Cuando todos los alumnos han votado, las pantallas son reemplazadas por una imagen de una ruleta dando vueltas, presentada por el director.

La ruleta va dando vueltas con las caras de todos los alumnos hasta que por fin, se para en la de Hikari Yugure, mostrando el resultado de la votación.

 Monokuma:

¡Una vez más habéis acertado! El culpable y violento asesino que ayudó a terminar con la vida de Haga Daichi, no es más que Hikari Yugure, el Ultimate Detective.

Una trampilla se abrió bajo los pies de nadie que no miraba con asombro el resultado, cayendo nadie de repente a una silla, un pupitre rapidamente atrapó a nadie dentro, mientras que un Monokuma le enseñaba a nadie la reproducción; por detrás de nadie una prensa hidráulica golpeaba el suelo, el cual comenzaba a moverse hacia dicha prensa...

Hasta que finalmente Nadie quedó claramente aplastado por esta.

¡Pues ahí lo tenemos!

¡Nos vemos en el siguiente caso!

¿Quien morirá ahora?

¿El Cura? ¿La Profesora?

¿El Forense? ¿El Negro?

¿La Mastermind?

Monocoins

Más monocoins fueron lanzadas hacia los presentes y en esta ocasión ninguna cayó al suelo, ni quedó en la cama de absolutamente nadie.

Haciendo un cálculo rápido, aún cogiendo las Monocoins de los fallecidos, faltaría un par de Monocoins para poder comprar el botón para salir del lugar. Aún haría falta un caso más si es que los alumnos finalmente aceptaban tomar esa ruta de acción, puesto que a fin de cuentas, todo parecía ser el día de la marmota una y otra vez.

Haciendo un cálculo rápido, aún cogiendo las Monocoins de los fallecidos, faltaría un par de Monocoins para poder comprar el botón para salir del lugar que Ichida Risu había comentado que había visto en la tienda. Aún haría falta un caso más si es que los alumnos finalmente aceptaban tomar esa ruta de acción, puesto que a fin de cuentas, todo parecía ser el día de la marmota una y otra vez.

Haciendo un cálculo rápido, aún cogiendo las Monocoins de los fallecidos, faltaría un par de Monocoins para poder comprar el botón para salir del lugar que Ichida Risu había comentado que había visto en la tienda. Aún haría falta un caso más si es que los alumnos finalmente aceptaban tomar esa ruta de acción, puesto que a fin de cuentas, todo parecía ser el día de la marmota una y otra vez.

Haciendo un cálculo rápido, aún cogiendo las Monocoins de los fallecidos, faltaría un par de Monocoins para poder comprar el botón para salir del lugar que Ichida Risu había comentado que había visto en la tienda. Aún haría falta un caso más si es que los alumnos finalmente aceptaban tomar esa ruta de acción, puesto que a fin de cuentas, todo parecía ser el día de la marmota una y otra vez.

Haciendo un cálculo rápido, aún cogiendo las Monocoins de los fallecidos, faltaría un par de Monocoins para poder comprar el botón para salir del lugar que Ichida Risu había comentado que había visto en la tienda. Aún haría falta un caso más si es que los alumnos finalmente aceptaban tomar esa ruta de acción, puesto que a fin de cuentas, todo parecía ser el día de la marmota una y otra vez.

Enrico Maxwell respiró aliviado, a fin de cuentas, todo estaba saliendo según lo planeado, a fin de cuentas, era complicado fallar un juicio en donde el asesino se reveló a sí mismo, por lo que, encogiéndose de hombros este se acercó a Togosaki y le ofreció unos vendajes que había sacado del interior de su maletín.

-Había apostado que la cuchilla te habría rebanado la cabeza, al parecer no mintió cuando dijo que iba a "calibrar" la última vez que lo comentó... Pero me alegra ver que sigas vivo.

Girándose, pues no iba a ser él el que atendiera al herido, si es que un robot pudiera estar herido, Enrico Maxwell se acercó a Monokuma y, sin venir a cuento, lo trató de atacar con un pequeño cuchillo que tenía escondido en el interior de la cruz dorada que lucía.

Tras recibir el primer corte de sorpresa, el Director de la Academia se levantó y se abalanzó sobre Enrico Maxwell, en donde este sacaría sus zarpas y comenzaría a golpear a aquel pequeño estudiante que había osado en atacar al Director. Al parecer, la astucia de Enrico Maxwell había llegado hasta ahí.

¡ES HORA DEL CASTIGO POR ATACAR A TU DIRECTOR!

. . .

Sin siquiera pensarlo, nunca mejor dicho, Yukiashi Tenko corrió para hacer un placaje contra el robot que estaba apaleando al otro robot. Sus ojos estaban carentes de vida, pero pese a ello, parecía ser la única forma en la que este lo haría para salvar a Enrico Maxwell. Chocando contra Monokuma, ambos fueron hacia atrás, chocando contra el trono de Monokuma, golpeando la cabeza del robot-director.

. . .

¡Uy! ¡Uy! ¡Uy!

¡Tenko, no hace falta que te pongas tan amoroso!

¡Están otros mirándonos! ¡Quita! ¡Quita!.

Al parecer era cierto lo que se decía de que si se golpeaba fuertemente a un trasto este funcionaba cómo debía, pese a ello, Monokuma seguía siendo el de siempre, tan solo para fortuna de Enrico Maxwell y probablemente de Yukiashi Tenko, este había olvidado los últimos segundos de su configuración o sus recuerdos.

Togosaki Miko estaba herido, pues pese a tener ahora en su haber gasas más que suficientes como para tratar de detener su hemorragia y la de probablemente un elefante herido de muerte, no se encontraba en el mejor estado para hacer un trabajo óptimo. Por otro lado al menos su herida no era mortal.

Enrico Maxwell, a diferencia del anterior, se encontraba en el suelo frente al trono de Monokuma casi inconsciente y perdiendo sangre rapidamente por todas las heridas que le había causado el oso antes de la salvación repentina de Tenko.