Partida Rol por web

El plan establecido por Cliff es ir en busca de Alexia y Cassie. Él acaba de salir por la compuerta superior del cubo 242 en busca de Alexia. Mario ha dicho que iría en busca de Cassie, a quien no conoce aún, y ha propuesto a Zhi que le acompañe. El pequeño ha respondido con una negativa. Zoe está examinando las paredes del cubo.

¿Qué hacéis?

Gire la cabeza en cuanto la otra chica que estaba en el otro cubo pidió mi ayuda.-Joder que solicitado estoy.-Y sin mas me levante y camine hasta la puerta abierta, la cual supongo que se mantenía abierta porque la bota seguía allí. Escale hasta la puerta y me asome ligeramente, apoyando mi cabeza en mis brazos, mirando el otro lado donde esta eso chica que respondía la nombre de Zoe.

-¿heee? Oye y porque no traes la caja hasta aquí, ah, si este es el sitio donde volverán los demás. Entre todos podremos abrirla seguro.-La miraba a ella pero estaba mas interesado en la caja.

-La caja no se va a mover de mi lado- Respondo simplemente.

Si el panel era de PVC podría intentar abrir un agujero con el mechero. Pienso que debe de ser grueso, parece bien construido, y debería ser capaz de soportar la caída de un hombre desde tres metros de altura, así que yo no iba a conseguir romperlo de una patada.

Podría intentar hacer un agujerito con el mechero, y después forzarlo. 

Torcí el gesto sin comprender.
-Es que no puedes mover la caja ¿o ke?

-Puedo, pero no quiero. - Respondo.

Saco el mechero y prueblo a calentar un punto en el panel de PVC. Lo justo para ablandarlo, no quiero abusar, que solo llevo uno.

-Tápate la nariz.- Digo, cubriendo la mía con el jersey.- Esto va a oler mal.

La miro un tanto confundido, antes de encogerme de hombros y volver a bajar las escaleras.
-Esta gente es muy rara.-Murmure, quedándome apoyado en en la pared

Decepcionado por la negativa, prefiero no buscar la ayuda de nadie más. Abro la compuerta inferior del cubo 242 en el que me encuentro.

Zoe, estás largos segundos aplicando la llama de tu mechero sobre la pared. Parece reblandecerse un poco, pero sólo la superficie, y ésta se vuelve a endurecer rápidamente cuando dejas de aplicar la llama. Deberás emplear la totalidad del gas del mechero para hacer un agujero del tamaño de una moneda o idear otro método.

Mario, pasas al cubo 242, donde ves a Zoe quemando una pared con un mechero. Abres la compuerta del suelo y ves otro cubo blanco. Los números son 242 y 142. Para bajar debes descolgarte utilizando la fuerza de tus brazos, un movimiento en falso puede hacerte caer desde una gran altura.

El trozo de zapato sigue manteniendo abierta la compuerta entre los cubos 232 y 242.

Mario, abres la compuerta y apoyas un pie en una hendidura mientras te agarras con las manos al borde. Bajas un poco y apoyas el pie que tiene la bota rota. Resbalas y quedas colgando de las manos. No puedes soportar el fuerte tirón de todo el peso de tu cuerpo, te sueltas y caes al vacío.

Zoe, lo ves todo.

Mario, resbalas e irremediablemente caes al suelo del cubo inferior. Ves cerrarse la compuerta durante la caída. Caes y apoyas todo el peso de tu cuerpo sobre tu pierna derecha, escuchas un crack!!. Tienes la pierna rota y estás tumbado en el suelo. Gritas de dolor: "Aaaaaaahhhhhhhh!!!!!!!!!"

Debes hacer algo con esa pierna.

Zoe, de reojo ves a Mario caer y le oyes gritar.

A través de la compuerta abierta, oís gritar a Mario:

"- Aaaaaaahhhhhhhh!!!!!!!!!"

-¿Ah? Pregunte un tanto confundido a las palabras de la mujer del otro lado de teparme la nariz, seguramente ella no sabia a que tipo de olores estaba acostumbrado o nunca hubiera dicho eso. Pero me respuesta se vio eclipsada cuando aquel calvo decidió al fin bajar por la escotilla del suelo y desaparecer tras un grupo un tanto impactante.

-Para mi que la ha palmado.-Comento en alto para ambos chicas.-Oye tu, la de la cámara ¿Lo has grabado?

Pregunte a Patricia, antes de arrastrarme con cuidado hasta asomar la cabeza ligeramente por la puerta, por donde bajo Mario, para observar la razón de aquel grito.

Guardo el mechero, pensando. Necesito herramientas. Entonces me giro y veo como a cámara lenta como se resbala Mario.

Corro hacia la compuerta, la toco y me asomo con cuidado junto a Zhi.

-¡Oh Dios mío!- Exclamo asustada al oir el fuerte ruido de la caida. - ¿Estás bien?

El hombre chilla como un cerdo en el matadero así que ha debido de hacerse daño. Vaya manera de rescatar nenas.

-¿Oye? ¿Estás bien?

Decido gritar mientras me retuerzo de dolor. Me he roto la pierna y no puedo pensar ni en entablillarla, ni en moverla, ni en ninguna otra solución con claridad:

- ¡AYUDA! ¡CREO QUE ME HE ROTO LA PIERNA! ¿ALGUIEN PUEDE AYUDARME?

Zoe le miró preocupada. Ella no se atrevía a bajar, si él se había resbalado de esa manera.

-Yo no me atrevo a bajar por ahí, no quiero romperme la pierna también. Aguanta, habrá que esperar a que vuelva cliff.