Partida Rol por web

- Cuarta Isla -

Atracciones Menores

Noria

Dentro de la Zona de las Atracciones Menores, la Noria es una de ellas.

Al parecer esta grande aunque inocua atracción lo que hace es dar una vuelta alrededor del eje central, elevando aquellas cápsulas por los cielos hasta dar una vuelta completa y volver abajo. No parece ser una atracción demasiado peligrosa por la velocidad que el vehículo parece que va a ir, pero aún así, no es aconsejable tratar salir fuera de la atracción hasta que esté detenida completamente.

Guiados por Monokuma hacia aquella atracción desde la plaza central de la zona de Atracciones Menores, aquel grupo pudo ver con total claridad aquella atracción que tenían ante ellos, no parecía ser peligrosa de por sí, y aunque tampoco parecía ser demasiado divertida, podrían pasar el rato... Al final parecía que este evento no iba a ser excesivamente malo...

Ante aquella atracción, algunos alumnos podían sentirse asombrados, otros deseosos por subir, mientras que otros simplemente pudieran tener miedo a hacerlo. Independientemente de quién y cómo se sentían, el oso parecía ser quien tuviera la última palabra.

¡Id subiendo a la atracción!

¡Que en nada la pongo en marcha!

Monokuma saltó a la zona de mandos para, en efecto, preparar aquella atracción para darle un buen uso a la misma. A la espera de que todos subieran a aquella atracción para arrancarla definitivamente.

   Bueno... - mientras miraba con ligero recelo a la nueva atracción a donde nos estuvo arrastrando el oso, mas cuando los gabinetes eran totalmente cerrados y era casi obligatorio terminar chocando miradas con los otros participantes que estuvieran en la misma caseta - a ver.... si... vale, si no hay de otra - tras lo cual como en la anterior atracción intentaría bloquear ambos asientos en donde me estuviera sentando -  ¿ saben la parte buena de todo esto ? - comentaba en voz alta sin nadie en especifico mientras ajustaba los cinturones de mi asiento - Independiente de como termine todo esto, por un par de segundos, quizás minutos... todos ustedes estarán bajo mi sombra quieran o no 

MU'fufufufufuffuufufufufufufufuffu

Mire a Monokuma algo cansada, la falta de sueño de esa noche no ayudaba a sentirme mejor ante todo esto. Barbara parecía apuntarse mire a los demás. Me giré a Uma y a los demás. 

Ey, ¿Como os fue ayer? ¿Descubristeis algo? Yo logre tener a esos dos a raya todo el día, así que no se mucho mas que lo que ya resolvimos juntos...

Vaaaaaaaale... tengo que reconocer que la noria sí que me impresionó. La velocidad lentísima a la que iba permitía a una ver las vistas... y tengo que admitir que sí que me apetecía montarme en esa. Pero intenté que no se me notara, no fuera a ser que cualquiera de estos payasos rechazados me aguara la fiesta. Aguardaría de brazos cruzados a que se subieran todos, y con suerte me subiría yo la última, a solas, sin compañías molestas.

Negue con mi cabeza.

-Me temo que realmente no llegamos a descubrir mucho mas, lo lamento, espero que no fuera muy duro estar con ellos, me refiero, de seguro que Barbara no es una chica tan mala... pero despues tenemos al otro integrante -suspire levemente- Aun asi, parece que sera mejor que nos montemos...-echando un vistazo a Barbara-Y parece que la reina de roma busca no socializar demasiado, de que charlasteis el otro dia? Y bueno, supongo que nos deberiamos ir montando, vamos Josef? Creo que podriamos caber algunos mas, asi que porque no vamos? Tsumiko, te quieres apuntar? De seguro que tras todo lo que ha sucedido necesitaras poder desfogarte un poco... Todos lo necesitamos.-

Empujé la silla de ruedas dentro del espacio de aquella noria, esta atracción no parecía ser demasiado movida ni peligrosa, por lo que podía estar relativamente tranquilo al respecto de las sorpresas que pudiera haber durante la misma. Rascándome la nuca, traté de responder a lo dicho hasta ahora.

-De momento ahora tenemos que cumplir con las órdenes del oso. Pero tengo curiosidad de saber a dónde ha ido ese tipo de las marionetas que tan molesto era... No sé, se le echa de menos, al menos era alguien a quien se le podía odiar sin sentirme mal después.

 La noria parecía interesante. Uma no era fanática de las alturas ni nada parecido, pero apreciaba las nuevas experiencias. Cuando Kimura preguntó por las cosas que hicieron ayer, la jinete se acercó a ella y cruzó su brazo con el de la chica; como había estado haciendo los últimos días. Quizá como un reflejo para buscar un poco de seguridad en la única personal completamente normal en aquel lugar. O quizá porque era difícil conseguir un poco de contacto físico en aquella tensa situación y eso era lo más parecido a un abrazo que iba a encontrar. Quién sabe...

- Yo cada vez estoy más convencida de que algo MUY extraño esta sucediendo en estas islas. Después de lo que Tsumiko-san me mostró el otro día, en el velero con la puerta que no se abría... creo que hemos descubierto que estamos en un lugar raro... muy raro...

Me estoy empezando a desesperar, todo esto es un gran dolor de cabeza, ya habíamos montado en el trenecito lento y ahora nos toca la noria también lenta, realmente no parecía haber ningún tipo de emoción en este parque de atracciones. -¡Por el amor de Dios!. -Grité molesto mientras me adentraba a la góndola- ¡Que se acabe esta tortura de una vez!. Siento como solo son conversaciones tras conversaciones sin ningún tipo de sentido una y otra vez... ¡Obligarnos a pasar tiempo juntos es el peor motivo que te podías haber imaginado!. ¡Maldito seas Oso!. -Quizás lo dijera de broma, o quizás realmente el aburrimiento hablaba por mi, sea como sea, no iba a soportar otra atracción lenta más...

La respuesta de Yoshimatsu Arai no parecía ser del todo del agrado de Monokuma, que ya sacó las garras para amenazarle en caso de que siguiera por ese camino con aquella actitud de quejica en vez de disfrutar del Slice of Life como el resto de los presentes.

-¡Basta ya!. -Le dijo a aquel muchacho- ¡Te subirás a la góndola y te gustará!. O no... me refiero, subir te tienes que subir sí o sí, la parte del "o no" es que quizás no te guste... ¡Pero al menos no te estarás quejando a cada rato!.

Y con esto dicho, se dirigió hacia el resto de los presentes.

-¡Todos arriba que lo pongo ya en marcha!.

Al parecer la situación seguía siendo algo tensa, o al menos por parte del oso y el panadero, pues todos los demás parecían estar bastante tranquilos disfrutando de aquella atracción, o mejor dicho preparándose para disfrutar de aquella atracción en la que se encontraban.

La atracción iba subiendo poco a poco lentamente, hasta finalmente elevarse arriba de todo, estando en la cúspide de aquella noria en donde podían ver toda aquella isla, desde las otras atracciones, como en la lejanía el resto de las islas. Aunque algo que llamó la atención de los presentes es que, cerca de la isla en la que se encontraban, desde la altura, se podía ver la sombra característica de un enorme calamar gigante que yacía en el fondo del océano.

Este descubrimiento fue algo bastante inusual y que tenía poco sentido con lo que habían visto hasta el momento, pero al menos fue un detalle que estos podían ir comentando en caso de que estar encerrados en la misma góndola diera espacio al momento incómodo de una charla formal entre ellos.

Ver aquel calamar gigante provocó un ligero dolor de cabeza en aquella muchacha, al parecer percatarse de esto era algo que le traía algún que otro recuerdo a la cabeza, aunque no sabía del todo bien qué era lo que esto podía significar, como si mil voces le gritaran en la cabeza y mil imágenes se le vinieran a la mente, todas a la vez y desordenadas

¿Qué podía significar?

Ver aquel calamar gigante provocó un ligero dolor de cabeza en aquella muchacha, al parecer percatarse de esto era algo que le traía algún que otro recuerdo a la cabeza, aunque no sabía del todo bien qué era lo que esto podía significar, como si mil voces le gritaran en la cabeza y mil imágenes se le vinieran a la mente, todas a la vez y desordenadas.

¿Qué podía significar?

Ver aquel calamar gigante provocó un ligero dolor de cabeza en aquel muchacho, al parecer percatarse de esto era algo que le traía algún que otro recuerdo a la cabeza, aunque no sabía del todo bien qué era lo que esto podía significar, como si mil voces le gritaran en la cabeza y mil imágenes se le vinieran a la mente, todas a la vez y desordenadas.

¿Qué podía significar?