarla rápidamente y hacerse hueco para no quedar atorado y sin libertad de movimientos, y podría agarrar el resto de su equipo fácilmente para poder escapar por el lateral hacia las cocinas y no por el centro buscando la puerta, por donde sin duda entrarían y donde encontraría bastante oposición del gentío y cuyo destino no le cabía duda de que estaría custodiado desde fuera.

Si lo intentaban atrapar a través de la barra, usaría las lámparas que colgaban saltando sobre los ladrillos de la chimenea que había a su lado a modo de peldaños para impulsarse en el aire al llegar al saliente más alto, y trataría de llegar a una de las ventanas para salir por el tejado. Pero confiaba en que todo esto no fuera necesario.

Y en ese momento llegó el vino.

 

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15/03/2019, 15:49
[Muerta] Gwyl

Gwyl meneó la cabeza todavía sonriendo. Por dentro se maldecía un poco por haber dicho tan alegremente que era de Altairea, al fin y al cabo, todo aquello había sido un escádalo y podría haber quien sumara dos más dos... Pero por otro lado, sabiendo que se la suponía desaparecida hace años, decidió no preocuparse demasiado y decir la verdad... Hasta claro, cierto punto.

- Pues vengo de una aldea en los bosques que rodeaban la Baronía de Domhnall, en la parte central del Imperio. Bueno, ahí nací, y también allí nació mi padre ... Mi madre como podréis deducir es otra historia. Es lo que tiene tener un padre viajero. Un día vas a negociar a Muqtar y al siguiente traes una esposa - bromeó la muchacha considerando que en torno a su raza no había más que aclarar. - De todas formas, si sabéis lo que ocurrió después de la muerte del anterior barón y como se comportó su mujer... Sabréis que no se conviritió en un lugar seguro para la gente como yo, por lo que hace años que no vivo allí. Ahora mismo venía de Viavenna, como el señor Yriel. - Gwyl supuso que no había nada más que decir. En Altairea había personas intolerantes con la otras razas, humanas o no, y con sus mestizajes,  (sobre todo entre la alta nobleza) y Mildred Domhnall había sido celebremente cruel en ese sentido. Cualquier altaireano que supiera algo de la historia reciente de su propio país sabría como su represión y crueldad llegaron a ser tales que el propio Emperador (poco dado a meterse en esa clase de asuntos) tuvo que tomar cartas en el asunto y desterrarla, dando el título de la baronía al primo del fallecido barón del Domhnall. En realidad, había tenido suerte de que el tal Wade Sallow no pareciera ser de este grupo... Pero a Gwyl tampoco le extrañaba. Emer siempre decía que la intolerancia se curaba viajando y conociendo... Y el hombre desde luego tenía pinta de haberse hecho al camino más de una vez...

- De todas formas, me gustaría saber, si no os importa, ¿qué se cuenta en el Imperio? ¿Qué nuevas traéis?

 

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17/03/2019, 13:38
Duque de Montalbo

El bufido de la orca no borró la sonrisa del rostro de aquel truhán, pobres, sus compañeros se lo tomaban todo demasiado a pecho. En cierto modo eso los delataba como novicios en el camino de los perros de la guerra, la muerte se podía oler en el ambiente, la cercana llamada a la batalla les podía nerviosos y les hacia estar tensos; era normal y no los culpaba por ello. Duque estaba hecho de otra pasta, ya había visto demasiado para que eso lle alterase lo más mínimo.

El interior de la taberna no le sorprendió lo más mínimo, el tumulto del ambiente le agradaba, festejos, chanzas, burlas, juego, lo mismo que en todos lados. Los hombres no eran tan diferentes a lo largo del mundo, todos se enfrentaban a sus miedos y se saciaban su bajas pasiones del mismo modo, el tufo que emanaba de la mezcolanza de olores le embriagaba la nariz recondándole viejas canciones e historias. Con más arrojo y pasión que arte se subió a una de las sillas para anunciar a viva voz su presencia.-¡Perros de la guerra, haceos a un lado, pues los Cuervos Negros han llegado para cobrarse precio sobre cada muerte con el mayor de los descaros!¡Tenéis suerte de estar a nuestro lado, por que ahora corre el vino, pero mañana!¡CORRERÁ LA SANGREEEEEE!-alzando el primer vaso que encontró lo apuró de un trago tras gritar a pleno pulmón. A veces la mejor manera de esconderse era a plena vista, era un gañan más entre aquellos patanes, tan le daba que le vitoreasen como que le lanzasen comida, se reiría con ellos y de ellos sin darle mayor importancia al resultado, pero averiguaría de forma rápida como estaban los ánimos en la ciudadela. Quería saber cuan inquietos estaban los hombres por luchar, en la taberna cerca del fuego todo el mundo tenía un gran valor, llegado el día más de uno se cagaría en los pantalones.

Tras dispersarse un poco entre los parroquianos Duque no esperó a ser servido, se acercó al fuego llenando dos cuencos con el estofado caliente pasado de días levantándolos levemente para que el posadero los viera y se los anotase. Entonces si se sentó junto a sus compañeros colocando un plato bajo la mesa llamando a Max para que este permaneciera allí comiendo mientras el le acariciaba el lomo, con tierna sonrisa, una muy diferente a la que hasta ahora había mostrado. Lo que le contaba Keldor no parecía importarle en demasía o al menos no cambio de actitud mientras comida con las manos.-Todas las guerras son absurdas, cuanto más estúpida mejor más alta suele ser la paga. Si tienes algo mejor que ofrecer te escucho, pero por ahora los Cuervos Negros somos veinte hombres acampados en la loma, Duque de Montalbo los comanda, eh no me miréis así.- se paró y le apuntó con la cuchara mientras seguía hablando tras guiñarle un ojo.-Además si algo se me da bien es llamar la atención, todos se fijarán en mi y vosotros podréis resolver vuestros asuntos. No tengo interés alguno en delatarte, me parece un buen pago por el ardid de la puerta, si algo tenemos los hijos de la Liga es palabra; pocos nos contratarían si fuéramos desleales a nuestros juramentos.- siguió comiendo sin más. El muchacho se había mostrado demasiado impetuoso, poco paciente, se lo hubiera esperado de la orca, pero del que uso la mentira para cruzar la puerta, tanto daba, no llegaría muy lejos confiando tan ciegamente en unos desconocidos.

Cuando la camarera trajo una jarra de vino, sirvió un vaso a Korben otro a la muchacha, un segundo para él y le dio el resto de la jarra a la orca. Dijo que invitaría a la primera y así fue, ahora solo le quedaba escuchar el precio que ofrecería Korven por una tarea que no parecía tener mucho futuro, de todos modos no iba a perder nada por escuchar.

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17/03/2019, 21:25
[Muerto] Belandir

El acero golpeaba la piedra sin piedad mientras que la sangre, el sudor y la tierra se hacían uno en una mezcla llena de recuerdos bélicos que Belandir añoraba hace tiempo-. Como extrañaba esta sensación-. Piensa al sentir su cuerpo fatigado, herido y amplificado cuando su mazo impacta por segunda vez el cuerpo del enemigo. No obstante, la sonrisa del enano se fortalece aún más al ver como su aliado lo protege, recibiendo un enorme impacto en su armadura-. Al menos tiene el espíritu de un gran guerrero-. Se dice con el ánimo hasta las nubes mientras se pone a correr con el único objetivo de terminar con romper una de sus piernas o al menos tomar la atención del golem y así evitar que su patrón vuelva a recibir un nuevo golpe directo de la criatura, sin cambiar su expresión de alegria y euforia.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Muy buenas! aun estoy con gran carga de trabajo, han rodado cabezas (de los ineptos que se mandaron la cagada) y eso, pero como es domingo, dia de descanso y de rol os dejo mi turno ^^

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17/03/2019, 22:26
[Muerto] Wade Sallow

Wade esbozó una media sonrisa cuando la escuchó hablar de que su madre no era de Altairea.

- Sí, mi señora, salta a la vista que vuestra madre no es altaireana. Así que un padre viajero, ¿Eh? - Le dirige una mirada con ligera suspicacia. Desde que la vio, su color le llamó profundamente la atención, pero no había caído en que ésta podría ser problemática por sus orígenes. Probablemente ella haya pensado lo mismo de mí y por eso desvía el tema a las noticias. - ¿Sería muy descortés, mi señora, preguntaros a qué se dedicaba vuestro padre? Y... Sí, me consta que no es muy seguro para gente como vos. Trataré de evitar que os sintáis incómoda en mi presencia. - Acompaña ese comentario de una pequeña reverencia con la cabeza. - ¿Cómo estaba Viavenna durante vuestra estancia? Siento deciros que no traigo grandes nuevas del Imperio. En mi viaje no he podido hablar con demasidos viajeros. El tiempo nos quiere guarecidos al calor de un buen fuego. No podemos quedarnos de cháchara en los caminos, me temo.

Hacía tiempo desde su última visita a esas tierras. Le había gustado Viavenna y le gustaría volver a visitarla pronto. Wade comenzaba a sentirse inquieto, sus tripas comenzaban a rugir y pedir a gruñidos una buena sopa caliente. Aunque la conversación con la chiquilla era agradable, lo que quería era irse a una taberna y descansar en una cama y no en un carruaje que, aunque confortable, empezaba a hacerse pesado.

- Os dirigís al poblado fortificado, ¿No es así? Creo, mi señora, que es de recibo continuar viaje y, si os place, conversar más al abrigo de una taberna.

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18/03/2019, 00:10
Erin

Cuando el lucerano se subió a aquella silla para realizar aquel ridículo alarde de borracho, Erin enrojeció de vergüenza ajena, retrocedió y se arrimó a Gorsha.

 - No llames tanto la atención, ¡idiota! - pensó con rabia - Más nos hubiera valido traer una campana como los leprosos.

 

Si alguno de los parroquianos no se había fijado en ellas, ahora las recordaría como "ah, sí: las dos que iban con ese bocazas lucerano y su perro; la orca y aquella con un ojo de cada color". No obstante, y entendiendo que ya habían quedado en evidencia, Erin se dio cuenta de que alejarse de él ya no era una opción válida, así que se limitó a sentarse, y aceptar sin despegar sus labios aquel vaso de vino. Olía fuerte: a especias, y a un contenido en alcohol mayor que el de los vinos del Sur, más suaves y delicados. Aún así, olía mejor que el resto de la taberna, y desde luego mejor que el lucerano que se sentaba junto a ella en aquella mesa pegajosa.

Mientras los hombres hablaban, Erin deslizó su mano hasta el lomo del animal para acariciarle.

 - Pareces un buen chico...

 

- Tus intuiciones parecen razonables, Korben - habló por fin, mirando al vaso de vino que sujetaba con la otra mano, y alzando la voz lo justo para ser oída entre el ruido del lugar - Aunque creo que nuestro amigo sí que ha venido aquí con la intención de alistarse. ¿Me equivoco?

Sin esperar respuesta, continuó:

 - Nosotras sí que formamos parte de una compañía que está acampada a las afueras de la ciudad - dijo, en alusión al resto de Cuervos Negros que estarían esperando acampados en la loma - Cuéntanos, ¿qué clase de misión es esa?  Y, ¿qué te importan a ti esa torre, o sus moradores?  No eres del Norte.

Estaba siendo demasiado directa, y lo sabía. En circunstancias normales, no hablaría tanto: pero la bravuconada del lucerano había puesto nerviosa a Erin, y por eso no consiguió morderse la lengua como hubiera hecho en otra ocasión. Estaba deseando que Gorsha abriera la boca y tomara el mando.

- Tiradas (1)
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18/03/2019, 00:33
Erin
Sólo para el director

Erin observa con disimulo, en busca de algún otro ser dotado (o maldecido) con el Talento.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ocultación mágica: desgaste moderado.

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18/03/2019, 00:36
Gorsha

Maldito fuera el lucerano aquel... Era el tipo más bocazas con el que se había cruzado y que aún tenía la suerte de seguir vivo. ¿Ya sería buena idea seguir formando equipo con esos dos? Bueno, con el tal Korben igual sí, pero como el otro no aprendiera rápido cómo funcionaban las cosas en el norte, acabaría sin lengua y con la cabeza separada del resto del cuerpo.

Sentados en un sitio más bien discreto y con una jarra de vino delante, Gorsha escuhó atentamente lo que el tal Korben tenía que decirles. Así que un trabajo peligroso, ¿eh? De los que a Gorsha le gustaban, si la paga era buena, claro está.

Tras tomarse un par de tragos de vino, la orca decidió poner fin a la charada de la "bárbara pielverde que no entiende a los humanos".

 -Muy bien, si lo he entendido todo, tú- señaló a Korben -Tienes asuntos personales que resolver y necesitas de nuestra ayuda para llevarlos a buen término. Que te da igual realmente que seamos nosotras quienes te ayudemos u otras personas, pero no puedes hacer lo que sea que quieres hacer en esa torre solo. La cuestión es, ¿qué vamos a sacar mi compañera Erin y yo de todo esto? ¿Cuál es el balance riesgo-beneficio?

Luego miró al Duque de Montalbo con el ceño fruncido.

 -En cuanto a ti, he conocido bufones más discretos que tú, amigo. No sé qué asuntos te traes entre manos, pero si lo único que necesitabas de nosotras era entrar en la ciudad, agradecería que nuestros caminos se separaran lo antes posible. No sé de dónde habrás salido, pero yo me he criado en el norte. Y los bocazas ruidosos llevan una diana en la espalda en la que todo el mundo desea probar puntería. Si quieres que sigamos formando "los Cuervos Negros", aprende a controlar tu lengua como hace tu peludo amigo.

Tras soltar todo aquello, la orca se bebió todo el vino que le quedaba, esperando a que sus palabras calaran en sus dos nuevos acompañantes. A ver cómo acababa aquella asociación surgida de repente...

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18/03/2019, 09:18
Duque de Montalbo

Max gruñó enseñando los dientes bajo la mesa, no estaba acostumbrado a que le hicieran caso otras personas o tal vez estaba protegiendo la comida. Duque no vio la mano de Erin, sencillamente lo miro a los ojos moviendo los labios apenas preguntandole que le ocurría, pronto se calmó y al terminar de comer se hizo un ovillo bajo sus piernas. Mientras se sacaba un trozo de carne de entre los dientes el Lucerano continuó con la conversación sin variar mucho el tono de voz ni darle mayor importancia.-Si, yo en principio vengo a hacer fortuna.- dichas palabras están cargadas con cierto aire de cinismo, muy pocos la obtenían aunque la cola para abrazar a la muerte estaba siempre concurrida.-El como lo consiga tanto me da.-al menos no parecía el idiota, no del todo.-Todavía no he firmado con nadie y estoy abierto a todo tipo de ofertas, como bien hace la orca.-entonces se giró hacia esta para hablar con ella.-Claro que es todo una bufonada y una perogrullada, los mercenarios funcionan así, por eso se nota tanto que no lo sois. Decidme ¿de quien creéis que van a sospechar más?de un hombre que no es norteño y dos chicas que viajan solas que se sientan apartados susurrando en rincones oscuros o del mercenario que ha entrado por la puerta se ha vanagloriado de ser el mejor y le a tocado el culo a la camarera ¿qué os parece más común y corriente?.Si yo fuera esa reina el primer sitio que tendría vigilado sería este antro. Yo soy uno más en un enorme banco de peces, vosotros sois los que estáis algo fuera de lugar, tanto me da que sigamos juntos, pero creo que para vuestra tarea yo soy la mejor cortina de humo. Al fin y a cabo por el momento no tenemos nada que perder, ah por cierto, si hay bronca, que la habrá. Nos metemos solo ella y yo.-a diferencia de como había actuado hasta ahora Duque su tono de voz era serio, le sostuvo la mirada a la orca sin achantarse lo más mínimo. Aunque fuera por unos instantes algo de porte salió a relucir en aquel pazguato, parecía que el veterano sabía lo que se hacia o que tenía algún as en la manga, fuera lo que fuera no revelaba mucho y aparentemente parecía muy seguro de si mismo.

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18/03/2019, 19:48
Yriel Alessar

Atrapado en sus pensamientos desde que el viajero preguntó por la motivación de su viaje, Yriel había permanecido un momento en silencio. Debía de costar entender qué hacía allí una persona como él, bien pertrechada y podía decirse que fuera de lugar.

- No tengo muy claro lo que hago aquí, teóricamente buscar oportunidades de negocio para los míos. De ahí que me llamara la atención vuestra presencia.

La de un mercader en estas tierras baldías, de las que hasta ahora sólo había visto mostrar violencia.

- Y el deseo de alejarme una temporada.

Añadió complementando su historia, cierto era que deseaba irse al menos un tiempo y había optado por lo más costoso primero, que era recorrer el norte.

- Me temo que no vamos a entrar, tuvimos un principio de pelea con uno de los grupos que creemos está dentro. Nosotros veníamos acompañando a una señorita mas ya nos hemos despedido de ella. Anteriormente estuvimos acompañando a unos enanos y en fin, hay gente muy pintoresca estos días por aquí. Pero dígame, ¿viene específicamente a negociar con Odrin o su negocio puede extenderse a otros reinos? Si piensan visitar otros lugares podría interesarnos viajar juntos.

Explicó tanteando si habría la posibilidad de formar un grupo mayor.

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19/03/2019, 13:58
[Muerta] Gwyl

Gwyl, incómoda ante la mirada suspicaz de Wade, atinó a arquear las cejas en una expresión entre triste y desilusionada, al tiempo que apegaba un poco más su cuerpo al de Yriel, lo cual le daba un aire frágil y desvalido al tiempo que le quitaba unos cuantos años a su edad aparente. Esto por supuesto, era un poco de teatro, pero no hay actuación que no necesite un tanto de verdad para ser convincente, y Gwyl seguía sintiendo flaquear sus piernas cuando aquellos temas sobre su procedencia salían a la luz. Más aún en los últimos días, donde la coraza que parecía haber construído a base de sarcasmo y desaires durante sus años en Viavenna, parecía haberse resquebrajado bastante. No obstante se mostró aliviada cuando Wade hizo alusión a no incomodarla... Quizás solo era un muy hábil comerciante que sabía ganarse la gente, o quizás notaba que había metido un poco la pata y realmente se sentía mal por ello.

- Oh, no pasa nada. No me incomodáis en los absoluto. Se os ve como un hombre muy viajado como para juzgar en base a prejuicios - Sonrió, con una sonrisa un poco menos abierta que la anterior. - Mi padre era comerciante como vos, y eso lo llevó a Muqtar como a vos os a traído a este lugar, aunque me temo que no le fue tan bien como hubiera querido, y murió siendo yo muy pequeña. - ladeó un poco la cabeza - Y por supuesto que me gustaría hablar con vos en un lugar más cálido, pero lamentablemente no parece que seamos bienvenidos en aquel lugar. Uno de los grupos que se ecuentra allí tampoco tiene mucho aprecio por los de mi clase ... Sin embargo, como dice mi compañero, si luego pensáis ir hacia otros reinos, con mucho gusto os acompañaremos a la vuelta. Mañana tenemos pensado ir rumbo a Cregan, otro de los pequeños reinos que hay por aquí, y si es por comerciar, tenemos por sabido que algunos de los enanos que nos topamos fueron rumbo a Penda. Aquí en Odrin, por cierto, se que se encuentra una mediana con quien compartimos parte del camino, su nombre es Ussia y es comerciante también, quizás podáis hacer negocios con ella. 

Entonces Gwyl tomó un tono más oscuro... Bajando la voz y e inclinando la postura hacia sus interlocutores mientras daba rápidas miradas a su alrededor, como si desde cualquier lugar alguien podría estar escuchando la conversación - De todas formas, mi señor, y porque me habéis caído bien, dejad que os diga que debéis tener cuidado en Odrin. No creo que para alguien como vos vayaa haber problemas, pero se rumorea por lo que hemos podido saber, que una extraña mujer venida del sur se ha casado con el rey, y que es ella y no él quien gobierna ahora estas tierras. La llaman bruja, y aunque no creo que se deba prestar muchos oídos a este tipo de habladurías, está claro que está cambiando las cosas aquí en el Norte. Está reuniendo un gran ejército como no se ha visto antes por aquí... Está claro que es una mujer temible. - Entonces la muchacha se apartó, regresando a un talante más alegre y vivaz - Pero bueno, la guerra y el comercio siempre han ido de la mano. Así que, ¿quien sabe? Quizás sea un gran negocio para vos, si jugáis bien vuestras cartas, mi señor.  Nosotros partiremos mañana a Cregan, si queréis compartir camino con nosotros, estaremos en las lindes del bosque.

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19/03/2019, 17:08
Erin

Erin retiró la mano, despacio, con el corazón en un puño.

 - Igual no eres tan buen chico - pensó - Y tu amo no parece tan imbécil cuando habla en serio.

La idea de que el mercenario pudiese tener razón inquietó a la joven, y no pudo evitar echar un vistazo a su alrededor. ¿Habrían despertado atenciones indeseadas? ¿Hasta aquel tugurio llegarían los ojos y los oídos de la arpía que había conquistado el corazón de Odrin?  Sea como fuere, lo que había dicho aquel tipo era sensato.

 - Vale: quieres oro, ese lenguaje lo entendemos todos - contestó a Montalbo - Y a nosotras no nos desagrada.

 - Pero algo me dice que si importunamos a los moradores de esa torre, bien podrían arrancarnos el pellejo a tiras - la imagen mental de unas tenazas, en las manos fornidas y sucias de un verdugo, levantando largas tiras de la fina piel de su espalda hizo que Erin apretara los dientes y sufriera un escalofrío involuntario, antes de dirigirse a Korben - ¿Merece la pena arriesgarse tanto?  En el campo de batalla se limitarían a matarnos.

Erin se acordó del pobre bocazas desgraciado en cuya garganta había hundido Erizo su cuchillo, y de la cara de pasmo con la que reaccionó a la puñalada: aún así, aquel destino era preferible a lo de las tenazas. O, peor aún... a ser quemados vivos (Erin ni siquiera quería imaginarse algo así).

 - No es sólo por oro, ¿verdad? - añadió tajante, mirando a Korben desde sus extraños ojos, uno azul y el otro de color verde.

 

Por una parte, la idea de asesinar a cambio de unas monedas nunca le había seducido demasiado, y creía que la propuesta de Korben no nacía de la avaricia, sino de otro sentimiento quizá más poderoso (¿ambición? ¿venganza?). Por otra parte, se encontraba más cómoda tratando con motivaciones simples como la del tal Montalbo: matar y llenar la bolsa, y así hasta que te maten... como al pobre Erizo. Y como a ella, en un futuro. ¿Qué pretendía ese Korben?