ROCKETPUNCH MARKET

¡Este mercado tiene una amplia variedad de productos que incluyen frutas y verduras frescas, souvenirs, pasatiempos y artículos deportivos, ropa, decoración del hogar e incluso armas! La tienda permanece abierta fuera del horario laboral (9 AM-5PM) y algunas excepciones. ¡Visite la Tienda para obtener más información sobre la máquina expendedora MonoMonoMahcine en la parte posterior!

Y así es como, aún falto de aliento, Shishio decidió esconderse estrategicamente en el centro comercial, no porque tuviera un miedo totalmente exagerado y desorbitado contra Nanako Kanai, sino porque temía a la muchacha de una forma completamente fría, calculada y racional... A fin de cuentas... ¿Acaso no estaban en un juego de matanza mutua?.

Y Barbara logra llegar hasta el Supermercado del cohete, aquella enorme estancia se había abierto ante ella y al menos ahí sí había aire acondicionado, como en el aeropuerto, por lo que era un lugar agradable para estar y pasearse para comprar. Algo así había pensado Shishio Uke, el cual parecía ligeramente asustado.

      Fue un largo viaje... tal que cuando llego a las puertas del supermercado no puedo mas que agradecer la agradable brisa artificial que refrescaba el lugar.

   Ahhhhhhhh bendita y dulce tecnología que nos facilita todo... si tan solo el perezoso que equipo esta isla vacacional hubiera puesto un par de dúctos para que esta brisa corriera por...- notando mejor el lugar y mirando que no me encontraba sola.

    ¡¡ Ohhhhh...!!- callando enseguida al ver a Uke, para luego mirar en el lugar lo que estaba buscando... tomando el carrito de supermercado en total silencio.

Miro a Uke una ultima vez...

y salia del lugar para seguir haciendo mis cosas...

-...Pues, um... ¿Adiós? ¿Supongo?- Barbara ni siquiera le había dado tiempo a levantar la mano para saludarla. O para despedirla.

Aunque no es como si le molestara que le dejaran solo durante un rato. Ya había tenido suficiente socialización para el resto de su vida (expresión que, según lo que pasase en esa isla en las próximas horas, podría ser siniestramente profética). Sí que le pareció raro que la expresión de la chica cambiase el momento en el que ella se dió cuenta que el supermercado no estaba vacío.

Era una estupidez. Solo había cogido un carrito y se había ido, pero... aún así, Shishio no pudo evitar sentirse algo nervioso. Esa era su única reacción posible después del primer juicio. Cualquier acción extraña era un signo de que se estaba tramando algo. Y si alguien estaba tramando algo en aquella isla... bueno.

Ugh. Era una estupidez, se repitió. ¡Solo era un carrito! No hacía falta ser paranoico. Y además, tenía cosas más importantes que hacer que repensar cómo se puede usar un carrito de supermercado para cometer... ese tipo de cosas que no quería nombrar.

En concreto, Shishio estaba allí para buscar herramientas. Y eso es lo que hizo. Revisar las estanterías una por una para ver si había alguna sierra o un taladro o algo para cortar madera. No lo iba a encontrar. O, si lo iba a encontrar, no le iba a servir de nada. Porque tenía la sensación de que era algo que el universo no quería que ocurriera en ese momento. Pero buscaba.

Y entre estantería y estantería, su mirada se fue desviando hacia la máquina expendedora que había en el fondo. Ya había tenido problemas con cajas blanquinegras antes, pero... tenía un atractivo extraño. Un aire de importancia, si se podía notar ese tipo de cosas.

Shishio se acercó a ella y miró lo que había dentro.

-¿Cómo... cómo se supone que tenemos que pagar aquí por nada? _{Yo no he visto dinero por aquí...}-

Y tan rápido como vino, Bárbara se fue, aunque con una cara de asco hacia Shishio Uke que no se le quitó ni aunque las puertas automáticas se cerraran tras de ella, ni siquiera cuando, con dificultad, puso el carrito en el camino de tierra y con dificultades lograba hacerlo avanzar hacia su destino. La cara, esa cara perseguiría a Shishio...

Y Shishio sigue solo...

Pues... nada. No había nada en la máquina, al parecer. Ni en las estanterías, tampoco. ¿Esperaba Shishio que ocurriera algo? ¿Tal vez qué apareciese algún cómico úrsido miniaturizado que le explicase dónde podía encontrar monedas? No, por supuesto que no. Shishio no podía tener ningún indicio de que la máquina expendedora que detacaba tanto sobre el resto de la habitación hacía algo.

Y tampoco parecía haber ninguna herramienta ni nada por las estanterías. Lo que significaba que ese desvío sobre la tienda había sido completamente inútil. A decir verdad, todo ese asunto sobre la puerta del velero le daba una sensación de asco. De que había estado malgastando su tiempo.

Así que se fue de allí. Hacia el hotel. Si todo se había reseteado, era lógico que su MonoPad aún siguiera en el buzón, ¿no?

Y Shishio y su Soledad se fueron de la mano del Supermercado.

El trío calavera de exploradores de los trastos llegó al centro comercial, a fin de cuentas se encontraba en la misma isla. Echando un vistazo por encima se percataron rapidamente que a no ser que quisieran inflarse a golosinas, refrescos y otros productos llenos de grasas saturadas, no iban a encontrar nada de utilidad ahí.

En la siguiente ala del supermercado, por el contrario, las Botellas de Refresco se cambiaron por botellas de oxígeno, las ganchitos por gafas de snorkel, y las palmeras de chocolate por... palmeras de chocolate... pero entre los trajes de neopreno y otros trajes de baño. Al parecer alguien había movido una palmera de chocolate de sitio.

Viendo como, en efecto, no parecía haber nada de valor en el lugar para hacer lo que deseaban hacer aquellos dos. El grupo conformado por Tsumiko Komachi, Shiro Arakawa y B-Rabbit abandonaron el Rocketpunch Market en dirección hacia prados más fértiles... pero esta vez de verdad... que sí que sí... o al menos terrenos no explorados.

El dúo de pinches de los cocina llegó al centro comercial, a fin de cuentas se encontraba en la misma isla. Echando un vistazo por encima se percataron rapidamente que a no ser que quisieran inflarse a golosinas, refrescos y otros productos llenos de grasas saturadas, no iban a encontrar nada de utilidad ahí.... ¡POR SUERTE ESO ERA LO QUE QUERÍAN!. Por lo que llenaron un carrito.

En la siguiente ala del supermercado, por el contrario, las Botellas de Refresco se cambiaron por botellas de oxígeno, las ganchitos por gafas de snorkel, y las palmeras de chocolate por... palmeras de chocolate... pero entre los trajes de neopreno y otros trajes de baño. Al parecer alguien había movido una palmera de chocolate de sitio.

Pero eso no les interesaba, así que volvieron hacia la Vieja Cabaña con el otro carrito vacío. Con cuidado subiéndolo por las escaleras de la Vieja Cabaña.

Aquel grupo, o quizás mejor dicho dúo, decidió investigar la Primera Isla en busca de algo que les pudiera servir, por desgracia en aquel centro comercial no parecía haber nada que pudieran relacionarlo con ningún asesinato, al menos que encontraran. Con las manos vacías regresaron a explorar otro sitio. Eso sí, el paseo romántico bajo la luna era lo que les quedaba como premio de consolación... y un carrito lleno de arena.