Partida Rol por web

Llevabais ya un rato en la sala comenzando el nuevo día cuando tanto Aranis como Eris aparecieron por la puerta del comedor. Fue un pequeño carraspeo del primero el que llamo la atención de todos vosotros. Finalmente la diosa comenzó a hablar.

—Lamento arruinar este momento pero, parece que seréis uno menos de nuevo.—Pronuncio de manera solemne la diosa, no tardasteis mucho en mirar a vuestro alrededor para identificar quien faltaba.—Vuestra compañera Marianne ha decidido… cambiar de familia. 

La diosa parecía triste comunicando aquella noticia.

—Ayer por la noche tras revisar su falna, antes de que le comunicara que había subido de nivel a igual que Gerda, me aclaro que no acababa de sentirse cómoda aquí y que le habían ofrecido formar parte de otra familia que posiblemente se ajuste más a ella.

La mujer se cruzó de brazos incomoda.

—Fui yo quien le dijo que podría aprender de ellos si iba a visitarlos, pero no esperaba que la resolución acabara así.—Suspiro la diosa.— Salió a primera hora para unirse a la familia Ganesha.

—Primero King y ahora ella…—Habló para si misma.— No tengo intenciones de aceptar a nadie mas en la familia por el momento, me prometí a mí misma que para no repetir los errores no aceptaría a mucha gente, pero esto nos pone en un problema.

—En cuanto Ganesha inscriba su bendición sobre ella se dará cuenta de que una aventurera con un solo día en el calabozo es nivel dos y seremos señalados.—Durante un momento aparto la mirada hacia Aranis quien le dedico un asentimiento de cabeza para que continuara.—Iré a hablar con Ganesha para ver si puede ocultar el problema durante un tiempo pero… probablemente no lo haga. 

—Sé que ahora sois menos y todo será más difícil pero Aranis me ha asegurado que sois capaces y ha propuesto que quizá bajar más rápido en el calabozo de los ingresos necesarios si revelan vuestro nuevo nivel en la siguiente reunión de dioses. 

Podíais ver como la diosa estaba incomoda ante aquella petición, como si realmente no hubiera querido hacerla en ningún momento. Posiblemente la inseguridad que incluia mandaros a un peligro mayor cobraba sobre su consciencia.

Por otro lado Aranis no parecía mostrar preocupación y fue el siguiente en hablar.

—Aun siendo tres y con solo un día allí abajo creo que estáis preparados. Os explicare las posibles criaturas que encontrareis allí abajo y cómo afrontar alguna decisión de lo que puede ocurrir.

Mientras lo decía saco de su espalda unos cuantos papeles y pergaminos depositándolos sobre la mesa.

Así, tuvisteis un pequeño tiempo para preguntar todas las dudas que se acumulaban en vuestra cabeza y rato después estabais de camino hacia la torre calabozo. Estabais por entrar a ella cuando una figura destaco entre el resto.

De cuclillas junto a la entrada de la torre una joven miraba el suelo, no era una desconocida pues se trataba de la misma joven a la que habíais ayudado el día que habíais bajado al calabozo.

Cuando estabais ya lo suficiente cerca elevo la cabeza y al veros se levantó y camino hacia vosotros. Una pequeña mueca interrogante apareció en su rostro.

—¿Hoy sois solo tres?.—Pregunto algo confundida.—Donde esta Marianne y el “sacrifica-caballos”?.—Aquello ultimo lo pregunto con cierta sorna, como si aún le tuviera jurada una a King por lo que había dicho.

Ya me había levantado para abrazar a Eris luego de que dijo todo eso, pero me contuve.
—No te mereces lo que está pasando —le digo, volviéndome a sentar—. Te prometo que me esforzaré en mejorar para poder ayudarte con tus problemas, que a la vez son nuestros porque somos una familia, ¿no?
—Va a salir todo bien, ya lo verás. Somos fuertes y podemos.

La explicación de Aranis sobre los nuevos pisos me asusta y eso se ve reflejado en mi cara, que cambio a una más relajada para intentar disimular. No se me ocurrió nada para preguntar en ese momento, me quedé distraída pensando en lo que podríamos hacer frente a cada una de estas criaturas que aún no conocemos en persona. Incluso luego de que todos se hubieran ido, permanecí delante de los pergaminos varios minutos más.

—¡Hoy somos sólo tres! —repito, evadiendo la pregnta. No sé qué tan mal visto está que nos abandonen miembros, así que prefiero callarlo.
—¿Y tú estás solita? ¿Cómo se encuentra tu amiga? ¿Está mejor?

La joven ante la primera respuesta de Vivienne alzo una ceja extrañada, pero cuando el resto de las preguntas de la maga llegaron si frunció levemente el ceño.

—¿Mari no os contó?.—Pregunto bastante confundida mientras se llevaba se llevaba la mano a la mejilla y acariciaba levemente su carrillo dos veces desviando la mirada antes de volver la vista hacia vosotros.—Ayer vino a vernos a la clínica, Gisela esta bien, tendrá que guardar cama durante bastantes días pero gracias a Airmid no hay daños permanentes.

—Gisela se enfadó bastante cuando se enteró que solo os devolví la poción que usasteis y otra más como compensación y…—Se interrumpió mirando de nuevo a Gerda y abriendo los ojos.—Al menos si te dio la poción que usaste ¿No?.—Pregunto mirando al enano recordando que había sido el quien había usado su poción.

Cuando vio el rostro de confusión en el enano soltó un pequeño improperio comprendiendo que su retribución no había llegado al destinatario.

—Tienes que pedírsela cuando la veas, a no ser que compartáis el equipo, fuiste tu quien gasto la poción. —Dijo ahora la joven que parecía haberse distraído de lo que inicialmente iba a contar. Fue en ese momento en el que pareció que se daba cuenta.— Espera, ¿Entonces tampoco os dijo que Gisela me sugirió a que os acompañara como guía ahí abajo?

—Marianne nos explicó que erais bastante nuevos y Gisela dijo que quizá os vendría bien una mano allí abajo y que fuera con vosotros.—Ahora parecía ligeramente incomoda mirando hacia otro lado.—Marianne dijo que os lo consultaría pero veo que se olvidó. 

Ahora que lo pensabais, la joven cuando la habíais visto parecía estar esperando a alguien posiblemente erais vosotros y con las instrucciones de Aranis habíais salido más tarde que en vuestra primera incursión. Probablemente la joven llevaba un buen rato esperando allí.

—Hagamos una cosa entonces —le digo con una sonrisa y dando un giro muy aniñado sobre las puntas de mis pies hacia Gerda—. Toma.
Retiro del cinturón una de mis pociones curativas y se la doy al enano.
—¡Ya está! Ahora hagamos de cuenta que fui yo quien se la di a tu amiga y entonces ya no me debe nada. No necesito que se me devuelva nada, porque no presté nada, sino que fue un regalo, algo que tu amiga estaba necesitando, ¿sí?

Prefiero evitar hablar de Marianne, me pone muy triste que se haya ido. Hasta llego a pensar que pudo haber sido mi culpa, siempre se sintió incómoda conmigo cerca. Se me nota en la cara el cambio de expresión, así que rápidamente sacudo la cabeza para llevar mi atención a otra cosa.
—¡Qué casualidad! Justo te iba a invitar a que te unieras a nosotros, pero... no quería hacerlo sin antes consultar a los demás. ¡Gracias por acompañarnos!
Voy hasta ella y le doy un abrazo, es tan tierna que no me puedo resistir.
—¿Hacía mucho que nos esperabas? —pregunto cuando la suelto—. Perdona por eso. Nos demoramos porque nos estaban explicando cosas del laberinto, para no llevarnos sorpresas feas.

El hecho de que su nivel fuera expuesto le importaba mas bien poco, pero el que hubieran pasado de un grupo de cinco a uno de tres en apenas un día era un duro golpe. Daba igual como lo pensará o lo que dijese Aranis, su avance en el laberinto se vería afectado y reforzaba aquella sensación de no confiar plenamente en ningún grupo que formase.

-Tsk, este barco se hunde y apenas hemos zarpado…Vamos a trabajar, antes de que alguien más decida largarse.- Claramente de mal humor con la noticia el guerrero dedicó esas últimas palabras antes de salir de la casa para luego permanecer pensativo todo el camino, posiblemente dándole vueltas a los consejos de Aranis en pos de no pensar en el grupo.

[…]

-Yo estoy en contra- Frunciendo el ceño ante la conversación de la elfa y la aventurera dio su rotunda negativa. El tema de la poción aparte, veía más contras que pros en que los acompañaran- Mas gente menos dinero, además si nos acostumbramos a ser más gente en nuestras primeras bajadas será una mierda cuando seamos solo tres.

La marcha de los compañeros me había dejado algo pensativo y; unido a mi repentina subida de nivel, los poderes del medallón y todas las demás situaciones que estábamos viviendo que se arremolinaban en mis pensamientos, hacía que mi comportamiento haya sido mucho más callado de lo que habitualmente soy. Únicamente siendo capaz de asentir y atender a las explicaciones que nos daban para intentar no cometer ni un solo error en la bajada.

No es hasta que Viviane pone la poción en mi mano que por fin reacciono y contesto exaltado. Yo no la he pedido. Pasándosela a Lance como si de una patata caliente se tratara.

Cuando Lance contesta que está en contra de que nos acompañe miro a Vivianne y luego a la chica y respondo a la chica con un suspiro ¿Por que a todos os cuesta aceptar que uno solo quiera ser amable y ayudar? A modo retorico

No nos debes nada, a mi por lo menos, y en cuanto a lo de acompañarnos: La casa Eris debe valerse por si misma o nunca seremos valorados como nuestra diosa se merece.

Siento que te hayamos hecho esperar pero, estoy con mi compañero Lance, no deberíamos depender de nadie. aun que muchas gracias por tu ofrecimiento.

—¿...Eh?
Me sorprende y me asusta la decisión de mis compañeros. Se me ve la cara de asombro, que paulatinamente va frunciendo en entrecejo.
—¡Escúchenme bien, ustedes dos! —exclamo, ya cada vez con bastante menos paciencia—. ¿Se dan cuenta del disparate que están diciendo? ¿Cómo que no debemos depender de nadie? ¿Acaso estamos solos en este mundo? ¿No somos una sociedad?
Doy un paso adelante, pisando fuerte.
—¡Más dinero! ¿Eso es lo que te importa? Bueno, lamento informarte que, si nos va mal por culpa de ser menos, todo ese dinero extra que dices, te lo habrás gastado en medicina, atención y recuperación. ¡Que con mucho gusto te daría de lo que me corresponde si con lo tuyo no te alcanza! Pero ese no es el punto. ¡Y claro que seremos tres! ¡Serán dos si siguen comportándose de manera tan egoísta!

Hago una pausa para respirar. Me tienen harta y necesito demostrarlo para que dejen de pasarme por arriba. 

—¡La casa Eris debe aprender a aceptar la ayuda cuando la necesita! —me dirijo ahora a Gerda—. Además, ¿de qué valor hablas, si sólo estamos allí nosotros para ver lo que hacemos? ¿No te parece que hablará mejor de nuestra familia si aceptamos a alguien que no es de ella a que nos acompañe? ¿No se han puesto a pensar en que ella está sola y probablemente no tenga a nadie con quién bajar? ¿Y si ella necesita algo con urgencia para que su amiga se recupere más rápidamente y no puede conseguirlo porque no tiene grupo ahora mismo?

Finalizo con un suspiro, respirando hondo. Mi expresión se relaja bastante, pero sigo con una mirada firme.

—No estoy enfadada, sólo desilusionada. Nunca pensé que fueran tan engreídos. Pero no se preocupen, no pasarán a ser dos, saben que no puedo abandonar la familia Eris, no tengo esa opción. Lo que dije fue en medio de un arrebato y... no, no va a suceder. Pero eso no quita la decepción que tengo.

Le dedico una sonrisa triste a la muchacha.
—Lamento que me hayas tenido que escuchar hablar así, pero ya no puedo seguir dejando que me pisoteen. Sería el colmo, después de todo lo que pasé, que empiece a suceder de nuevo. Ah, y no es tu culpa, linda, sino que es algo que ya viene desde que puse un pie en la casa Eris.

Le quito de las manos a Lance mi poción sanadora y la regreso al cinturón donde están los demás frascos.

La rabieta, infantil a mi parecer, de Vivienne me pilla de improvisto y puede verse en mi rostro claramente. "Nadie la está pasando por encima, se llama democracia. Ella ha dado su opinión y nosotros la nuestra. ¿Lo lógico, como equipo, no es que siempre se haga lo que la mayoría crea conveniente?, ¿No es ella la que siempre ha estado intentando imponerse y por eso chocaba con Marianne por que siempre la decía lo que tenía que hacer? Todo esto no tiene nada que ver con el dinero; Tiene que ver más con que debemos aprender a ser un equipo. Eris se ha esforzado mucho para mantener nuestra subida de nivel en secreto y esto podría poner en riesgo sus esfuerzos, muchas de mis habilidades no pueden ser usadas en público. Además de que todo esto afecta a la visión que se tendrá de Eris en la ciudad..."

Intento calmarme antes de responder, pues no quiero que la situación escale sin control y, tras unos segundos contesto con un semblante serio:

Si quieres hablar estas cosas lo haremos en privado, sin airear los asuntos de la casa, por ahora solo diré que mi intención jamás ha sido menospreciarte. Actuando así eres tú quien pisotea nuestra opinión solo por no coincidir con la tuya. Si somos un equipo, la mayoría decide ¿o no?. Montar escándalos así solo perjudica la imagen de la casa ¿Por qué no mejor hablamos de esto luego?.

Tras lo cual miro a la muchacha, hago una reverencia a modo de disculpa y añado en el mismo tono tranquilo: En mi caso no tiene que ver nada con el dinero, ni con ser prepotente. Si necesitas algo del calabozo para tu amiga dilo y me esforzaré para traerlo para ti. Nuestro superior nos ha pedido que entremos solos, siento que se ha esforzado en prepararnos una misión asequible para nosotros y creo que faltaríamos al respeto a sus esfuerzos aceptando ayuda para hacerla más fácil de lo que él quiere que sea. Sin duda en una misión normal nos vendría de perlas una aventurera como tú de nuestro lado. Pero, en esta ocasión y sin el permiso directo de nuestros mayores, no creo que debamos modificar los parámetros del reto que nos han planteado por miedo al fracaso.

Después miro a Lance y a Vivianne por si quieren añadir algo más dando a entender que mi intención no es imponerme si no dialogar como adultos y llegar a una decisión que, aun que no nos guste a todos, si sea aceptada por mayoría.

—Perdón —le digo a Gerda, agachando la cabeza—. Gracias por explicarme, lo siento.

Se me hace un nudo en la garganta de nuevo. 

—Tienes razón, democracia.

Doy unos pasos hacia atrás, buscando algo donde sentarme. Allí guardo silencio y me quedo a esperar hasta que entremos.

La joven no tardo en levantar los brazos mostrándoos las palmas para intentar detener el conflicto.

—No os preocupéis, no hace falta discutir.—Dijo intentando llamar vuestra atención.—En teoría Marianne iba a consultároslo. No era mi idea decirlo como si fuera yo a ayudaros y no al revés, Gisela tardara un tiempo en curar y hasta entonces me he quedado sin compañera para bajar ahí abajo. Era algo más parecido a beneficio mutuo que pago por vuestras acciones, pero entiendo que queráis tener más experiencia como equipo primero…

Parecía que iba a decir algo mas aunque finalmente no dijo nada.

—Buscare otro grupo hasta que vuelva el resto de mi familia de los pisos intermedios, no teneis que preocuparos.—Comento poniendo una sonrisa de disculpa y agachándose a recoger el  equipo que había permanecido en espera donde ella estaba sentada hasta hace un momento.—Tened suerte ahí dentro.

Finalmente tras aquella despedida agito la mano y marcho caminando hacia la plaza donde había otros aventureros. Un pequeño momento ocurrió en vuestro grupo mientras os mirabais tras el altercado

Pero seguir discutiendo allí, como había dicho Gerda, no llevaría a ningún lado asi que empezasteis a avanzar hacia la mazmorra. Tocaba decidir hasta que piso bajaríais ese dia los tres.

Agacho la cabeza a modo de agradecimiento hacia la aventurera por comprender la situación.

La entrada en la mazmorra fue bastante tensa debido a la situación que acabamos de suceder, sin embargo, en cuanto nos quedamos solos aproveche para decir (aun que con voz algo tímida):

De veras siento si te has sentido menospreciada Vivienne, que no era mi intención jo. Hago una breve pausa antes de continuar pensando en lo que quiero realmente decir. En realidad tampoco sé si me siento capaz de hacerme responsable de curar a más integrantes, fue muy complejo para mi gestionarme cuando éramos 5 ¿Y si por ser más nos envalentonamos y ella sale herida por culpa nuestra?

Además, hay algo que deberíais saber. Digo agarrando el colgante que traigo conmigo. El otro día pude hablar con Eris a distancia con esto. Ella me avisó cuando conocimos al dios Hermes de quién era. No sé aún cómo funciona, qué limitaciones tiene o cómo tratar si quiera esto pero sí sé que es algo que nadie fuera de la casa puede saber y que aún no controlo perfectamente. No quiero que esto salga de nosotros por favor, por eso... Hay mucho por lo que creo que el riesgo era mayor que el beneficio de llevar a la señorita con nosotros en esta ocasión. No te enfades conmigo por favor Vivienne. 

Al decir todo esto sin mirarla directamente, por no atreverme, no puedo ver sus reacciones. Simplemente voy mirando al frente cabizbajo pendiente de que en efecto estemos solos e intentando no tropezar y caerme de los nervios.

Momentos antes de entrar, me pongo a repasar los conjuros hasta que la conversación con la muchacha acaba y nos disponemos a entrar. Mi expresión se nota bastante más afligida. Avanzo con la mirada en el suelo, detrás de mis dos compañeros.

—Hm. Perdón.
Asiento con la cabeza, pero como el enano no me está viendo, le respondo en voz alta:
—Te comprendo, gracias por explicarme. Viéndolo así, no dudo que tengas razón.

—Por favor, Gerurun, no digas eso —añado, con la dulzura de siempre, pero no tan sonriente como otras veces—. He dicho que no estoy enfadada, sólo triste. Sé que eres un chico valiente y muy capaz, mantén los ánimos en alto y confía en lo bueno que eres, vas a ver que saldrá todo bien, ¿sí?

Ante los comentarios de Vivienne, Lance estaba visiblemente cabreado y a punto de soltar alguna barbaridad, por suerte para el ambiente fue el enano el que expreso una opinión similar de forma mucho más calmada y razonable, y quitando la necesidad de que el se pronunciase y dejase todo en un chasquido de lengua.

-Con cinco apenas nos entendíamos y con tres no va a mejor…- Sentenció el guerrero cuando sus dos compañeros empezaron a disculparse entre ellos. Dando un suspiro intento expulsar el cabreo y colocar una faceta lo más seria posible comenzó a hablar de nuevo- Si queremos evitar que la familia Eris se vaya a la mierda,  por ahora necesitamos acumular experiencia individual y como grupo, apenas sabemos colaborar entre nosotros y somos novatos enfrentando el laberinto, temas de falna incluidos- Con el ultimo comentario miro directamente a Gerda quien no parecía comprender sus propias habilidades-, sin un nivel estable de habilidad y entendimiento, da igual con quien nos juntemos todo se irá a la basura antes o después. Hay muchos otros problemas pero tomemos ese como base. – Haciendo una pequeña pausa verificó la reacción de sus compañeros ante aquel echo antes de continuar-Dicho esto, Aranis dijo que podíamos llegar al piso 10, pero voto por bajar progresivamente desde el 4 tanteando la dificultad. ¿Alguien en contra?- Sorprendentemente estaba siendo precavido, o simplemente no tenia la suficiente confianza en aquel grupo disparejo después de la discusión.

Niego con la cabeza suavemente y en silencio en respuesta a Lance y sigo caminando. Cuando ya nos adentramos lo suficiente y nos disponemos la logística, alzo una mano para proponer mis habilidades.
—Em, con mi magia puedo detectar monstruos, incluso los que están aún dentro de las paredes, hasta cierta distancia. Aunque no tengamos a nadie que pueda hacer reconocimiento del terreno, al menos esto puede servir para que no nos sorprendan.

Cierro brevemente los ojos mientras murmuro palabras. Cuando los abro, están brillando como linternas.

Con Lance a la vanguardia guiándonos y Vivienne pendiente de los posibles peligros que pudiéramos encontrarnos, quedé a cargo de las raciones de viaje que teníamos.

Era evidente que si nos faltaba el alimento nos flaquearían las fuerzas pero si comíamos demasiado podríamos no bajar tanto como nuestras capacidades nos permitieran y la incursión habría sido en vano. Por lo tanto ideé un sistema de racionamiento para que todos pudiéramos disfrutar de una buena cantidad de alimentos sin desperdiciar prácticamente nada de nuestras raciones para aprovecharlas al máximo.

Y decidiendo que papel empeñar cada uno comenzasteis a bajar aquella primera rampa que había en la base de la torre. A medida que descendíais pisos podíais notar como el ambiente del grupo iba dejando a un lado las desavenencias de la discusión y se centraba en su cometido. Conocíais los primeros dos pisos así que lo nuevo empezó al bajar el segundo.

Con algún que otro combate con monstruos solitarios en la ruta de los cuales os deshicisteis con facilidad, el camino fue una línea recta siguiendo el pasillo principal que parecía marcar los pisos.

Podíais notar como las paredes iban oscureciendo a mas profundidad, pero también parecía haber más cristales luminosos que alumbraban los diferentes caminos. Llegados al cuarto piso de profundidad no tardasteis mucho en notar las diferencias. Quizá las paredes fueran parecidas peor el enramado de pasillos que salían era mucho más notable, encontrando que había varios que podían ser el pasillo “principal”

Parecía que aquel piso era el primer punto de inflexión donde dejaba de haber un único pasillo más ancho que el resto marcando la ruta de regreso. Delante vuestro teníais tres anchos pasillos cada uno en una dirección. 

Según las lecciones de Aranis la estructura del calabozo hacia el primer cambio en el piso cuatro que era donde estabais, pero era realmente en el cinco cuando los cambios eran realmente notables y las criaturas empezaban a cambiar.

Parecía que la dificultad del piso en el que os encontrabais no serían los monstruos quienes, a la práctica, deberían ser los mismos, la dificultad era el precisamente saber cuál sería el pasillo principal para seguir avanzando o cuando necesitarías volver.

Durante el recorrido, nos detenemos brevemente a descansar y alimentarnos para recobrar fuerzas. En mi caso, saqué solamente un trocito de pan con una rodaja de salame, acompañando con la cantimplora de agua.
—Je, no soy de comer tanto, con esto ya me alcanza, no se preocupen —les comento alegre, intentando mejorar el humor en el equipo—. Además ni siquiera es hora de almorzar, me parece.
Se me ocurre algo entonces. Luego de terminar mi bocado, les pregunto con entusiasmo:
—¿Qué les pareció la cena de anoche? ¿Les gustó? Es que... puede que más adelante tengamos que pasar días enteros aquí dentro, habría que traer materiales de acampada y utensilios y, em, ¿les gustaría que me encargue de cocinar? Así no estamos viviendo a raciones sosas.

Ya en destino, me siento abrumada por la cantidad de opciones y sin la manera de saber de antemano cuál sería la mejor.

Me concentro un momento y nuevamente observo con detenimiento los alrededores, mediante la detección de magia puedo ver esas manchitas que me indican las ubicaciones de los monstruos y otras posibles fuentes de magia y... 
—Aich.
Me llevo la mano a la frente y cierro los ojos.
—Lo siento. Creí que había practicado el uso de esto, pero ahora hay incluso más densidad que antes y sigue siendo demasiado, perdón.

Cuando Vivienne toma el bocado. Miro las raciones que tenemos "Vamos muy bien a este ritmo." y contesto sonriente:

Estuvo deliciosa, sería genial poder comer tus platos aquí aunque... no se si podremos traer todo lo que necesites. ¡Pero lo intentaremos! ¡Muchas gracias! 

Lo ánimos gracias a esa pregunta habían cambiado pero, tras unos instantes, me quedo pensando "¿Será mi sistema de racionamiento demasiado estricto? Quizás, aun que he intentado que sean comidas cumpliditas, me he pasado de riguroso con el tema de la alimentación y por eso ha sacado el tema ahora... Aun que también puede ser por el sabor. Es cierto que estas raciones tampoco es que sean un lujo para nuestros paladares..."

En vez de seguir dándole vueltas decido imitar a mi compañera e intentar yo también algo que nos podría servir para orientarnos.

Tomando el colgante pronuncio entre susurros: "Mi diosa, te lo ruego, guía mi mano en la dirección correcta. Para lograr seguir nuestra aventura ¿Qué camino debemos tomar?"

Bien por que mi pregunta no era correcta, por que nuestra diosa no estaba escuchando mis plegarias en ese momento, o por cualquier otro motivo, el símbolo de nuestra diosa ni si quiera llega a formarse ante mí y suspiro antes de decir:

Yo tampoco he sido capaz de invocar el poder de Eris ahora. Lo siento.

Quedando expectante por si Lance se le ocurre alguna otra solución a nuestra encrucijada.

-Era el tipo de comida al que podría acostumbrarme- Fue una respuesta seca que uno podría malinterpretar si no fuera porque en la noche anterior parecía haberlo disfrutado y ahora su atención estaba en vigilar el laberinto.- Para este sitio es mejor contar con comida compacta y que aporte energía, pero no me quejaré si puedes hacer que no sepa a corteza de árbol, lo mismo hasta te agradezco- Aquello era una opinión clara de a que sabía la carne seca que picoteaba mientras hablaban.

-Agh- Un suspiro exasperado salió de la boca de Lance cuando ambos empezaron a disculparse, no por el echo de que hubieran fallado, si no por la disculpa en sí- Lo he dicho ¿no? Esto se trata de acostumbrarnos y ganar experiencia, cagarla un par de veces es aceptable, asique guardaos las disculpas para cuando la lieis de verdad…veamos…derecha.- Sentenció señalando con su arma uno de los caminos. Si uno se preguntaba la razón de aquella decisión, no lo encontraría, simplemente había optado por elegir uno al azar y ver donde le llevaba.-  Veamos en este piso había…*