Partida Rol por web

Cae la noche, estáis en vuestras tierras... ellos no... pero el conocimiento del terreno es lo único que juega de vuestro lado esta noche. 

Habéis decidido vengar a los vuestros, al menos, intentar liberarlos. 

Me adelanto al grupo junto a mi compañero y voy siguiendo el rastro de la patrulla de la forma más sigilosa posible, sin prisas. Mi olfato se arruga como el de un sabueso y mis oidos y mi vista se agudizan. Trato de hacer el menos ruido posible. Hago señas de vez en cuando a mi compañero como acostumbramos los rastreadores.

Sigo a mi lider sin perder el tiempo, total en mi choza solo habia mis herramientas no creo que hayan podido hacer nada más. 

Observo a los exploradores desaparecer tras la espesura y mi cuerpo s etensa de rábia. La venganza se acerca y a pesar de nuestra desventaja numérica, conseguiremos que esos bastardos lunares se arrepientan de haber atacado nuestro pueblo.

Junto a mis hermanos espero pacientemente alguna señal que nos permita avanzar.

Reuno a los que nos hemos quedado en el pueblo, reparto entre ellos algunas frutas que he recolectado durante la cacería. Después de un rato que se haya ido Thorfinn y mi primo les animo a emprender la marcha. - Se que estáis cansados pero debemos hacerlo por nuestras familias, por el honor de nuestra aldea y por la venganza que merece. Vamos hermanos. Ayudo a levantarse uno a uno a mis compatriotas, dándoles ánimos en voz baja. Emprendemos la marcha.

Se aleja junto con Thorfinn. 

Sus pasos apenas se dejan oir, incluso en la noche, como si de un espectro se tratara. 

Tras un gesto suyo te fijas en las pisadas de algunos caballos

- Tienen exploradores fuera de los caminos... - te hace notar. 

Me levanto con la ayuda de Olaff agradecido por tus ánimos -Lo pagaran caro amigo mio no dejaremos un lunar vivo y rescataremos a nuestras familias realmente seremos héroes... caigamos los que caigamos Cojo mis armas del suelo listo para avanzar mientras las afilo

Acepto una pieza de fruta de Olaff y le doy un mordisco desganado. Entonces me entero de que Thorfinn y Tharth ya han partido en busca del contingente lunar.

-Olaff, me gustaría ir con ellos, si no me necesitas aquí. Conozco muy bien los bosques. -digo con voz impaciente.

Cuando te fijas donde te señalan rastreas dos jinetes, no especialmente pesados. 

Mientras te agachas a observar escuchas a los lejos una voz en lo que parece nuevo peloreano ("imperial"). Dirías que todavía estan lejos, quizá sean los exploradores, hacia el este. 

Me cercioro de que el resto de mis compañeros no siguen la pista. Hago una señal a mi compañero para seguir. Pretendo alejarme algo más para averiguar un poco más para luego dar informe a Olaff de mis posibles descubrimientos.

Medito un momento sobre la propuesta de Ashart. - Si tu corazón te dice que debes ir, no te demores. Pero si no tienes la mente clara y serena quédate. Tu familia no puede permitirse perderte por un arrebato de rabia cuando veas al enemigo.

Exhalo un profundo y largo suspiro. Olaff tiene razón. Me tomo un momento antes de responderle.

-Olaff, entiendo lo que dices, pero puedes quedarte tranquilo. Nuestras familias confían en nosotros, somos su única esperanza y no voy a cometer ninguna estupidez y echar a perderlo todo.

Luego doy media vuelta y echo a correr para alcanzar a Tharth y Thorfinn, sintiéndome a gusto al volver a entrar en el bosque, pensando en mis hijos y mi esposa, pero también en las familias de mis compañeros, y en lo bien que me ha venido escuchar las palabras de Olaff para centrarme de verdad. Vamos a hacerles pagar a esos lunares, pero vamos a tenerlo que hacer usando la cabeza tanto como el corazón.

Escucho unas pisadas detrás mia. Me vuelvo para ver si son los del grupo y puedo alcanzar a ver a Ashart viniendo hacia nosotros. Qué pretenderá haciendo a tanto ruido. Hago una señal para que me vea y se acerque sigilosamente. No me hace gracia tener que compartir mi experiencia como rastreador con ese cazador que trata siempre de ser mejor y ridicularizarme..

Me sacudo la cabeza y trato de pensar con claridad. El asunto que nos ocupa es mucho más importante que una vieja rencilla entre un explorador y un cazador. Al fin y al cabo lo habrá enviado Olaff para ayudarnos con el rastreo.

Al ver la señal de Thorfinn, empiezo a acercarme a Tharth y a él con el mayor de los sigilos. Cuando los alcanzo, no digo nada. No hace falta. Los tres sabemos todo lo que depende de nuestra discreción. Seguimos adelante sin perder de vista el camino que han seguido las tropas lunares, bosque a través y a una distancia más que prudencial.

Creo que deberíamos ir a otras aldeas en busca de ayuda, no podemos ir nosotros solos contra tal ejército. Pero si que podemos unirnos y juntar uno aún mas grande y aplastarlos. Digo con rabia en mi voz. 

Tharth le señala las huellas al recién llegado. 

Hago una señal de silencio llevándome mi dedo índice a los labios. Señalo el lugar dónde he visto las huellas de los jinetes. Levanto dos dedos de mi mano izquierda.

-  Parecen jinetes ligeros - susurro - pienso que son exploradores, están algo lejos todavía.

Señalo hacia el este.