Partida Rol por web

Tras las palabras del Adepto y los agradecimientos por los presentes otorgados, casi todos ellos artículos caros y dedicados al combate, llegó la hora de designar al líder del equipo.

Se había propuesto al vostroyano y a la arbitradora, interesantes candidatos. Sin embargo, al mecartesano tanto le daba uno u otro. Tan sólo aguardaba en su acostumbrado silencio a que se decidieran para zanjar la cuestión.

- Creo que podemos llegar a una solución salomónica. La arbitradora será nuestra líder, salvo cuando debamos entrar en batalla, momento en  el cual Vladymir podría sumir dicho liderazgo.

[Me parece un buen arreglo, sólo espero que no discutan sobre quién tiene prioridad en cada situación] añadió Lazerus al final, rompiendo su mutismo.

[Entonces, ¿vamos al hangar?] preguntó el mecartesano, ansioso por volver a estar cerca de una de las aeronaves de la Inquisición, para estudiarla a fondo s le era posible.

- ¿Y tú, Arlesha, te ves capacitada para ser líder, aunque sea sólo por un tiempo y fuera del combate?

Arlesha se tomaba su té en silencio mientras escuchaba a los demás, cuando se terminó su bebida miró al fondo, a los posos que habían quedado y solo entonces levantó la mirada. Se estiró en la silla y puso los dos pies encima de la mesa, quedando la silla a dos patas.

-Increible, hemos tomado una decisión en poco menos de cinco minutos, sin discutir y estando todos de acuerdo. No tengo ningún problema en llevar al grupo hasta que nuestro compañero pueda hacerlo, ni en dejar que Vladymir lleve la voz cantante en los combates. El sabe de eso mucho más que yo. Asi que si todos estais de acuerdo, perfecto. No te preocupes Lazerus, no sucederá. Tercio, sin problemas. ¿Tienes tu otra opción o propuesta?

Vladymir sopló sobre la hoja de su cuchillo recien afilado, virutas de acero salieron despedidas.

"-Tan solo recuerda, Arlesha, que no todos podemos caber por agujeros estrechos, así que no intentes ponernos a investigar detrás de bidones de Promethium o quizás quedemos atrapados"

Comentó, mordaz, el guardia imperial. Quizás zanjando el tema del liderazgo.

Arlesha miró sin pestañear a Vladymir.

-De acuerdo, prometo no meteros por sitios estrechos ni investigar detrás de tanques de Promethium siempre y cuando tu prometas no ponernos delante de una bala y que terminemos con un agujero en mitad del estómago. Dolería.

Con una sonrisa la arbitradora se levantó de su silla y se acercó a Vladymir extendiendole su mano.

-Hecho.

Despues de las palabras del Adepto Asclates, contesto con el clamado desde el fondo de mi corazon:

 - "¡Por el Emperador!"

Luego y retirandome con mis compañeros, le respondo a Arlan:

 - "Yo tambien quisiera una taza, Itsua."

Mientras escucho las palabras del resto, pienso un poco para mi mismo:

"No entiendo porque me llaman el mejor lider, si ni siquiera he sido capaz de vencer a los codigos. Espero que si llega el momento, este preparado para aquello, cosa que no es ahora."

Respondo a la propuesta de Arlan:

 - "Creo que tu salomonica decision es la mas acertada en este momento, pues asi cada uno puede dirigirnos de una manera en la que ninguno les supera y asi obtendremos la mejor direccion posible en cada situacion."

Sigo bebiendo mientras escucho a mis compañeros.

Tercio sonrió ante el comentario de Vladymir. Ciertamente, Tercio hubiera dicho que Arlesha se lució en esa actuación, aunque pudo haber salido mucho peor parada cuando se internaba sola y a oscuras por los pasillos de la Escombrera. Y dudaba de su iniciativa, pues a veces parecía que simplemente repetía algo que acababa de decir otro pero con sus propias palabras. Él mismo o Arlan, podrían ser mejores líderes si no fuera por su estatus social. El que se quitara de en medio al menos durante los combates era un compromiso aceptable.

- Pues yo tengo hambre. - Tercio cogió unos tentempiés para comer allí mismo, que ofreció a sus compañeros, e hizo acopio de algunos otros para el viaje.

TRANSCURRE EL RESTO DEL DIA.

MAÑANA SIGUIENTE.

140.810M41.

- A la mañana siguiente, cuando las puertas de vuestras habitaciones se abren, estáis preparados y lleváis todas vuestras cosas.

- Todo está cerrado excepto el corredor que conduce al elevador. Cuando todos estáis dentro, éste os lleva al Hangar, donde os espera un transporte.

- Subís abordo.

- La Lanzadera Negra aterriza con suavidad en el Hangar principal del Bastion Serpentis y de inmediato sois conducidos al ala médica de las instalaciones de la Inquisición. Arlesha, Tauron y Vladymir a la sección de Cuidados Intensivos. Tercio y Arlan son llevados a una habitación típica de hospital para pacientes menos graves.

192.810M41.

TRANSCURREN TREINTA DIAS.

EL DIA 180 FUE DIA DE PAGA:

- Todos recibís la cuantía de vuestro sueldo o pensión actual.

- HAN SIDO treinta días de recuperación y descanso, pero también de pruebas y más pruebas en busca de corrupción o deslealtad.

- Por suerte todos habéis superado todas las pruebas, aunque ha sido tedioso, os han preguntado una y otra vez las mismas cosas.

- Es hora de presentar vuestros informes de misión y averiguar cuál va a ser vuestro futuro inmediato.

ARLESHA RAIS:

- Tras infinitos análisis, exámenes y pruebas se determina que tus implantes digestivos te son necesarios para vivir. No es tecnología imperial, lo cual hace que deba estar inscrita en un registro especial, bajo sospecha. Un especialista dijo que podía ser "tecnología pre-Imperial", o algo así, no sonaba muy bien. Se te permite conservar tus implantes prohibidos, por no considerarse directamente heréticos.

- Tras un mes de hospital con los mejores cuidados que el Imperio puede pagar te encuentras bastante mejor. Sin embargo, físicamente te sientes torpe y oxidada. Tienes la sensación de que necesitarás mucho entrenamiento para volver a estar en plena forma.

ARLAN HEX:

- Las heridas físicas fueron leves y se encuentran completamente curadas, a excepción de algunas cicatrices sin importancia.

- Los interrogatorios, aunque previsibles, han sido agotadores. A veces parecía como si te culpasen por el fracaso de la misión. Tal vez por ser un psíquico.

TAURON FAITH:

- Tras el sobreesfuerzo en el Refugio Tantalus para los Desfavorecidos estuviste muy grave. Sin embargo, ya estás fuera de peligro y en vías de recuperación. Tu cojera se mantiene, tal vez incluso ahora más acentuada.

- Te preocupa lo sucedido en la última misión. No ha sido tu mejor actuación.

- También te preocupa el inminante examen. Deberás de aprender los códigos inquisitoriales, si fracasas puede que vuelvas a ser un miembro corriente de la Eclesiarquía.

TERCIO VALERIO:

- Luchaste soberanamente bien durante la misión, recordando lo mejor de tus tiempos en la Guardia de Hierro de Mordia. Ojalá te hubiesen visto luchar así tus compañeros de antaño, quienes te tenían por un cobarde.

- Te angustia pensar que bajo tu mando murió uno de los vuestros. Lazerus se ha perdido para siempre.

VLADYMIR OSTROGOV:

- Al parecer recibiste un disparo en la mandíbula. "Fuego amigo" le llaman. Ahora tienes una placa de metal, una nueva cicatriz para enseñar.

- Tal vez lo que más lamentas es no haber aguantado hasta el final. Quizá todos estarían vivos, o tal vez no.

Me despierto despues de otra noche en el hospital dentro de la base secreta de la Inquisición. El techo sigue siendo el mismo y aunque mi cuerpo está un poco mejor que ayer, las cicatrices que me dejó esta misión llegan más profundo que mi piel o mis musculos, pues es mi propio orgullo el que fue más dañado en esta operación fallida.

"Debo prepararme para los examenes, aunque aun no sé si permaneceremos en la Sagrada Inquisición despues de tan lamentable y patetica actuación. La verdad es que siento verguenza y no tenemos excusas para tan pobre rendimiento. Lo unico que logramos ahi fue mantenernos con vida, lo que no era prioridad. Somos un asco."

Intento recuperarme en el hospital, pues sé que lo que se viene para nosotros es aun más dificil de afrontar que lo que vivimos allá abajo, pues aqui deberemos lidiar de frente con nuestra propia culpa y nuestras debilidades.

Unos servidores sanitarios ayudan a Tauron a andar, sosteniéndole cuando está a punto de caer.

Tauron probablemente va a necesitar un bastón para caminar, al menos en circunstancias normales. En situaciones de combate, la adrenalina le permitirá ignorar las molestias en la pierna durante un breve periodo.

Tercio aprovechaba el tiempo de su propia convalecencia y la de sus compañeros para redactar su informe. El no saber escribir lo hacía una tarea ardua, y sus compañeros podían verle en ocasiones insultando o pegando a un vocalizador, antes de salir refunfuñando a por un recafeinado o una tanna.

Pero en general, aunque su rostro se tornara sombrío cuando se hablaba de Lazerus o del asalto a la Comisaría o pensaba en ellos, el ánimo de Tercio era positivo.

- Anima esa cara, viejo. - Le decía a Tauron. - Sobrevivimos, ¿no? y eso que fuimos a Cascarla. ¡Jajaja!

Y miraba para otro lado antes de volver a ponerse serio.

Itsua regresó de donde fuera que había estado. En su camino de regreso, mostrando un gesto meditabundo y cansado, con profundas ojeras adornando sus ojos mecánicos, y los surcos de la boca más marcados si cabía, vio al personal del hospital atendiendo al iniciado y ayudándole a mantenerse en pie. A aquellas alturas, sabía que una de las piernas del religioso mostraría siempre una marcada cojera, recuerdo vivo de sus dos primeras misiones. A su lado, Tercio reía con buen humor. Semejaba que para él, todo aquello había sido un paseo. La tranquilidad con la que el bribón de colmena se desenvolvía y su aparente felicidad, constituían el contrapunto al sombrío humor del psíquico.

- Tercio, Tauron - saludó acercándose a ellos -. ¿Cómo te encuentras, iniciado? ¿Cómo progresa tu pierna?

- "Es necesario que me vayan entregando ya sus Informes de Misión. No lo demoren más de la cuenta, por favor." -