Partida Rol por web

Monocoins: 15

-9 Suzuki Hana

-6 Tafuna Iwa

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Llegué al almacén y resultó que allí no había nadie. Pensaba que alguien más iba a venir a comprobar las provisiones, pero al parecer todos habían ido o a la cocina o algún otro lugar. Con suerte encontrarían una salida y podríamos dejar de perder el tiempo con aquella locura.

Con tranquilidad, observé cada una de las cajas que había allí buscando tés y dulces, y puede que alguna que otra sabrosa y saludable comida que pudiéramos cocinar para comer. Debía ser bien entrada la mañana, teniendo en cuenta la hora a la que nos habían citado en el gimnasio, pero no podía estar del todo segura, ya que hasta entonces no había visto ni una sola ventana que verificase que la hora que nos habían dado era la correcta.

Mientras buscaba las cajas de té, vi algo que brillaba y pude ver las mismas monedas que uno de los otros chicos había encontrado en el gimnasio. Los observé y los guardé. Me gustaba coleccionar objetos extraños.

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Tafuna entra al almacen y ve de inmediato a Suzuki-Buenas Suzuki, como le va con la exploracion del almacen? Hay algo util?-le dice mientras se acerca a ella y trata de ayudar a revisar lo que hay alli-Espero que no se haya puesto muy nerviosa con lo que ha pasado en el gimnasio y no se preocupe, siempre y cuando estemos tranquilos no pasara nada malo-dice con una pequeña sonrisa que no le sale muy bien, tratando de tranquilizar a la muchacha.

Me di la vuelta al escuchar una voz. Andaba de puntillas mirando en uno de los estantes más altos.

- Hola, Iwa-san, por el momento no encontré nada interesante - moví un par de cajas buscando algo interesante que pudiera servirnos y comprobando todo lo que había. Nos interesaba la comida, pero si había más cosas podía que hubiera algo interesante, tanto para lo que pudiéramos encontrar en aquel extraño lugar como para formar parte de alguna colección privada - tal vez si buscamos entre las dos podamos encontrar algo. Si ves té o dulces me dices.

Bajé una de las cajas y la abrí para echar un vistazo.

- Todo esto debe ser una broma pesada de algún rico señorito que no sabe en qué ocupar su tiempo, al menos es lo que creo, por lo tanto no estoy preocupada, sólo algo molesta - mi tono era severo - pero me preocupa cómo pueda afectar al resto de la gente, los que puedan tener una mente más frágil. La última de las chicas que llegó, la rubia, parecía que estaba muy afectada. Cuando nos aseguremos de que está todo en orden tendremos que hablar con ella para calmarla.

-Tafuna asiente- Asi es, lo mejor es que todos estemos calmados o sino algo malo podria pasar, si conseguimos aguantar durante una semana o algo asi seguro que nos vienen a rescatar... bueno, eso pensando que estamos en una zona urbana-dice dandose cuenta de la posibilidad de estar en un lugar mas recondito-Igualmente no hay que preocuparse, Tafuna ha estado en un par de situaciones asi, por lo que Tafuna sabe que es lo que hay que hacer-dice convencida de si misma y abraza de golpe a Suzuki- Siempre y cuando todos estemos tranquilos no pasara nada -le dice con una sonrisa a Suzuki-.

- Bueno, podemos tomarlo con calma, pero tendremos que controlar que nuestros compañeros no se pongan nerviosos. Y también buscar alguna salida o alguien que pueda darnos alguna explicación de toda esta situación, inspeccionar el lugar será necesario - dije abriendo una de las cajas que estaban en la segunda estantería a mi derecha - oh, mira - encontré unas cuantas cajas de dulces, chocolates, pastas y otra clase de dulces. Una de las cajas de dulces japoneses desapareció dentro de mi quimono y me levanté con una caja de manjus en una mano y unos palillos decorada con lirios de agua sacadas de a saber dónde.  - como dices, seguro que alguien nos echará de menos, no hay que desesperar.

Con un movimiento tranquilo y elegante, tomé uno de los manjus con mis palillos y me no metí en la boca.

- Entonces, cuento contigo... - de pronto, Tafuna me abrazó. Sorprendida, casi se me cayeron los manjus, sin embargo, no tardé en esbozar una dulce sonrisa. Dejé a un lado la bandeja de dulces y los palillos y yo también la abracé. Seguramente todos necesitábamos un buen abrazo en aquellos momentos para darnos coraje - no te preocupes, todo saldrá bien - dije acariciando sus cabellos.

Ojala, Tafuna tambien espera que no pase nada malo, por cierto, eres casi tan blandita como un peluche-dice sonriendo mientras te da un ultimo apreton y te suelta, alejandose un poco, de esta manera te ayuda a buscar en el almacen, encontrando un poco de todo, bolsas cuerdas, una mesa de ping pong desmontada, todo lo que uno esperaria encontrarse en un almacen escolar, aparte de extras como los dulces que habia encontrado Suzuki, unos cuchillos de cocina y otras herramientas-.

Despues de rebuscar y ya habiendo mirado casi todo lo que habia que mirar Tafuna se dirige a Suzuki, teniendo un cuchillo clavado en la cabeza aunque esta no se hubiera dado cuenta-Entonces seguimos explorando? A donde podriamos ir?-pregunta con una pequeña sonrisa-.

Parpadeé un par de veces al oírla decir que era blandita como un peluche. Me llevé una mano a los labios y solté una ligera risa cantarina, Tafuna resultaba también adorable. La abracé un poco más y retiré las manos para que se separara.

- Si hay gente como tu o como Mei aquí, seguro que no habrá problemas... mmh, eso podrá servirnos - dije al ver cómo sacaba algunas cosas útiles de una estantería.

El almacén estaba bien surtido y cogimos varias cosas que tal vez fuéramos a necesitar. Después, Tafuna sugirió seguir explorando.

- ¿Puedo llamarte Tafuna-chan? Así sería... ¡cielo! - dije en un tono más cortés, interrumpiendo mis palabras alarmada al ver el cuchillo clavado en la cabeza - ehm..creo que eso no lo vas a necesitar... - rápidamente quité el cuchillo de su cabeza y lo guardé dentro de mi kimono, para que la chica no se asustara, y de paso aumentar alguna de mis colecciones.

Miré mi PDA.

- Tal vez podríamos ir a comer algo, pero antes tal vez podamos dar una vuelta por ahí. ¿Te apetece mirar el aula donde se supone que vamos a tener las clases?

-Auch-suelto al sentir como me quitas el cuchillo de la cocina, el cual aun haberse clavado un poco en mi craneo no mostraba rastro de sangre alguna, Tafuna rapidamente se recupera de esa molestia y asiente a tu pregunta, tomandote del brazo y arrastrandote fuera del almacen, demostrando una fuerza algo anormal teniendo en cuenta la primera impresion que te daria al verle.

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Sorprendida, me vi llevada casi volando por Tafuna. Casi no me dio tiempo a coger mi caja de manjus para el camino.

Me encaminé a paso ligero y enfadado hacia el almacén, sin saber o no si Ainam me andaba siguiente. ¿Y por qué hice tal cosa? ¡Si ni siquiera sabía si el plan era viable! Lo más lógico hubiera sido mantener la calma como hasta ahora, y tratar de analizar los datos con fría precisión. Pero por el contrario, estos idiotas me habían contagiado su apatía y falta de iniciativa, contagiado sus dudas y estupidez. Y ahora, me encontraba sola en el almacén intentando analizar si un plan que yo no podía hacer sola era siquiera viable.

"¡Haah!" di un fuerte suspiro y me llevé la mano hacia la frente. En determinado momento vi que River, de hecho, sí que me había seguido. "Siento el arrebato..." me disculpé, aun con la mano en el rostro. "Es que de verdad, no entiendo a esta gente." por fin, aparté la mano sobre mi rostro y me crucé de brazos. Podía notar cómo me temblaba la ceja en el ceño fruncido. "Parecen cómodos y en su salsa encerrados como ovejitas en un corral, siguiendo las normas. Me trae... muy malos recuerdos. Supongo que siempre he sido una oveja negra..."

No tienes que disculparte, a mi tampoco me gusta que me de órdenes un loco y sentirme atrapada digo con sinceridad y tratando de sacar de mi mente al borracho de mi padre. Sacudo la cabeza y miro a mi alrededor y rerusco en alguna caja. Pues si que hay cosas aquí... Mis ojos se centran en una pequeña caja de destornilladores de precisón pue cojo con mucho cuidado. También había algunas bobinas de cable que hicieron que mi cara se alumbrara de felicidad. Y dime...qué has encontrado? Le digo mientras sigo buscando y guardando cosillas que pueden resultarme útiles si debo manipular algún mecanismo.

Sonreí mientras veía a River examinando cosas y llevándoselas como si fueran regalos de Papá Noel. "Heh, en mi antigua escuela, chicos y chicas eran todos demasiado remilgados como para interesarse en estas cosas... ¿Has visto este juego de llaves Allen?" lo cogí del estante para enseñarselo. "¿Y esta soldadora? ¿Y las brochas de pinta-... Ah, bueno, eso no es tecnología, supongo..."

Negué con la cabeza ante su pregunta. "Bueno, no es que encontrase nada en especial... Pero se me ocurrieron dos posibles planes de fuga para los que necesitaríamos tu talento. Como imagino habrás visto al pasar por los pasillos todas las ventanas están selladas con planchas de metal reforzado."

"Son unos tornillos enormes, de tamaño industrial, de los que se utilizarían en grandes obras de ingeniería, como, qué sé yo, el Puente de San Francisco. Están atornilladas desde fuera hacia adentro, aunque después colocaron unas tuercas para impedir que los tornillos puedan desenroscarse. Por mucho que vaya a venir un equipo de rescate a por nosotros, no podrán hacer nada si no retiramos esas las tuercas."

"A mi se me da bien montar cosas... pero solo sigo instrucciones. Yo soy una niña que juega a un mecano, pero tú con tu talento eres la que diseña las piezas y las instrucciones. ¿Serías capaz de diseñar una llave inglesa industrial con la que pudieramos remover esas tuercas? Si tuvieramos suerte, quizás hasta podríamos retirar la plancha nosotros mismos, tal vez agrandando los agujeros de los tornillos, y si no... Bueno, al menos es un primer paso. Lo que nos llevaría al segundo plan de fuga que se me ocurrió... donde irónicamente nos vendrian bien esas planchas..."

"¿Viste las ametralladoras de la entrada? Son el único obstáculo entre la puerta y nosotros. Apuesto a que están ahi para disuadir a la Ultimate Cat Burglar de abrirla sin más... ¿Se te ocurre alguna manera de desactivarlas, o de poder protegernos contra ellas?"

Casi lloro de la emoción cuando Tsumiko empieza a enseñarme las cosas que había en aquel maravilloso, y desde ahora lugar favorito, almacén. Después empieza a contarme su plan y, volviendo a la realidad, la escucho atentamente.

Mmmm espera ... Corto unos trocitos de cable y empiezo a enredarlos en mis dedos mientras una sonrisa de satisfacción cruza mi cara. Ahora si que puedo pensar mejor...bien...veamos...mi cabeza empieza a funcionar a gran velocidad. Si tuviera un ordenador y una impresora 3D podría hacer llaves de todos los tamaños para esas tuercas. Aunque una llave tan grande podría tardar más o menos una semana en hacerse. Pero no sé si un ordenador y una impresora serán fáciles de encontrar en este lugar.

Para las ametralladoras tengo que verlas y analizarlas mas detenidamente para saber si se podría acceder a ellas mediante un "hackeo"...las planchas que dices podrían servir de escudos... De repente me doy cuenta de algo vital y empiezo a mirar nerviosa hacia los techos en busca de las cámaras, me acerco lo máximo que puedo a Tsumiko y le susurro mientras hago como que encontré algo de interés a su lado Debemos buscar un lugar libre de cámaras, puntos ciegos, o algún sitio en el que podamos hablar mejor y preparar los planes.... Oh!! Mira que hay aquí, una caja de pilas!! Genial!!!

"¿¡U...Una impresora 3D!?" exclamé sorprendida, no pensaba que el requisito fuese a ser tan complicado... y al mismo tiempo tan realista. Quizás imaginaba a esta chica como un McGiver de las tecnologías, pero la vida real era más complicada que apañar varias herramientas en un montaje. Eso era justo la forma de pensar de alguien con un talento como el mío. Útil para chapuzas, pero no para un problema de un calibre como este. En cuanto a las metralletas... las planchas podrían servirnos... ¡Pero para eso hacia falta quitarlas de ahi! Resolver el plan B utilizando la solución del plan A cuando ya con el plan A podríamos irnos a casa... Sí, necesitabamos darle vueltas a esto. Pero era un comienzo muy prometedor, uno que podríamos ir mejorando conforme el tiempo. Estaba bien que alguien aparte de ti

"Hahaha, sí, sí..." asentí, tanto a lo de las pilas como a lo que me comentó en voz baja. "Este almacén como un pequeño tesoro. Ojalá te gustase también el arte... aquí hay de todo..." mencioné, tomando unas brochas y pinturas, me habían entrado ganas de pintar algo o hacer algún tipo de collage... algo inútil, pero que pudiera relajarme. Al menos, no sería tan ruidoso como una guitarra con amplificador. Contagiada por el entusiasmo, empecé a coger algunas cosas. Brochas, pinturas, lápizes, papeles de colores y de tamaños diferentes... Alguno de estos podria servirnos de cianotipo si al final teníamos que improvisar una impresora 3D...