Partida Rol por web

Habías llegado a Orario la noche anterior, tan solo habías tenido tiempo de buscar una posada donde pasar la noche con tu hijo. La ciudad era enorme y tu misión era simple, encontrar una fuente de ingresos para curar a tu pequeño… o al menos pagar las caras pociones elficas para tu hermano las cuales, si bien no le curaban, al menos le permitían no pasarlo mal. La última se la habías hecho beber antes de empezar el viaje, así que estaría sin malestares graves aproximadamente una semana.

Cuando finalmente habías despertado cansada del viaje de ayer, decidiste subir el desayuno a la habitación. No te gustaba dejar allí  a tu hijo, pero tenias que moverte. Sabias a que habías venido. Si conseguías entrar en una de las familias de la ciudad tendrías permiso del gremio y podrías entrar a la Dungeon de la ciudad, en la cual decían que había grandes riquezas. Así pues, después de darle un abrazo a Vilfain, cerraste la puerta y marchaste.

Por lo que te había comentado el conductor de la carreta en la que habías llegado. Lo primero sería acudir al gremio. Allí podrían decirte las familias que había, después, tocaría ir puerta por puerta pidiendo unirte a ellos. Cuando saliste del establecimiento había mucho jolgorio en la calle, ayer por la noche la ciudad parecía menos animada, no sabías si era así habitualmente pero parecía que planeaban algún tipo de fiesta.

Me desperezo con fuerza cuando finalmente reúno la voluntad necesaria para salir de la cama, teniendo que gastarla toda en ese esfuerzo, no sé si me quede suficiente para el resto del día. Pero no, al acercarme a Vilfain y verlo así, ya tengo más que motivación para cumplir mi cometido.
—Ay, sigue dormidito.
Cada dos pasos que doy hacia la puerta me volteo a verlo, pero sigue sin despertar, así que finalmente cruzo el umbral y bajo a buscarle el desayuno. Le doy al volver un abrazo gigante y un besito en la frente, noto entonces que sigue con fiebre, ¿habrá pasado toda la noche así? Cielos...
—No te preocupes, precioso, mami se encargará de curarte, ya vas a ver —le murmuro con cariño, acariciándole el pelo—. Sólo... sólo dame tiempo, ¿sí? Por favor.

Le pedí encarecidamente al dueño de la posada que intentara de a ratos vigilar a Vilfain, aunque sea cuidar si necesita algo, dejándole algo de dinero por las molestias y quedándome ya casi sin nada. Necesito trabajo cuanto antes.
—Gremio... gremio...
Es extraño, de la noche a la mañana esto se ha llenado, pero no recuerdo que sea un día festivo ni nada, ¿por qué tanta conmoción? ¿Habrá alguien famoso? No, da igual, necesito pedir direcciones, esta ciudad es enorme y la cantidad de gente que hay ahora no ayuda a orientarme.
—Disculpe, señor. —Le doy un toquecito en el hombro a un hombre del montón—. Estoy buscando el gremio, ¿me podría decir cómo llegar? —Y le dedico una sonrisa radiante.

El hombre se da la vuelta para mirarte. Ves que en sus manos tiene un martillo y un paquetito de clavos, parecía que estaba trabajando en la zona en algo.- Ah, una nueva aventurera eh?.- Dice mientras te mira arriba y abajo. El hombre te sonríe y empieza a darte indicaciones.- Mira, ¿Ves esa calle de allí? Avanza por ella hasta que llegues a una avenida ancha, entonces ve gira a la izquierda y ve por ella. A mitad de la calle más o menos a mano izquierda veras un edificio grandote con diversas banderas en la fachada. Ese es.

Siguiendo las indicaciones del señor te pusiste en camino. Parecía que mucha gente estaba trabajando, cargando con tableros de madera y otras cosas. Finalmente llegaste al edificio que había descrito el señor. Cerca de la puerta había algunos aventureros en pequeños grupitos, alguna que otra persona desvió la atención hacia ti cuando empezaste a cruzar la puerta.

El interior resultaba ser bastante organizado. Dos grandes mostradores con empleados detrás revisaban papeles. En la zona a la derecha había algunas mesitas bajas con sillones cómodos, solo una de las mesas estaba ocupada por lo que parecía un empleado del gremio hablando con dos aventureros, un enano y un elfo. Una rara combinación. La zona izquierda estaba diáfana y había un gran panel con papeles clavados, posiblemente misiones. Cerca del panel algunos grupos de aventureros hablaban.

Detrás de los mostradores, había tres personas que parecían disponibles para preguntar. Una medio elfa con gafas rectangulares  que parecía bastante seria y esta leyendo unos documentos; una humana bastante bajita con el pelo rosado y cara de aburrimiento que parece que dentro de poco se quedara dormida sobre la mesa ; y por último, una humana bestia, con lo que parecían orejas de lobo y una melena pelirroja, esta, mira a los aventureros y tiene una mirada bastante dura

—¡Gracias!

Al principio me costó asimilarlo, pero es verdad, seré aventurera en breve y me empieza a asustar la idea. ¿Podré con los monstruos que haya ahí abajo? Claro, no estaré sola, haré un montón de amigos y juntos seguro podremos hacer de todo, pero aún así... jamás he usado mi magia para pelear, de hecho, no creo que nada de lo que sé hacer sirva de algo, ¡pero no importa! ¡me esforzaré al máximo! Si es magia, lo aprenderé sin problemas, estoy segura.

Y dejaré de pensar tanto en cosas o acabaré perdiéndome en este sitio tan enorme.

—Buenos días —saludo tímidamente al asomarme dentro del gremio, noto que varios me miran, pero ya estoy bastante acostumbrada a eso. Decido entrar y buscar a alguien a quien preguntarle cómo funciona todo aquí, mirando alrededor, es un lugar bonito, al menos no hay tanta gente como fuera.
Bien, allí hay misiones, pero no podré aceptarlas por mi cuenta, necesitaría registrarme de alguna forma, luego conseguir amigos. No debería ser complicado.
—Hola —me acerco con las manos a la espalda a donde están estas tres muchachas, una da miedito y la otra debe tener sueño, así que hablo a la elfa—. Señora, disculpe que la moleste, soy nueva en la ciudad y, bueno, me gustaría trabajar como aventurera. ¿Qué tendría que hacer para comenzar?
Apoyo los codos en el mostrador y una mano en mi mejilla. Qué envidia me da la pequeñina pelirrosa, yo también quisiera echarme una siesta ahora.

La mujer no tardo en levantar la mirada de los papeles y sonreírte, al menos hasta que pronunciaste la segunda palabra, que provoco que su ceño se frunciera ligeramente. Finalmente intentando apartar sus demonios interiores para poder llevar a cabo su trabajo.- Si, Aquí realizamos el registro de aventureros.  En primer lugar tienes que rellenar algunos papeles con tus datos. Nombre, edad, familia a la que perteneces, ese tipo de cosas, nada complicado. Cuando este hecho se hará un registro de las estadísticas representadas en tu falna.-

La joven te miro durante un momento.- Si perteneces a una familia menor y planeas entrar al calabozo, el gremio también puede proporcionarte un asesor para darte útiles consejos.- Como si de alguna manera viera que eras nueva o muy nueva en todo aquello, insistió en ese punto.- Esos consejos y la preparación que tengas puede salvarte la vida allá abajo.

Finalmente la joven puso al alcance varios papeles los cuales había ido juntado según hablaba contigo.- Puedes usar aquellas mesas para rellenarlos, cuando hayas acabado no dudes en avisarme.- La medioelfa te sonrió como si supusiera que estabas nerviosa o algo parecido, intentando calmarte.

—Ah, em... —Suelto una risilla tímida y tomo los documentos que me tiende.

Me quedo titubeando nerviosa, ¡me ha leído completamente! ¿Podrá leer mentes? Debería aprender yo a hacer eso algún día, es muy conveniente.

—¡Gracias!

Una vez sentada en la mesa aquella me calmo y empiezo a leer todo.

¿Familia? Ay no, olvidé decirle eso, no quise interrumpirla y al final no le dije que no tengo familia, ¿qué hago? ¿Cómo consigo meterme en una?

—Ug...

Y sí, no tengo más remedio que preguntar.

—Señora, disculpe de nuevo. —Vuelvo con la semielfa—. No me di cuenta de mencionarle un detallecito, verá, yo no tengo familia aún, acabo de llegar. ¿Cómo puedo encontrar una?

Ugh.-Cuando esta vez la vuelves a interpelar la joven se lamenta llevándose la mano a la cara mientras su compañera de pelo rosado empieza a reír. Cuando finalmente se recompone y se propone escucharte su compañera murmura algo

_{~~Señoooora...~~}

La medio elfa gira su cabeza mostrando una mirada que perfectamente podría matar a una persona antes de volver a girarse hacia ti con una sonrisa. Su compañera, después de tragar saliva se aleja de su sitio silbando hacia una salita interior para empleados.

-Ah, ¿No tiene familia?.- La mujer medita durante un momento.- Puede formar parte del gremio también, pero sin una falna no podrá bajar al laberinto. Se prohibió hace ya muchos años por la gran cantidad de fallecidos...- Puedes ver durante un momento como si sus pensamientos pasaran a otra cosa antes de volver a centrarse.- Por lo habitual tendrías que solicitar a una familia la entrada pero hace poco ha llegado una diosa nueva que parece estar formando una familia. Dame un momento.- Tras decir esto se agacha bajo el mostrador y la puedes escuchar como remueve papeles.

Finalmente la vuelves a ver emerger con un taquito de papeles unidos, no llega a más de diez hojas. La semielfa los deposita encima de la mesa y empieza a pasar hasta sacar uno en concreto para mostrártelo

La familia Eris abre sus puertas. Todo aquel que quiera entrar a formar parte de mi familia, acuda al mediodía al tercer piso de Babel el día de la festividad de la cosecha con una ofrenda.

-Este es, si te interesa unirte a una familia quizá esta es la opción mas rápida. Después de todo mañana es el festival de la cosecha. Si no, podria darle la direccion de alguna de las familias.- Mientras pasa a mirar el resto de papeles que estaban junto al que te ha mostrado.- Estas son misiones para aventureros del gremio sin una gracia de los dioses. Están colgadas en aquel panel.- Dice mientras señala un panel cerca de la zona de las mesas. Es mucho más pequeño que el grande que habías visto a la izquierda al entrar. A decir verdad, es tan pequeño que no habías reparado en el aun.

La mujer ojea uno a uno los panfletos.- La mayoría ahora son para ayudar en la preparación de la festividad de la cosecha. No es el trabajo mejor remunerado, pero no entraña peligro alguno. Puedes terminar de realizar tu registro y mirar si hay alguno que te interese.- Por alguna razón, tienes el presentimiento de que aquella mujer prefiere encargarte uno de esos trabajos sin peligro, que animarte a que te unas a una familia.

—No no no, ni loca pienso bajar allá así como estoy, ¡no quiero que me coman!
Escucho atentamente sus explicaciones, sonriendo cada vez más a medida que oigo lo que me dice, hasta que junto las manos y casi doy un saltito de alegría.
—¡Eso es estupendo! —Tomo el folleto y lo leo de nuevo—. No, no hace falta que me dé direcciones, me presentaré mañana a esto.

Si es una diosa nueva, entonces la familia es nueva y serán todos novatillos, ¡como yo! Será más fácil hacer amigos si estamos todos en las mismas, no puede ser más conveniente.

—Le agradezco mucho, señora —le digo finalmente, con una leve inclinación—. Revisaré esos encargos que dice, cualquier dinero que pueda conseguir mientras tanto es bienvenido, realmente. ¡De nuevo, gracias!

Reviso alegremente y canturreando los otros papeles que tiene con las misiones menores. Soy demasiado torpe como para ayudar en trabajos manuales, pero no es nada que no pueda solucionarse con un poco de magia, además servirá para ir conociendo a los habitantes de este lugar tan bonito.
Finalmente decido apuntarme a uno en el que piden personas fuertes que muevan cosas pesadas para construir los puestos y los escenarios, me parece apropiado, pues conozco el conjuro ideal para eso. Mientras sean sólo tablas y herramientas y no toneladas de carga estaré bien.

—Ah, sobre el registro, creo que lo completaré mañana, cuando ya tenga una familia y pueda apuntarla en el documento, ¿puedo hacer así? Perdona que te haya molestado con mis dudas y al final no acabe registrándome. Y por cierto, ¿cómo te llamas? Yo soy Vivienne, pero puedes decirme Vivi.
Le dedico una sonrisa cálida y sincera mientras me presento y espero a que me responda.
—Mientras tanto, ya he encontrado un encargo para hacer durante el día, espero tener suerte.