Partida Rol por web

Crónicas del Fin I: Camino Sin Retorno

Capítulo I: Hacia el Norte

Cargando editor
15/04/2019, 16:47
[Abandono] Thánur Dangorín

Los enanos se habían asentado cerca de dónde estaba la tienda del Rey, en un pueblo saqueado y ya en ruinas dónde días atrás habían comprado el bote y algunos suministros. Thánur retomó algunos temas tácticos ligados a la maquinaria enana y cómo  podía usarse de modo más eficiente aprovechando la arquitectura del lugar y las antiguas runas que su raza dominaba. - Thorskar, has mencionado el tema de probar la resistencia del cañón, he pensado en ello y me parece que ese punto no es necesario probar en batalla, hacerlo significa exponernos a una falla inesperada que comprometa la vida de todos nosotros y los planes de vuestro reino. Sugiero que prueben eso con disparos sucesivos en alguna zona aislada cerca del Macizo de Tar, ahora es preferible mejorar su resistencia, puedo grabar sobre el grueso metal del cañón una runa que le otorgue más dureza al material - propuso. Belandir ya conocía el efecto de ese símbolo cuando era activado, y podía darles confiabilidad al menos en un aspecto dentro del mar de incertidumbre al que se dirigían.

- Respecto al cañón hay algo más a tener en cuenta, el sonido del polvo negro al encenderse es potente, lo hemos oído con el Trueno en la taberna, y estimo que será mucho más potente con esta arma gigante. Eso será una debilidad, podrán ubicar con facilidad de dónde provienen los disparos y convertirnos en el objetivo de las hechiceras, de arcos largos o de jinetes. Si bien para la defensa lo mejor es el consejo de Belandir en este asunto - hizo una pausa y lo invitó a que participe y aporte su visión en cómo defender la posición de los enanos en la batalla - puedo hacer algo respecto al sonido. Puedo grabar una runa de silencio, tanto en el cañón como en el martillo que se use para activarla, de ese modo podremos cubrir mejor nuestra posición y sólo se escuchará el impacto de las municiones sobre los muros, creando desconcierto - con esos grabados podían convertir aquella pesada máquina en un arma resistente y sigilosa, capaz de hacer mucho daño sin ser detectada. - Que os parece?- 

- Respecto a las municiones, de cuantas disponemos? tenéis alguna a mano para mostrarme? - el arquitecto imaginaba que serían todas del mismo tamaño, de metal resistente y lisas, para que la fuerza de la explosión del polvo negro no se desperdiciase, pero quería verificarlo. No tenían tiempo suficiente para grabar un centenar de ellas, pero tampoco necesitaban eso, con sólo tener algunas con runas grabadas, podían crear efectos combinados interesantes. 

Notas de juego

Comienza la fase táctica! (no se cuanto falta, pero Thánur va a necesitar tiempo para el grabado, más si quiere hacer runas duraderas sobre el cañón que puedan usarse más de una vez, y ni hablar de las municiones si queremos tener un par de decenas a disposición, así que mejor ir acordando alguna de estas cosas cuanto antes).

Una consulta máster, con el mapa que tiene el arquitecto y con lo que se habla en el campamento, sabiendo que avanzaríamos a la misma velocidad que lo venimos haciendo, a cuantos días estamos de Odrin?

Cargando editor
15/04/2019, 17:39
Arahan

Arahan puso los ojos en blanco sin girarse al escuchar las palabras del hombre y después de quien pareció demostrar, al fin, que no estaba muda. Se quedó parado valorando lo que le acababan de decir mientras una de sus manos acarició el tronco del árbol que tenía más cercano. Sintió como la savia subía y bajaba con ominosa lentitud, escuchó los susurros de sus hojas mecidas por el viento y como la canción de la naturaleza le narraba y avisaba - se acerca alguien - llegó a decir con voz algo suave hasta que su aviso se confirmó y un pequeño grupo, un tanto heterogéneo se acercó hasta ellos.

A juzgar por lo que el líder comentó, ya se conocían de antes, y Arahan, que se había girado, solo supo mirar a los recién llegados con los ojos entornados, desconfiado como una ardilla tarada dispuesta a saltar sobre la yugular de algunos de esos desgraciados - quendë dil lau... ananta... ¿ya than ark'velarhn? - preguntó a nadie en particular 

Notas de juego

lo que dice es "este elfo no tiene amigos, sin embargo, ¿quien es ese soldado que atrae tormenta¿", realmente esta haciendose el longui, no sabe que yriel es semielfo, pero por si supiera elfico, pos eso xD

GM: Nope, Yriel no sabe élfico.

Cargando editor
15/04/2019, 20:52
Erin

Erin sonrió con timidez ante la oferta de la sombría.

 - ¿A tu Señora? ¿A la Reina? - respondió, abriendo mucho los ojos, antes de bajar la mirada - Vaya... no sé qué decir...

Saludó a la silvana con una inclinación de cabeza y una sonrisa: - Aelirenn, ¿eh?  Encantada. Me alegro de que acabaras con ese monstruo: no me gustaría encontrármelo.

Aquella mención a las hermanas de Syndra intentando asesinarla perturbó a Erin. ¿Así era el mundo de los magos, entonces? ¿Eran ellos mismos sus peores enemigos?

 - ¿Por eso crearon Talestria? - se dijo.

Se sorprendió a sí misma al pensar en ese nombre: lo conocía por las historias que había escuchado de niña, y jamás se hubiera atrevido a pronunciarlo en voz alta. Incluso pensar en él la atemorizaba.

 

 - Claro, creo que podemos acompañarte, ¿verdad? - respondió, consultando a Gorsha, antes de hacerle otra pregunta a la hechicera: - ¿Cuál es esa compañía mercenaria, Syndra?

 

Absorta en su conversación con Syndra, Erin había perdido de vista a sus dos acompañantes, y lo que ocurría junto al carro: por eso, se sobresaltó un poco cuando aquel noble altaireano pronunció el nombre de sus compañeros.

 - ¿Qué diantres...? - pensó - ¿De qué les conoce? ¿Y por qué dice eso de abandonar el poblado? ¿Es un comerciante, o... qué se le ha perdido aquí?  No sé si es muy prudente que pregunte una cosa así delante de Syndra... esperaré a que le responda ella.

Antes de terminar de pensar en lo que les decía el tal Wade Sallow, tuvo que girarse al escuchar voces: el tabernero reñía a Korben, que, a saber por qué razón, pretendía entrar a la tasca otra vez; en cuanto a Montalbo, parecía haber molestado a los criados del noble altaireano.

 - Espero que no decida empezar una pelea - se dijo la joven - Sería ya lo que nos faltaba aquí.

Cargando editor
15/04/2019, 21:22
[Muerta] Gwyl

Gwyl dedicó una mirada a Bernardo, pero, al contrario que el hombre, sonrió ampliamente, primero en su dirección y luego hacia el resto de los Gorriones. - El soldado tormentoso es Logan, y es un conocido - dijo Gwyl mirando al elfo con una ceja alzada, para luego mirar a Logan, a su vez - Y este elfo sin amigos acaba de salir de los arbustos como vosotros. Pero seguro que es majo. - añadió la muchacha con tono risueño y guiñando el ojo hacia el silvano dándole a entender que bromeaba, y de paso, que algo de élfico chapurreaba. Gwyl medio entendía la lengua de los enanos y la de los elfos silvanos... Otra cosa, claro, era que que la hablara, que son palabras mayores. De hecho no estaba segura si había dicho "soldado que tiene tormentas" o "atrae las tormentas"... Pero esas dudas no eran nada de lo que el recién llegado tuviera que enterarse.

- ¿Y vosotros? ¿Aceptásteis la plata de Cregan? Porque os recuerdo marchándoos bastante enfadados - rememoró la muchacha echando los ojos hacia el cielo con una fingido gesto de estar rememorando los hechos con mucha inocencia. Los Gorriones le agradaban bastante, incluso no podía evitar empatizar con el pobre y calvo Bernardo, pero quería que les confirmaran que estaban del mismo bando. - Nosotros bueno, Erin y Grosha andan cerca ...Y... - por un momento su semblante se contrajo con tristeza - Erizo murió. Gajes del oficio supongo. - después de decir eso, no obstante, volvió a sonreír, esta vez aún con más picardía - Por cierto Logan. Creo que conocimos a una... conocida tuya.  Muy guapa si señor. ¿Cómo te lo montas? Nos dió un mensaje para ti... -

Notas de juego

Como lo tradujo el, pues en vez de tirar, hago que Gwyl más o menos lo entendió D:

GM: Creo que Gwyl tampoco hablaba élfico. No lo ve reflejado en la ficha al menos

Cargando editor
15/04/2019, 22:47
[Muerto] Korben

Era de agradecer que las mujeres hablasen entre sí, y los nuevos desconocidos no hubieran reparado siquiera en su presencia. Escuchaba la conversación mientras se apartaba, aunque con gusto se hubiera mantenido cerca, pero había intuido que mejor así.

Así que ni más ni menos que la hechicera de la reina, extraños personajes hay en esta ciudad. En el poco tiempo que llevaba en Odrin, o había tenido mucha suerte o quizá muy poca según la lectura que hiciera llegado este punto. Pero fuese como fuese, de momento no podía hacer nada, y todo dependía de las dos mujeres que había encontrado al entrar (el mercenario, que podía servirles de ayuda o no, se había borrado solo de la ecuación, lo que aún no sabía si era mejor o peor).

Y ahora se unía el mercader, a quien en un primer momento había tomado por un noble. Todos parecían tener conocidos en común.

Había empezado a dudar de Erin, pero el tono de su voz le hizo mantener la confianza. Por otro lado, tanto la orca como la elfa pelirroja empezaban a ponerse nerviosas, la situación no era cómoda para nadie. Algún tipo de tensión subyacente dominaba el ambiente.

Sin darse cuenta sus pasos le habían llevado a la posada, y aunque decidió seguir las voces desde la puerta, los gritos del posadero al alertar su presencia lo confundieron... tocaban a combate, y allí es donde deberían estar todos o llamarían la atención.

Pensando ésto escuchó ladridos y las palabras de Duque... buena o mala suerte, seguía tratando de obtener respuesta.

Notas de juego

Yo no hubiera entrado en la posada, pero he completado en narración por ser decisión del máster.

Cargando editor
16/04/2019, 00:31
[Muerta] Syndra

Ante el comentario de Erin, respecto al hecho de que no sabía qué decir, la sombría simplemente sonrió gentil. Le agradaba la joven humana, en especial porque era ciertamente... adorable, y no le habría molestado, en su momento, disfrutar de su delicado cuerpo en su lecho. Además, tenía que admitir que la rubia tenía cierto valor que la convertía en alguien ciertamente interesante para Syndra. - Nada qué decir. Sólo tienes que aceptar mi invitación. Quisiera escuchar un poco más sobre tu viaje, lo que has hecho luego de que nos separáramos. - Le explicó en aquel tono suave, sensual, disfrutando un poco del hecho de poder hablar con alguien con quien no se llevaba tan mal, no así como aquel mercenario salvaje que la reina comandaba, y que ella tanto detestaba. Por otro lado, parecía que Erin, así como Gorsha, no había tenido la mala suerte de encontrarse con una criatura como la que la elfa se había encontrado en su momento, si bien eso no le habría ocurrido a Syndra, si hubiera optado por seguir su camino directamente a Odrin, en vez de acompañar a ese falso curandero. Todo había sido por su culpa, por seguirle a esa maldita aldea abandonada, donde no había obtenido nada a cambio. Bueno, no... había obtenido algo, si bien no lo suficientemente importante como para arriesgar su vida bajo las zarpas de aquella criatura. Realmente esperaba que la silvana estuviera diciendo la verdad, y que hubiese acabado con esa bestia, ya que prefería no volverse a encontrar con la misma, si es que debía de abandonar la seguridad de aquel asentamiento.

La atención de la elfa se vio atraída por los gritos de un hombre, al menos por un breve instante, que al parecer no deseaba que otro humano ingresara en su establecimiento. Sorprendida, inclinó la cabeza hacia un lado, preguntándose si aquel sujeto era un habitante de Odrin, o simplemente un extranjero, si bien, el hecho de que intentara ingresar a la taberna, parecía dejar en claro que era lo segundo. No obstante, aquello le pareció realmente gracioso, en especial porque parecía desear huir de la guerra, si bien no había manera de que pudiera hacerlo, no cuando estaba claro que utilizarían a la mayoría de los hombres que se encontraran allí para oponerse a las fuerzas de los otros reinos. Sin embargo, la mirada de la hechicera no tardó en desviarse para apreciar lo que sucedía en la cercanía del fino carro de diseño ajeno a las capacidades artísticas de los norteños... las cuales eran nulas. Parecía que perro se había aliviado sobre una de las ruedas del carro, suceso que divirtió en demasía a la elfa, a pesar del hecho de que no le gustaran mucho los animales, así como éstos no parecían quererla mucho a ella, como ya lo había demostrado la monstruosidad con la cual se había encontrado. Bueno, tenía que admitir que aquella bestia distaba mucho de ser un animal común y corriente. Aún así, no le gustaban los perros, ni los gatos, si bien las serpientes eran una excepción para ella. A su modo, aquellos reptiles eran de su agrado, incluso le parecían adorables. - Te aconsejo que no toques a ese animal. - Le advirtió en un tono frío a uno de los sirvientes que parecía dispuesto a golpear al mastín. No le gustaban los perros, si bien eso no quería decir que fuera a permitir que hirieran o mataran algo que no comprendía realmente lo que había hecho. Además, no era como si hubiera orinado su vestido.

Por fortuna para el bienestar del sirviente, las palabras de otro humano capturaron la atención de la hechicera, la cual observó con cierta indiferencia a la persona en cuestión, principalmente porque no le agradaban demasiado los hombres, y mucho menos uno que no pertenecía a su raza. Aún así, como éste no se había mostrado falto de educación, e incluso se había presentado ante ella, consideró que no había nada malo en responderle como era debido. - Saludos, Wade. ¿Un comerciante? Estoy segura de que mi querida Ussia se llevaría bien contigo. - Afirmó con total parsimonia, mientras su fría mirada permanecía fija sobre el humano. - Las campanadas son señal de que la guerra está cerca... o mejor dicho, el enemigo. Dudo mucho que puedas abandonar el reino, no en éste momento. Te recomiendo que disfrutes tu estadía en éste lugar hasta que la guerra haya finalizado, o que el enemigo se retire... temporalmente. - Le explicó de manera indiferente al hombre, como si no le importara mucho lo que pensara hacer, siempre que no creara problemas en aquel lugar. Al ser la hechicera de la reina, debía de preocuparse, un poco, por quienes pudieran causar cierto problema, como ya lo había demostrado con uno de los espías que habían considerado que era una buena idea obtener información del reino. En lo preferible, era mejor que nadie creara problemas en aquel sitio, ya que significaba que tendría más tiempo para continuar con sus estudios, y disfrutar de los beneficios de ser la hechicera de su Señora. Aún así, de vez en cuando, debía de mantener ciertas apariencias, y mostrarse de utilidad para la soberana, a menos que deseara que le negaran un techo en el cual poder dormir, sin preocuparse de peligros que pudiera encontrarse en el exterior del asentamiento.

- Conozco a un Yriel, y también a una muqtariana, aunque hace varios días que me separé de ellos, así que no estoy segura que pueda considerarme una... "compañera". Y no, no obtendrás esa ayuda de mí, ni mucho menos de ellas si se ofrecen como mercenarias a mi Señora. La guerra las mantendrá ocupadas, de momento. Puedes hablar con la reina, si así lo deseas. Eso es algo en lo que podría ayudarte. - Le aseguró al hombre, antes de centrar su atención nuevamente en la joven Erin, a quien no tardó mucho en dedicarle una sonrisa encantadora. - Magnífico. Si me siguen, las guiaré hasta la entrada del castillo. Tendrán que esperar a que hable con mi Señora para que acepte una audiencia, lo mismo tú, Wade, si es que deseas hablar con la reina. - Le explicó a los presentes, dejando en claro las condiciones para poder tener una audiencia con su Señora, en especial cuando ésta habría de estar bastante ocupada con los preparativos de la guerra que estaba tan cerca de las puertas del reino. - Mm... ¿recuerdas la compañía de mercenarios que habían mencionado en la posada? ¿La Compañía Azul? ¿Fiora Valenti? La he conocido hace poco. Hermosa mujer. - Le respondió, para luego morderse el labio inferior con tan sólo recordar lo mucho que habría deseado que la mercenaria la sujetara entre sus fuertes brazos. - Será mejor que me acompañen. No debemos perder más tiempo. - Dijo al final, dejando a un lado su imaginación erótica, para luego comenzar a caminar hacia la fortaleza en cuestión, esperando que el resto la siguiera. Estaba segura que su Señora debería de estar realmente ocupada, si bien dudaba que ésta fuera a rechazar un grupo de mercenarios que estuvieran dispuestos a luchar por ella a cambio de una buena paga. Con respecto al comerciante, no veía una razón como para negarle la posibilidad de conversar con Mildred, en especial cuando Wade podía resultar ser de utilidad para la reina. Siempre era posible que pudiera crear algún tratado comercial con dicho humano.

Cargando editor
16/04/2019, 20:49
Yriel Alessar

Ya definitivamente eran el peor grupo del mundo, al menos a la hora de esconderse. Habían elegido algún tipo de camino por el que confluían multitud de viajeros. Ahora, aparecían ante ellos los gorriones, los seis. Si no recordaba mal, eran seis: Logan, el orco, el calvo, la mujer, el joven y el viejo.

- Vaya, me alegro de veros, amigos.

No sabía porqué, sentía ahora una cierta conexión con ellos, quizás por haber sido de los primeros en conocer en estas tierras. Yriel se acercó para dar algún abrazo a quien fuera más amistoso. Era una buena costumbre saludar con efusividad a quienes en el norte podían ser buenos aliados.

- Creía que estaríais dentro de Odrin. Justo ahora están formando sus ejércitos, dispuestos a marchar, no sabemos a dónde. Pero minutos antes, casi nos llevan por delante unos bárbaros con el símbolo de las tres gotas de sangre, en plena carrera hacia el interior. Supongo que sabéis ya de ellos. En definitiva, podría ser que vieran algo que llamó la atención del rey y la bruja.

Nombró a la pareja, no les conocía siquiera. La mente voló entonces hacia sus compañeros faltantes, preguntándose si los encontrarían pronto.

- Acabamos de conocer a Arahan, parece que busca a alguien.

No era cuestión de profundizar más, si quería compartir ese asunto ya lo haría libremente, cuando él quisiera. El semielfo se encontró entonces con que eran unos diez ahí plantados.

- Intuyo que habéis ido a visitar el tercer reino en discordia antes de venir hasta éste. Espero que tuviérais suerte allí.

Comentó creyendo que eso explicaría que hubiesen llegado después de ellos. Luego, Gwyl sacó el tema de aquella mujer misteriosa y el espadachín deseó entonces que no supusiera ningún inconveniente para Logan que se hablara en público sobre eso.

- Nosotros no sabemos todavía si entrar en la ciudad. Parecen marcados por la agresividad.

Cargando editor
17/04/2019, 10:57
Duque de Montalbo

El Lucerano terminó de ajustarse el cinto de armas justo cuando el criado trataba de reprenderle por que Max se hubiera aliviado. Duque bajó la cabeza y arqueó un ceja mirando al criado de arriba abajo, luego escupió a un lado chasqueó los nudillos y se dirigió hacia él con cara de pocos amigos, la mirada del mercenario era mucho más seria de lo normal. Que aquel siervo iba a acabar muy mal era algo que se podía ver a la legua.-Este saco de pulgas te va a ...-justo en ese momento intervino Syndra. Ciertamente Duque se había quedado al margen de la conversación, aunque lo hubiera escuchado todo, se giró y la miro; no como hacia con otras mujeres. No había deje alguno de sorna, más bien un cierto respeto y agradecimiento, estaba claro que el animal era importante para él, se descordó el casco retirándoselo para hacer un educada inclinación con el puño cerrado sobre el pecho a la "consejera".-Agradécele a la señora el que sigas teniendo algo colgando entre las piernas muchacho, tienes la boca muy grane para ser un mero criado. Puede que otras veces no tengas tanta suerte con hombres armados.-dicho esto llamó la atención de Max con un leve silbido y se unió a la conversación que mantenían sus compañeras con la consejera.-Le agradezco el gesto bella señora, soy Duque de Montalbo de la tierras de Lucere, mi oficio es la guerra y si la soldada es buena como decís será un placer rendir mi hoja a vuestro servicio.-Erin y Gorsha debían pensar que el Lucerado estaba loco o algo así, el cambio de actitud, forma, modales e incluso su lenguaje corporal era totalmente distinto de lo que habían visto hasta ahora. Quizás sin pretenderlo la hechicera se había ganado al hombre a través de su gentileza para con el animal.

Cargando editor
17/04/2019, 12:49
Ussia

Ussia alzó las cejas, compartiendo la sorpresa ante semejante cantidad de efectivos por parte de los luceranos, sin mencionar la sorpresa de que hubiese podido conocer la magnitud de aquel ejército. Se quedó observando cómo los guerreros comenzaban a agruparse fuera mientras Madelonn seguía hablando de los Cazadores. 

- Yo también pensaba que tardaría unos días más en estallar la guerra... - murmuró, entendiendo el enfado del señor del reino - Pues nada, me quedaré sin saludarles pero espero que les vaya bien.

Aunque enfrentándose a unos truenos de mano, muy bien no creo que se pueda ir. Ussia sonrió cuando Madelonn la estrechó entre sus brazos y le devolvió el abrazo. Sentía algo de pena por lo que le iba a hacer a su reino, a pesar de que era su trabajo. Tal vez Mildred no sea tan horrible como para terminar con sus vidas si se rinden. En ese instante, la imagen del pelirrojo atravesando el cráneo del espía vino a su mente, entendiendo que si no era necesaria, la reina no tendría compasión con ella. No podía revelar su identidad si no quería acabar ella así... Pero podría darles algo de ventaja.

- Truenos de mano. - dijo rápidamente antes de que la muchacha se marchase - Creo que Penda tiene truenos de mano, artesanía enana. Coincidimos con un grupo que los llevaba al cruzar el Paso y se dirigían a Penda, pero no sé más. Tal vez a tu padre le sirva de algo saber eso, si no lo sabía de antes. - sonrió rápidamente, intentando no pensar en los cambios que podría suponer en la guerra aquella información - ¡Cuídate mucho, espero que nos volvamos a ver!

Después de despedirse de Madelonn, Ussia esperó a que las columnas de guerreros se marcharan. Quedaría demasiado sospechoso si partía justo al mismo tiempo que ellos, por lo que intentó esperar a su retirada para emprender ella el viaje de vuelta a Odrin. Había conseguido más información de la que esperaba y por el viaje cavilaba sobre los posibles resultados de la batalla. Penda contaba con un buen armamento, Cregan con buenos números... ¿Y Odrin? Odrin tenía la compañía para los desesperados... Junto con Syndra y la Loba de Viavenna. Pero era el que más tarde entraría en la batalla. El resultado era todavía incierto y Ussia no sabía hasta qué punto habrían sido influyentes sus acciones. Sólo le quedaba ver y esperar...

Notas de juego

Yay, dinero :D

Pues nos vamos de viaje a Odrin de nuevo. Si los soldados tardan mucho en moverse de Cregan, Ussia se irá poco antes de la hora de comer, o si ve algún otro grupo marchándose.

Cargando editor
17/04/2019, 22:39
Gorsha

En un principio el comerciante había pasado desapercibido para Gorsha, ya que ni le conocía ni él la conocía a ella. Sin embargo, sí que mencionó algo que atrajo el interés de la orca. ¿Se había encontrado con Gwyl e Yriel?

 -No somos de negarle ayuda a nadie, a no ser que tengamos una buena razón para ello. ¿Qué es lo que necesitarías de nosotras exactamente?

Syndra al parecer quería presentarles ante su señora, la misteriosa Reina de Odrin de la que tanto habían oído hablar.

 -Te agradecemos el favor, Syndra. Si la Reina de este país es tan generosa como parece, estaremos encantadas de trabajar para ella.

Y de repente y sin venir a cuento, el Duque de Montalbo había pasado de no prestar atención al grupo a ser todo un caballero deshecho en atenciones con Syndra. Éste ya se había olido dónde había el montón de oro más grande, qué jodío. Gorsha se rió un poco entre dientes. Mira que había conocido todo tipo de mercenarios en su vida, pero nunca a uno al que le gustara tanto el dinero.

Cargando editor
17/04/2019, 23:18
[Muerto] Wade Sallow

Wade miró a Samuel con gesto divertido. Vio cómo se sucedieron los hechos, no dando demasiada importancia al mastín.

- ¿Qué es un poco de orina dado todo lo que hemos venido aguantando desde Altairea? - se dijo el comerciante.

Por otra parte, le fascinaban los animales. No les impediría campar a sus anchas junto a él y, acto seguido acarició a Kam, su brillante cuervo, en el vientre. Prefería la compañía de un "saco de pulgas" frente a la que le ofrecían la mitad de sus compañeros de viaje.

- Disculpe a Samuel, buen caballero. Él... - se acerca al hombre para hablar más bajo - No es un hombre de cultura y nunca supo ni sabrá apreciar más vida que la suya propia... O la de quien le da de comer. Mi nombre es Wade Sallow, soy un comerciante y vengo de Altairea, espero que este pequeño incidente no perjudique nuestras potenciales relaciones comerciales.

Se vuelve hacia la hermosa elfa sombría y escucha con atención sus palabras.

- ¡¿Cómo que no podemos irnos de aquí?! - se pregunta. Su gesto se crispa al escuchar que tendrán que esperar a que la guerra termine para abandonar el norteño poblado.

Por otra parte, la idea de conocer a la reina es muy seductora, aunque Wade sabe perfectamente que no es el momento preciso. Lo importante es alejarse de la guerra, sabía que sólo le traería problemas pero... No, ése no era el momento adecuado de conocer a la reina. No tenía ningún artículo que mereciese la pena para comerciar. En el tono más diplomático que pudo usar, se dirigió a Syndra.

- Siento deciros, mi señora, que ahora no podré conocer a la reina. Es acuciante la necesidad de abandonar este poblado para nosotros. No estamos entrenados para luchar y nuestro mayor interés es el comercio que, con el poblado vacío, se hace ahora imposible. - Esperaba francamente que sus palabras no fuesen de desagrado para la elfa. - Por otra parte, deseo poder encontarme con vos en alguna otra ocasión menos... Agitada.

Dicho eso, Wade Sallow decidió que era un buen momento para despedirse de la elfa sombría y los demás integrantes del pequeño grupo que se había hecho frente a la posada.
Tomó rumbo a su carruaje, intercambió algunas palabras con sus sirvientes y éstos le ayudaron a ponerse en marcha hacia la entrada del poblado.

- Debemos salir de aquí lo antes posible. ¿De acuerdo?

Cargando editor
17/04/2019, 23:50
[Muerto] Korben

Viendo la situación, y escuchando las últimas palabras de Wade, Korben se dirigió a Erin desde el portal de la taberna, elevando la voz.

- Creo que nosotros también deberíamos partir hacia la puerta, una batalla nos espera y para eso nos han pagado. Quizá es un honor ser recibidas por tan alta dama, pero como dice el comerciante: "no es el momento". - Creyó haber leído bien las miradas de sus compañeras.- Más adelante sin duda será un eterno placer que la futura e incuestionable reina os atienda, y que su hechicera, a la que veo conocéis, os otorgue todas sus atenciones y se relaten historias.

- Como ha dicho el posadero, la ciudad depende de esa guerra, y todos los efectivos son necesarios, y más si son tan experimentados. - No como esa mierda de soldados que hemos visto, se tragó para sí.

Debían irse cuanto antes y solo esperaba el asentimiento del resto.

Cargando editor
18/04/2019, 00:14
[Muerta] Syndra

Parecía que el aparente dueño del mastín se había enfadado con el criado que había insultado al animal e incluso amenazado con hacerle daño con su porra. La hechicera tan sólo observó con leve interés aquel suceso, mientras el mercenario dejaba en claro al criado que debería de agradecerle a ella por no salir herido ante su ira. Aquello había sido algo ciertamente gracioso, ya que la elfa estaba segura que podría haber hecho algo peor con su magia, si el criado la hubiese molestado lo suficiente. Sin embargo, el lucerano no tardó mucho en dirigirle la palabra, lo que hizo que la elfa se detuviera por un momento en sus pasos para mirarle y asentir con tranquilidad. Complacida ante el cumplido respecto a su belleza, la sombría simplemente sonrió mientras escuchaba la presentación por parte del humano, algo que le pareció adecuada ya que no disfrutaba de la falta de respeto hacia su persona. El mercenario no sólo se había presentado, sino que le había dedicado las palabras apropiadas para que la elfa le mirara de manera favorable, a diferencia del resto de los seres ignorantes y de razas inferiores con los que se había encontrado en la posada, en su momento. Era bueno saber que no todos eran unos bárbaros sin educación. - Nada que agradecer, no me agradan los ilusos. Y menos un iluso que busca desquitarse con un animal. - Aseguró con firmeza mientras le dedicaba una mirada fría al criado. - Soy Syndra. Creo que no es necesario decir de dónde soy. - Dijo divertida, teniendo en cuenta que sólo había un lugar del cual podía provenir alguien como ella, si bien su expresión cambió rápidamente a una de nostalgia al recordar lo que había dejado atrás. - No debes preocuparte. La soldada es buena, de lo contrario no tendríamos a nuestro servicio a una excelente compañía de mercenarios de Viavenna. Mi Señora estará encantada de tener a alguien como tú. - Aseguró de buen humor.

A la hechicera no le gustó mucho escuchar la respuesta afirmativa por parte de la orca, principalmente porque ya había dejado en claro que, si se ofrecían como mercenarias a su Señora, no habría oportunidad de que éstas pudieran ayudar al comerciante, no a menos que se tratara de una orden de la reina, por lo que no había sentido en que le dijera que no le negarían su ayuda, cuando era posible que tuvieran que negársela si establecían un contrato con la soberana de aquel lugar. Aún así, si ellas preferían perder la oportunidad de obtener un trabajo con una buena paga, sería problema de las dos y no de ella. - La paga es buena sí. Aunque parece que no comprendes que no podrás ayudar a otros si tienes un trabajo que cumplir. Si ofreces tu espada a mi Señora, no podrás ayudar a Wade, a menos que sea una orden. - Le explicó de manera paciente, esperando que comprendiera lo que se esperaba de ella en cuanto aceptara estar al servicio de la reina de Odrin. Sería una tontería que pensara que podría hacer lo que quisiera, cuando se suponía que debía seguir las ordenes de quien le pagara en ese momento. De lo contrario, no sería una actitud demasiado profesional de su parte como mercenaria. De cualquier modo, cuando el comerciante se dirigió a su persona, la sombría simplemente se encogió de hombros, como si su deseo de marcharse no fuera algo que realmente le preocupara a ella. Después de todo, lo que le había dicho, había sido más un consejo de su parte que otra cosa. Aún así, no pudo evitar sonreír divertida al ver el obvio temor que Wade demostraba en ese momento, incluso si intentaba disimularlo en un acto educado. - Como prefieras. Aunque no te aconsejaría abandonar éste lugar, Wade. - Advirtió con total tranquilidad, mientras su mirada fría permanecía fija en el humano.

- Suponiendo que te permitan marcharte... No sería una buena idea. ¿Piensas que los soldados enemigos no saquearan tus pertenencias? Y quién sabe lo que podrían hacer con quienes te acompañan... son norteños. Aún así, te deseo un buen viaje. - Se despidió de manera educada, antes de considerar que era mejor continuar con su camino. Lo que hiciera el comerciante, sería su propia decisión, ella ya había sido más que amable al aconsejarle que hiciera lo contrario. Si cometía un error de su parte, sería su problema, no podía ayudar a todos, y mucho menos a alguien que apenas conocía. Aún así, el comentario de un extraño que ni siquiera se había presentado, hizo que la elfa arqueara la ceja confundida, como si no comprendiera muy bien lo que ésta había dicho. - ¿Les han pagado? ¿Quién? Hasta dónde sé, eso es algo que suele decidir mi Señora. - Dijo con frialdad, mientras centraba su mirada en el humano que había sido tan descortés que ni siquiera se había presentado ante ella. - Por eso propuse presentarles a mi reina. Erin y Gorsha han aceptado, por lo que vendrán conmigo... Tú... me da igual lo que hagas. Aunque, como dije, no recuerdo que mi Señora mencionara que otros mercenarios se habían incorporado a sus fuerzas. - Aseguró de manera firme, dejando en claro que no aceptaría aquel repentino rechazo de su generosidad, en especial cuando los desconocidos debían de presentarse ante la reina de Odrin. De lo contrario, aquello resultaría bastante sospechoso, en especial cuando parecía que no deseaban presentarse ante Mildred. - Será mejor que les presente con su Majestad, para que puedan hablar de la soldada, entre otras cosas. - Aconsejó, antes de volver a caminar, esperando que la acompañaran, en especial cuando había sido tan amable de ofrecerles una buena oportunidad.

Cargando editor
18/04/2019, 01:41
[Muerto] Korben

- Desconocía que la reina debía supervisar a todas las tropas, supongo que tiene tareas más importantes que ver uno a uno a todos los que van a morir a su servicio, lo que sin duda le llevaría días enteros, si no meses. - Esta vez se dirigía a la hechicera. - Al fin y al cabo, la mitad al menos van a caer.

- Ya recibimos nuestra soldada. Venimos de hablar con el rey, ahí en la tercera colina, y por su orden directa y de ese pelirrojo capitán suyo, hemos de ir al frente a defender la ciudad. - Había estado escuchando la conversación y empezaba a conocer cómo era cada uno de los comensales.- Como hechicera de la ciudad, comprendo mi señora, que debéis supervisar cualquier asunto que concierna al reino, pero tenemos órdenes que nos apremian. Quizá son los que ostentan altos cargos los que deban debatir contradecirlas, no nosotros.

- Y perdonadme, no me he presentado ante vos, aunque dado que mi vida puede no extenderse hasta mucho más del amanecer, dada la gravedad de la batalla en la que ya estamos a puertas y en la que actuaremos en primera línea, y el importante cargo que ostentáis frente a nuestra no tan sensible labor, no parece necesario. Supongo que desearéis olvidar e incluso obviar datos efímeros que solo entorpecen vuestro trabajo.

- Sin embargo, como contáis con la confianza de la Dama, estaréis al tanto de nuestra misión, y sabréis de su importancia. Perdonadme si dudo que venga del propio rey, sino más bien de su reina, así que sabréis que nuestra labor en combate puede dañar sensiblemente a las tropas de Cregan y Penda, que son los grandes enemigos que nos asedian.

- Es por eso por lo que os pido que nos dejéis marchar a la mayor brevedad, pues es muy posible que las vidas de muchos dependan de nosotros, incluso las de quiénes os pagan.

Korben se había ido acercando al grupo, y terminó con una ligera reverencia, pero culminada con un gesto que apremiaba a moverse cuanto antes hacia la primera línea de batalla.

Cargando editor
18/04/2019, 02:36
[Muerta] Syndra

Ante las primeras palabras por parte del humano, la elfa simplemente se detuvo en sus pasos para luego sonreír, mostrándose realmente entretenida por algo en particular que había dicho. - Una cosa son las tropas... otras una compañía de mercenarios. Para ella, teniendo en cuenta la amenaza de espías en estos tiempos turbios, es algo realmente importante conocer a quienes serán contratados. - Aclaró sin perder la calma, mientras mantenía su mirada fija en el hombre que aún no se había presentado ante ella y que comenzaba a resultar realmente sospechoso para ella. Tal vez debería hacerlo bastante simple y arrebatarle la vida con un mero hechizo ante la duda. Sus evasivas la hacían pensar que había algo que ocultaba, en especial cuando parecía mostrarse insistente con el hecho de que Erin o Gorsha le acompañaran a la batalla. Nadie nunca se mostraba tan dispuesto a ir a la guerra, en especial cuando les prometían una audiencia con la reina, y, por ende, menos tiempo en el campo de batalla en el cual podrían arriesgar su vida. No le agradaba nada. Había algo raro en todo aquello, y comenzaba a sospechar que aquel humano podía ser un espía como los otros que se habían infiltrado, y con los cuales no habían tardado en aplastar como meros insectos. Si pensaba que podría jugar con ella, estaba totalmente equivocado, en especial con alguien que sabía tratar con las ratas que deseaban meter su hocico donde no les correspondía.

Sin embargo, al escuchar la explicación del humano, la sombría entrecerró los ojos, sabiendo que el iluso le intentaba mentir, ya que conocía muy bien cuál era el rol del rey en aquel lugar, y sabía que éste no estaba a cargo de dicha función, no cuando no era más que un mero símbolo en comparación a su Señora. - ¿El Rey? ¿Tienes la osadía de mentirme? ¿Crees que no puedo arrebatarte la vida con tan sólo desearlo, humano? - Preguntó con frialdad, perdiendo todo humor en cuanto escuchó aquella patética excusa que había utilizado con ella. - Es más, si hubieran recibido la soldada, ni Erin ni Gorsha habría aceptado mi invitación, lo mismo él. - Dijo con cierta ira en su voz, mientras señalaba a Duque. Por las palabras de los tres, estaba claro que no habían recibido ninguna paga por sus servicios, por lo que era obvio que le estaba mintiendo en toda su cara. - Comienzo a pensar que eres un espía. Más cuando ni siquiera me has dado a conocer tu nombre. Me pregunto... ¿debería acabar con tu vida por intentar mentirme de ésta forma? Toda amenaza a mi Señora... no será tolerada. - Aseguró en un tono frío, a medida que le miraba como si estuviera considerando la idea de matarle con absoluta facilidad. La única razón por la cual no lo había hecho hasta ese momento, era porque bien podría ser un iluso que le había mentido por otra razón. Sin embargo, estaba claro que le había mentido, de eso no había duda alguna, ya que sabía que no había forma de que aquel intento de rey les hubiera pagado, no luego de las palabras por parte de Erin y Gorsha.

- Te has disculpado por no presentarte... pero sigues sin darme a conocer tu nombre. - Advirtió con cierto recelo, sospechando en demasía de aquel individuo que no paraba de actuar de manera rara y un tanto desesperado por marcharse de allí, como si no deseara encontrarse con la reina de Odrin por alguna extraña razón. - No importa. Puedes venir o quedarte. Me da igual. No llegarías muy lejos hasta mi Señora, de todas formas, no conmigo presente. - Afirmó con absoluta seriedad, antes de dedicarle una mirada a las otras dos mercenarias, esperando que no fueran tan ilusas de rechazar su invitación luego de lo acontecido. Si lo hacían, no tendría otra opción más que considerar la posibilidad de que eran también espías, si es que seguían a semejante sospechoso individuo. - No, no estoy al tanto de ninguna misión, y mi Señora no habría dudado en informarme sobre algo así. El hecho de que ni siquiera te hayas presentado, me hace pensar que no eres otra cosa más que un espía, o de lo contrario no estarías tan desesperado por evitar la audiencia con mi reina. - Aseguró de manera fría, para luego susurrar lo que parecían unas breves palabras, que ninguno de los presentes alcanzó a escuchar, como si se tratara de palabras inaudibles. En ese momento, volvió a sonreír divertida, mirando al humano que había sido tan iluso de intentar engañarla. - Puedes irte. Sólo me importa Erin, Gorsha, y Duque. Creo que serán buenas adquisiciones para la guerra... He aplicado una maldición sobre ti. Si intentas algo en contra de mi Señora, bastará sólo con que actúes de manera errónea para que tu cuerpo pierda la chispa de la vida en tan sólo un instante. De ti depende comportarte mientras eres bienvenido en este reino. - Advirtió en un tono serio que dejaba en claro que no estaba jugando. - Ahora bien... Síganme. Me he cansado de las evasivas de éste hombre, y me gustaría tener una agradable conversación con las dos. No hay muchos con los que pueda conversar. Bueno, no que sean de mi agrado. - Le dijo a la orca y a la joven humana, esperando que la acompañaran, luego de que ambas, al igual que Duque, se habían mostrado a favor de tener una audiencia con la reina. Ya no estaba de humor para más mentiras, ni intentos desesperados de rechazar su generosidad. Además, no le había gustado que el humano hablara por las otras dos, cuando éstas habían dicho todo lo contrario. El hombre había recibido su ultimátum con aquella maldición.

Notas de juego

Último post de mi parte hasta la actualización del director, lo prometo. Es que tenía que dejar eso en claro =P

Cargando editor
19/04/2019, 17:04
Logan Greydon

La entrada en escena de los recién llegados puso en alerta a Arahan, aunque nadie del grupo de evidentes mercenarios pareción entender lo que este dijo. Sorprendentemente, Gwyl sí lo hizo, entendiendo las suficientes palabras como para deducir el significado de la frase. Aunque no era imposible encontrar humanos que concieran la lengua élfica, sí que era bastan difícil hacerlo entre la gente común, por lo que aquella joven debía de ser algo más de lo que aparentaba.

Al ver la sonrisa de Gwyl, el calvo desvió la mirada, evitándola, pero el resto se les acercaron, amistosos y sonrientes por el reencuentro - Sí, eso... - empezó Petyr, el joven del arco - Bueno, no nos salió muy bien... por culpa de alguien.

- Te recuerdo que todos estuvisteis de acuerdo en hacerlo así - dijo Logan, algo serio, antes de girarse otra vez hacia Gwyl - No, pudimos cerrar el contrato con Cregan... pero aún así queremos pelear para él. En este tiempo hemos estado observando los movimientos y el número de las fuerzas de Odrin. Si tienen tantos mercenarios como dicen, Cregan no tendrá más remedio que aceptarnos.

El ceño del rubio se frunció a medida que escuchaba el informe de Yriel - Los Buscasangres... - dijo, no sin cierta rabia, al reconocer el emblema descrito - Son una banda de matones sanguinarios que solo aceptan a norteños entre sus filas y que desprecian al resto de razas. No respetan nada, ni les importa nada salvo saquear y el dinero, y nunca les faltan miembros porque a ellos acuden todos los desgraciados del Norte que han sido expulsados de sus hogares por ser demasiado conflictivos. Solo los reyes más desesperados los contratan... pero parece que Odrin tiene  planes para ellos. También hemos visto partidas suyas por los caminos, aunque ni rastro de su líder, un pelirrojo llamado Skule "Tajacráneos". Pero si están en la ciudad, dudo que tratar de entrar en ella sea una buena idea ahora mismo.

Al escuchar la noticia sobre Erizo, el semblante de Logan reflejó algo de tristeza - Lo lamento. Siempre es duro perder a un compañero, y aunque apenas le conocía, parecía ser de los leales a muerte - entonces se giró hacia Arahan - Pero, ¿Y tú, elfo sin amigos? - dijo haciendo referencia al comentario de Gwyl - Tiempos difíciles para buscar a alguien por estas tierras, ¿Qué te ha traido hasta el Norte?

No obstante, cuando Gwyl cambió de tema y mencionó a la conocida del norteño, el resto de los Gorriones estalló en carcajadas alrededor de su líder. Este trató de regañarlos, pero acabó esbozando una sonrisa también - Sí, sin duda sabemos de quién habláis. Pero es una historia para otro momento. ¿Qué mensaje os dio?

Cargando editor
19/04/2019, 17:05
Narrador

Ante las presentaciones, Aeliren se limitó a asentir bruscamente, sin decir nada. Korben retrocedió ante las palabras del tabernero y empezó a regresar con los demás, mientras que las amenazas de Syndra y Duque hicieron dudar a los sirvientes de Wade, hasta que este les indicó que se apartasen para luego volver a centrarse en su conversación. El comerciante parecía haberse encontrado con Gwyl e Yriel en algún momento y tener prisa por alejarse de aquella zona que no tardaría en verse envuelta en el conflicto, algo comprensible teniendo en cuenta la evidente falta de costumbre de él y de su séquito a aquél tipo de situaciones.

Korben también optaba por marcharse. Odrin era ahora mismo un lugar peligroso, y más con aquella hechicera puesta en su contra al desconfiar de él. Duque, por su parte, parecía encantado con la posibilidad de obtener por fin algo más que meras palabras y promesas de botín. La decisión, salvo que se separaran, iba a depender de Gorsha y Erin, que por lo dicho se inclinaban más hacia la opción de ir a ver a la reina de Odrin, a lo que la sombría también las exhortaba.

Los ánimos se caldearon con la discusión entre Korben y Syndra, sobretodo cuando está dijo lo de aquella maldición lanzada sobre el hombre. Aelirenn se tensó cuando la otra elfa dijo aquello, se había mostrado visiblemente incómoda durante todo el intercambio pero ante aquello surfió un leve temblor, como recordando algo, aunque no se atrevió a soltar la mano de la hechicera. Tras la amenaza, la sombría se hartó de la conversación, y dio su ultimátum a los presentes.

Había llegado el momento de decidir que camino seguir y afrontar las consecuencias, pero en un momento tan convulso, ¿Cómo saber cuál sería la opción más acertada?

Notas de juego

Por eso no me gusta salirme de los días de posteo fijo, luego siempre pasa algo que me impide postear lo antes posible T_T Perdón por la tardanza, ya podéis seguir. Elegid que camino tomaréis, el capítulo 1 está a punto de acabar y de ello dependerá el como empecéis el capítulo 2.

Cargando editor
19/04/2019, 17:05
Arahan

Si le sorprendió que Gwyl supiera su lengua natal, Arahan no dio visos de ello. Sencillamente los miró con cara de poker. Las palabras iban y venían entre ellos y el elfo nada podía añadir, solo se quedó ahí, de brazos cruzados, aburrido a grandes niveles, tanto que sacó su arco, una flecha y se quedó mirando las copas de los árboles. Sus ojos se agudizaron conforme el tiempo iba pasando hasta que tensó y soltó la flecha. Se acercó corriendo y apareció con una ardilla atravesada, recuperó el proyectil y se acuclilló.

 - an'he iuhme lo'rerin... ahmnae - dijo con cierta solemnidad al cadáver del pequeño roedor, como un pequeño sepelio por su alma, luego, con las manos, le quito la piel y empezó a comérsela cruda después de darle un largo trago a su botella de la alegría - fuanfo afafeif fe fufafforf faf fofffaf... - tragó y sonrió - ¿os moveréis hacía la ciudad? - un eructo nada disimulado surgió de su garganta y volvió a sonreír mostrando su dentadura con un trozo de cartílago colgando al lado de un incisivo - vivo aquí, en el Norte ¿Y vosotros? - se encogió de hombros como restándole importancia. 

Cargando editor
19/04/2019, 17:07
Yriel Alessar

A tenor de aquellos intercambios de palabras todo iba bien. Según Logan tenían la intención de unirse a las fuerzas de Cregan. El rey iba a necesitar todos los brazos posibles para enfrentarse a este reino tan belicoso. Lo que no tenía claro el semielfo es qué sucedía ahora.

- Sin duda Cregan tendrá que meditar sobre su pasada decisión. Va a tener que contar con todos los efectivos posibles. También hemos estado atentos a todas las fuerzas que iban moviéndose de un lado para otro, este último movimiento en formación, es como si fuera a iniciarse una batalla ya mismo.

Se le ocurría también que alguien hubiera conseguido alarmar a Odrin para sacar a los mercenarios fuera de la fortaleza. Era una idea con ningún sustento, pero es que le parecía también difícil de aceptar que estuviera llegando un ejército a las cercanías. Iba a suceder algo que era del interés de ellos, sin embargo, no se podían mover pues era necesario esperar a las otras tres mujeres que habían venido con ellos dos.

- Erizo era un buen tipo.

Añadió compungido al rescatar el recuerdo de aquél semiorco que se había ganado la amistad, incluso la admiración de todos ellos. Yriel entonces prefirió no decir nada más, pues deseaba escuchar las palabras de Gwyl y de Arahan.

Cargando editor
19/04/2019, 21:51
Narrador

Erin sintió que, a pesar de lo dicho por Syndra, ninguna corriente mágica había emergido de la elfa. Aquella maldición con la que había amenazado a Korben no era más que una falacia barata... lo que tampoco quería decir necesariamente que no fuera capaz de lanzarlas, uno nunca podía saberlo.