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Crónicas del Fin I: Camino Sin Retorno

Capítulo I: Hacia el Norte

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10/04/2019, 22:59
Narrador

Tanto Gorsha como Erin reconocieron al instante a Aelirenn, a la que habían dejado junto a Yriel y Gwyl, ahora llevada de la mano por la que no podía ser otra que Syndra. No habían pasado tanto tiempo juntas en el Descanso del Guerrero como para que la sombría les hubiera prestado demasiada atención, pero es posible que pudiera reconocerlas, aunque quién sabía que haría en ese caso. Aelirenn por otra parte, evitaba mirar hacia donde ellas estaban, tratando de no delatarse.

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10/04/2019, 22:59
Thorskar Wedrun

Thorskar se mostraba algo más optimista que Belandir al respecto de como saldría aquello - Seguro que Cregan acudirá también. Puede que todavía no haya perdido terreno frente a Odrin como Penda, pero sabe que lo más probable es que sea el siguiente. Así funcionan estos Reinos, cuando uno se hace con algo de ventaja provoca que los demás se unan contra él.

Al hablar de la bombarda, el rostro de Thorskar se iluminó, claramente emocionado cuando esta se convertía en el tema de conversación - ¡Oh, lo será! Nos mantendremos apartados si se produce algún combate antes de llegar a Odrin, pero una vez allí, os aseguro de que, si ese castillo es como el que tiene Penda, no tendrán nada que hacer contra nosotros - el entusiasmo disminuyó un poco a la hora de tratar la segunda cuestión - En el caso de que tuvieramos que retirarnos y fracasara la empresa... Bajo ningún concepto el arma puede caer en manos de alguien que no sea de nuestra raza. Es imposible moverla con rapidez, por lo que estoy dispuesto a destruirla si llega ese momento.

No obstante, lo que dijo Thánur hizo saltar una alarma en el enano de Anghazar - ¿Hechiceras? - dijo claramente sorprendido - ¿Aquí? Pensaba que a los norteños les gustaba la magia tanto como a nosotros - es decir, bien poco -  Maldición, eso es algo con lo que no esperaba contar. Aunque supongo que así veremos que puede más, si la magia o la tecnología - los ojos de Thorskar brillaron un segundo ante la prespectiva de demostrar la superioridad de su raza frente a una habilidad de la que siempre se habían visto provados - Es cierto que Pendan o es ningún gran estratega, quizás Belandir podría aconsejarlo, pero desconocemos cuanta fuerza tiene el enemigo. Un asedio sería lo ideal para poder emplear la bombarda con todo su potencial, pero para ello me temo que necesitaremos primero las fuerzas de Cregan.

Del enano sonrió a Thánur cuando dijo lo de las runas - ¡Gran idea! Así podremos probar también la resistencia del cañón del arma con varios tipos de proyectiles. Aunque me temo que tendremos que esperar a estar frente al castillo para saber su disposición, en los mapas solo sale su localización, pero no están dibujados. De todos modos, dudo que sea muy diferente a lo visto en Penda.

Notas de juego

Perdón mil por la tardanza.

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11/04/2019, 00:23
Narrador

El mendigo le devolvió la sonrisa al escucharla decir aquello - Dudo que te pongan algún problema. Perdona por la expresión pero la mayoría de humanos no suelen tener en mucha cuenta a los tuyos hasta que necesitan algo. Aunque eso a veces también puede ser una ventaja - y luego comieron un rato en silencio, hasta que Ussia terminó su plato, cuando tomó la palabra de nuevo. Cuando dijo aquello de las bestias, el hombre no se extrañó ni la miró con incredulidad, simplemente se encogió de hombros.

- ¿Bestias? - dijo - Alguna habrá supongo. Lobos, sobretodo. Algún oso quizás. Pero en mi experiencia, ese tipo de historias tiene más que ver con supersticiones locales que se han mantenido vivas a lo largo del tiempo - si el hombre se percató del leve temblor con el que la mediana se llevaba la jarra a los labiso, no dio muestras de ello - La verdad es que es un tanto extraño, había oído que esos Gorriones tenían buenas relaciones con este reino. Su líder creo que es oriundo de Cregan y todo - el mendigo se sentó de lado, preparándose para levantarse - En cualquier caso, dudo que ninguna bestia lo tuviera fácil contra un grupo de guerreros experimentados.

Terminado el plato, el hombre se despidió deseándole suerte con lo de encontrar a su amigo, y luego se marcó del lugar. Ussia no tardó en hacer lo mismo, pero cuando salió al exterior, no encontró ni rastro de él. Pasó el resto del día tratando de averiguar algo más de información lo más discretamente posible, pero no consiguió mucho más que hasta entonces, por lo que rendida, acabó por irse a dormir y probar suerte al día siguiente, antes de tener que volver a emprender el viaje de vuelta.

El tañido repentino y continuado de una campana la despertó bruscamente de buena mañana. Por la dirección, debía de provenir del castillo, aunque se escuchaba por todo el asentamiento. Y pronto escuchó muchos más sonidos. Por toda la taberna se escuchaban ruidos de hombres moviendose deprisa, del chocar contra muebles y de maldiciones de gente a la que habían pillado desprevenida como a ella. Cuando salió de la habitación, vio todos los guerreros que se habían quedado a dormir también recogían rápidamente sus pertrechos y armas y salían corriendo del lugar. No había mejor manera de saber qué ocurría que acercarse al origen, de modo que no tardó en seguirlos.

Fuera, las tropas de Cregan se estaban movilizando ya, las calles estaban llenas de soldados y mercenarios que se dirigían hacia las puertas del asentamiento para formar en el exterior. ¿Se trataba de un ataque? Odrin no podía haber juntado sus fuerzas tan deprisa como para haber llegado tan poco tiempo después de Ussia, ¿No? O es que Cregan había reunido ya a las suyas y por eso daba la orden de marcha? Por suerte, no tuvo que esperar demasiado a que alguien la sacara de dudas.

- ¡Ussiaaaaa! - oyó gritar a su espalda. Madelonn bajaba corriendo de la colina superior en dirección a ella, tan agitada como el día anterior. Al llegar a su lado, tuvo que parar un momento a recuperar el aliento, sus mejillas estaban de nuevo rojas, aunque esta vez por el esfuerzo - ¡Menos mal que sigues aquí! ¡Ha llegado un mensajero de Penda diciendo que ellos ya marchan al combate! ¡Mi padre ha tenido que ordenar la marcha también! - volvió a resoplar, mientras pasaba la mirada sobre las columnas de hombres pasando por su lado - Lo siento, no conseguí averiguar nada sobre tu amigo.

Notas de juego

Perdón mil por la tardanza. Adelantamos un pelín para alcanzar a los demás.

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11/04/2019, 08:14
Narrador

Al separarse del abrazo, Aelirenn evitó la mirada de Syndra cuando dijo lo de la bestia - Sí... Ahora ya está hecho - respondió, algo turbada. Cuando Syndra mencionó lo de ir al castillo y ver a la reina, la silvana tragó saliva, pero se aferró al brazo que le tendía y caminó junto a ella - Supongo... - fue cuanto dijo, resignada a tener que guiarse por las normas y convenciones sociales. Al menos la habitación privada parecía un lugar tranquilo.

Mientras salían de la tienda y empezaban a andar hacia las puertas exteriores, la pelirroja iba escuchando atentamente lo que decía Syndra, aunque se mantenía callada y no dejaba de echar miradas hacia la multitud de guerreros que tenían a su alrededor - Ya... ya veo - dijo cuando la sombría terminó su explicación. Aelirenn no parecía muy habladora de normal, pero en aquella situación lo era aún menos, se la veía realmente incómoda rodeada de tanta gente y yendo a meterse en una ciudad humana.

Cuando sonó la alarma y empezó todo el movimiento de soldados, Aelirenn saltó como un resorte, tensa y lanzando miradas de preocupación por todas partes. Se giró hacia Syndra aún más preocupada cuando esta soltó su brazo, pero en cuanto sintió que le agarraba la mano aferró la de la sombría con fuerza. La siguió mientras se abrían paso entre la marabunta de guerreros y mercenarios que empezaban a formar delante de los muros, atravesando como podían la avalancha de gente que salía por las puertas de la ciudad. Yendo en dirección contraria, no lo tuvieron fácil, teniendo en  cuenta la constitución física de las elfas y la de los norteños, pero lograron cruzar hasta la entrada de la segunda colina.

Allí el volumen de hombres empezaba ya a disminuir, por lo que el camino se les hizo algo más fácil. En aquella zona, al lado de la taberna donde se habían alojado ella y Ussia, vio que había ahora un voluminoso carro, demasiado bien hecho y decorado como para ser de alguien del Norte, incluso de alguno de los reyes. Aquél vehículo indicaba dinero, al igual que los cuatro o cinco sirvientes que lo rodeaban y vigilaban para que ningún norteño se acercara demasiado. Del interior de la taberna surgió un hombre de pelo canoso, pero bien vestido, acompañado de una mujer con pinta de guardaespaldas, por lo que debía de ser el noble o comerciante a cargo del pequeño grupo.

Y también, en dirección contraria a la que llevaban ellas, al disminuir la marea de gente lo suficiente como para dejarles paso, pudo ver que un grupo de cuatro personas, por las pintas indudablemente más mercenarios, bajaba de la colina superior, la anterior a la del castillo. Lo curioso es que no podían ser más dispares. La orca sin duda alguna era una guerrera, y los dos hombres también tenían pinta de ser diestros con las armas que llevaban, pero la cuarta era una joven muchacha de aspecto casi indefenso. Syndra tenía la ligera impresión de que al menos las mujeres le sonaban de algo, y Aelirenn se detuvo un segundo al verlos, pero enseguida apartó la mirada y siguió caminando.

Notas de juego

Marca a Wade, Korben, Erin, Gorsha y Duque en el siguiente post.

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11/04/2019, 09:33
[Muerto] Korben

Habían tenido suerte con las tropas del rey, el caos reinante les había ayudado porque en condiciones normales hubieran acabado presos o peor... muertos. Pero el azar les había sonreído y ahora estaban de vuelta en la posada. Era el momento de poner las cartas sobre la mesa.

Al acercarse algo llamaba la atención, el ostentoso carro que había en la entrada y quienes parecían subirse a él no pegaban ahí. Aquellos no eran mercenarios que iban a participar en la batalla, y no tenía sentido, algún noble con su patrulla pero sin duda no un noble de la ciudad, la ropa los delataba. En una situación como aquella era inusual que alguien se pusiese en peligro así... si no tenía intenciones que merecieran el riesgo.

Pero mientras Korben elucubraba con los motivos que habían traído a la ciudad a tan extraño grupo, algo le llamó aún más la atención. Elfos. Dos mujeres se acercaban desde el otro lado de la calle, no había visto a muchos de su raza pero destacaban entre la multitud. Ambas iban sin escolta. Sin embargo contrastaban aún más por la diferencia que había entre ellas, una se movía nerviosa mientras la otra parecía tranquila, y esta última llamaba aún más la atención por su melena blanca sobre un amplio vestido negro. Siendo de la misma raza parecían tan distintas... ¡¡una elfa sombría!! Comenzó a recordar las historias que había escuchado. Eran pocos y aún se dejaban ver menos. ¿Qué hacía allí? ¿Y cuál era la conexión entre las dos?

Miró a sus compañeros. - Esto se pone cada vez más interesante. - No era su intención inmiscuirse en lo que estaba pasando en la ciudad, pero comprendió que aquello les vendría bien. - Si hay en marcha otros asuntos, alejarán las miradas de nosotros. Como dije arriba, es hora de hablar de modo claro, entremos y os contaré qué me ha traído aquí, ya no es hora de desconfianzas. Y hablemos de esa "manera" de entrar que dices que nos ahorrará tiempo - , dijo mirando a Erin.

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11/04/2019, 12:18
[Muerta] Syndra

El hecho de que la pelirroja le evitara la mirada al hablar de aquella bestia, fue algo que llamó la atención de la hechicera, principalmente porque no estaba segura si lo había hecho por el efecto que la multitud de personas creaba en ella, o si era por otra razón en particular. Había algo raro en todo aquello, y la elfa comenzó a dudar sobre si realmente había acabado con esa criatura, como debería de ser su deber, o si había sucedido algo más. - Mm... tendrás que hablarme sobre eso. Luego, por ahora no. - Le aseguró, sabiendo que no había mucho tiempo que perder en aquella situación, no cuando la guerra parecía estar tocando a las puertas del reino, y su Señora debería de desear verla en ese momento. Aún así, con lo que había oído sobre aquella horrible criatura masacrando ciertas aldeas, la elfa comenzaba a dudar sobre lo que había dicho Aelirenn, como si hubiera algo que no le estaba diciendo. ¿Qué sucedía si no había acabado con la bestia, y simplemente decía que sí para evitar hablar de su fracaso? Aquello era ciertamente preocupante para Syndra, en especial cuando habría deseado que esa cosa hubiese muerto bajo las flechas de la pelirroja. Si continuaba viva... alguien tendría que hacerse cargo de ella, y la sombría prefería no ser ella, no cuando esa cosa había demostrado ser bastante resistente a sus hechizos, incluso a uno de los más letales y poderosos que poseía. Detestaba la idea de volver a tener que enfrentarse a ese ser desagradable que incluso había logrado que se asustara. ¿Asustarse? ¿Ella? Era ridículo, y, aún así, había tenido miedo en el momento en el que sus hechizos apenas habían herido a esa bestia.

Pasar entre la marabunta de soldados no fue algo sencillo para las dos, no cuando, al menos en el caso de la sombría, eran bastante delicadas en cuanto a complexión física. No había duda de que los otros reinos deberían de estar cerca. La sombría realmente prefería evitar encontrarse en el terreno de batalla, ya que aquel no era lugar para alguien como ella. Sin embargo, era posible que su Señora desearía utilizarla para algo, en el caso de que realmente la necesitara. Tal vez... habría sido mejor seguir al hechicero humano y a su aprendiz en su momento, en vez de ofrecerse al servicio de Mildred, si bien, por ahora, no podía quejarse demasiado, no cuando tenía su propia habitación, y disfrutaba de ciertos lujos, así como un buen trato, en cierta medida. Lo que sí, era una verdadera pena que la soberana no hubiera cedido, de momento, a sus encantos, como la elfa lo hubiera deseado. Sería bueno ganarse el apoyo de dicha mujer, y que no sólo la tratara como su hechicera personal, sino también como una amiga en la que poder confiar. De cualquier manera, no tenía sentido pensar mucho en aquello, aún debía de ver si la reina deseaba algo de ella, en aquella situación de emergencia, o si simplemente dejaría que fuera a sus anchas, demasiado ocupada con la guerra que se avecinaba. Sea lo que fuera, la visión de un voluminoso carro llamó la atención la sombría, principalmente porque era difícil ver esa clase de cosas en esas tierras, no cuando los norteños eran demasiado... atrasados, además de idiotas, claro. El diseño del carro, por otro lado, no era algo que pareciera ser norteño, sin duda, teniendo en cuenta que estos eran demasiado... "simples" de mente como para poder crear algo tan bello. Estaba claro que debía de tratarse de un extranjero a esas tierras, y no ciertamente con mucho dinero.

No obstante, lo que más llamó la atención de la sombría, fue la visión de dos mujeres que al principio le parecieron familiar, si bien, a medida que se fue acercando, pudo notar que se trataba de la hembra orco que cuyo físico la había atraído en su momento, junto con la joven humana que a la elfa le había parecido ciertamente adorable, casi al nivel de Ussia, aunque no tanto como la mediana, sin duda. La pregunta era... ¿qué hacían allí? ¿Acaso no habían marchado hacia otro de los reinos? Aquello creó varias preguntas en la mente de la sombría, en especial cuando era posible que éstas fueras espías en aquel lugar, un pensamiento que hizo que la mirada de la hechicera se afilara, si bien decidió que al menos le daría el beneficio de la duda a ambas, aunque sería mejor que se explicaran con cierta rapidez. - ¿Gorsha? ¿Erin? ¿Qué hacen aquí? - Preguntó con cierta sorpresa en su voz, casi ignorando al resto de los presentes, teniendo en cuenta que no eran más que humanos, y encima de todo, hombres, con excepción de la guardaespaldas que parecía acompañar al posible noble o comerciante adinerado. No era como si tuviera muchos deseos de lidiar con más humanos, cuando ya debía de hacerlo con los norteños de aquel sitio. - Me sorprende verlas aquí... Me gustaría saber la razón. - Se expresó con tranquilidad, al acercarse lo suficiente al par de mujeres. - ¿No tuvieron problema para entrar? - Preguntó, principalmente porque estaba segura de que un orco debería de llamar mucho la atención, además de intimidar a varios de esos norteños. - Por cierto... antes de que hagan esa pregunta... soy la hechicera personal de la reina de Odrin. Así que supongo que me interesa saber los motivos que trae a ambas a este... reino. - La última palabra la expresó como si tuviera dudas sobre si realmente debía llamar a esa patética excusa de dominio de tal manera.

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11/04/2019, 16:59
Arahan

Arahan negó con la cabeza repetidas veces y se quedó mirandolo con cara de corteza de pino - no, creo que hablamos de poblados diferentes - comentó con seriedad mirando de vez en cuando como el reguero de hombres se iba haciendo cada vez más pequeño. Cuando comentó que deberían pasar desapercibidos Arahan sencillamente extendió los brazos y se miró así mismo. La expresión de su rostro enmarcó un perfecto y claro "¿que cojones me estas contando? ¿es que no me has visto?" pero no añadió nada más.

En uno de esos momentos que miraba a un lado y a otro suspiró con fuerza - yo voy a entrar a la ciudad, debo buscar a mis... - chasqueó la lengua, que sonó como si hubiera partido una nuez - si queréis venid conmigo - y se movió en esa dirección

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11/04/2019, 19:57
Yriel Alessar

Se fijó en el aspecto del elfo, era muy llamativo aunque por su posición ellos lo que querían era mantenerse fuera de la vista. Las palabras acerca del poblado despertaron su curiosidad.

- Veo difícil que hayan dos pueblos arrasados en las cercanías. El que nosotros vimos lo destruyó alguna criatura de gran fuerza, que movía objetos con gran facilidad. Sólo quedó vivo ese caballo, en un estado lamentable.

Si Arahan no sabía sobre el hombre lobo significaba que no era un cazador como la pelirroja. Se preguntó si la chica volvería pronto, con esas campanas se podía haber disparado cualquier cosa que afectara a Syndra.

- Tenemos una amiga elfa, habíamos quedado a mucho tardar mañana aquí. Ella es de los bosques también, cazaba a la criatura. No te recomiendo ir a la ciudad todavía, mira el escándalo que hay. Si nos ocultamos, luego podremos decidir si entrar, con muchas más garantías de no tener encontronazos con ningún mercenario de poca inteligencia. Te puedo asegurar que abundan.

No le parecía prudente ir hacia Odrin justo ahora, Yriel tampoco podía hacer nada para evitar su marcha si así lo quería. Tras el consejo, lo mejor era seguir hablando, tratar de convencerlo.

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11/04/2019, 20:44
Erin

Erin respiró aliviada cuando el guerrero, por fin, despachó sus recelos con una carcajada.

 - No quiero saber qué funciones cree que tengo en nuestra compañía - pensó, al notar cómo la miraba - Pero nos hemos librado de una buena. Y por los pelos.

Una vez más, agradeció en silencio a los dioses viejos, y a los nuevos, el contar con la compañía de Gorsha. Había salvado el día.

Mientras los cuatro se dirigieron a paso ligero en la misma dirección que el resto de las huestes de Odrin, al son del tintineo de las armaduras y las hojas de acero, Erin escuchó a Korben, y, sin perder la vista de las personas que subían a su encuentro, le respondió sin mirarle y de manera apresurada:

 - Sé cómo entrar sin entrar; también sé cómo entrar sin que me oigan, y cómo salir sin que me vean. El problema es cuándo, pero no podemos hablar de eso ahora - zanjó.

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11/04/2019, 20:56
Erin

Erin caminaba junto a Gorsha y otros dos guerreros: uno de ellos, de aspecto sucio, acompañado por un enorme perro que correteaba a su vera; el otro, un joven de tez clara y cabellos oscuros, parecía estar hablando con la muchacha. Bajaban con premura, por la avenida de barro apisonado, en la misma dirección que tantos otros guerreros: hacia las puertas de la ciudad.

Al llegar a su altura, la joven rubia miró a la elfa sombría, sin atisbo de asombro en su mirada.

 - ¿Syndra? - preguntó, esbozando una sonrisa - Antes me pareció verte desde la posada, ¡es increíble que seas tú! 

Miro a la otra elfa, y luego a Syndra otra vez.

 - Ahora estamos en una compañía mercenaria; desde que llegamos al Norte, nada ha salido como planeamos - explicó - Hemos llegado hoy, para ponernos al servicio de Odrin. Los guardias de la entrada no han sido muy... hospitalarios; pero entendieron que nuestra presencia sería apreciada. Justamente venimos de presentarnos al rey.

Volvió a mirar a la otra elfa.

 - ¿Quién es tu nueva amiga?  Y, ¿cómo es eso de ser la hechicera personal de la reina?  Cuando nos despedimos, habíais decidido ir a la aldea de aquel tipo tan extraño, ese que decía ser curandero. ¿Qué ocurrió?

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14/04/2019, 12:57
Ussia

Las palabras, tanto del mendigo como del posadero, consiguieron tranquilizar un poco a Ussia. No tendría problemas para volver a Odrin, con suerte, y sí era cierto que casi se lo olvida algo importante: Los Gorriones no eran ninguna compañía mercante, blanco fácil para ladrones y ataques de lobos. Eran guerreros fuertes y si los Cazadores Grises habían conseguido salir del paso, ellos también. Tal vez hayan tenido alguna pelea por el camino... Después de lo ocurrido en la taberna, no sería tan extraño. 

Con esa convicción, Ussia terminó tranquila su comida y se pasó el resto del día buscando algo más de información entre grupos de mercaderes, extranjeros, y algunos soldados demasiado aburridos en sus puestos. Pero poco más pudo sacar de todo ello. Mañana esperaba poder ver a Madelonn, así que, aunque cansada, se fue tranquila a dormir y esperar que la muchacha supiera algo más de utilidad.

Lo que no esperaba es que la despertaran con tanto ruido. Por un momento, pensó que era allí como despertaban a la gente, hasta que vio a todos los guerreros recogiendo sus cosas con presteza. Para no ser menos, Ussia recogió su mochila y sus cosas, preparada por si ya se estaba produciendo el ataque, y salió junto a los demás. No había fuego en las calles, como había temido en un principio, pero el nerviosismo de los demás acabó por contagiársele. Una voz conocida sonó acercándose y Ussia consiguió ver entre todas las piernas de la gente, a Madelonn corriendo hacia ella.

- ¡Madelonn! - alzó el brazo para saludarla - ¿Qué está pasando? ¿Nos atacan? ¿Quién? 

Tras tantas preguntas, se dio cuenta de que la joven estaba sin aliento, así que cerró la boca y esperó a que la pobre se recuperara. Al fin y al cabo, había ido expresamente a buscarla, ¿verdad? Ussia alzó las cejas al oír la noticia y en su cabeza volvió a aparecer la imagen del trueno de mano, obligándola a fruncir los labios y a tragarse una maldición. Con semejante armamento, estaba claro que no iban a tardar mucho en comenzar el combate. Pero la reina no parecía preocuparse por Penda, sino por Cregan...

- No pasa nada, creo que no estaba en ninguna de las compañías de aquí. - sacudió la mano, recordando a su querido amigo imaginario Fer. Con gesto más serio volvió a mirar a Madelonn - Pregunté al posadero ayer también... Pero sólo estaba la de los luceranos y los Cazadores Grises aquí, ¿verdad? ¿No hay ninguna más? Y los Cazadores... ¿Sabes si ya han vuelto? - En realidad ellos también lo vieron, así que no debería preocuparme... Mientras esperaba la respuesta, se mantenía atenta a los soldados que pasaban por su alrededor, buscando a algún conocido entre ellos. Finalmente se volvió hacia ella, esperando que aquella no fuese la última vez que la veía. La muchacha le había caído bien y era demasiado inocente para aquel lugar - Tú mantente a salvo, ¿de acuerdo? 

Notas de juego

Dependiendo de lo que me diga Madelonn, voy de vuelta para Odrin o a ver a los Cazadores Grises.

P.D.: ¿Habré podido vender algo de la mochila en el día de ayer? :P

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14/04/2019, 13:52
Gorsha

Maldita fuera su estampa, ¿la muchacha que habían visto desde la taberna era la elfa oscura? Hacía bastante que Gorsha no la veía, pero parecía estar bien, yendo de la mano de Aelirenn, lo que le hizo pensar en sus otros dos compañeros. Sin embargo, Erin en lugar de saludarla fingió no conocerla. Y entonces fue cuando la orca se fijó en el lenguaje corporal de la pelirroja. No sabía a ciencia cierta lo que estaba pasando, pero Erin parecía querer seguirle el juego, así que eso haría ella también. Ya habría tiempo y lugares mejores para preguntarle por Gwyl e Yriel.

 -¡Syndra!

Gorsha sonrió y levantó la mano para darle una palmada en el hombro a la elfa.

 -Ciertamente mucho tiempo sin verte, ¿consejera de la reina dices? Te pega, me alegro de que te vaya bien.

Cuando Erin explicó lo que hacían allí, la orca asintió a las palabras de su compañera.

 -Ya sabes que yo vivo para luchar, la vida del mercenario siempre ha sido la mía. Y con la guerra amenazando... Vimos una buena oportunidad de hacer oro mientras me dedicaba a lo que me gustaba, así que la aprovechamos.

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14/04/2019, 14:14
Duque de Montalbo

Duque, que iba algo más rezagado, pasó de largo por el lado derecho del carruaje usando este como cobertura disminuyendo su ritmo para poder pegar la oreja en la conversación de sus compañeras mientras se recolocaba el cinturón de armas. Fuera lo que fuera lo que se traían entre manos ellas y Korben, ya no tendría lugar, ni ahora ni nunca; las había reconocido la consejera de la reina. Nunca una carrera de espía había durado tan poco, si es que solamente eran eso aquellos tres.

El Lucerano se quedó al margen, esperando ver como se desarrollaban los acontecimientos, como ya había dicho anteriormente él intentaría ser el as en la manga de aquel grupo de locos. Aunque les convendría tener más sensatez en lugar de rogarle tanto a la dama fortuna. La hechicera no parecía gran cosa, pero con ese tipo de gente nunca se sabía; normalmente una bonita figura era sinónimo de un alma hueca muy alejada de la realidad. Esperaba poder cogerla por sorpresa si las cosas se torcían, al fin y al cabo no podría hacerles frente a todos a la vez, aunque si conseguía deshacerse de sus tres compañeros a la vez seguro que el Lucerano recordaría muchas tareas pendientes por hacer muy  lejos de allí. Quien sabía si los mercenarios de antes buscarían nuevos hombre después de las primeras bajas, siempre había tareas más sencillas que enfrentarse a un hechicero, con menos riesgo y lo más importante, mejor pagadas. Pues de poco sirve el sueldo, sino hay vida con que gastarlo.

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14/04/2019, 15:05
[Muerta] Syndra

- Pues... sería raro que vieras a otra de mi pueblo en estas tierras... aunque no imposible, supongo. Hola, Erin. - La saludó de manera cordial, ya que, al fin y al cabo, la joven humana le había caído en gracia, incluso si ésta no había aceptado, en su momento, montar su corcel, ni tampoco compartir habitación con ella en la posada en la que se habían conocido. - Los guardias no son hospitalarios con nadie, menos con desconocidos. Yo tuve que... obsequiarles algo de plata para que me dejaran pasar, aunque bueno... habíamos llegado de noche, y nadie entra de noche. - Le explicó divertida a la joven, recordando los problemas en los que se había metido por sobornar a los guardias en la entrada, ya que el rey de Odrin había pensado que era una espía... una elfa sombría espía en tierras de humanos. Terrible espía, sin duda, pero el humano había demostrado ser lo suficientemente idiota como para creerse esa tontería. - Puedo presentarte a alguien mejor que al rey. A mi Señora. Aunque tendrán que esperar en la entrada del castillo para que pueda hablar bien de las dos con ella, además de desarmarse antes de entrar cuando llegue el momento, ya que pueden ser... un poco paranoicos. - Dijo con tranquilidad, a medida que iba pensando en lo que le diría a la reina sobre sus invitadas. No las odiaba, por lo que no veía mal la idea de hablar un poco más con ellas, a diferencia de los otros indeseables con los cuales había tratado en la posada, en su momento. No obstante, no tardó mucho en mirar a la elfa silvana, a la cual aún sujetaba de la mano ya que eso parecía tranquilizarla un poco, ante tanta multitud.

- Mm, ella es Aelirenn. Una montaraz. La conocí en la posada en la que nos conocimos todos. Y... también nos salvó a mí y a Ussia de que una horrible criatura, con aspecto de lobo, nos devorara. - Se explicó con cierto fastidio al recordar aquella desagradable memoria que prefería olvidar. Esa sería la última vez que visitaría uno de esos condenados bosques, si es que podía evitarlo en su vida. Aún recordaba al idiota del supuesto curandero hablando bien de su hogar, y un montón más de tonterías, que, al final, no resultó ser otra cosa más que una pérdida de tiempo. No sólo no había conocido a la hechicera de la cual había hablado, sino que también casi la habían matado por seguir a ese iluso. La mediana tendría que haberla escuchado cuando le había advertido sobre confiar en ese humano. - Mm, sí, fuimos al hogar de ese idiota. Aunque parece que hace tiempo que los habitantes abandonaron la aldea. Allí nos encontramos a lo que, asumo, fue la causa de la rápida partida de los aldeanos... esa horrible criatura que Aelirenn cazó al final. Mi magia no fue muy efectiva contra esa cosa. - Admitió con cierta vergüenza en sus palabras, principalmente porque no le gustaba la idea de que algo pudiera continuar con vida, a pesar de que había utilizado su mejor hechizo contra dicha bestia. Nadie debería de haber sido capaz de resistir semejante poder, excepto, tal vez... otro mago.  - El curandero... fue herido, así que preferimos dejarle en una aldea cercana. No sé qué fue de él. Con Ussia continuamos nuestro camino hacia aquí porque era lo que habíamos planeado, una vez que cumpliera su promesa con el idiota. Ussia... dijo que vendería algunas de sus mercancías en otros sitios, aunque me aseguró que me visitaría de nuevo. - No había necesidad de dar más detalles al respecto, no cuando ya era suficiente con lo que había dicho. - Al final, la reina de éste lugar decidió aceptarme como su hechicera, aunque no fue muy difícil. Cualquier rey desearía a un hechicero a su servicio. - Aseguró con cierta confianza, en especial si tenían en cuenta la clase de cosas que un usuario de la magia podía hacer con su poder.

Ante la pregunta de Gorsha, la sombría inclinó la cabeza hacia un costado, un tanto confundida por el hecho de que ésta hubiera pensado que era la consejera. - No consejera... hechicera. Dudo mucho que esa mujer escuche los consejos de otros, y me parece bien, sólo un iluso sin iniciativa escucharía los consejos de otros y actuaría en base a dichos consejos. - Dijo con tranquilidad en su voz, aclarando la confusión que la orca podría haber tenido sobre la posición que ella ocupaba en el reino. Aún así, no quería decir que su voz no fuera escuchada, aunque no como un consejo, o al menos no por ahora, tal vez en el futuro. - No creo que puedas hacer mucho oro, teniendo en cuenta que los norteños pagan con plata. - Bromeó un poco respecto a las palabras de la guerrera, disfrutando la posibilidad de conversar con alguien conocido, o bueno, al menos con alguien con quien no se llevaba muy bien. - Lo comprendo. Supongo que yo también soy una mercenaria aunque... no por algo tan simple como un par de monedas. Tan sólo me ofrecí a ayudarle a cambio de un sitio donde poder continuar mis estudios en paz... donde mis hermanas no intenten matarme mientras duermo. - Se explicó divertida, recordando los intentos de asesinato con los cuales había tenido que lidiar, y cómo uno de ellos había estado bastante cerca de acabar con su vida. La magia no servía de mucho mientras dormías, y aquello era algo que casi había comprobado de manera mortal, si no fuera porque su atacante había hecho el ruido suficiente para que ella despertara y le aplastara con su poder antes de que pudiera hacer algo al respecto. - Bien... ¿quieren acompañarme? Estoy segura que mi Señora estará encantada de tener otros mercenarios, y la paga es muy buena... a diferencia de los otros reinos. No por nada tenemos a la mejor compañía mercenaria que éstas tierras puedan disfrutar jamás. - Aseguró, recordando a la poderosa guerrera que había conocido hacía tan sólo poco tiempo, antes de hacer un gesto con su mano para que la siguieran, si así lo deseaban.

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14/04/2019, 19:49
[Muerto] Wade Sallow

Wade temía que quizá no fuese tan buena idea haber viajado a Odrin con la guerra tan cercana como estaba. Pero no es momento de lamentarme por ello, se dijo. Se acercó al heterogéneo grupo con curiosidad, en parte por qué estaba ocurriendo y en parte por conocer a alguien en ese lugar además de a Gwyl e Yriel.

- Saludos, mi nombre es Wade Sallow, soy un comerciante que ha tenido mala fortuna a la hora de escoger el momento de visitar Odrin. - Intenta dar un toque de humor a sus palabras, pero conforme éstas se liberan de su boca, tienen un toque ligeramente agrio. - Quisiera preguntaros a qué se deben las campanadas que han movilizado a buena parte de las gentes de este asentamiento. Por otra parte, he tenido la impresión de que podéis ser los compañeros de una chiquilla medio altaireana y medio Muqtariana y de un buen caballero llamado Yriel, ¿Es así? Es probable que necesite vuestra ayuda para abandonar el poblado si las cosas se complican, si accedéis a prestármela.

La belleza de la elfa sombría sobrecogió a Wade Sallow cuando éste posó sus oscuros ojos sobre ella. Jamás había visto a una elfa sombría y no podía evitar sentir cierto temor y cierta actracción simultáneamente. La observó mientras subía acompañada de una elfa. Aunque no cualquier elfa. Mmm, tú estabas con Yriel y Gwyl... ¿Qué demonios haces ahí? La miró con gesto inquisitivo. Quizá pudiese intercambiar algunas palabras una vez se acercasen.

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14/04/2019, 22:36
[Muerta] Gwyl

Gwyl concentró la vista en el revuelo que se formaba en Odrin, y se mordió el labio inferior preguntándose si sus amigas estarían bien, si habrían averiguado algo, si Mildred, o su hermano, estaban allí dentro. Yriel le había preguntado si a partir de entonces podría volver a llevar su verdadero nombre.

¿Podría?

"Claro que no" respondió una voz en su cabeza "Tienes unos primos bastante contentos de ostentar el título que de todas formas, teniendo un hermano varón ya no te pertenece. Y mírate bien, sabes que nadie en altairea quiere a alguien ahí que se parezca ahí. Fuiste un escándalo que todos prefieren olvidar. Olvida ese nombre, entiérralo. Mejor llámate Gwyl. Es un buen nombre para una sabandija como tú. A parte ese nombre te lo puso Dargo, y creo que a ese viejo le debes un par de cosas"

Era así. Gwyl sabía que era así. Y sin embargo al oír a Yriel pronunciar su nombre antes, algo se había tensado dentro de ella. Si no hubiera aparecido el silvano, quizás se hubiera puesto a llorar. También tenía que reconocer que la imagen de varios nobles altaireanos desmayándose afectadamente sobre el divan la complacía. Decidió que mejor que pensar en todo eso era sumirse en uno de sus no tan raros silencios torvos y se fijó con atención en lo que acontecía a su alrededor, esperando notar algo de utilidad. Sin embargo la mención del elfo sobre un poblado vacío y su convencimiento de que no era el mismo que habían observado captaron su atención, haciéndola girar la mirada hacia él.

- No podemos entrar en Odrin, por ahora al menos, y creo que tu tampoco deberías con las pintas que llevas. Estás pidiendo gresca - dijo sin ninguna maldad ni desprecio, si no con el tono de alguien que sabía perfectamente lo que era ser alguien con unas pintas que llamaban al conflicto - Espérate que se calmen porque como dice mi compañero, hay demasiado cabeza hueca ahí, te lo aseguro. - Movió su cabeza de un lado a otro haciendo crujir el cuello para relajarlo y luego volvió a mirar al recién llegado con curiosidad. - Y, si no es el mismo pueblo, ¿qué viste exactamente? - hizo una mueca - El que encontramos nosotros era una carnicería de lo más espeluznante. Pero si dices que no es el mismo... Me preocupa más. Más que nada porque quiere decir que hay otro tipo de monstruos dando vueltas por aquí.

- Tiradas (2)

Notas de juego

tiro notar a ver si me m doy cuenta de algo raro sobre Odrin

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14/04/2019, 23:01
Logan Greydon

Entrar en la ciudad ya era algo bastante arriesgado, pero hacerlo con Arahan suponía que no habría lugar alguno en el que pudieran pasar desapercibidos. Aun así, el silvano parecía dispuesto a intentarlo de todos modos, empujado por un motivo que no había revelado, aunque no sería extraño pensar que algo tenía que ver con aquél poblado del que hablaba.

Por otro lado, la espera cada vez se hacía más larga, y Gwyl e Yriel seguían sin tener noticias del resto de sus compañeros. La muchacha se volvió por fin, sin ver ningún indicio de Gorsha y Erin, para intentar disuadir también al elfo y preguntarle por aquello de lo que hablaba, pero antes de que este pudiera responder, los tres notaron como los árboles detrás de ellos se movían de nuevo. La figura que salió ahora de la espesura, fue una que algunos ya conocían.

- ¡Vaya! - dijo Logan, apartando unas ramas para acercarse hacia donde estaban - La última vez que nos vimos no pudimos despedirnos en condiciones, así que no sabía si nos volveríamos a encontrar... ¡Pero desde luego no nos esperamos que fuera aquí!

Mientras Logan hablaba, el resto de los Gorriones fueron saliendo de entre los árboles. La norteña Atheld con sus cabellos pelirrojos, el viejo Dalton siempre sonriente mientras se acariciaba la punta del bigote con una mano, el joven Petyr haciendo malabares con un par de bayas que acabó llevándose a la boca, Brogg el enorme orco y su perpetua cara de malos humos... y también Bernardo y calva. Frunció el ceño al reconocer a Gwyl, ninguno de los dos se había llevado un buen recuerdo del otro la noche que se habían conocido, pero no dijo nada.

- ¿Dónde están los demás? - siguió preguntando Logan - Si estáis aquí, deduzco que aceptasteis la plata del rey Cregan - los ojos de Logan se centraron en el ejército que se extendía más adelante y frunció el ceño - Veníamos por el camino, pero escuchamos la campana y decidimos acercarnos más discretamente. Veo que no ha sido mala idea. ¿Estáis intentando averiguar información? ¿Qué habéis descubierto? - finalmente se fijó en Arahan, observando al silvano un tanto extrañado a causa de las pintas que presentaba el mismo - ¿Y quién es... vuestro nuevo amigo?

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14/04/2019, 23:01
Narrador

Antes de que las cuatro mujeres se encontraran, Korben y Duque se separaron de sus dos compañeras y se desviaron un poco para dejar que las otras pudieran hablar. La silvana no les dedicó una mirada, mientras que Syndra apenas arrugó la frente cuando pasaron por su lado, antes de volverse hacia Erin y Gorsha. El reencuentro fue cordial, sin sensació nde incomodidad o frialdad en el ambiente, salvo por el evidente nerviosismo de la elfa silvana, que miraba hacia un lado y otro, salvo a la humana y a la orca, sin atreverse a soltar la mano de la sombría.

Syndra rápidamente dejó clara sus situación al tiempo que interrogaba a las otras, pues cuando se habían separado, la situación de las tres había sido muy distinta a la de ahora. La explicación de las mercenarias sonaba coherente, pero ambas partes sentían que había cosas dejadas en el tintero a propósito.

En ese momento, mientras hablaban, se acerco a ellas Wade, cruzandose con Korben y Duque cada uno en su dirección. El dueño del carro, seguido de su guardaespaldas, era el que más fuera de lugar parecía allí, vestido con unas ropas y con unos modales que evidenciaban tanto su alta alcurnia como su procedencia foránea, y no parecía que quisera seguir allí mucho tiempo más del necesario, a juzgar por la oferta que les hizo a las mercenarias. La propuesta no era extraña de por sí, pero... ¿Cómo conocía aquél hombre a Gwyl e Yriel?

Mientras tanto, el par de hombres fue a hacer lo suyo. Korben pasó de largo del carro y sus vigilantes y se encamió directo a la tabera, pero al ir a cruzar la puerta, le llegó la voz del tabernero desde dentro - ¡Está cerrado! ¿No has oído las campanas? ¡Todos los hombres han sido llamados a armas, así que no intentéis colaros como el año pasado!

Duque, por su parte, fue acercándose discretamente al carro, quedando oculto a la vista de los demás al pasar por el otro lado. Max lo seguía de cerca, trotando con sus cortas patas y jadeando con la lengua fuera. Al acercarse al vehículo, atrajo las miradas de los sirvientes que lo guardaban, sobretodo cuando el mastín del lucerano apoyo una de sus patas en lo alto de una de las engalanadas ruedas, y procedió a aliviarse sobre ella con expresión de satisfacción - ¡Eh! - escuchó Duque gritar a uno de los srivientes, dos de ellos se le acercaban bastante malhumorados - ¡Aparta a ese saco de pulgas de ahí! ¡Está ultrajando el carro del señor Sallow! - ambos llevaban porras enfundadas en goma en el cinto, uno de ellos acercó preventinamente su mano al arma.

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14/04/2019, 23:01
Narrador

La marcha continuó durante el resto de aquél día, el ejército acampó cuando el sol empezó a descender, con lo que los hombres pudieron descansar el resto del tiempo. Por el camino habían pasado por la misma aldea al borde del lago que habían visitado los enanos. El saqueo habái terminado y ahora apenas quedaban un puñado de chozas ennegrecidas y unas pocas llamas que todavía se resistían a morir. Los cadáveres seguían por el suelo, pero no había rastro ni de supervivientes, ni de la partida de saqueo, que debía de haber seguido adelante una vez completada la tarea, en busca de la siguiente.

El grupo de los enanos siguió en el centro de la hueste, en el lugar más protegido, y allí también levantó su tienda el rey Penda con sus más cercanos y sus guardias, y Penda se encerró en ella. Salvo los centinelas apostados, no parecía haber mucho orden, y cada hombre descansaba o se entretenía como mejor veía. Los guardias enanos que no vigilaban la bombarda se pusieron a jugar a las cartas con Therm, mientras que Thorskar encendió su pipa. Desde allí no podían ver a Nimrod ni a Philip, pero no debían de estar muy lejos.

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14/04/2019, 23:06
Narrador

La muchacha resolló unos momentos más antes de poder tranquilizarse del todo, llevándose una mano al pecho mientras escuchaba ahora lo que le preguntaba la mediana - Vaya, lo siento - dijo ante lo del amigo de la mediana, desconociendo que no era más que un señuelo - Que yo sepa no, después de los luceranos no quedaba demasiado dinero para más. Pero es que, los ví desde la ventana cuando vinieron y, ¡Eran un montón! ¡Cien por lo menos, o más! Para que no estuvieran en el castillo, padre los envió a que vigilaran la frontera mientras se reunían los guerreros.

Los norteños seguían pasando por su lado hacia el exterior, aunque su número empezaba a disminuir. La mayoría debía de estar ya fuera, situados en formación, esperando a que alguien les diera la orden de marcha. Madelonn siguió explicando - Los Cazadores esos... creo que no. No los he vuelto a ver, eso seguro, y me habría acordado de ser así. Aunque... padre sí que dijo algo sobre ellos cuando habló con el mensajero de Penda, dijo... algo así como que todavía no conocía con lo que se iba a enfrentar, y luego meniconó a los Cazadores. Estaba algo enfadado... aunque creo que era más con el rey Penda por no esperar que con ellos.

Cuando Ussia se despidió, la joven volvió a lanzarse sobre ella para darle un nuevo abrazo - ¡Tú también, Ussia! ¡Muchas gracias de nuevo! ¡Cuídate, y si nos volvemos a ver, yo también tendré algo para tí, para que te lleves algo del Norte en tus viajes! - dijo entusiasmada, antes de separarse de ella, y volver a encaminarse hacia el castillo de Cregan.

- Tiradas (2)

Notas de juego

P.D.: ¿Habré podido vender algo de la mochila en el día de ayer? :P

Pues he hecho una tirada de MAN+Comercio, luego el número de éxitos los he vuelto a tirar para ver qué cantidad te salía, y ahora eres 14 piezas más rica que antes :)

A no ser que quieras hacer algo más, en el siguiente turno volvemos a cambiar de sitio.