Partida Rol por web

Ichie abrió los ojos y se vio abrazada a Kurozen, quién aún dormía plácidamente. Necesitaba llevarle a desayunar para envenenarle y salir de ese maldito lugar pero lo haría con clase, sin levantar sospechas. Se acercó hasta la comisura de los labios del chico y empezó a besarle con mimo, con delicadeza. Después se posicionó encima de él sin hacerle daño y empezó a descender serpenteante lamiendo su cuello, besando su torso, haciéndole círculos en su ombligo...hasta llegar a su miembro viril. Allí se entretuvo hasta que el joven se despertó y después de rematar la faena, le sugirió que ambos fueran a desayunar. Intuía que Masaru estaba confiado y que su orgullo no le permitía ver lo evidente, iba hacia su tumba, después de casi saborear el éxito total. Eso sí, a muchos les hubiera gustado despedirse de este mundo de la forma que él lo haría...

- Anda, levantate y date una ducha conmigo...después te prepararé el desayuno, hoy me toca agradecerte por lo de ayer. ¿Trato hecho?

En la ducha también juguetearon ambos con sus cuerpos, pero Matsuno ya tenía su mente en lo que vendría a continuación. Salió un poco antes que Kurozen y aprovechó para montar con viejos periódicos una nota para incriminar a Ichida Risu, guardó en su bolso el bote de veneno que habia usado Masaru creyendo envenenarla y se aseguró de tener consigo, el bote de crema que contenía el veneno real.

Todo listo...necesito vestirme y salir antes hacia el comedor para preparar la escena...

Masaru salió del baño, ataviado con una toalla y con su pose sexy. Ese chico parecía incansable, pero acercándose a él, Matsuno depositó un cálido beso en sus labios y le dijo que se vistiera con calma y que acudiera al comedor. Iba a prepararle el desayuno en persona.

- Dame diez minutos mientras te vistes y te pones guapo para mí, que yo prepararé el desayuno hoy. Pero solo a condición de que a mediodía y por la noche me prepares tú la comida...me acerqué hacia él de forma provocativa, enseñando mi escote y dejando que depositara sus manos en mis nalgas...¿Tenemos un trato? Puede que sí te lo curras esta noche te deje dormir una vez más conmigo, quizá no sea tan malo estar aquí... Su mirada era lasciva, se mordía el labio inferior y jugaba con su pelo recién lavado. Cuando asintió, se encaminó hacia el comedor.

El despertar fue más que agradable y convenció al chico de que ella no se había dado cuenta de nada.

​Princesa, algo me dice que ya no voy a tener que currarmelo tanto para que me dejes dormir contigo. Por aquello de la protección, claro.

​Dice Masaru con autosuficiencia.

Una punzada le atravesó cuando pensó que, después de lo que había hecho la noche anterior, estaba abandonando a la chica a su suerte y torció el gesto.

​Oye... princesa... Esto... quisiera hablarte de algo. - ​No era frecuente ver titubear a Masaru. De hecho nunca lo hacía, pero era buen chico y se sentía algo culpable por que si todo salía bien al final del día él ya no estaría allí con ella para cuidarla. Ella le miró con curiosidad y él se vino abajo y no se atrevió a decírselo aún - ​Mejor se lo diré en el desayuno.

​Em... no es nada. No pensé que en una situación así fuese a crear un vínculo como este. Quizás es la adrenalina del peligro, pero quería que supieras que cuando salgamos ambos de aquí no dejaré que te separes de mi. Me encargaré de tu protección personalmente. Mi padre tiene bastantes recursos. Estarás bien cuidada. Eres demasìado preciada para que te deje ir. - ​La verdad es que ese parecía un buen plan. Cuando estuviese fuera, movería todo lo necesario para sacarla a ella. El resto no le importaba, pero a ella le salvaría.

Diez minutos más tarde, según lo acordado, Masaru estaba en el comedor buscando a su princesa, cuando la encontró se acercó a ella por la espalda y le susurró al oído.

​¿Qué te parece si cerramos el comedor con llave y probamos esa mesa?

​​La levantó y la puso a horcajadas suyo mientras la dirigía a la mesa donde todo estaba dispuesto para el desayuno con intención de tirar toda la vajilla por los suelos y volver a tomarla allí.

Antes de llegar al comedor, dejó la nota por debajo de la puerta de Ichida Risu en la que pedía que acudiese en media hora, no iba firmada y no tenían por qué sospechar si era de chico o chica. Su propósito era que la joven Irisu pensara que simplemente la habían invitado a desayunar, ¿Una cita con Kurozen? Sus ganas.

Llegó al comedor y sabía que desde entonces el tiempo corría en su contra, diez minutos para preparar todo, diez minutos hasta asesinarlo y otros diez hasta que llegase la arpía que pensaba incriminar.

Se que le pusiste ojitos a Kurozen, zorra. Ahora él estará muerto y tú serás la culpable de ello...y yo...Yo seré la joven trsite y desvalida que trataron de incriminar por los celos de esta joven al saber que dormí con Masaru. ¿Que puede fallar?

Se colocó los guantes y se puso a calentar el agua en la tetera. Preparó la mesa con mimo, dos platitos, dos cucharillas, una taza de té para Masaru y la taza de té que sacó de su bolso con las huellas y saliva de Risu. La mesa y silla estaban en el mismo lugar que el día anterior, allí donde se había sentado Risu y estaban sus huellas. Matsuno nunca se había sentado allí y nadie encontraría ningún rastro de que ocupo ese lugar. Simplemente perfecto. Sacó las galletitas que les encantaban tanto a Risu como Kurozen según habia podido apreciar. Hasta se preocupó de que la marca de té fuese el de la joven Ichida, Matsuno solo usaba Early Grey de sobre rojo, todos lo sabían. Nada de marcas blancas.

Todo listo, tengo la idea bien formada...llegará Kurozen, me dejaré besar y le invitaré a sentarse en su silla. Yo haré ver qué estoy preparando algo y esperaré a que el joven de un sorbo. Cuando caiga en redondo, fulminado por el veneno. Moveré su cuerpo hasta la cocina y esperaré a que Ichida haga aparición y se largue. Una vez se haya ido, solo necesitaré desplazar nuevamente el cadáver hasta su lugar. Fingir que lo apuñalaron dejando mis huellas, como si Risu quisiera incriminarle, cosa que se a ciencia cierta que haría, y nada...regresar feliz a mi cuarto sin ser vista para cuando Monokuma nos despierte. ¿Que más se puede pedir?

Matsuno se deleitaba en su perfecto plan mientras iba colocando, aún con sus guantes, el agua en sus respectivas tazas de té, con sus sobrecitos, removía el de Ichida... El de la joven lo rellenó un poco más de la mitad pero fingiendo que hubiesen bebido. El de Kurozen, tras terminar de rellenarlo con el veneno, sabía que ya se encargaría él de bebérselo y morir en el proceso. Miró el cuchillo de la cocina que usaría una vez muerto Kurozen, en el que dejaría sus huellas y comprobó que habían bolsas de plástico para meter en su interior el cuchillo ensangrentado... Todo en orden.

Justo cuando retiró la bolsita de Risu y la depositó sobre el platito, escuchó a Kurozen que se acercaba al comedor, retiró sus guantes guardándolos en su bolsito que siempre la acompañaba y se dispuso a saludar al joven apuesto al entrar.

- Llegas...miró su reloj y después al chico dedicándole la sonrisa más encantadora que tenía en su arsenal. ...justo a tiempo. 

Había venido a un pelo que no la descubriera con los guantes, pero no se había dado cuenta. Después de ver las ganas que tenía el chico de cerrar el comedor y volver a montar una fiestecika por encima de las mesas tuvo que improvisar. Se acercó hasta él no permitiéndole acercarse a la mesa y se dejó manosear mientras apoyaba su dedo índice en los labios del chico para que detuviese su impulso.

- Acabamos de tener sexo en la ducha...y te he prometido que está noche dormiremos juntos, si me sorprendes durante la comida y la cena, con tus exquisiteces...lo único que preparó para ti...¿Quieres echarlo por los suelos? ¿Después de haberme molestado en prepararte el té, sacado tus galletitas preferidas? ¡No te lo permito! Mi mirada era de complicidad, no estaba molesta con el joven, pero le hice entender que me había molestado en preparar el desayuno y que no admitía peros.

- El té ya está para retirar la bolsita y bebérselo, no dejes que se enfríe, anda. Yo ya he retirado mi bolsita y le he dado un pequeño sorbo, siento no haberte esperado...pero lo que tengo guardado para tí te sorprenderá, este solo es el primer plato. Le comentó la joven acompañándolo hasta su silla e invitándole a beber antes de que se enfriara. Después de alejó ante la atenta mirada del joven.

Aún con la chica en horcajadas, Kurozen puso cara de disgusto.

​Está bien, te dejaré libre... por ahora. Pero no esperes que aguante hasta la noche. Eres demasiado tentadora y yo soy demasiado débil. El único motivo por el cual no te tumbo sobre la mesa y repetimos lo de esta noche es que, en el fondo, soy un caballero.

​Kurozen dejó su firma con los labios en el escote de ella y con sus manos en su trasero antes de soltarla. De hecho, lo hizo con tanta efusividad que le dejaría marca en el escote. Se fue a sentar a su lugar mientras observó el té y la galletita. Empezó por esta última.

​Princesa, si te soy sincero... quería hablarte de algo. - Tomo aire y respiró profundamente. Después se puso serio, cogió la taza de té y empezó a hablar con ella en la mano gesticulando mientras exponía. - ​La verdad es que... bueno... he hecho algo. Pensaba usarte de coartada, pero lo cierto es que me siento culpable. Eres demasiado importante para utilizarte. Hoy por la noche... bueno... he comprado un billete de salida. ¡Sé lo que estás pensando! Pero no te abandonaré aquí. Una vez fuera echaré abajo los muros de este lugar. Ya sabes quién es mi padre. Te aseguro que puedo hacerlo y lo haré. Por muchos trucos que tenga el oso bicolor este, no permitiré que te toquen un solo pelo de la cabeza. Yo... - ​Había soltado todo de carrerilla intentando no dejarle hueco a ella para hablar. La taza de té había ido a un lado y a otro mientras hablaba. - ​puede que no haya sido totalmente sincero contigo en todo... pero en esto soy totalmente sincero. Ichie, princesa, voy a sacarte de aquí y quiero compartir lo que queda de mi vida contigo.

​Miró fijamente a la chica con la taza en la mano preocupado por cómo se tomaría su confesión.

Ichie no podía disimular que le encantaba que Kurozen la tratara de princesa. Por un lado era una chica letal, conocedora de que si quería salir de allí, necesitaría acabar con Kurozen. Sin embargo, el chico había sido el único hasta la fecha que la había tratado como a una mujer y no solo un juguete, sin forzarla y tratándola con caballerosidad...además, era muy bueno en la cama. Sus dudas estaban empezando a aflorar y por momentos se vio tentada a encubrir al chico y que saliese del lugar.

Masaru parece un buen chico, de esos que siempre te tratan con amor y cariño, tendría que echarle un ojo encima por si quisiera flirtear con otra pero...a fin de cuentas, no me importaría que fuésemos novios en otras circunstancias. ¿Qué hago? Monokuma dijo que nos guardaba una sorpresa al resto si alguien lograba examinarse, ¿Sería una sorpresa como los que reprueban? 

El chico hablaba sincerándose con ella y cada segundo que pasaba ya no sabía cómo actuar o que hacer. ¿Había alguna posibilidad de que ocurriese lo que él decía? ¿Vendría a por mí con su padre? ¿Sobreviviria hasta entonces? Al final tomó su decisión, ayudaría al joven a salir de allí, sus palabras le habían convencido.

- Entiendo por tus palabras que has asesinado está noche...para graduarte. Si yo iba a ser tu coartada, lo haré. Pero espero que me saques de aquí...puede que ese oso de peluche sádico en verdad quiera matarnos si ganas su juego y te deja salir de aquí...mi voz era un hilo y estaba asustada. Sin embargo hice acopio de valor y le dije. Tenemos que salir de aquí cuanto antes y regresar a la habitación, deben vernos salir juntos de mi cuarto, ¡vámonos rápido!

Justo en ese entonces Ichie vio como Kurozen apuraba su taza de un trago dispuesto a acompañarla cunado cayó fulminado contra la mesa.

¡UPS! Esto...lo miró y le dedicó una última sonrisa lobuna...olvidaste que soy la mejor modelo con vistas a ser actriz. ¿Que tal mi actuación?

Después de eso se puso a malear la escena del crimen, faltaban escasos minutos para que llegase Ichida y no podía encontrarlos allí. Se colocó los guantes y con sumo cuidado fue arrastrando el cuerpo sin vida de Kurozen hasta colocarse detrás de la puerta de la cocina. Las luces estaban apagadas y no tenían por qué querer acceder allí. Aguardó agazapada acariciando a su chico y le susurró antes de que llegase Ichida Risu.

- Buen chico...así me gusta...fogoso y lascivo en la cama, silencioso y tranquilo cuando se requiere. Eras un partidazo.

Kurozen muere feliz por el efecto inmediato del veneno

Después de que Risu viese un desayuno preparado pero nadie allí, aquella joven regresó a su habitación, lo que le permitió a Matsuno volver a colocar el cadáver de Kurozen en la silla, tal cual había quedado al morir. Puede que su pantalón estuviese un poco manchado al haber sido arrastrado pero nada que Matsuno no pudiese solucionar rápidamente, no por nada era una experta en ropa. 

Limpió el bote de veneno por fuera y lo colocó en el bolsillo del joven, tras presionar las manos del chico para que quedasen sus huellas impregnadas. Se acercó hasta la bancada y cogió uno de los cuchillo y una bolsa de plástico límpia. Entonces se retiró uno de los guantes, asió el cuchillo y apuñaló al muchacho por la espalda..., al llevar unos minutos muerto, no brotó apenas sangre y depositó el cuchillo en la bolsa que quedó impregnada con algo de sangre...volvió a sacar el cuchillo y lo volvió a incrustar en la herida. Ya solo restó dejar caer la bolsa en la parte de atrás de la puerta de la cocina y regresar a su cuarto, no sin antes quitarse el último guante y asegurarse de no ser vista como probablemente habrían visto a Risu. Chapó.

Llegáis ambos a la habitación de Fukumori, habéis decidido acertadamente que lo mejor era agruparse en parejas para investigar.

-Si tuvieras que apostar, ¿quién dirías que ha matado a Fukumori y Kurozen? -pregunté, intrigado-. A mí me da la sensación de que ha sido Matsuno. Fuera quien fuera, estuvo ayer en el bar y en el baño de las chicas. Eso reduce en gran medida a los sospechosos.

Llega entonces Maxwell acompañado de Kawamoto

-Saludos a todos, por lo visto estáis bien. Me alegro. ¿Habéis encontrado algo?. Yo ya sé quien es el culpable desde que vi el cadáver del "fistro pecador" y a lo que hay que añadir "de la pradera" por lo del Jardinero y lo que estos tenía a su alrededor. Pero espero que por aquí haya alguna prueba más contundente -como el golpe de la cabeza del muerto- para aclarar mejor las culpas.

Desgraciadamente, por ahora estoy de acuerdo con la sospecha de Joaquin-san. De momento no diré más.

Kawamoto mira a Maxwell y dice

Padre podríamos irnos de aquí, esto recuerdo saber q lo hizo Masaru, no se los detalles porque ahora mismo no recuerdo bien las cosas, pero algo en mi interior me dice que él lo hizo.

Deberiamos volver e investigar el otro asesinato, el de Masaru, y ver sus movimientos desde la muerte de este pobre y la suya, aquí no hay nada que hacer.

Al salir Ichie quedaba sola en el comedor, a pesar de lo q me ha hecho Monoculo, aún tengo sentimientos y deberías ayudarla en estos momentos difíciles

Y otra cosa, si Ichie ha dicho q estuvieron juntos toda la noche y yo se que masaru mató al jardinero, algo no cuadra. Pero créeme esto lo hizo Masaru. Es perder el tiempo investigando aquí 

si pudiera recordar más!!!

-Aunque sepas que Masaru mató al Jardinero hay que tener pruebas y demostrarlo; pese a que todo el mundo sabía que la cuatrOjos era la asesina no se pudo probar hasta encontrar y recomponer la lente. Así que, aún nos queda ese trabajo por hacer.

-Yo creo que todo está relacionado, ambos asesinatos. Así que sería importante saber con certeza COMO fue posible el asesinato del Jardinero, para saber COMO fue el del Pecador. Lo digo por esto:

1. Si se comprueba que el Jardinero fue asesinado por el Pecador - La Coartada de la Modelo es mentira.

2. Si se comprueba que OTRO ha matado al Jardinero y ha intentado culpar al Pecador del crimen, es porque dentro de su plan, hay algo que NO quiere que veamos en el asesinato del Jardinero, por ello lo intenta ocultar al hacernos creer que "carece de importancia", tal y como ha hecho contigo. Siendo el asesinato del Pecador una forma de "cortar cabos" una vez que ya todos nos hemos subido al barco de razonamiento equivocado.

-Así pues, si nadie lo ha hecho; por favor, Kawamoto, intenta sacar algo en claro de cómo murió la víctima. Tu has sido de gran utilidad en el pasado para descubrir que la CuatrOjos peleó...

Kawamoto mira a Maxwell con cara seria y cansada...

Maxwell juro por tu Dios y todos los dioses existentes paganos a tus creencias que Masaru mató a Fukumori, con mi testimonio deberias de saber que alguien está mintiendo y no soy yo.

Estamos perdiendo el tiempo aquí sabiendo que el otro asesinato es el importante.

kawamoto se encuentra muy fatigado, cansado y dolorido, no tiene fuerzas para discutir, solo espera que Maxwell que ha mostrado una gran inteligencia, se mostrase tan tozudo y obtuso ahora... habrá perdido la confianza que demostró diciendo que yo no era el asesino cuando me intentaron inculpar

-De acuerdo, Creeré en tu palabra, pero solo dime un par de cosas: ¿Cómo lo mató?. ¿Cómo entró en la habitación? ¿Porqué está atado a la cama?. ¿Qué es ese Cubo?. ¿Por qué la toalla?. Son preguntas sencillas...

-Pero si prefieres responder a otras cosas, con solo responder: ¿Cómo lo sabes? ¿Hay algo que pueda probarlo? Supongo que será suficiente.

-De todas formas, el Otro asesinato están todos. Que por muy inútiles que sean, seguro que serán capaces de coger las pistas necesarias. A fin de cuentas, el asesino es incapaz de destruir pruebas... 

No estoy tan seguro que no se puedan destruir pruebas...

Te prometo que en cuanto recuerde todo te daré todos los datos que recuerde, hasta ahora sé que Masaru mató a Fukumori, no tengo la mente clara, pero es un sentimiento tremendamente fuerte mayor que el odio que tengo a Monoculo y el aprecio que te tengo a tí, a pesar de llamarme idiota

Kawamoto le da un ligero golpe en el brazo a Maxwell de colegueo, que le deja el brazo dormido y dolorido por unos minutos